El Baldío y El Mirador. 1ª parte.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
Con los cordiales saludos, me permito en esta ocasión redactar para todos, este relato propio y muy personal; en esta ocasión no confecciono para segundas, ni terceras personas, este es originalmente privado, y será el primero que escribo de mi persona, por lo que espero les agrade en las partes que se vayan publicando, no es muy largo, ¡pero puede agrandarse en su confección!, lo siento morboso, y porque no erótico y caliente a la vez, el que con respeto elaboró y es para todos los que les agrade leer dentro de esta temática.
Previo al inicio de este relato, que iré trabajando en el transcurrir de los episodios, quiero agradecer las excelentes actitudes y permisos de las damas, que ahora son en la actualidad, ¡pero que fueron mis nenitas en esos tiempos!, mismas que intervienen en la trama, a cada una y a manera muy especial, les agradezco sus gentilezas y sus buenas disposiciones, por su manera de leer mis previos escritos en bosquejos y sobre todo de escucharme, ya que la mayoría del “elenco” de ellas, tuvimos charlas previas en la actualidad por distintos medios, agradándoles la idea de que plasmara mis vivencias en las que también ellas intervinieron y participaron en esos instantes de sus niñeces, así como de pre-adolescencias, las que en su momento fueron tratadas con ternura, calma y cuidados, en sus primeras introducciones e incursiones, dentro del terreno sexual, siendo en esos tiempos yo un adolescente responsable de sus acciones, ¡gracias mis nenitas bellas siguen vivas en mí memoria, cómo esos ayeres!, ahora grandes mujeres, saludos a todas, ¡ya que sé, que esperan con ansiedad leerme!
Corría el año de 1979, cuando tuve que emigrar de mi hogar familiar, con el fin de estudiar y concretar mi preparatorio, para seguir en dirección a ser, lo que ahora soy, un médico gineco obstetra, mismo que fue escalando peldaños y sufriendo los golpes de la vida, pasando a veces hasta dietas, por no decir hambres, por no tener lo necesario para un menú económico, una torta o algo en esos tiempos, bueno tuve la fortuna de llegar junto con otros compañeros a alquilar un departamento pequeño, en el que entre seis individuos pagábamos la renta y teníamos que compartir las dos recamaras de ese piso, para dormir, recuerdo que era un sexto piso con ventanales grandes, en el que se observaba hacia abajo las construcciones pequeñas, una escuela primaria mixta y junto a esta un terreno en desuso pegado a una de las bardas de ese colegio, o ¡sea un terreno baldío!, el cual tenía su entrada frente al conjunto de departamentos que rentábamos, el acceso a este era por una puerta elaborada de palos mal cortados de madera, una cadena con candado, que ya había sido violado muchas veces, por estudiantes de esa mencionada primaria, que se metían a robar las naranjas chinas, limones, nísperos, duraznos, de los árboles que dentro había, así que aquí comienza mi morboso, caliente y erótico relato:
Entre los que vivíamos en ese departamento había uno de nosotros, que le gustaba estudiar o ver las estrellas y constelaciones por la noche, así que adquirió en una venta de garaje un telescopio, el que instaló en una de las ventanas y en el que se pasaba largas horas nocturnas haciendo apuntes y datos estelares, ya por la mañana todos se iban a sus respectivas actividades escolares y yo me quedaba ahí, ya que yo estaba en ese tiempo en el turno vespertino y mi horario era de las 5 a las 10 pm, por las mañanas el bullicio de los niños de esa escuela llegaba hasta el departamento, ni siquiera tenía la intención de asomarme a ver a la hora del recreo de estos educandos, una de esas mañanas salí del edificio, ya que iba a hacer la despensa, al regreso con las manos ocupadas de bolsas de las mencionadas compras, las puse en el escalón de entrada, para abrir con mi llave el acceso al edificio, en eso veo a una nenita no mayor a 11 años que salía de enfrente o sea del terreno baldío llorando, con su mochila escolar al hombro, dejé mis cosas en la entrada y fui a verla, le pregunté ¿Qué te pasa bebé, porque lloras?, la nenita se me tiro a los brazos, pasaban los minutos y ella seguía llorando, pero ya menos, así, que le repregunté lo mismo, y ya me dijo qué, ¡que se había metido ahí!, porque se le hizo tarde para entrar a sus clases y que unos chamacos de esa escuela, la besaron a la fuerza y la estuvieron tocando de su cuerpo y uno se llevó sus pantaletitas de muñecos, yo le dije que esperara, que sólo iba a meter mis bolsas a mi departamento, que salía para acompañarla, pero la nena se me colgó del brazo y pues me acompañó adentro a dejar las cosas, dentro de mi departamento le invite un vasito de refresco, pero vio que llevaba cereal de caja en mis compras y me pidió que le diera, ¡bueno ese no era mío, era del “astrónomo”!, pero igual, lo abrí y le puse un tazón para que ella se sirviera, saqué leche del refrigerador y le serví, comenzamos la plática mientras ella engolosinada comía, la observaba ya que yo me senté enfrente de ella, me comentaba que a veces algunos niños y (as) se van a meter al terreno a robarse la fruta o algunos se van a besarse ya que nadie cuida ese lugar.
Terminado su cereal y unas rebanadas de jamón que le ofrecí, salimos del edificio y la acompañe a que tomara su autobús que la llevaría a su casa, en el camino nos fuimos despidiendo y presentándonos de nombre, ella se llamada Jennifer y yo pues mi nombre es Marvin A.
R.
, actualmente médico, aquí en la página soy su amigo, ¡”sexigaleno”!, mientras ella colgada de mi brazo, hasta que la vi abordar ese vetusto camión de pasaje, de regreso pensaba en las cosas que hace uno de más chico de edad, pero la carita de Jenny y sus ademanes los tría frescos en mi mente, sus ojitos cafés, sus manitas estilizadas, sus gestos que esa mañana vi de ella, pero más que morbosidad por ella, ¡no era!, lo que me llamó la atención es lo que ella me comentó, ¡de que sus compañeros se meten ahí a hacer cosas de adultos!, mi mente comenzaba a trabajar, ¡de cómo ver a esas mini parejitas!, lo que se hacían, así que sentado en la pequeña sala, mi vista se detuvo en el telescopio de mi compañero, así que fui a maniobrarlo, lo enfoqué a esa escuela, al terreno baldío, a la calle, bueno con la potencia que tenía, hasta la hora veía del edificio de la torre latinoamericana que está en el centro de la ciudad de México, y eso que nosotros vivíamos en la zona de Cuautitlán Izcalli, ya en la salida a la autopista a Querétaro.
Al día siguiente esperando el recreo de esa escuela, me posicioné en el aparato y le bajé el alcance, para ver bien, ya que estaba a todo lo máximo de su potencia y pues se veía difuminado todo, en eso mi vista se fijaba en los juegos de esa edad de los educandos, carreras por aquí, la baya, los picados, la cuerda y las más grandecitas niñas, sentadas en los pequeños prados comiendo sus refrigerios o lunch´s, en eso divisé a Jenny que llegaba a incorporarse a un grupito que ya comían, se sentó junto a ellas y de una bolsita de papel sacó una torta, la cual desde donde yo miraba todo, me percaté que era de puros frijoles recién hervidos, ya que por el alcance del aparato que maniobraba, ¡yo lo vi!, me dio tristeza de ver a la nenita comiendo de esa manera, mientras las demás estaban con sus buenos sándwich de jamón, pollo, otras con fruta en recipientes de plástico y, ¡mi Jenny con su rica y nutritiva torta de frijol!, ¡ya para que recordar más de eso!, bajé el telescopio para ver el terreno baldío, y estaban unos varones niños trepados en un naranjo alcanzando las ya comestibles, otros correteándose entre los árboles y al fondo una mini parejita, que se aproximaban a los besos de boca a boca, pero se tenían bien pegados de sus cuerpos ella lo jalaba de la cintura y él más se repegaba, en eso tocó la clásica campana de regreso del recreo, y del lote baldío salieron los que estaban ahí en chinga, para retomar las clases del día, regresé el lente al patio escolar y todavía llegue a ver a Jenny que caminaba a su salón.
Y así me la pasaba por las mañanas esperando la hora del recreo, para ver, más que nada lo que ocurría en el baldío, pero la mayoría de parejitas eran niños los que se pasaban a darse una inspiración de besos, talladas y tocadas por encimas de sus uniformes, ¡no era la gran cosa!, pero sí, en una ocasión observé a uno de los conserjes de esa escuela que se metió al terreno y se fue hasta el fondo, me cubría la vista unas frondosas hojas de higuerilla, por lo que no podía apreciarle el rostro, minutos después una jovencita entraba y se fue a seguirlo al fondo, se ve que platicaron unos minutos, él sacó su cartera y de esta un billete, el cual se lo extendió a ella, se bajó rápido el pantalón y calzón , la nenita hincada, ¡a la que ya le veía la carita!, inmediatamente se metió el pene de ese hombre a su boca, haciéndole un bucal que duró varios minutos, observé que la leche de él le salía, por la comisura de sus labios a la nena, rápido la chiquilla se levantó, sacó de su bolsa escolar papel y se limpió su boca, él lo hacía con un pañuelo, la nena se veía que hablaba y el gesticulaba con sus manos, para darse la vuelta y salir primero ella, y él espero unos minutos para salir, e igual se fue a meter a la escuela, eso lo veía de distintas nenas que entraban con los conserjes, ya que los tenía en mi mente que eran cuatro los que se metían a ese lugar y con nenas de las que se veía eran las más grandes de esa institución primaria.
Una mañana tocaron al timbre y por el interfono, pregunte que quien era, una vocecita que no reconocí en ese momento, ¿hola esta Marvin?, sí el habla, ¿quien es?, soy Jenny, ¿hola princesita que haces?, ¡espera bajo a abrir!, pasó a mi departamento eran las 8:30 am, ¿que no entraste a la escuela?, ¡no, es que el camión en el que venía se descompuso en el camino! y pues llegue tarde, y ya no pude pasar, ¡pero me dije, que a lo mejor estabas y vine a saludarte!, que bien, bueno te invito a desayunar, ¿quieres?, ¡claro hoy me la iba a pasar en ayunas!, ya que no me pusieron mi torta, ¡bueno mira que se te antoja!, hay chorizo, jamón, queso, pan para sándwich, y tengo pizza de ayer que compramos, ¿tú dices?, que te ofrezco, pues, que sea pizza, ¡ya tiene mucho tiempo que no como de eso!, ¡bueno pues no la desayunamos!, ya degustando ese alimento en la mesa ambos platicábamos, ¿oye Jenny y de que te ponen tu torta?, pues a veces de jamón o de huevo, ¡pero casi siempre es de frijolitos!, ya que a veces no hay dinero en casa para comprar, ¡pero, así está bien, me la como!; sí, a veces eso pasa, la falta de recursos económicos afecta a todos nosotros, pero sabes, ¡me gustaría apoyarte de vez en cuando!, me caes bien eres una nena muy simpática, te agradaría pasar, antes de entrar a la escuela, por las mañanas para que intercambiemos tu torta que traes, por algo más rico, cómo fruta o cereal, para que te lleves y cuando salgas me pasas a dejar los recipientes, ¿te agradaría?, pues me daría pena Marvin, ¿pero si tú quieres?, ¡desde mañana paso!, ok, ¡trato echo!, yo estaré pendiente, para que te lleves algo rico por las mañanas, después del trato cambiamos lo que platicábamos.
Fíjate que ya me he dado cuenta, que al baldío se meten unas parejitas de niños a estarse besándose, ¿tú lo haces?, no, ¡ya vez lo que me hicieron la vez pasada unos de sexto!, que me tocaron toda y, ¡se llevaron mis calzoncitos!, ¡pues no me gustaría ver que entres ahí, ya que me enojaría!, no, ¡descuida Marvin nunca lo haré!, eso se oye bien Jenny, y a propósito que sabes de que algunas niñas, que me imagino ya son de sexto grado, se vienen a meter a ese lugar y luego los conserjes las siguen, ¡para hacer “cositas”!, ¡ah, sí los conserjes, esos son unos groseros!, nos dicen cosas bien guarras, y sí algunas de ellas salen y se van al baldío y algunos de ellos las siguen, es don chemo, don juan, Prócoro y nacho, ¡pero sé que vienen a platicar nada más a solas!, pues no a platicar precisamente, ya que he visto, por la ventana, que las nenas esas vienen a hacer cosas calientes con ellos y les dan dinero, por lo que ellas les hacen, ¿ya lo sabias?, , , ¿cosas calientes, qué cosas son esas?, mira en qué año estas de la primaria, pues estoy en 5º grado, ok, mira, ¿ya sabes algo de la sexualidad?, por lo que te han de explicar en clase y los libros, ¿o, no?, sí algo de eso, del pene, de nuestras vaginas, de los bebés, bueno mira, ¡esas cosas calientes que tus compañeras hacen con los conserjes¡, son de que vienen a chuparles los penes a esos hombres, y se toman los espermatozoides ellas por sus boquitas, además de que ellos les dan dinero por hacer eso, ¿a poco eso hacen?, ¡sí yo le he visto!, por eso te digo que tú no vengas a ese lugar, no, ¡no lo hare Marvin!, gracias por cuidarme, ¡pues lo hago porque me caes bien!, además de que eres muy hermosa y no me gustaría ver en ti algo que sea negativo, las horas pasaban, a las 12:30, la llevé a que tomara su autobús, la esperé a que abordara y se fuera, esta nena Jenny algo me inspiraba, era tan tierna y con un dejo de inocencia cautivante, se estaba metiendo en mis pensamientos a cada instante, pero yo en ese entonces, ¡tenía 18 años, ella 11!, bueno, sí había malicia de mi parte, pensaba en llevarla a la cama, pero me detenía, ya que algo nacía de mi parte hacía ella, ¡que en ese tiempo no podía descifrar!, pero la relación así con ella me agradaba en demasía, a veces jugábamos de manos, pero no sobrepasaba las mías a manera de intuir en ella algo caliente, nos besábamos en la mejilla, ella me hacía dibujitos de corazoncitos, angelitos con flechas, que a veces me los dejaba en el buzón del edificio.
Pasaban las semanas y yo siempre atento con ella, por las mañanas la veía a diario, ya que pasaba por su desayuno que le preparaba yo con mucho cariño, y en la puerta me daba un piquito húmedo en la mejilla, una ocasión le propuse ¡oye y sí pintas venado mañana!, para que me acompañes a hacer unas compras a un centro comercial, sí Marvin al fin que no tenemos maestro, ya que está enfermo y pues no hay tareas, bueno te vienes como siempre, desayunamos juntos en un burguer o un mc Donald, ¡claro que sí!, a la mañana siguiente salimos del departamento y pasamos a desayunar unas hamburguesas, papas, y nos fuimos al centro comercial, a las compras, total que no encontré lo que andaba buscando, así que fuimos al departamento de caballeros y vi en oferta ropa interior para mí y aproveche a comprar unos bóxer que me llamaron la atención, un par de pantalones de mezclilla, un par de playeras, desodorante, gel para afeitar y algunas otras cosas personales, ya para salir rumbo a las cajas, le pregunté, ¿necesitas algo para ti?, levanto sus ojos, me da pena Marvin, eres tan bueno conmigo, ¿por eso bebé que necesitas o quieres?, bueno algo para ponerme debajo de la falda del uniforme, bueno a ver vamos para que escojas, ya en el departamento de jovencitas se dio a buscar ropita interior o sea pantaletas de acuerdo a su edad, y sólo tomó una, así que le sugerí que se llevara más y unos entrenadores para sus nacientes botoncitos que ya se le marcaban, ya de regreso, nos tomamos un helado cada quien, mientras me agradecía la compra, ya de ahí nos dirigimos al departamento, y me pidió permiso para probarse su ropita, por lo que pasó al baño, a los pocos minutos y desde la puerta entreabierta me gritó, ¡Marvin ven a ver cómo me quedan!, ¿y por qué no sales tú?, los pasitos los escuchaba que se aceraban a la sala que es donde yo estaba escuchando música, ¡mira, te gustan, porque a mi si me encantaron mucho!, ¡ya tenía años que no estrenaba algo!, ¡pero mira nada más que hermosa te ves princesa!, ¡qué bonito luces esos chonitos!, hasta la colita se te ve más bonita, ¿si, verdad?, ¡gracias mi amor por estas prendas!, ¿cómo dijiste Jenny?, ¡mi amor!, ¿no puedo decirte así?, medio turbado, sólo atiné a decir, sí, ¡si claro que puedes decirme así!, se regresó al baño para volver a salir y mostrarme un coordinado color rosa pastel, el cual era un bóxer de jovencita y sus entrenadores del mismo tono, y así las demás prendas pasaba a modelármelas, ya me sentía erecto, de ver a Jenny así a cada rato, lo mejor era que ya estaba por retirarse, así que la acompañé, como siempre a abordar su autobús y regresé a mi departamento, para hacerme una buena masturbada, recordando ese cuerpecito virginal de mi princesita Jenny.
Los días y semanas transcurrían y nuestros encuentros se hacían más frecuentes por las mañanas, a veces a la hora del recreo se iba al departamento, al escuchar la campana salía en chinga otra vez, para la escuela, su presencia era algo que fue creciendo dentro de un marco de respeto, ya que hasta esos momentos nunca me propasé con ella, todo fluía de una forma muy especial, un día en una rifa de la prepa entre amigos, me toco la suerte de ganarme un premio y, ¿qué fue?, una dotación de bóxer de una marca importada, así que llegando al departamento puse la caja en el mueble y me fui a dormir, a la mañana siguiente, Jenny no asistió a clases y se pasó a quedar a mi lado, desayunamos ahí y nos fuimos a ver televisión, sus ojos veían la caja de mis bóxer, ¿son tuyos esos shorts?, ah, sí me los saque en una rifa, se me olvido guardarlos, ¿puedo verlos?, claro no le veo nada malo que los veas son nuevos, los sacó de la caja eran tres enrollados como tacos, les daba vueltas y vueltas, ¿me gustaría verte uno de estos puesto?, ah, ¡sí pero más al rato te muestro uno!, nada más que me bañe, ¡no, ahora!, ya vez que yo te enseñe mis pantaletas que me compraste, ¿te acuerdas?, cómo olvidarme de ese día Jenny, te veías divina, ¡ándale pues, ahora yo quiero verte a ti!, ok,¡ pero tengo que ir al baño, espera aquí!, ya te aviso, para que vayas a verme, ¡no sal cómo yo, aquí a la sala!, bueno sí eso quieres, lo haré, ¡espera!
Me fui al baño, con calma me desvestí y me puse uno de esos bóxer nuevos, me enrollé una toalla alrededor de la cintura y salí a que me viera, pero ella sentada decía ¡eso no se vale!, debes dejar ver tu bóxer puesto, así que de un tirón ella me arranco la toalla y ya no me quedó más que dejar que me viera, la miradita me la clavaba directo a mi entrepierna, ¡a’ su Marvin que grande se te ve el pene!, vamos no exageres Jenny, es normal cómo cualquiera, ¡qué va ser!, bueno ya me voy a vestir otra vez, ¡espera!, ¿me dejas tocarte?, no nena, yo no te toque esa vez que te me mostraste, ¿anda un poco, no seas mala onda?, bueno y que me quieres tocar, pues, ¡tú pene!, ah, bueno, ¡pues tócalo!, pero lo que hagas se queda aquí entre nosotros, no quiero broncas con tu familia, ¡sí, yo se guardar el secreto!, la manita ya iba en camino al encuentro, pero sólo con las yemas de sus deditos se daban a palpar por encima del bóxer, recorriendo el tronco de arriba abajo, hasta que llegó a presionar mi glande con sus deditos, como tenazas me lo apretaba, yo estaba, ¡quién sabe, sí en la gloria!, por la manipulación que me hacía, ¿qué grande se te siente?, y hasta te brinca, pues sí, cómo no va a brincar, ¡sí está en estado de erección!, ¿o sea parado?, me preguntaba, sí exactamente eso es, pero sus uñitas me rascaban despacito, abajo del glande esa zona es una de las plataformas de la excitación en los hombres, y en breves minutos voté dentro del bóxer nuevo una cantidad esplendida de esperma, por lo que me retorcí y pues la mancha ella la miraba, ¿Qué te pasó?, ahh, ahh, ¡me hiciste acabar!, ahh, ¿acabar qué?, ¡pues saque mis espermatozoides en el bóxer!, ¿uy me los enseñas?, ya no sabía qué onda, me daba vueltas la cabeza, ok, ¡pues bájame el bóxer y mira!, sorprendida dijo ¿esta es la leche de los hombres?, sí, ¡es con la que se hacen los bebés!, ¡guácala huela a cloro!, pues es el aroma que nos distingue de ustedes la mujercitas, ¡mira mejor voy al baño a limpiarme!, espera Marvin ¿yo te limpio!, se fue al baño a traer papel sanitario y yo recostado en el mueble con los piernas estiradas en el piso, Jenny se dio a limpiarme delicadamente, ¡sus manitas ya se las había embarrado de mis moquitos!, me quitó ese bóxer, ¡mira Jenny!, esa lechita que está en el papel de baño y la que tienes embarrada en tus manitas, es la que se toman tus compañeritas de los conserjes en el baldío, ¿esta es la leche que se tragan?, ¿sí esta es?, ¿quieres que yo también me la beba, como ellas?, ¿pues sólo tú sabes si la quieres probar?, ¡a ver deja que le ponga la lengua a mi mano embarrada!, al principio era la punta de la lengua y la paladeaba y otra vez, hasta que se metió los dedos a su boquita de ángel, y se daba a chupárselos, hasta la palma misma de la mano, ¡pues no saben mal, eh!, ¿te gusta el saborcito de mi lechita?, aja, ¡sí es rica, parece yogurt, pero sin sabor!, ¿te saldrá más?, ¿pues no sé?, pero, entonces tendrás que tomar directo del pene, tienes que usar la boquita, labios y la lengua, pero sin meter los dientes en nada, ¿quieres sacarlos así?
Y se dio a mamar como una becerrita mi princesita Jenny, yo la iba moviendo de su cabeza e imponiéndole los movimientos, pero a la vez dándole instrucciones, para que fuera satisfactorio para los dos, aguantaba hasta lo que más podía, yo también no tenía mucha experiencia cómo en la actualidad, sin avisarle mi esperma salía dentro de su cavidad bucal en buena cantidad y en disparos continuos, hasta que se agotó mí afluente, mientras mi Jenny tragaba lo más que su garganta lo permitía, pero aun así, se le escurrieron a su playerita del uniforme, los cuales con un dedito de ella, los juntaba y se los llevaba a la boca, degustando mi sabor, agotado de dos acabadas antes del mediodía, nos metimos a bañar juntos, yo la desnude cuidadosamente, por primera vez veía su cuerpecito tierno, sus botones inflamaditos por la excitación, su pielecita morena clara, limpia de marcas, sus piernitas con una imperceptible vellosidad y su linda sonrisa vertical, que arropaba el piñón llamado clítoris, que por cierto, ¡muy bella parte!, pequeña desde su nacimiento frontal, hasta la terminación de esta, en el esfínter ano-vaginal, en ese departamento no había cómo en las películas o videos las tinas elegantes o los jacuzi sofisticados, ¡sólo la regadera!, pues me esmere en bañarla sin que se mojara su cabellera negra, luego ella hizo lo mismo conmigo, nos salimos, nos acomodamos nuestras ropas y la lleve a que se fuera a su hogar, le di un billete no recuerdo la denominación, pero sí era algo importante en ese tiempo.
Espero mis estimados lectores les vaya agradando la trama, ya en el segundo capítulo existen cosas más calientes, algunas amiguitas de colegio de ella, me las presenta sin saber ellas, ¡que yo las he visto haciendo guarradas con esos vulgares conserjes!
Espero sus calificaciones y comentarios, para inspirarme y seguir la trama, ustedes tienen el empuje, para que yo escriba.
Trataré de volver a la brevedad, ¡hasta pronto!
extraordinario relato sexigaleno, te admiro eres un genio he leido toda tu saga ojala sigas escribiendo relatos asi que mueven la imaginacion al maximo
💖🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥🔥