Educación física (y sexual)
Hace una semana, más o menos, me la cruce. Aún sigue hecha una pendeja muy rica y dulce por lo que vi a la distancia en ese momento. Al verla ahí, en el shopping en donde me la cruce, los recuerdos volvieron a mi..
Mi nombre es Federico. Fede para los amigos.
Actualmente tengo 33 años, y esta es una historia de algo que me ocurrió en el pasado, hace como 5 años, más o menos, con una nena de 10, llamada Nati, Natalia.
Hace una semana, más o menos, me la cruce.
Debe tener actualmente unos 14 o 15 años ya.
Aún sigue hecha una pendeja muy rica y dulce por lo que vi a la distancia en ese momento.
Al verla ahí, en el shopping en donde me la cruce, pues los recuerdos que intente dejar atrás, se hicieron presentes, regresando a mí en forma brutal.
Todo paso hace como 5 años, en el 2014.
Yo era profesor de educación física, de gimnasia en un colegio primario privado de Rosario.
Obvio que no voy a mencionar la escuela…
Ahí, les daba educación a los chicos de esa escuela.
En aquel entonces, tenía novia, una novia muy linda y hermosa, Karla U., 5 años menor que yo.
Karla también era profesora de educación física y se encargaba de las nenas.
Karla era… es mexicana, de Guadalajara de origen, y nos conocimos en una convención internacional de unos cursos, 2 años antes, en Venezuela.
El viaje, para que voy a mentir, fue una completa mierda.
Es Venezuela después de todo. Las cosas no estaban muy bien que digamos, así que no tardamos mucho ahí.
Pero es ahí que conocí a Karla y charlamos mucho.
Fue química instantánea.
Era la última noche antes de que todos nos fuéramos del lugar, que la invite a tomar unos cuantos tragos y terminamos a los besos por los pasillos del hotel.
Se nos complicó por que en ambos casos, estábamos con el grupo, así que las habitaciones eran compartidas.
Estuvimos fajando, apretando, chapando, como quieran llamarle al besarse apasionada, desaforadamente mientras nos manoseábamos cada rincón del cuerpo.
No pudimos coger, y nos quedamos con las ganas.
Además, ella aún era virgen y no la iba a desvirgar ahí en el pasillo del hotel, en forma incomoda.
Quedamos en contacto, y no paso mucho en que queríamos vernos.
Chantajeando a un amigo/compañero por lo de su novia, logre que me cediera su siguiente viaje, que era a El Salvador.
Karla hizo algo parecido, cobro y debió algunos favores y volvimos a encontrarnos a los pocos meses en El Salvador.
Allí, conseguimos una habitación propia, y dimos rienda suelta a nuestra pasión desenfrenada.
Tratamos de contenernos lo más que pudimos, para que la primera vez sea especial pero no pudimos.
Ambos somos muy, muy calientes… ella estaba chorreando sus jugos vaginales a pesar de que la limpie un par de veces con mi lengua tratando de beberme todo su néctar femenino, su miel…
Hicimos un 69 corto en donde ella me inundo la boca y yo la suya con nuestros respectivos fluidos.
Pero como dije, estábamos muy, muy calientes.
Ella se acomodó y me dijo: ven, mi amor, desvírgame.
Yo me acomode encima de ella, y con mi erección a pleno la ensarte y la convertí en mi mujer esa noche.
Nuestros jugos se mezclaron con su sangre virginal, y procedimos con el intenso mete y saca.
No paso mucho más en que ambos terminamos acabado abundantemente.
Yo le llene el tanque, como diría ella.
Incluso llegamos a tener una queja esa noche porque estábamos tan calientes y desaforados que no medimos los gritos de nuestra pasión y amor.
Cogimos varias veces más esa única noche, sin protección, sin condones, sin pastillas.
Luego la noche siguiente, y la siguiente.
Cada noche era mejor y mejor en nuestro amor apasionado.
Y con cada cogida, unas tres o cuatro por noche, con descansos, pues ya saben, le llene el tanque.
Nos despedimos en forma triste, pero completamente enamorados, prometiendo tratar de arreglar nuestra situación.
No paso mucho en que en una de las tantas llamadas y video llamadas sexuales que teníamos, ella me dijo:
– Mi amor, esta mañana fui al médico.
– Si? Que te paso?
– Es que tuve que ir a verlo por un asuntito… “ese” asuntito.
Yo no lo había captado al inicio, soy medio lerdo, lo reconozco.
Luego Karla hizo un gesto acariciándose la barriga y ahí lo entendí.
No gritamos de alegría o felicidad… seamos realistas, no lo pensamos mucho… y se nos complicaba porque estábamos en países diferentes, muy alejados.
Pero finalmente, luego de varios arreglos, mi novia Karla se vino a la Argentina.
Yo ocupe varios ahorros, cobre varios favores y pedí otros tantos.
Incluso llegue a conseguir otro trabajo extra en mis horarios extra, con tal de traer a mi amorcito y a nuestro futuro retoño conmigo.
Fue una completa mierda.
Me termine endeudando bastante, y la pase bastante mal.
Lo único que me hizo salir adelante, es que cada vez que me sentía para la mierda o muy cansado por ejemplo, para tener que levantarme a las 5 de la madrugada, era pensar en Karla y nuestro hijo o hija, y ahí lo lograba.
Las cosas no fueron para mejor, porque ella también estaba haciendo lo suyo y eso llevo a que tuviera complicaciones antes de viajar.
Perdió al bebé.
Yo me sentía como la completa mierda… quería abrazarla, consolarla, pero estaba allá a miles de kilómetros lejos de mí.
Paso como otro mes, en que al final, ella pudo viajar y nuestro amargo reencuentro, apenas basto para darnos algo de esperanza.
Cobre más favores y le conseguí trabajo en donde estaba yo.
Bueno, no exactamente favores, sino que tuve que hacer algunas movidas poco agradables…
No se la chupe a nadie ni me deje coger si eso piensan… pero no fue fácil.
Al fin, lo logre y comenzamos nuestra vida juntos, en un departamentito cerca del centro, a casi 1 kilómetro de nuestro colegio.
Por lo ocurrido, nos cuidamos mas…seguíamos cogiendo como conejos, pero para evitar embarazos inesperados, nos cuidamos más.
Aunque igual, ya no era lo mismo y las cosas seguían complicadas.
Hubo gente que entendía y comprendía mi… nuestra situación, entonces eran mas comprensibles con las deudas.
Pero otros no, y metían presión.
Fue entonces que paso como medio año de eso, y conocí a Nati, la pequeña Natalia.
Y todo se me iba a complicar como no tenía ni puta idea.
Con los chicos y chicas del colegio, teníamos esa complicidad… jugábamos y todo eso, no habían cosas malas, malos tratos o malos pensamientos.
La mayoría de los chicos me veían como su hermano mayor copado, genial.
Había quien me tenía un poco de envidia, porque Karla es muy linda y les gustaba mucho.
Al mismo tiempo, Karla tenía está completa complicidad de hermana mayor con las chicas, y tenía ese plus de su acento mexicano.
Y al mismo tiempo que ocurría eso, pues había una o dos chicas que me miraban con otros ojos, puesto que si bien no soy muy lindo, sino más bien normal, siempre tuve facha, tuve presencia cautivadora.
Eso, y mis ojos celestes.
Por ahí adjunto la única foto que me quedo junto con Karla.
Obviamente, borre mi cara.
https://fotos.subefotos.com/19e619270722c552387c3df5968ebe6eo.jpg
Pues bien, entre esas chicas que se sentían “enamoradas” de mí, estaba Natalia, Nati Miranda.
Para sus 10 añitos, tenía un cuerpo grandecito.
Era la mas alta de su grupo, y destacaba por ser la mejor en educación física.
Hay chicos que a veces, por tener un cuerpo mas grande para su edad, no destacan en los ejercicios físicos por el contrario, tienden a ser torpes ya que les toma tiempo el poder manejar sus cuerpos.
Incluso tenía a Guillermito, uno de mis estudiantes que también tenía un cuerpo alto, que lo hacía perfecto para deportes como el basquetbol, pero que era muy torpe.
No era el caso de Nati que le sacaba el jugo a su cuerpo, para practicar deportes y demás actividades físicas.
Así es como fue llamando mi atención.
Casi siempre, de tanto en tanto, hablaba con Karla de nuestros estudiantes, de sus desempeños, así como de sus vidas.
Ahí también nos contábamos a modo de chiste cuales estudiantes estaban enamorados de nosotros, lo cual nos parecía tierno.
Incluso jugábamos estar celosos de chicos de primaria.
En realidad fue Karla la que empezó a burlarse de mí por un cometario que hice sobre uno de mis estudiantes que tuvo la osadía de decirme que si acaso me llegaba a descuidar, me iba a robar a Karla.
No lo tome en serio, obviamente… es un nene… pero quizás por cansancio o vaya uno a saber por qué lo cuándo lo dije soné, según Karla, un tanto “celoso”.
Ahí comenzaron las burlas, y los comentarios acerca de que cual o tal chico o chica, estaba enamorado de nosotros.
Y ahí fue que me entere de que Natalia era una de las que estaba encantada conmigo, aunque no lo admitía delante de su profesora.
– Si vieras como te mira la mocosa cuando te me acercas, jajaja… te come con los ojos.
-Acaso noto algo de celos de tu parte?- comenzaba a burlarme como siempre.- Está aflorando tu lado tapeño…, jajaja…- le agregaba en referencia a como suelen llamar a la gente de Guadalajara.
Ella pretendía enojarse y pegarme, y terminábamos en la cama, cogiendo como tantas veces.
Pero claro, como ya explique, no era lo mismo.
El trabajo, las presiones, el tener que contenernos.
Habían veces en que no teníamos condones, porque bueno, o nos olvidábamos de comprar, o solo no era una prioridad, debido a las deudas que teníamos.
Y entonces, a pesar de las ganas, elegíamos no coger… o tratar de aliviarnos manualmente, con algún 69, pero sin penetración.
Y Karla tampoco estaba abierta a la idea de que le rompa el culo, así que el sexo anal tampoco era una opción.
Lo primero, ocurrió una tarde, en el colegio.
Faltaba poco para terminar, cuando fui a ver a Karla al salón en donde debía estar, pero no la encontré.
La directora la había enviado a hacer un recado a no recuerdo que parte.
Y allí, sola en el aula, estaba esperando Nati.
Los padres de Natalia trabajaban mucho y algunas veces debía quedarse después de hora hasta que pasaran a buscarla, y esta no era la excepción.
Así que me quede esperando a Karla, además de hacerle compañía a Natalia.
Eso, y que quería jugarle una pequeña broma a la nena, con eso de que yo le gustaba mucho.
Me senté en una silla de las vacías que habían por ahí, y comenzamos a charlar superficialmente.
También sentía un poco de lastima por ella por sus padres, gente de dinero que vive solo para el dinero, y descuidan a su familia.
Incluso trate de sacarle datos de sus padres, para ver cómo iban las cosas familiares.
Es importante también, ver ese tema, por si alguno de los alumnos necesita ayuda, aunque no la pidan.
Pasaron algunos minutos, en que Natalia jugaba con sus piernas y por alguna razón, su faldita escolar, ese uniforme típico de colegiala, se me antojaba.
Estaba pensando en si acaso Karla se animaría a usar uno de esos uniformes de su talla, para calentar las cosas en casa, cuando Nati cambio la conversación de inmediato, llevándola para el lado amoroso, lo cual me descoloco.
– Profe… usted y la profe se aman mucho?
– Claro… claro que si… mucho…
– Cada cuánto?
– Eh? … que?- Aquello me descoloco aún más, porque no se estaba refiriendo al amor en sí, sino a si hacíamos el amor.
Trate de encauzar y controlar la charla como la parte adulta, pero fue inevitable, la nena me había destrozado, me había agarrado por sorpresa y yo estaba comenzando a entrar en pánico sin poder darle respuestas directas o ponerla en su lugar.
– Le gustaría tener dos novias?
– Dos…? Dos novias? Que…? Por qué…? Dos novias… para que dos novias…?
– Porque dos novias lo amarían más todas las noche. No es eso lo que le gusta a los hombres? Hacer mucho amor…?
La nena estaba hablando de coger… y yo seguía como estúpido tratando de pensar en que responderle.
– Profe…puedo llamarte por tu nombre?
– Emm…si, si… claro… si queres… o sea… donde…de donde…
– Bueno, profe Fede…vos me gustas mucho, y quiero ser tu novia así me amas todas las noches como a la profe Karla. Entre las dos te podemos amar mucho.
Yo estaba pasmado, aterrado de lo que estaba escuchando.
Una cosa es que una nena guste de uno, en forma infantil, ingenua… y otra que te hable de esa manera y se ofrezca a tener sexo conmigo, aunque lo refiera de otra manera.
No me dio tiempo a mas, por que se escuchó como una de las maestras la llamo. Habían llegado a buscarla.
Ella salió corriendo apurada, tan apurada qué se olvidó su mochila en el banco.
Volvió totalmente sola como a los 10 segundos, la tomo, se me acerco rápidamente y me dio un beso en la boca sin que yo pudiera terminar de reaccionar.
-Chau, profe Fede, te quiero mucho.
Y se fue.
Y yo me quede ahí, pasmado, sin saber que hacer… que pensar, en cómo reaccionar.
Mierda, no sabía cómo le iba a decir las cosas a Karla… seguro se iba a emputecer.
Hoy entiendo que debí contárselo y dejar que se emputeciera conmigo, que me niegue su “panocha” por un tiempo, pero que de esa manera no derive en la gran cagada en que derivo al final, y me llevo al lugar en donde estoy hoy.
Pasaron los días, las semanas…
Yo entre más intentaba olvidar el asunto, peor se ponía la cosa, por que comenzaba a tener ciertas erecciones de pensarlo.
Incluso las veces que podíamos coger, me cogía a Karla pensando inconscientemente en la pequeña Natalia, y tenia mejores acabadas, mejores orgasmos.
Para peor, las falditas de colegiala comenzaban a ponerse calientes.
Habían días en que me alegraba que hubiera viento, y que este les levantara la faldita, dejando ver sus calzoncitos, en especial a Nati, de quien empezaba a tener algo de miedo o precaución por las cosas que hacía o como me veía, que podían llegar a ser muy obvias.
Una tarde, mientras yo iba subiendo las escaleras, la nena, que venía bajando, a propósito comenzó a menear su pollerita para que yo le viera los calzones.
En otras ocasiones, más peligrosas, podía ver como la pendejita, la muy putita, comenzaba a hacer ejercicios de estiramiento agachándose y apuntando su culito hacia donde estaba yo.
Yo me hacia el boludo y miraba hacia otra parte, pero me moría de ganas de verla en más de una ocasión.
Incluso alguna que otra vez, me escondía y la miraba a la distancia.
Comenzó a darme cartitas a escondidas, en donde me preguntaba que pensaba de que ella sea mi segunda novia.
Yo iba leyendo, pajeandome con esas cartitas y luego las rompía y las tiraba por el inodoro, eliminando toda evidencia.
Todo se fue dando hacia un punto medio oscuro.
Ocurrió por aquel entonces que hubo un nuevo profesor de matemáticas, que era más lindo y atractivo que yo.
Mierda, estaba a años luz de mí.
Todas las maestras, directoras y demás, así como las nenas del colegio, se babeaban por este tipo.
Y lo peor, es que Karla no era inmune al tipo.
Por otro lado, el tipo era divorciado, así que peor.
Y claro, Karla por ser mexicana, llamaba mucho la atención, así que no tardaron en entablar cierta amistad.
Si yo hubiera visto mejor las señales, no habría sido un completo pelotudo.
Resulta que si bien, a Karla el tipo, el tal Pablo, le caía bien, ella no estaba interesada en lo romántico.
Resulta que con todo esto de Nati, yo estaba descuidando a Karla… y ella quería llamar mi atención de alguna manera, ponerme celoso.
Y lo logro, me puso bastante celoso, pero yo reaccione de la peor manera, porque en lugar de ir y reclamar a mi novia, de plantármele entremedio de los dos y meterle un beso de película a Karla ahí delante de él, asegurando mi… no me gusta decir pertenencia pero si demostrarle que con Karla teníamos algo fuerte y el estorbaba, en lugar de eso, me puse en modo vengativo.
Había sido una tarde de mierda.
Como dije, todas calientes con el nuevo profe, Pablo, menos Nati.
Nati seguía rondándome.
Esa tarde, sentí que la pendejita había empeorado, se había puesto mas cargosa.
Era comprensible, ella quería llamar mi atención at oda costa y se puso mas atrevida, algo que yo note, pero al mismo tiempo, yo estaba con la vena hinchada viendo como el tal Pablo se lucia en la ventana de su salón, charlando con Karla.
Todo mal.
Yo estaba recaliente por los dos lados, en lo sexual por cómo me ponía Nati, y recaliente con el flaco ese que tenía ganas hasta de romperle la cara.
Volvimos a casa con mi novia, quien no paraba de hablar, (entiendo que a propósito) de Pablo y los lugares en donde estuvo enseñando y bla bla bla.
Yo no aguante más, y fingiendo que tenía que volver al colegio porque me había olvidado algo, mande a Karla a casa.
Sabía que el tipo tenía que estar aún ahí…
No pensaba pegarle…p ero estaba listo si acaso la discusión pasaba a mayores.
Mi intención inicial, era encararlo y decirle que se deje de joder con Karla, que es una mujer casada (aunque no estábamos casados ni habíamos contemplado la idea), y que por su propio bien se aleje, o sino…
No estaba, ya se había ido.
Putee un poco por lo bajo y termine pateando el mástil de la bronca.
– Hola profe Fede… que haces acá?- me dijo una vocecita dulce y conocida mis espaldas.
Era Natalia, quien seguía esperando a sus padres que la recojan.
Trate de calmarme y desviar el tema, pero como dije, tenía muchas cosas en mi cabeza.
Ella comenzó a hablarme y decirme cosas lindas, de enamorados, de novios que ya tenían sexo.
Por lo visto, había estado aprendiendo mas cosas y ahora sus palabras eran mas directas.
Yo, tratando de disuadirla un poco pero al mismo tiempo, tratando de asustarla, comencé a explicarle las cosas que tendría que hacer como novia.
No medí mis palabras y ya le estaba hablando de forma caliente, usando palabras como cogérmela, meterla la verga, etc.
A una nena de 10 años, que para peor, ni se inmuto, sino que atendí mis palabras como aprendiendo y recordándolas.
Incluso la pendeja movía su pollerita tratando de mostrarme su calzoncito rosado.
– Sabes que si te agarro y te la meto te va a doler mucho, no? Por ser tu primera vez…
– Si, algo lei…pero quiero ser tu novia tu mujer. Y coger con… era coger? Bueno, con vos cuando la profe Karla este muy cansada.
– No solo cansada…cuando esté interesada en otro tipo…-dije recordando mi bronca.
– Como el profe Pablo, de mates?
– Si, el tarado ese.
– Yo no sé qué le ven las chicas a ese hombre… a mí me parece muy agrandado, muy creído.
– Ya somos dos… y bueno, que queres hacer?
– Pues ya se fueron todas las maestras y mis papas no vienen en una hora más. Solo queda el portero, pero si sabe que vos estas cuidándome, podemos coger.
Natalia, la Nati, no era ninguna nena…era una putita con cuerpo de nena… quería pija y yo se la iba a dar… le iba a demostrar lo que era un macho.
Nuestra charla hasta ese momento ya se había ido pervirtiendo mal.
Me la lleve a una de las partes más escondidas del predio del colegio, en el almacén del gimnasio, en donde se guardan las colchonetas.
Y ahí cometí la atrocidad, el punto de no retorno.
Dejamos nuestras mochilas a un costado, y yo me le abalance encima enseguida de lo caliente y mal que estaba.
No pensaba, no razonaba, estaba hecho una bestia.
Comencé a besarla, con lengua y todo, cosa que ella se resistió un poco al inicio.
Igualmente, en cada resistencia que encontraba de ella, yo le preguntaba desafiante:
– Que? No era que querías ser mi segunda novia? Ahora te acobardas? Sos una mentirosa entonces. Le voy a contar al resto de las chicas, tus compañeras que sos puro bla bla…
Aquello parecía reanimarla y hasta enojarla.
– No, yo no soy ninguna mentirosa!
Y seguíamos besándonos y manoseándola.
En poco tiempo, ya la tenia completamente desnuda en mis manos. Con un brazo la tenia rodeada para que no se escapara, con mi boca tapaba sus gritos, y con la mano sobrante, le estaba manoseando la conchita.
De tanto en tanto, le sacaba la mano de la conchita para tomar una de sus manos y que me agarre la verga, y luego volvía a meterle manos y dedos.
No se los metía del todo, pero jugaba como a intentar penetrarla, tanto en su conchita como en su culito.
Ella se quejaba un poco que le dolía pero no yo hacía caso. Nati era mi putita y no la iba perdonar. Le estaba dando una lección que jamás iba a olvidar a esta pendejita de mierda, a esta yegüita maricona, la muy putita de mierda… quería pija? la iba a tener en abundancia.
En un momento, le dije:
– Te voy a chupar la conchita, así te mojo toda y te entra bien, pero no grites, no gimas muy fuerte o nos van a descubrir y te vas a quedar sin pija.
– Noooo, aaah… no voy a gritar…. mi amor.
Comencé a chuparle la conchita como un desaforado, cogiéndomela con mi lengua.
Incluso babosee bien mi dedo índice, y se lo fui metiendo en el culito, ante lo cual se quejaba, pero se aguantaba todo lo que podía.
– Aaaayyyaaa… me dueleeeee…
No paso mucho en que la muy putita se vino por primera vez en su vida, y se meo.
Alcance a retirar mi boca, y vi como hacia un charco en la colchoneta de cuero.
Estaba débil, blandita por haber acabado, y lo más importante, estaba abierta.
Su agujero no era grande, pero el haber acabado con esa intensidad, podía ver como su vulva, sus labios se abrieron como una flor, invitando a mi verga a que la desvirgue.
La acomode en otro colchón, uno seco, me baje solo los pantalones, acomode la punta de mi pija en su conchita relajada y abierta, y empuje sin remordimiento.
La ahora putita de Natalia, lanzo un gritito mientras yo desgarraba su conchita y se la abría de par en par.
Le puse una mano en la boca, para evitar que siguiera gritando y nos escuche el portero, mientras con la otra sujetaba y abría mas sus piernas, para que le entrara mejor.
La pendejita si estaba bien apretada, bien estrecha… podía sentir como con cada embestida mía, sus pliegues vaginales se estiraban al máximo y más.
Como mi glande chocaba contra su pequeño útero, pidiéndome mi leche, mi semen.
Pero le dolía, le dolía mucho e intentaba zafarse, de quitarme.
Seguro que dentro de su cabecita ahora estaría arrepentida de haberme seducido y excitado tanto. De haber jugado tanto con fuego, ahora se estaba quemando.
Mis embestidas seguían sin bajar el ritmo, al tiempo como sentía que su vagina se seguía abriendo, estirando, rompiendo desgarrando…
Sus pataleos no hacían más que mejorar la experiencia, la sensación al metérsela.
Por momentos, sentía como me apretaba fuertemente, como intentaba fruncir la conchita para evitar que le entrara, pero al mover sus piernas, sus músculos vaginales cedían un poco y mi verga volvía a entrar profundo, sin problemas.
No sabía si era mis jugos o los de ellas pero de un momento a otro, la lubricación era muy, bastante.
Me había recordado cuando desvirgue a Karla, que también se había mojado muchísimo.
Sentí como la pendejita se relajó y comenzó a disfrutar un poco.
Sus gemidos escondidos debajo de mi mano, eran una mezcla ya de dolor y placer… de dolor placentero.
Le solté la boca y le dije:
– Controla tus gemidos, no vayas a gritar muy fuerte.
– Aaaaaaaaaaayyy….La tenes muy grande…aaaaaaaayyy….aaaaah- me dijo entre sollozos y gemidos.
Continuamos así otro rato.
Yo deslice una de mis manos debajo de sus caderas, para tener mejor acceso y le agarre el culito, cuyas nalgas comenzaban a fruncirse con cada metida. Incluso me pareció que hacia un poco de fuerza como siguiendo el ritmo de la cogida en forma instintiva, animal…
– Si que sos bien putita, Nati, no? Te gusta ser mi putita?
– Si… si profe… soy putita.
La leche no tardo mucho mas en llegar, justo cuando ella comenzó a tener su segundo orgasmo del día, y el primero con la cogida.
– Aaaaaaahggggrrrr….. Toma, puta….
– Que… que… que mierda estás haciendo…!!!!- escuche la voz de Karla a mis espaldas, parada en la entrada, horrorizada con la escena y casi sin palabras.
Eso fue lo último que recuerdo.
Luego todo se nubla, esta borroso.
Seguro entre en shock…
Mi siguiente recuerdo es estar a bordo de un micro de larga distancia, con la ropa que tenía puesta, sin saber a donde viajaba.
Llegue a Bs As, en donde me quede, y tuve que vivir un tiempo en la calle.
Era el mejor lugar para ocultarme, ya que al ir al interior, a otra ciudad, mas chica, la gente se conoce mas y eventualmente me habrían atrapado.
Pero acá en B As… es otra cosa.
Somos muchos y a nadie le importa el de al lado.
Acá soy una aguja en un pajar.
Viví de un poco de limosna al inicio, la tuve muy difícil, pero comparado con lo que me podía esperar o lo que había vivido antes, me las arregle para salir adelante o algo así.
Pasaron 5 años desde esos hechos que intente alejar y esconder bajo la alfombra del tiempo.
Me encontraba esa tarde en mi trabajo limpiando el shopping, cuando veo a Natalia, la putita de Natalia… ya mas grande, más linda y hermosa que entonces, con un cuerpo que raja la tierra como la pendeja que es.
Y… al inicio no la conocí, por que estaba de espaldas, pero estaba acompañada. No era una compañera de colegio o una amiga de su edad, no.
Esta era un poco mayor.
Y también estaba tan hermosa y radiante como el día que la conocí… era Karla, mi Karla.
Cuanto lo siento amigo por lo que estas pasando y espero te valla bien saludos…. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉