El Baldío y El Mirador. 2ª parte.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
“Breves e intensos fragmentos de mi adolescencia”
Con los saludos de siempre a mis estimados lectores de S.S.T., a mis amables seguidores, a los visitantes externos de esta comunidad que me distinguen con sus lecturas, voy a darle continuación a mí relato en este capítulo de la manera siguiente:
Después de esa experiencia adolescente vivida con la tierna Jenny, ella me buscaba en mi departamento con más continuidad, había semanas que la esperaba en su recreo, para desayunar juntos, trataba de esmerarme con los alimentos que yo podía cocinar, la seguíamos pasando bien los dos, cuando se retiraba a retomar sus clases, se despedía ¡ya no de beso de cachetito!, ya ella había adoptado la forma de darme besos de enamorados, aunque su carita se pusiera roja, para salía corriendo, ¡yo sentía que la nena se estaba enamorando de mí!, y así cada vez más atrevida, eso era lo que a mí me gustaba, ¡que ella tomara la iniciativa!
Una mañana exactamente en el recreo fue a verme, ya su desayuno estaba en la mesa junto al mío, sólo esperaba que llegara, ¡pero para mí sorpresa!, vino acompañada de cuatro compañeritas pero de otro salón, las cuales me las presentó una de ellas se llamaba Miriam, otra Jacqueline, Perla y Liliana, todas de sexto grado, a las cuales identifiqué, que todas eran esas niñas que se metían en el baldío con los conserjes, las invité a sentarse en la mesa y compartir un sándwich a cada una y jugo, ellas ya se veían más grandes que mi Jenny, sus cuerpecitos más desarrollados, ¡ya sus pechos eran en desarrollo pequeños pero atractivos y carnuditos!, esa mañana tenían junta sus maestros y pues mi Jenny las invito a conocerme, toda la mañana se la pasaron ahí, en mi departamento, en eso una de ellas precisamente Perlita, dice ¡híjole se me pasó algo!, ¡tenía que ir por el chorizo de nacho!, y todas a las risas, en eso Miriam le dice, ¡pues ya ni modo hay que lo guarde para el lunes!, no creo que se le descomponga, y más risas de todas, pero yo sabía de esas palabras en doble sentido de ellas, así que intervine, ¿Qué.
necesitas chorizo yo te doy uno?, también en doble sentido se lo dije y más risas de todas, en eso perlita bajó la vista a mi entrepierna sin que viera mi Jenny, ¿a poco me darías?, ¡claro que sí, tengo del grueso y limpio!, o ¡te gusta del arrugado y seco!, pues no sé, ¡pero mejor otro día me convida del suyo para probarlo!, bueno la invitación queda abierta, pero mi Jenny con sus ojitos de enojo me observaba ¡la sentí celosa a mi bebé!
Al rato todas se despidieron de mí, mi niña las acompañó a la salida, yo me quede juntando el desorden de la mesa, ya de regreso mi nena me increpa de una manera seria, ¡oye Marvin como te atreves a ofrecer lo mío!, apretándome la bolsa escrotal con su manita, ¿yo, de qué hablas Jenny?, ¡pues de que tenía Perla que ir por su chorizo con el conserje Nacho!, y tú le ofreciste lo que es mío, ¡eso no se vale!, yo te amo y soy muy celosa date cuenta de eso, no te enojes princesa, ¡yo le iba a dar un chorizo de estos del refrigerador!, ah ok, yo creí que era tu penesote, ¿Qué sentiste Jenny al escuchar eso?, ay Marvin latidos fuertes en el corazón, ¿nada más en el corazón?, ¡bueno también aquí, en mi puchita!, ¡uy que niña tan celosa!, ¿quieres hacer travesuritas?, todavía hay tiempo, antes de que te vayas, ¡bueno, pero quiero que me hagas algo distinto!
Serían las once con treinta minutos de esa mañana, nos metimos a mi recamara, cerramos ventanas, cortinas desnudándonos completos, nos acomodamos en la cama individual mía, ella comenzó la manipulación de mi miembro que ya erguido estaba, le daba besitos a mi glande tronaditos, la fui acomodando a manera de que ella quedara encima de mí con su cabeza hacia mis piernas, de a poco ella comenzaba a lamer como helado, mientras su manita subía y bajaba en el tronco de mi pene, ¡la sensación era placentera!, yo también fui poniendo de a poco mi lengua en la ranurita e igual de a poco la iba metiendo, recorriendo el caminito al clítoris y viceversa, hasta encontrar el esfínter y seguir al anito ¡qué cerradito esperaba una caricia lingual!, al que le imprimí igual sus buenas lengüeteadas, seguimos un rato más, ¡ella en lo suyo, y yo a lo mío!, la nena ya soltaba fluidos muy leves, pero era obvio que eran de excitación, ella sola se volteó, se acomodó encima, haciendo el famoso caballito, pero lentamente se iba ubicando hasta encontrar mi pene entre sus nalguitas, la hice que se levantara y reacomodé mi pene en dirección a mi ombligo, mientras ella se sentaba en él, poco a poco, su imberbe ranurita fue arropando mi glande y tronco, hasta quedar unidos piel con piel de manera externa, mis manos maniobraban su cadera y le imprimía movimientos, ella lo entendió, ya que ella solita hacia el vaivén de atrás para adelante, pero lentamente, hasta que sus uñitas se prendieron en mi pecho y entre pujiditos y algo de chillidos, una vertiente de su pipí me baño el pene, testículos, vellos pubianos, inglés y piernas, para recostarse en mi pecho y quedarse semidormida.
La deje encima de mí un breve espacio de minutos, su cuerpecito pegado al mío se veía muy desigual, lo mismo que nuestros sexos, pero si debo decirlo me satisfacía Jenny al máximo, ¿sería el morbo de su cuerpo en desarrollo, su núbil inocencia?, hasta esos momentos, no sabía descifrar mis sentimientos, ella se despertó y así nos miramos uno al otro, nos besamos apasionadamente y la fui bajando de encima de mí, yo no había acabado, estaba con dolor testicular por retener mi descarga espermática, ¡así que la encimé, para terminar yo!, ella abrió sus piernitas sin pedírselo, ni manipularlas, yo de 1.75 cms encima de su cuerpito de apenas 1.30 cms, pues así me acomodé perfectamente en su pelvis, comencé a moverme, mientras una de sus manitas fue a encontrar mi pene y se lo acomodó entre su vulvita, mi glande sentía el calorcito que emanaba de esos petalitos de vulvita tierna, fui lentamente presionando esa estrechez con precaución, mientras veía sus labios de la boca apretarlos y fui otro poco, hasta que ya no aguanto, ayyyy, ayyyyyyyyy, ¡no me lastimes!, ayyyy, ayyyyy, duelee, duelee, ayyyyy, ayyyyyyyyyyy, ayyyyyy, en esos momentos de excitación y de escuchar sus grititos, ya no aguante más, ¡sin moverme mi torrente quedó impregnado en la entradita vulvar de mi Jenny!, por el momento pensé que sería imposible penetrar a mi pequeña diva, así que rápido nos metimos a la ducha, la lave bien, la revise, sólo estaba rosada de las fricciones, ¡pero intacta, pura y virgen!, la vestí para tomar trayecto a que se fuera para su casa, ¡en el camino me dijo que le gustó lo que hicimos!, pero que quiere tenerme dentro de ella, le dije que eso por el momento era peligroso, ya que está en pleno desarrollo, y la puedo lastimar, pero que lo podemos seguir haciendo así, como hoy, en eso pasó su autobús y nos despedimos.
Recuerdo que un viernes, ella no tuvo clases, me lo dijo un día antes, que nos veríamos hasta el lunes próximo, así que no me levante temprano para hacerle su lunch, me seguí durmiendo, pero unos timbrazos al departamento me hicieron parar, por el interfono pregunte, ¿Quién era?, una voz me dijo que era Perla que venía con Miriam y que querían platicar conmigo, ya bajé y las hice pasar, dentro me dijeron, que sí estaba en pie, ¡lo del chorizo!, les dije que no tenía en el refrigerador por el momento, ¡para ver que me decían!, Miriam, me dice, ¡no tonto, ese que tienes entre las piernas!, ah, ¿y qué quieren hacer con él?, pues Perla quiere probártelo, ¡aprovechando que no viene hoy Jenny!, ¿y tú Miriam no quieres probar también?, bueno, ¡sí me da chance Perla, sí?, pues para las dos hay, vengan a mi cuarto, ya dentro me bajaron mi short y mi bóxer, las dos se jugaron un jueguito de manos, muy popular entre los chamacos que era, “piedra, papel o tijera”, y la que ganó mi “chorizo” fue Miriam, misma que se hincó y comenzó a lengüeteármelo sujetando el tronco con su mano, ¡ay perla mira que rico es este chorizo!, nada que ver con los de los conserjes, mmm, está limpio, rico y grueso, mmm, ¿no quieres que le saquemos el yogurt juntas?, sí, ¡pues acércate es mucho para mí!, las dos nenas se daban a mamar con destreza mi pene, que ya botaba gotas de mi pre-semen, mismo que se pasaban por sus gargantas, ¡yo estaba en la gloria o en el infierno, pero estaba sintiendo maravillas!, veía las galaxias sin tener el Hubble de mi compañero el “astrónomo”, ¡qué delicia era para mí en esos momentos!, las hice sentar en la cama, para que de lado, las dos aprovecharan mi tronco ambas me mordisqueaban con delicadeza pero apenas una gota de mi sabia se asomaba, ¡ellas con su lengua la jalaban!, pero llegó el momento del desahogo, tres potentes chisguetes de esperma fueron a dar dos al rostro de Perla, que uno le cubrió su ojito y uno a Miriam, que de la nariz le resbalaba a su labio superior de su boquita, entre las dos me extrajeron desde mi glande los residuos que quedaban, sin decir más palabras, ¡me dejaron seco las nenas en ese momento!
Todavía mi excitación no estaba pasando y las nenas se lamian entre ellas, ¡Perla a Miriam y viceversa!, hasta dejarse limpias de sus rostros de mi lechita, ¡que era absorbida con avidez por ellas!, se fueron a lavar sus caritas de diablillas y regresaron a mi lado, ¡que ya me estaba reponiendo!, pero esa sensación de cosquilleo en el glande no desaparecía, lo tenía sensible al tacto, así que me atreví a preguntarles, ¿ustedes ya han hecho cositas más calientes?, bueno yo sólo mamar penes, ¡pero Miriam sí!, ya que su primo cada fin de semana le da dinero para la escuela, ¡pero antes se la mete!, ¿verdad Miriam?, ¡sí mi primo es un cabrón desde los 10 años me coge! y ahora pues más, ya que me apoya con cosas y dinero, ¿entonces crees poder conmigo?, ¡ay Marvin no creo tu pene es algo grueso!, ¡sí, el de mi primo que me lo mete cada fin de semana me lástima!, imagínate el tuyo, parece un taco árabe, ji ji ji, ¡sí, pero a la mitad no exageres!, ¿me dejas intentar un poco?, ¡ay me da miedo, ya te dije, lo tienes muy grueso!, el de mi primo es delgado parece una salchicha, pero el tuyo parece salchichón, ¡bueno, está bien,,, pero sí me duele mucho, ya no me hagas!, órale pues, ¡vente!, acomodadita y sin ropita, me ubiqué entre sus piernitas le pasé la lengua a su tajito un rato, me le fui acomodando, a manera de enfrentar nuestros sexos, empuñando con mi mano mi pene, el cual dirigí a su entradita, lo pasé varias veces para ir presionado la penetración, la cual iba lenta ganando terreno, hasta que sentí que había alojado mi glande en su totalidad, continué empujando suave, ¡en eso sentí que me alojaba esa cosita sin problemas!, jamás escuche gritos, sólo unos leves pujiditos, ¡mi avance seguía hasta que nuestras pelvis se unieron!, lentamente retrocedía y regresaba por varias veces, ¡Miriam se daba a dar gemiditos muy quedos!, que en mi oído aun conservó, ¡ya vez ya te entró bien!, ¡sí, y no me dolió nada!, y siento rico tú pajarote, ahh, ahhh, ahhhh, ¡házmelo despacito!, ahhh, ahhh, ¿Dónde te hecha la leche tu primo, adentro o afuera?, ahhh, ahhhhhh, ahhhhhh, ¡a veces adentro de mí y otras veces en mi pancita!, y ¿Dónde te gustaría mi lechita?, ahhh, ahhh, ahhhhhh, ¡donde quieras Marvin!, creo que seré tuya de hoy en adelante, siento muy riquisimoooooooooooooo, ahhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhh, un orgasmito tierno fue arrancado de su pequeña vaginita, mientras yo también acababa dentro con fuerza, argggg, arggggggg, que calientes tus mocossssssssssssssss, ahhhhhhhhhh, ahhhhhhhhhhhh, pasadas las manifestaciones propias del sexo, nos desunimos, nos limpiamos, nos vestimos y salimos, perla estaba escuchando música en la sala con audífonos, tomaron sus respectivas mochilas y las fui a despedir, mientras en el camino Miriam me dijo que volvería pronto, las semanas pasaban, hasta que por fin un sábado estaba leyendo propaganda del buzón del edificio, cuando Miriam se me apareció, nos saludamos de beso, nadie venía con ella, así que la invité a pasar, esa mañana andaba de suerte ya que mis compañeros de departamento, habían salido a sus casas a ver a sus padres y no vendrían hasta el lunes muy temprano.
Ya dentro y sentados en la salita, ¡me comentaba lo que había pasado entre nosotros!, y que la verdad yo la había tratado bien, ¡y que quería pasar ese día conmigo!, ya que sus padres habían salido fuera de la capital, por cuestiones familiares, y no quería quedarse sola con el primo que esa mañana llegaba, así que salimos a comprar para comer y cenar los dos, al regreso desde la una de la tarde de ese sábado, vimos una película de alquiler, mientras comíamos, dejamos que nos hiciera digestión la comida, mientras platicábamos, pasadas las seis de la tarde nos fuimos a mi cuarto, ella solita se me entregaba toda, le hice el amor suave, ya que era muy chica, como para maltratarla mucho, así que inventamos posiciones, ella arriba de mí, yo encima de ella, de ladito, de cucharita, de piernitas al hombro, haciendo un excelente 69, ¡bueno el fin era, no maltratarla mucho!, nos dieron la una de la mañana del domingo, y el sexo entre nosotros seguía, logré sacarle tres orgasmitos con mucha lubricación, calientes, ¡hasta mi pene sentía que se quemaba!, en esa ocasión aprendí a controlar mi eyaculación, le saqué mi pene de su vaginita, ¡y ella se tragó en su boquita mi acabada algo abundante!, descansamos un poco, cenamos algo y nos hidratamos, vimos otra película desnudos, al acabar la cinta nos volvimos a entregar igual suave, esta vez acabamos juntos, ella en un orgasmito largo intenso, ya que le temblaba su cuerpecito y sus pezoncitos se erectaban, los cuales lamía suave y se los mordisqueaba, después de todo lo vivido esa madrugada, ella fue al baño a asearse yo me limpiaba con servilletas de papel del comedor, me fui al cuarto, ella me alcanzó ahí, se acostó desnudita poniéndome la colita en mi pene desnudo, que al contacto de su piel y el calorcito que irradia de esa zona, hizo que mi pájaro durmiente recobrara su vigor.
Despacio, mi pene se fue alojando en esa pequeña vulvita, que me recibía cálidamente, y así me tenía arropado dentro de ella, y yo quieto, ¡sólo ella paraba el culito y lo bajaba!, al verla en esos movimientos, se lo saqué y me di a ponérselo en el ojito trasero al que con nuestras lubricaciones, ya lo había embadurnado bien, mi glande comenzó a presionar hacía el interior, pero se resbalaba, así que lo afiance con mí mano y en el ojito le comencé a presionar, ayyy, nooo, Marvin, ¡por el culo noo!, pero yo estaba excitado quería cuando menos extraviar mi glande dentro, con voz temblorosa le decía ¡déjate un poquito mamita!, sólo la puntita, ahhh, ahhhhhh, ¡qué rico siento picarte el culito!, ahhh, ¡pues ponle algo a mi culo, qué me duele!, ayyy, ayyyy, ok, espera, de una de las cajoneras de mis cuates, recordaba haber visto un gel lubricante, y para mi suerte lo encontré, me unte mi glande y a ella le puse bien en el anillo, nos volvimos a acomodar y otra vez a tratar de penetrar un poco, ayyy, ayyyy, ¡despacito ehh!, ayyyyy, ¿te gusta mami?, uyyy, ¡qué me va a gustar, duele mucho!, ohhh, ohhh, aummmm, aummmm, ¿dijiste que nada más la puntita eh?, sí apenas comienza a entrar, ahhh, ahhhhh, ayyy ayyyy, no me lastimes mucho, ayyy, ayyyyyy, ayyyyy, sin querer y sin forzar la entradita anal, ¡mi glande quedo trabado limpiamente en ese ojito ciego de Miriam!, ayy, ayyyy, sácalo, sacalooo, auuuuu, auuu, ¡mi pene no iba a abandonar ese rinconcito!, así que me mantuve quieto, unos minutos, ella comenzaba a calmarse, otro empujoncito y un poco más le alojé, pero ella no soportaba, ayyyyyyyyy, ayyyyyyyyyyy, argghhhhhhhh, eran gritos muy fuertes los que daba, así que comencé con cuidado la retirada, a manera de sentir y quedar sólo mi glande metido, poco a poco se fue calmando, y con eso metido me di a mover con sumo cuidado, ya no gritaba, sólo se dejaba hacer, hasta que acabe dentro de su anito, tomé una camiseta de dormir y al retirarme se la puse en el ano, se levantó y fue al baño, ¡ya de regreso me decía que le saque sangre del culo!, la revisé, ¡y sí alguna venita capilar se reventó!, pero no era mucha la sangre, sólo unas gotas, nos dormimos, le di una pastilla para el dolor antes, y como piedras los dos abrazados dormimos esa madrugada.
Poco antes del mediodía del domingo nos despertamos, preparamos juntos nuestros desayunos, vimos un partido de futbol dominical, ya que yo soy aficionado a los pumas de la unam, terminado el juego salimos a comprar un pollo rostizado, papas fritas de bolsa, refresco y regresamos a degustarlo juntos, la nena estuvo feliz, antes de irse a su casa, volvimos a reencontrarnos sexualmente, en el mueble largo de la sala, lo hicimos ella arriba de mí, me cabalgaba a su manera, despacio, pero muy pegadita, ya su estrecha vaginita me albergaba sin problema alguno, sus gemidos hasta hoy los traigo en mi mente, ahhhh, ahhhh, Marvin, ahhhh, ahhhhh, ¡qué rico siento!, ahhh, ahhhhh, ¿me vas a dar lechita?, ahhh, ahhhh, ahhhhhhhhhhhh, ¡sí, te la vas a llevar dentro ti, y bien calientita!, ahhhh, ahhhhhh, nuestro acoplamiento en esos momentos estaba como pistón de motor subía y bajaba, suave, pero intenso a la vez, uyyy, uyyy, uyyyyyy, me hagoooo, me hagooooooooooooooooo, unos chorritos de su pipí bañaban mi parte baja, y así la mantuve pegada a mi pene, hasta que se le paso la sensación, mientras sentía el palpitar de esa cuevita que me apretaba a cada momento, ya no aguate más y mi esperma quedó dentro de ese útero de Miriam, que al sentirlo sólo decía que le quemaba por dentro.
Ya después de pasar un fin de semana acompañado, y de una nenita de casi trece, la acompañé cerca de su casa, ya que ella vivía unas calle atrás de donde estaba mi departamento, me regresé a limpiar el desastre que hicimos Miriam y yo, lavé el mueble de la orina, abrí las ventanas a manera de despejar los humores propios de una relación sexual, para irme a dormir y esperar el siguiente día, que era inicio de semana en el que, ¡nuevas sorpresas me llegarían solas sin apostarle a la lotería!
Un abrazo para todos, ¡prometo redactar pronto y a la brevedad!
PD.
No se olviden regalarme algún breve comentario sí autoriza la página panel para este capítulo, ¡pero sí pueden calificar este episodio!, hasta pronto.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!