Dulces 50 primaveras
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por darkyss.
Con Mary pasó lo mismo, mi papá le insinuaba que quería estar con ella, que dejara a su pareja porque tiene a su hombre, además, aaahhh pero ella no aceptó. Me confesó que durante una época, ella se metió al vicio del alcohol pero esa es otra historia.
A Mary tengo al menos ocho años de conocerla de vista y hasta el 2009 hablé con ella porque me la presentó formalmente Paty, otra rica cincuentona a la que también gocé, primero en el vapor y después, en un motel, muy rico pero no fue sino hasta agosto 2013, cuando aprovechando que estaba sola, me le acerqué y hablamos casi una hora. Ahí, le conté de la infidelidad de mi ex y que no me sentía seguro de volver a estar con otra mujer, preguntándole si ella me daría la oportunidad de estar juntos y a ver qué pasaba, añadiéndole que eso me ayudaría en mi depresión.
Me encantó que aceptó, era un día sábado y nos citamos para el martes siguiente, obvio llegué puntual y la esperé 10 minutos, de ahí nos fuimos a mi casa y en cuanto llegamos, subimos a la recámara y ahí empezó. Ella es bajita, de 1.50 m de estatura, llenita (lo verán en las fotos) y sí, tiene diabetes, además es muy bonita, ni parece que tenga 50 años, me dijo que los cumplió a principios de agosto pero se ve joven aún. Les confieso que me excitan las maduras y esta me enloquecía, por su piel clara y su cabello rubio, fue mi primera "rubia" madurita.
Así pues, nos besamos, luego le saqué sus ricas tetas por encima de su blusa y se las chupé un rato, después la desnudé y la preparé para darle un masaje, cosa que nunca había recibido en su vida; para esto, mi cámara ya estaba grabando toda la acción. Después de darle el masaje, la limpié un poco del exceso de aceite de rosas y continuamos con la faena, enseguida me acerqué a su sexo y me puse a lamérselo muy rico, ese aroma me enloquece e inmediatamente, le puse mi pene en su boca y me la mamó un rato.
Posteriormente, me puse un condón y a gozarla, qué rico fue penetrarla fuerte mientras le comía sus grandes tetas, además de oírla gemir, saber que era mía, que fue otra mujer a la que mi padre no pudo gozar y yo sí. Eso me excitaba aún más y se me hacía poco llenar el condón, así que me lo retiré, diciéndole que se los iba a echar en su boca para que los gozara y así fue, me mamó y me masturbó hasta que le llené su boca con mis espermas.
Luego, descansamos un rato mientras seguíamos conociéndonos, aunque faltaba el sexo anal y durante la plática, me fue confesando más cosas, me excitaba cuando me decía los intentos de mi padre por conquistarla y me enloquecía, pensando “otra mujer que mi padre no gozó, por culpa del alcohol”. Después, fuimos al baño y a terminar lo que empezamos, ahí me la cogí otra vez con muchas ganas, ansioso de sentir mi verga en su ano, entre esas nalgonas blancas, pues me montó y se movió muy rico, luego la acosté boca abajo, preparándome para penetrarla por la cola, notando que le entró sin mucho dolor, así me encanta cogérmelas, ella acostadas, sin poder moverse mucho y sintiendo cómo les lleno su ano de pene, después nos ponemos en cuatro y a darle más profundo.
A veces, me frustra no eyacular en su culito pero ¡ni hablar!, así que la embestí por su ano con ganas durante un par de minutos más pero de nuevo, no quería terminar, así que le saqué mi verga del culo suavemente pero venía acompañado de mucha mierda, cosa común en estos menesteres. Rápidamente, me cambié el condón y otra vez me chupó la verga, luego me la cogí por la vagina y sentí mucho morbo al acabar porque de nuevo, me comparé con mi padre y le decía a Mary cosas que me excitaban mucho, como “¡me encanta tu culo!, ¡tu vagina es muy rica!, ¡coges bien sabroso!, tu marido debe estar contento, quiero llenarte de mí, siente cómo te lleno la vagina, ahí te va mi semen, gózalo, ¡me encantas, Mary!, ¡coges divino!, aaahhh”.
Esta vez sentí muy rico al llenar el preservativo dentro de su jugosa vagina pero ya era muy tarde, ella se puso su ropa muy rápido, luego la invité a comer aquí, al mercado de sabores; una vez que terminamos de comer y para que nadie nos viera juntos, cada quien salió por su lado. La volví a ver una semana después, solo que esta vez con menos tiempo, tanto que ni de grabarnos pudimos, ni modo pero ¿qué se le hace?, espero pronto volver a gozar de mi dulce cincuentona.
Sé que no es muy erótico pero es tanto lo que puedo contar que no hay tiempo de escribirlo todo, saludos y gracias por leerme.
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