El Baldío y El Mirador. 11ª parte.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
“Breves e intensos fragmentos de mi adolescencia”
Como han de recordar del anterior capítulo de lo sucedido a Paola con el chofer de su casa, a sus trece años y meses en su historia que me platica y en este episodio seré breve, ya que esas vivencias de ella me llevaría a plasmar una saga muy personal y propia de esta muñequita, ya que es extenso lo que a su corta edad y en ese tiempo vivió y que hasta la fecha los recuerda con detalles los momentos, lugares y espacios, los que compartió conmigo abiertamente en plática y en escritos, paso a darle la continuación siguiente:
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Oye que te parece sí esto que me estás platicando y que por lo que escucho es largo, creo nos llevaríamos toda la tarde y no acabarías, sabes he comenzado a escribir en mis momentos de calma de muchas cosas, pero también acerca del sexo lo hago, ya que me transporto a momentos, que cómo tú han vivido, ¿te gustaría que escribiera para ti?, eso que me has platicado, >>> pues no sería mala idea Marvin, me agradaría tener algo así, cómo un recuerdo en letras para mi sola, ¡qué te parece si voy escribiendo desde el inicio!, y tú lo vas acomodando, >>> me parece bien Paola, pero trata de que no te vayan a cachar con lo que escribes, ya que es cómo un testimonio del ayer y puede ser comprometedor, >>> no, como crees, yo lo iré haciendo en secreto por las noches y cuándo ya tenga algo de lo que escribo, te lo paso a dejar con las demás, cuando salgamos de la secundaria, que está cerca de donde vives, >>> ándale, claro que sí, sólo que los escritos los llevaras en un sobre para carta cerrado y me lo entregas a mí únicamente, yo los guardaré con llave, junto con lo demás que estoy escribiendo actualmente.
¿Bueno y cómo te sientes ahora?, ¡estás lista, para hacerlo!, >>> listísima Marvin, desde hace rato estoy mojadita, ¡siénteme!, >>> ¡a, pues sí, tienes la rajita viscosa!, ¿dónde quieres hacerlo?, en la mesa o en esta otra, ¡dime!, >>> mejor tu súbete a la mesa Marvin y yo te hago un poco, >>> ok, entonces cierra la puerta, para hacerlo con tranquilidad, >>> sí, pero ya acomódate, ¡ya me quite el bikini!, ya estando en la mesa juntos su cuerpito pequeño, pero de buenas curvitas para su edad, la fui arrimando a manera de enfrentar nuestros sexos, los cuales al contacto se fueron uniendo, mi glande hice que entrara entre sus piernas duras y las cerrara, de ladito ambos nos comenzamos a mecer en vaivén, como si estuviéramos unidos de nuestra partes, ¡pero era sólo entre esas duras piernitas! , que al pasarle mi virilidad ella también se daba a mecerse al encuentro desigual de su vaginita y mi pene, sólo escuchaba el chasquido que por la lubricación de ambos se hacía y la voz de Paola se daba a decir cosas que inundaban mi cerebro que excitado estaba ya, Marvin, ¡qué rico siento tu verga!, me gusta sentirte que la tienes dura, ahhh, ahhhhh, ahhhhhhh, ¿verdad que me lo harás muchas veces después?, sí, Paolita sii, pero no pares de moverte, ¡me encanta que me lo estés mojando de tus babitas!, síí, siiii, son mis juguitos que te estoy regalando, ¡son tuyos!, ahhh, ahhhhhhh, ¿te gusta cómo te hago?, siiii, siiiiiiiii, es rico, ahhhh, ahhhhhh, ahhhhhhh, ¡apriétame bien!, que me quiero hacer de la pipí, ahhhh, ahhhhh, ahhhhhhhhhhhhh, a base de rozamientos Paola vertió su orina con mi pene presionando la salida del mismo, se afianzó de mi espalda, hasta acabar entre jadeos y gemiditos respirando agitada por esa manifestación que era objeto de mi pene frotándole su diminuto clítoris y la entradita vulvar.
Una vez que terminó de vaciar su lluvia dorada que me regaló, la ubique con la espalda a la plancha de la mesa, mientras ella abría sus piernitas duras, pero temblorosas por lo que había acabado de esa forma, con mi mano le pasaba el glande entre esa pequeña vaginita breve, le daba risas la acción, hasta que ubiqué su estrecha vulvita que me recibía con calidez, fui presionado lentamente hasta sentir mi avance que iba abriendo el interior hasta que quedé alojado en su totalidad, mi Paolita al sentirme dentro alzó sus piernitas y con ellas se abrazó a mi cintura, comenzando las clásicas entradas y salidas de ese estuche que se amoldaba con perfección a la circunferencia de mi tronco, ella con sus talones los presionaba a manera de no salirme de ella, ¡qué exquisita mini mujercita!, me estaba llevando a un gozo supremo, mi pelvis pegada a su monte de venus sentía lo carnudo del relieve pronunciado que ella misma frotaba con mi masculinidad dentro, ahhh, ahhhhhhh, Marvin, ahhhhhhhhh, ahhhhhhhhhh, ¡no me lo saques nuncaaaaa!, ahhhhhhh, ahhhhhh, me haces disfrutar muchooo, auuu, ahhhh, ¡no me lo saques porfis, nooo!, ahhhh, ahhhh, en eso que me decía, mi pene estaba por ejercer la consabida expulsión de semen, pero me bloquee, ya que ella se dio a dar unos excelentes movimientos de cadera muy eróticos, ya que sabía mucho de baile hawaiano, ya que es compañera de baile de Jacqueline y ellas hacen mucho movimiento de cadera, cintura y brazos, de entre esas meneadas que se daba y con pene dentro, ella acabó gritando un orgasmito fuerte que le llegó, por lo que aproveche y le pregunté, ¿quieres mi lechita caliente?, síii, échala, échalaaa, ¿en tu pancita?, ¡nooooo, dentro, muy adentrooo!, ¡pero te puedo embarazar!, no pasa nada, ahhh, ahhh, ¡me inyecta cada mes el chofer para no preñarme!, ahhhhh, diciendo eso, sólo presione mi pelvis que pegada estaba y mi carne en el hornito de Paola, mis disparos eyaculatorios fueron a golpear la profundidad de esta nena, que recibiendo mi láctea formula, ella se daba a extraerme en contracciones hasta la última gota, acabando los dos agotados pero satisfechos, era increíble, pero esta nena Paola, ¡era estupenda para hacerlo!
Ya de ahí nos pasamos al baño y nos dimos una ducha, mientras le lavaba su espalda, sus nalguitas y demás ella me lavaba el miembro viril con una esponja llena de shampoo, sus pasadas que me daba, comenzaban a hacer estragos y de la nada me erecté, pero lo dije que parara, ya que era tarde y yo tenía que irme a mi servicio, ¡pero que lo nuestro se repetiría muchas veces!, ya secados y vestidos ella con su traje de baño y sandalias altas, yo con mi ropa de pantalón y playera, todavía nos sentamos a seguir hablando.
Oye Paolita, ¿sí te pido algo lo harías?, >>> pues, ¿no sé qué quieras que haga?, ¡dime!, >>> mira pon atención en lo que te voy a pedir, desde ayer que te conocí he estado pensando mucho en ti, >>> sí, ¿y, qué piensas de mí?, >>> mira para serte sincero, me gustas mucho, además pues lo que ayer me comí y hoy de ti, de esa cosita hermosa que tienes, ¡la verdad me trae loco!, >>> aja, sí, ¿te gusta mi conchita verdad?, >>> pues para que mentir, ¡sí, y mucho anoche hasta soñé que hoy estaríamos haciendo esto!, >>> ¿ay Marvin, y que quieres que haga?, >>> sólo una cosa muy importante, ¡no quiero que te dejes hacer ya nada por el chofer!, esa cosita que está entre tus piernotas, la quiero para mi únicamente y no quiero que nadie la toque, ¿de acuerdo? >>> está bien Marvin te haré caso, ¡yo también quiero nada más contigo!, me gustó mucho lo de ayer y lo hoy, pero que harás con Jenny, ya vez que vive contigo y seguramente la has de coger todos los días, >>> ¿a poco conoces a Jenny?, >>> sí la conozco ella va a hawaiano con Jacqueline y yo también voy a ese lugar, >>> a, ok, mira deja afinar las cosas y nos podemos ver ahora que entren a la secundaria, ya que tu irás con las demás a esa escuela, >>> ¡sí, estaremos juntas todas!, e igual Vianey, Inés, Brenda, Marina y las demás, >>> a la hora de algún receso puedes venir a verme y podemos tener encuentros seguidos sin que sepan las demás, ¿quieres?, >>> sí, ¿pero Jenny?, >>> ella hasta antes de la una de la tarde estará en la primaria y así tú y yo podremos tener de vez en cuando algo como hoy, ¿no te gustaría?, >>> sí mi amor, ya la semana que viene entramos a la escuela, mientras ¡ven mañana para que me lo hagas otra vez, sí!, >>> está bien, ¡sólo porque tú me lo estás pidiendo vendré!, por no les digas a las demás, será una sorpresa para todas, >>> si mi amor, yo cierro la boca, ¿pero me cogerás mañana otra vez?, ¡dime que sí!
Salimos de ese espacio de hobby del padre de Jacqueline y pasé a ver precisamente a “la barbi”, quien estaba recostada boca bajo en el pasto a un lado de Miriam que igual en esa posición estaba, les dije que me retiraba ya que tenía que cumplir con el apoyo que le estaba dando a un compañero en el ERUM, así que les dije que se tomaran una pastilla cada una a cierta hora y se siguieran aplicando la lidocaína con hidrocortisona en sus culitos y que sí podían que se la metieran con el dedito en el hoyito, para que se les anestesiara el dolor, y que ya mañana les hablaría por teléfono, para saber de ellas, lentamente veía que ambas se incorporaron y me acompañaron a la puerta, pero antes me despedí de todas las demás que en una mesa de jardín jugaban “al turista mundial”, ya para salir, Miriam me comenta que ya se le está pasando el dolor, pero que tiene miedo de ir a defecar, e igual Jacqueline me comenta lo mismo, así que les digo que vayan normalmente y que coman frutas, cereal con yogurt y verduras, para que les ayude en la motilidad intestinal y cuando vayan no les moleste la solides de la defecación, me dieron besos e igual yo a ellas y me retiré de ahí.
Vi que era aún temprano y me dirigí a una pizzería de cerca de mi hogar, le llevé a mi Jenny un combo de pizza, helado, papas a la francesa y refresco, comimos los dos eso que había comprado, nos pusimos a ver la televisión un rato acostados en nuestra humilde pero limpia cama, en eso me acordé que tenía que poner una inyección de vitaminas al dueño del edificio y le dije a mi Jenny, ahora regreso se me estaba olvidando la inyección de don Justo, y ella me dice que ya se la puso, ¡cómo que tú se la pusiste!, sí Marvin yo se la puse antes que llegaras, fui a la farmacia a comprar jeringas y su esposa me dijo los centímetros que había que ponerle y bien que se dejó conmigo, mira hasta me regaló $10.00 y me dijo que cuando no estés, que yo los inyecté y les tome sus signos vitales, ya vez que tienen sus aparatos, es más ya hasta les chequé sus glucosas y están bien los dos, >>> pero mi amor eres muy chica para saber eso, pero bueno ya me has visto como lo hago, pero eso sí, no vayas a intentar ponerles algo en las venas, ya que es complicado y ellos se les hacen hematomas por su piel que ya está muy delgada y delicada, >>> ¡pues ya lo hice también!, y fíjate que le atiné bien a doña Amparo en su vena y me dijo que no le dolió nada e igual me dijo cuanto ponerle a la jeringa y que le anudo el brazo como tú les haces y que le presionó, y vi que salto la vena y zaz que se la pincho e inmediatamente le solté el nudo y va para adentro, eso fue en la mañana ya que le dolían sus huesos y más tarde les puse a los dos sus insulinas, como está en la receta de su médico, >>> mi amor me sorprendes con lo que me dices, pero aun así les voy a dar una vuelta, no sea que digan que soy un irresponsable, >>> no están, se fueron ya que iban a cenar con uno de sus hijos, que llegó de Monterrey, >>> bueno sí es así, ni modo ya mañana los veré en la mañana antes de irme a acabar lo que estoy leyendo.
Oye Marvin fíjate que me anda doliendo mucho arriba de mi almohadita, para los lados desde hace ya una semana, >>> ¿a ver dónde te duele mi amor?, acuéstate para que me digas y me indiques exactamente donde te molesta, >>> mira Marvin es aquí, para los lados de mi cosita, >>> a, bueno ya sentí estas un poco inflamadita del vientre, ya te está llegando el momento de que vas a menstruar, eso es normal en ustedes las niñas, creo ya hasta te estabas tardando en tu primera ovulación, voy a ir a la farmacia para comprarte un medicamento, para que no te duela mucho y de una vez unas toallas sanitarias, no sea que entre estos días te suceda y sí no estoy aquí ya estarás preparada, para colocarte la protección y no manches tus calzoncitos de niña meona, >>> ay Marvin, pero entonces, ¿ya podré ser mamá?, sí ya cuando te llegue esas menstruaciones ya estarás preparada para serlo, pero vente vamos a la farmacia de una vez, antes de que se haga más tarde.
De regreso de la farmacia y sentados tomándonos un soluble aromático con el agua caliente de mi termo antiguo seguimos platicando: >>> oye Marvin ¿no te gustaría que tuviéramos un hijo?, ya vez que ya tiene medio año que vivimos juntos y no ha pasado nada de sexo entre nosotros, sólo lo que te hago y me haces, la verdad me siento sola, casi no estás conmigo, me aburro de ver televisión y de escuchar música, >>> no mi niña, no por el hecho de que ya vas a reglar inmediatamente te embarace, no, primero la escuela, luego se verá eso, además mira aquí no es el lugar adecuado para un bebé, y yo además quiero hacer mi carrera de médico, e igual tú con mi apoyo tienes que salir adelante, eso que piensas por el momento no está en mis planes y menos debe de estar en los tuyos, eres muy chica aun, para tremenda responsabilidad, ya llegará el momento que tú y yo lo decidamos, pero que ya tengamos, cuando menos una casa propia y ya hayas crecido, >>> bueno como tú digas mi amor, yo te decía nada más, ¿jugamos un rato antes de dormirnos?
Me recosté en la cama e igual mi Jenny hizo lo mismo sus manos se dieron a aflojar el cinto de mi pantalón, yo igual comencé a tocarla por encima de su ropa, entre los besos y caricias que nos propinábamos, a los que ya estábamos acostumbrados nuestras ropas fueron desapareciendo lentamente, mi Jenny bajita de estatura, con un cuerpecito que ya con curvas preadolescentes se veía, sus senos duros y sus pezoncitos pequeños adornados por unas breves aureolas me las ofrecía con sus manitas a que se las besara, lo que hacía en esos momentos, arrancándole suspiros de excitación que se convertían en leves gemiditos que llenaban mis oídos y me hacían subir al cielo y escuchar a los ángeles cantar, mis manos recorrían su talle, cintura, caderitas en desarrollo y sus nalguitas duras de buen tamaño para su edad, lentamente nos fuimos ubicando en la posición de un “69”, y nos dábamos a lengüetear nuestros sexos, su boquita en mi glande me lo absorbía sin llegar a que arqueara, era erótico verla jalándome con su mano y llevarlo a sus labios, ella me abrió sus piernas para que yo degustara de su salinidad que en fluidos leves me regalaba, de momento ella se levantó y se ubicó encima de mí, como siempre aplastándome con su vulvita mi erección a la que se daba a darle los consabidos vaivenes coitales, sus breves jugos comenzaban a bañar mi tronco que direccionado a mi ombligo estaba; mmm, Marvin mmmm, ¿por qué no quieres hacérmelo bien?, ahh, ahhhhh, ¡tú me haces que ande mojadita todo el día!, ahhhhh ahhhhhhhh, ¿no te gusto como mujer?, ahhh, ahhhh, – no digas tonterías Jenny, ya sabes que eres mi adoración, me gustas mucho, y ya sabes cómo te quiero, pero no quiero desvirgarte aun, recuerda que te dije que pronto será, – ahhh ahhhhhhhhh, si recuerdooo, pero, peroooo, ahhhhhhhh, me hagoooooooo, ahhhhhhhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhhhhhhhhh, ya una vez que pasada la excitación de mi pequeña, me di a voltearla y me ubique yo encima de ella, quien me recibió con sus piernitas abiertas, sólo unos breves frotes encima de su cosita húmeda y mis disparos eyaculatorios embarraban su vientre plano, la limpié del desastre, ¿pero su orinada donde estaba?
La sábana estaba seca, sólo una manchita de humedad que precisamente era de ella, ¡mi nena por primera vez ya había alcanzado un orgasmo!, sin haberse vaciado en lluvia dorada como lo hacía, mi nena ya se estaba convirtiendo en una mujer en pequeño, por lo que noté cuando la limpiaba de su entrepierna que eran fluidos viscosos y transparentes de un orgasmo que la hizo caer profundamente dormida.
A la mañana siguiente me levanté muy temprano y la deje que durmiera, la cubrí bien y salí a comprar para el desayuno, al regresar ella ya estaba despierta y sentada en la mesa tomándose un café, ¡la que vi que tenía una ojeras como panda de zoológico!, ya le puse unos antojitos calientes y unos tamales con un vaso de atole y desayunamos los dos, al rato me dice que iba al baño, en eso buscaba ropa limpia, para darme un regaderazo antes de salir, ya que tenía que ver a Paola y a las demás nenas en casa de Jacqueline, cuando la veo toda pálida y llorando en el umbral de la puerta, le pregunté, ¿te sientes mal que tienes?, ya me dijo que le estaba saliendo sangre de su cosita, y que se espantó de ver que los papeles los manchaba al limpiarse, ya la abracé y le dije que era ya su primera regla y que ya le había explicado antes de lo que le iba a suceder, ya tranquilizada, le acomodé su protector en una pantaleta limpia y acostada se la puse, y le dije que hiciera todo con normalidad, que no pasaba nada, pero que tenía que estarse revisando, para cambiarse la toalla, cuando ya estuviera mojada.
Salí de mi hogar rumbo a la casa de Jacqueline, pero antes le llamé de una caseta telefónica para saber ¿cómo habían amanecido?, y saber sí aún estaban solas, por si acaso la sirvienta ya estaba en esa casa, ya con la respuesta de mi “barbi”, tome camino a su residencia, al llegar al pie de su casa veo una camioneta estacionada en la entrada principal y me detuve dizque hablando por teléfono de una caseta cercana con el fin de observar, sí esa camioneta era de sus padres, o de algún familiar que pasó a darle la vuelta, o era la unidad de la mamá de mi Paola que había ordenado al chofer pasar por ella o irla a ver como estaba, eran interrogantes que me hacía, hasta que de momento se abre la puerta de acceso y sale un hombre y atrás Paola con una maleta y se la da, el hombre al meter en el portaequipaje la misma, saca otra y se la entrega a Paola, quien la toma y se da la media vuelta, para meterse a la casa de Jacqueline, el hombre en una acción rápida volteo para ambos lados y le dio una nalgadita a la nena, quien soltó la maleta al momento y con sus manitas en su cintura, se veía que le reclamaba la acción con cara de molestia, el tipo se dio la vuelta para subirse y riéndose a la vez de lo que le había dicho mi Paolita a quien la observaba de lejos que estaba enfurecida, ya que el tipo se fue y Paola ya estaba dentro, caminé despacio hasta llegar a la puerta, toqué el timbre y al instante escuché la voz de Jacqueline, quien se sorprendió al escuchar la mía a través del interfono de la puerta, rápido fue a abrirme dándome un beso, ya nos encaminamos rumbo a la alberca y ahí estaban el ramillete de mini doncellitas jugueteando entre ellas.
Mis ojos buscaron a Paola, quién salía del espacio de hobby, la que al verme corrió a lanzarse a mis brazos, dándome un cúmulo de tiernos besos, ¡lo que las demás veían con sorpresa!, ya pasada esa manifestación a la que era objeto de esta “mujercita”, me senté en la mesa de jardín a platicar con Jacqueline y Miriam, para saber de sus molestias posteriores a esa cópula anal que se dio un día antes conmigo, las que me manifestaron que había dolor pero ya muy ligero, y que se habían revisado entre ellas sus culitos, y que todo estaba bien sólo los tenían rosados y adoloridos un poco, ya después de esa platica se escuchó el timbre y fue Jacqueline a ver quién era y de regreso atrás de ella venía una jovencita no mayor a los 20 años, quien me la presentó diciéndome que era la chica que les ayuda en la casa, y a mí me presentó como su maestro de educación física, la que sólo venía a ver si necesitaban algo, sólo le dijo Jacqueline que les trajera una jarra de limonada para bajar el calor, la que presurosa la chica fue a hacerla, regresando a los pocos minutos con el pedimento, y con la misma se despidió para retirarse, entre la despedida de mano de esta chica conmigo, yo sentí que al hacerlo sus dedos masajearon un poco la palma de mi mano y me sonrió de una manera coqueta bajando sus ojos, y deteniendo unos segundos más su mano en la mía.
En ese momento la chica le dijo a mi “barbi”, oiga señorita, porque no le dice a su maestro, ¡qué me ayude a sacar las botellas de cerveza vacías de su papá!, que me dijo su mamá, antes de que se fueran, ya las tengo juntadas, pero no puedo sacarlas al estacionamiento, así para que los del camión de la basura las jalen el lunes que ya regreso a trabajar, – >>> pues sí, no hay problema por mí, pero no sé si quiera el maestro apoyarte, >>> ¿me ayuda maestro?, es que no puedo cargar la lona que llené de envases, y es que está en el sótano y me cuesta subirla, >>> claro que sí, ¡vamos!, >>> ay maestro, discúlpeme, pero sí no lo aprovecho aquí no hay quien me ayude en eso, el señor no le gusta cargar, pero bien que le gusta juntar cosas que ya no se usan, >>> ok, no hay problema, pero tú condúceme a ese lugar, ya que no conozco la casa, >>> sí claro, sígame por favor.
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Me di a seguir sus pasos tras de esa chica, que caminaba cómo de puntitas e iba viendo sus gruesas piernas desde los tobillos hacia arriba, que en cada paso sus gemelos o sea “los chamorros”, se tensaban a cada paso y se le veían roízas sus piernas, ya que llevaba una faldita negra a media pierna y de lejos se miraba que estaba peluda ya que tenía una vellosidad tupida, pero se observaba que eran suaves como el terciopelo, embobado iba viendo sus curvas que resaltaban por su caminar, por lo que no me percaté, que volteo a decirme algo y me cacho mirándole su trasero carnudo, y me dice, ->>> ¡ay maestro ya le cache mirándome!, >>> sí discúlpame es que venía pensando y clave la mirada en tu lindo caminar, >>> ay maestro no se preocupe, ya estoy acostumbrada a que me miren en la calle y aquí el papá de Jacqueline siempre anda viéndome y me dice cosas sucias, >>>, a poco y que te dice tu patrón, ¿puedes decirme?, >>> no, me da pena, pero mejor ayúdeme a subir la lonita de envases y le voy platicando, >>> ándale, ¡así más a gusto te escucho!
Ya le ayudé a subir la lona de no más de veinte envases de cerveza y latas vacías que acumulaba ese señor, en eso me dice que hay más latas en ático y se sube en una escalera para bajarlas de un cancel alto en eso volteo a verla y desde abajo le voy viendo sus piernas que al subir una al entrepaño, su pantaleta se le hacía a un lado y mostraba su gordezuela conchita de la ladito, ya que no le cubría bien su intimidad, por lo que me imaginé que era una tanga o un bikini que no era de su talla, así como estaba me iba tirando desde arriba las latas que iba metiendo en la lona, hasta que me dice, que ya eran todas y fui presto a ayudarla a bajar, sosteniéndola de la cintura de los últimos peldaños al piso, quedando de espaldas a mi pecho, por lo que un breve rose de mi erección le di en sus nalgas y me retiré para ver su reacción, lejos de molestarse se inclinó a abrocharse la hebilla de su zapatilla poniéndome la redondez de culo en mi pene que sin invitación se incrustó en la zanja divisoria de ese apetitoso culo macizo, carnudo y duro, recuerdo que la tela de su falda se prestaba y se hundía junto con mi erección en ese surco, ya de ahí se pasó a abrocharse la otra ya que se las había quitado para subir en la escalera, y se acomodó a manera de que sentía punzar su centro trasero que me pasaba calor a través de mi pantalón, ya una vez que terminó su labor que hacía levantó su torso y se daba a arrimarse a mi pene que seguía hundido entre sus globos de carne trasera, para recargarse en la escalera y parar lentamente ese rabote que me estaba excitando en demasía, mis manos fueron a colocarse en su talle el que jalaba a manera de que ella pegara más su carne, de momento un suave vaivén se daba ella frotándose en mi masculinidad que encerrada punzaba por salir y adentrarse en esa chica de sensuales curvas.
Sus manos fueron a posarse encima de las mías que a su cadera estaban jalándose ella hacía mí, e hizo que la abrazará por su bajo vientre y la vez bajándolas a manera de ir palpando por encima de su falda su monte de venus, que sentía esponjoso, y que me lo imaginaba con una enorme mata de vellos pubianos, mientras ella se daba a frotarse con su culo en mi pene, sus manos por el frente de su falda hizo que metiera una de las mías, la que fueron invadiendo su intimidad hasta llegar a palpar correctamente esa pronunciada cocha que estaba mojada por lo que estábamos haciendo, por un ladito mi mano se adentraba en esa selva tupida hasta llegar a su vulva que por la cantidad de vellos la tenía oculta, para localizar su botón de trampolín a la excitación total, al que localice y que mojado esperaba la caricia de un extraño, al toque, sus gemidos se escuchaban con fuerza, hasta llegué a pensar que los escucharían mis niñas que estaban en la alberca, pero, me dice excitada, no oyen nada, ahhh, estamos abajo, ahhhh, no salen los ruidos de aquí, ahhhhh, ahhhhhh, en eso veo un reposet que estaba al fondo de ese sótano y la llevé ahí a manera de que se sentara y yo me ubiqué entre sus piernas que lamía y sentía esa vellosidad desde sus pantorrillas hasta sus piernas, su aroma que emanaba de su cueva era un detonante en mi cerebro, el cual lo percibía exquisito, un aroma de hembra caliente y deseosa de ser penetrada, ella sola se desprendió de su interior, se subió su faldita a la cintura y me abrió sus piernas morenas, yo sólo me desprendí de mi pantalón y mi bóxer, y me puse entre esas columnas de carne dura.
Ya la punta de mi lanza estaba babeante y erecta lista para entrar en esa selva a la que creí inexplorada, ella se acomodó a manera de enfrentar su vulva en mi glande, lo cual al sentir el calor en unas breves pasadas, para separar sus vellos, me di a adentrarme con la suavidad a la que acostumbró hacerles a mis nenas, pero ella con sus piernas a mi cintura me jaló a meterme enseguida, mi pene era devorado con rapidez hasta llegar a la raíz, esta chica era estrecha, ya que sentía las pulsaciones de su esfínter que rodeaba mi tronco incrustado, me di a dar las consabidas entradas y salidas a fondo, entre gemidos altos llenos de lujuria de ella, obtuvo un orgasmo pleno que su cabeza a un lado y tapada por sus cabellos me decía, que siguiera, a lo que me daba a darle con más ímpetu, ¡esta chica mojaba en abundancia!, ya que su lubricación me llegaba hasta los testículos, pero era rico sentirla así y más que era desconocida para mí, luego de unos minutos otro orgasmo explotaba en su cuerpo que en contracciones le sacaba y yo, estaba a full, pero sin necesidad aun de tirar mi descarga eyaculatoria, entre gritos y gemidos fuertes yo le conté, cuatro buenos orgasmos a esta chica, antes de que me saliera y le aventara en donde le cayera mi descarga, que copiosamente regaba su vientre, piernas y su exuberante y ensortijada pelusera brillante, que mojada de ella misma y con toques de gotas de semen se miraba espectacular, aparte su posición despatarrada, me imaginaba que la había violado y madreado, por lo inconsciente que quedó unos instantes y con sus cabellos tapando su rostro.
Ya limpios de nuestras lubricaciones, salimos al exterior y cargando ella la lona de la latas que no pesaba y yo la de las botellas, nos fuimos directo al estacionamiento y las dejamos en la entrada, para regresar otra vez al sótano, ahí me dijo que gracias por la ayuda y más por lo que habíamos hecho, que ya tenía meses de no hacerlo, y me platico brevemente su historia, que lo hacía con su primo y a veces con un padrino de ella, quien fue el que la desvirgo hace un año, pero que yo le había resultado un garañón ya que nunca se había encadenado a esta serie de sensaciones, que es más nunca había sentido eso de los orgasmos, que ella nada más se dejaba hacer, pero que no sentía lo que hoy sintió y quedamos de vernos en otra ocasión, para que me platicara bien su pasado de un año atrás, que yo era el tercero, pero que sentía que yo era el primero en su vida, a propósito esta chica se llama Karina y le gusta que le digan Kari, y en ese tiempo tenía 18 años.
Espero les siga agradando mi relato, el próximo capítulo estará listo para su publicación a la brevedad y que el cual será un pre-final, por lo que quiero de parte de todos ustedes me regalen cómo lectores sus comentarios, ya que me nutro de ellos para seguir la confección de los episodios siguientes del próximo relato, que será la continuación de mi vida de adolescente, y califiquen las lecturas respectivas, hasta pronto.
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