El buen viaje III
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Tercera parte del relato, lo había dejado en que estábamos abrazados en mi dormitorio, con nuestras bocas muy juntas.
No se porqué, pero le pregunté, – si estaba bien?, quería saber porqué del cambio, tan atrevido y descarado en el autobús y aquí en casa estaba muy cortez.
El me respondió, que al verme tan elegante, se sentía un poco cortado, que era una mujer con mucha clase y elegancia y que no quería hacerme sentir vulgar y que me pedía perdón, por su comportamiento.
Yo estaba asombrada, por sus palabras, me sentía tan halagada, por sus comentarios y para quitar un poco de hierro a la situación, le dije:
"aaahhh pensé que eras virgen"?
El me miró frunciendo el ceño y muy sorprendido, por mi pregunta, no se la esperaba, a lo que el me contestó, yo no hablo con nadie, de con quién estoy o con quién no estoy, solo te puedo decir que "no soy virgen".
Y a mi esa respuesta fue lo que me gustó, me emocionó su actitud tan discreta.
Entonces con mucha malicia por mi parte, lo volví a abrazar y le dije, al oído: " tratame como si estuviéramos en el autobús "
En ese momento acercó su boca a la mía y me besó.
Yo estaba ya en las nubes, hacia tanto tiempo que no me besaba con nadie, era tan emocionante, como mi primer beso con mi marido y único hombre de mi vida, Sentí escalofríos cuando abrí la boca y nuestras lenguas se encontraron.
Al principio suave, pero cada vez con más pasión,
Y con mas lengua, yo me empecé a restregar contra su bulto, lo abrazaba hacia mi y él me tenía agarrada por la cintura, me acariciaba la espalda y me metía más lengua, a la que yo correspondía.
Lo fui empujando lentamente, hasta caer en la cama y me iba a poner a su lado, a lo que el me pidió que me pusiera encima.
Cosa que hice de inmediato, antes de hacerlo, mire rápidamente mi objetivo y me acomode, justo para sentirlo.
Quería ver cuanto crecía.
Nos empezamos a besar ya con desesperación y el ya me metía mano, me tocaba el culo, me besaba el cuello, yo me restregaba cada vez más.
Así estuvimos un buen rato, yo me movía cada vez más en su polla y cada vez mas sentía que mi coño, estaba pidiendo guerra.
En ese momento me empezó a besar en la oreja, cosa que me calentó y el notó porque me empezó a decir al oído, que tenia muchas ganas de follarme, al escuchar aquellas palabras, tuve un orgasmo que hicieron que arqueara el lomo como una gata en celo.
Que increíble con mi marido, siempre el sexo fue esporádico y hoy ya tenía el segundo orgasmo, cosa que nunca me había pasado, ni siquiera en la luna de miel, me casé virgen, como era tradición en aquella época de las mujeres castas y puras y no sabíamos nada.
Jadeando como pude, intenté recomponerme ante esta nueva situación, estaba un poco mareada, me faltaba un poco el aire, – estas bien Lola? Me preguntó Jose Luís, yo entre sofocos dije si, es que no acostumbró a beber, se me ocurrió decirle, para salir del paso.
Me temblaba todo el cuerpo, sentía de todo y todo era nuevo.
Me senté en la cama y lo vi, tan guapo y tan lindo, me gustaba, así que le empecé a desabrochar la camisa, se le veía un cuerpo atlético, imaginaba que haría deporte.
El me miraba con su sonrisa pícara, cosa que me excitaba, así que pensé, ahora me toca a mi, así que me levanté, me puse de pie, al lado de la cama y me empecé a desabrochar la blusa.
No se lo podía creer cuando me vio con esa lencería, casi sin pensar, dijo: wooowwwwww que hembra!!!!!!! , cosa que me encantó.
Le dije muy cachonda, espera y veras, me baje el cierre de la falda, deje caer la falda, con unos movimientos sensuales y cuando me vio, con ese conjunto de lencería, se quedó petrificado, no se lo podía creer, estaba alucinando en colores.
En ese momento se acarició la polla, como acomodándola en un acto reflejo y yo empecé a gatear en la cama entre sus piernas, para sacarle los pantalones, cosa que lo enloqueció, porque verme con los ligueros, con mis dos buenos pechos, con esa lencería que apenas me cubría.
Así que revoleando zapatos y pantalón, lo vi con unos calzoncillos tipo bóxer, de esos de pantalóncitos, yo pensaba que tendría unos slip.
Pero éste estaba desatado, parecía un toro de lidia dispuesto a embestir y yo decía esta vez no hay capote, soy tu hembra, entra hasta la bola y nunca mejor dicho.
Así que me tumbó en la cama y me empezó a cubrir con sus besos, como desesperado, iba de mi boca, mi cuello a mis pechos, mis pezones, estaban como pitones, siguiendo con el lenguaje taurino, yo estaba encantada, que a mi edad, alguien podía estar tan desatado por mi.
En eso busqué con mi mano, su entrepierna y eso fue como un tsunami, un volcán de mucha lava, porqué tenía una polla increíble, cuando se la toqué por primera vez, mi coño, empezó a latir, nunca me había pasado eso, sentía que se abrían mis labios y se contraía, toda mi vagina se movía como una medusa, ayyy madre, que barbaridad no solamente era el tamaño, sino la dureza, la tenia como un tronco, no se cuanto le media, pero yo calculaba que era como casi el doble de la de mi difunto marido y gruesa, porque con mis dedos en circulo no cabia, no la podía agarrar.
Ahora la que estaba desesperada era yo, este alucinó al verme con el conjunto de puta, pero yo estaba igual con ese pollon.
Se pone a mi lado de rodillas en la cama y me empieza a comer un pezón, y ese es mi punto débil, porque lo tengo muy sensibles, yo lo acariciaba con una mano, en la cabeza, la otra ni muerta, le iba a soltar mientras tocaba con más calentura esa condenada verga.
Nunca pensé que se podía tener algo taaaan grandeeee mmm… y al acariciarla parecía que seguía creciendo… estaba descomunal yo la comparaba con la de mi difunto Paco, que yo creía que tenia un buen tamaño, también fue la única que había catado, en toda mi vida, pero yo pensaba, que era como de 10 o 15 cm mas, o algo asi, nunca fui de tamaños, pero esa cosa asustaba y mucho… mmmmm…
Hasta ese momento yo estaba como en otro mundo, lencería erótica, un desconocido en mi cama, encima menor de edad, que me pasa, decía yo, pero no podía parar, cada vez quería más, estaba desatada por completa, irreconocible.
Me estoy convirtiendo en una fulana, porque me pasa esto.
???
En eso suelta mis pezones y me empieza a besar yo quería ver de primera mano esa verga, cuando intenté bajarle los calzoncillos, quería verla delante de mis ojos, pero el me dijo No.
Todo a su tiempo zorrita!!!!!!!! En vez de reprocharle ese comentario, tan soez, lo que hice fue, haciendo pucheros como un crió, le dije por favor, dejame verla.
El me volvió a decir No!!!!!!, será cabrón, me llama zorra y encima no me deja verla.
Por lo menos claváme yaaaaaaaa, pensaba yo.
Se pone entre mis piernas encima mio con los brazos extendidos en mis axilas, para besarme en la boca y en mis tetas, yo buscaba con desesperación liberar a willy porque era más que un tiburón, pero el no me dejaba, me estaba poniendo furiosa el condenado, de vez en cuando rozaba su polla en mi coño, pero todavía estábamos con la ropa interior, yo con mi conjunto y el con los bóxer.
Mi coño estaba a punto de explotar, no paraba de latir, tenia vida propia, no podía mas de tanta calentura.
Estas bien zorrita? me preguntó, y dale, otra vez que me lo volvía a decir y acercándose a mi oído, el muy desgraciado, me dice se que no te gusta este tipo de lenguaje y se que eres toda una señora, pero hoy te quiero muy puta.
Y no supe reprocharle nada, y sin decirle ni una palabra, solo fui capaz de asentir con mi cabeza
Sentía su verga en mi coño y no entendía porque no me arrancaba mis bragas y yo su bóxer, yo me movía todo lo que podía, cuando la sentía encima de mi clítoris, ardía de calentura y empujaba para que entrara mas, que me perforara la tela.
Jadeaba como una perra, me empieza a besar los pezones y ya no podía más, lo abrazo con mis piernas y lo voy empujando hacia mi, cada vez mas rápido y mas, mmmmmmm que arte, esa polla me hacía moverme, cada vez más.
Empieza a besarme en la boca con mucha lenguita y muchos jadeos, me muerde el cuello y empieza a bajar hasta mis pechos, yo me los apreté para juntarlos y para que me besara los pezones, cosa que me ponía como una moto y empieza a bajar por mi cuerpo, dándome besitos y pone su cara entre mis muslos, yo aprieto las sabanas, clavando mis uñas en el colchón, imaginando lo que iba a hacer, me empieza a dar mordisquitos en mis muslos y yo jadeaba, besos por mis piernas y se empieza a acercar a mi coñito, encharcado de mis propios jugos, y sigue con los besos, cada vez más cerca y cuando estaba a cinco centímetros para comérmelo, me agarra la braga y poniendo la mano por dentro la junta en todo mi coño, como si fuera un tanga, dejandome una tira de tela.
Me empieza a besar los laterales de mis ingles, nunca me lo habían hecho, me besaba un lado y luego el otro, iba de los muslos a mi pelvis, yo quería que me comiera todo el coño, pero cuando mas cerca estaba, volvía a los muslos, en una de esas mete un dedo por debajo de la tela, como haciendo hueco y yo gemía, ahora me toca, pensaba yo, pero siguió de largo y se fue al otro muslo, será cabrón, este niñato esta jugando conmigo.
Me besaba las piernas, mordía y pasaba la lengua, empezó a lamerme en dirección a mi vagina y el cabrón volvió a seguir de largo, ya me estaba molestando tanto calentarme y cuando menos lo esperaba, entierra toda su boca en todo mi coño, arquee la espalda, clave las unas en el colchón y apreté mis muslos en su cara, con fuerza, tenía unos espasmos terribles y me corrí como una perra en celo.
Increíble, para tener tres orgasmos con mi marido, necesitaba seis meses.
Era muy tranquilo, me quería mucho y era un buen hombre, pero en la cama era muy egoísta, y yo no disfrutaba nada, postura clásica de misionero, me la metía y se corría en pocos minutos, era todo lo que aguantaba, yo nunca se lo reproché, como era natural y luego pasaba un tiempo y yo tampoco lo buscaba.
Y este niñato me había sacado tres orgasmos que era como descargas eléctricas que me recorrían todo el cuerpo y encima quería más y lo que era mas raro, sin todavía meterla.
Uuuuffffff que sesión de sexo, estos si que eran preliminares, me faltaba el aire, jadeaba, estaba más caliente que un horno.
Le pedí que si podíamos descansar y el descarado me dice " ni lo sueñes, zorrita" que todavía no hemos ni empezado.
No lo podía creer con lo que estaba escuchado, yo ya estaba servida, pero no quise ser egoísta como mi marido, por primera vez entendí lo injusto que es hacer eso.
El tenía su tiempo y yo tenía otro, de haberlo sabido, la clave estaba en los preliminares y preocuparse, por las necesidades de los demás.
Eran otros tiempo intentaba consolarme.
Me empezó a comer el coño, con una maestría, ahí entendí perfectamente que no era virgen, éste sabía lo que había que hacer, movía la lengua desde abajo hasta arriba, me besaba el clítoris, me metía la lengua y la movía dentro, como me gustaba, esta comida de coño que me estaba dando, me estaba matando de placer, lo que mas me ponía cachonda que me daba, donde más me gustaba, que lengua que maravilla, yo ya perdí el control lo agarré de la cabeza y lo empujaba hacia mi vagina y sin mas le dije, así mi vida, así mi cielo, soy tu zorra, comemé entera, tratamé como tu puta, quiero tu polla.
El descarado me dice, ves que no era tan difícil, zorrita, que tenía que hacer todo esto, para ponerte muy cachondita,
– aaagggg, meteeeeémela ya, que ya no aguanto maaaaaaaaas!!!!!!!
Te pido un favor me dice, que quieres ahora, pregunté asombrada, quiero que seas muy puta, cuando estés conmigo, o mejor puta no, Putísima!!!!!!.
Me dice, y yo mordiéndome los labios, le dije que siiiiiiiii.
CONTINUARÁ.
PD: La "Seño Lola" les da deberes, a todos ustedes, el cuarto y último relato, lo colgaré, cuando haya 5.
000 lecturas.
Y quiero que Comenten también para saber sus opiniones.
Como es natural, nadie sabe nada, de todo esto y todo lo cuento como sucedió.
No va a defraudar a nadie, lo aseguro!!!!!
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