El manjar del albañil el inicio “Laila”
mi ropa casi siempre y en especial mi ropa interior estaban manchadas de semen..
Holiss, como habida lectora y escritora de este y otros grupos de relatos he disfrutado de muchos de ellos, como muchos de ustedes espero con ansia la continuación de algunos relatos y me desilusiona que algunos los han dejado inconclusos, es por esto que me he decidido a “continuar” con uno de mis relatos favoritos titulado El manjar del albañil «el inicio» si no lo has leído, hazlo es muy bueno, no se quien lo escribió, pero si lee este relato espero que no se moleste por intentar seguir su relato bueno le daré otra perspectiva desde otra visión, espero les guste a todos y todas.
El manjar del albañil el inicio “Laila”
Hay muchas cosas en mi vida que no me gustan como a supongo todo el mundo , es sorprendente las cosas que uno olvida y las cosas que no se pueden olvidar, cuento mi historia en estos grupos porque no soy una mártir ni una mujer débil prefiero que a la gente le cause morbo y excitación a que me compadezcan, mis padres me querían mucho pero la verdad no eran buenos padres, mi papa concentrado todo el tiempo en su trabajo, me quería mucho pero no tenía mucho tiempo para mí, salía todo el día y llegaba ya muy tarde y los días que estaba en la casa se la pasaba frente a su computadora haciendo su trabajo y cuando terminaba veía televisión.
Por otro lado mi mama era una mujer muy atractiva y activa, quería estar en todo, lo malo es que eso le provocaba que no me tomara mucha atención, eso le molestaba a papa, pero como el casi nunca estaba mi mama encontró las formas de salir sin que él lo supiera, dejándome viendo sola televisión o comiendo o dibujando algo, y en verdad siento que era una mujer muy distraída ya que no puedo creer que a pesar que era ella quien lavaba mi ropa nunca noto que mi ropa casi siempre y en especial mi ropa interior estaban manchadas de semen.
Me paso a describir: mi estatura estándar, delgada, mi cabello llega casi hasta mi cintura es largo y es güerito, mi piel es clara como la leche, lo que más deleita de mi es mi preciosa cara de ángel, mis dientecitos de leche, mis labios y mis ojos, las expresiones que hacía todo en mi era digno de admirar, tan bella como mi madre hasta me atrevería a decir que era mucho más hermosa que mi mama (esto en palabras de papa), la verdad era una niña muy bonita también tenía un cuerpo bonito, (intentare dejar una foto si se puede mía de esa edad) pero en ese momento que paso lo que les contare solo tenía 5 años en mi mente de niña no sabía de lo que mi pequeño y lindo cuerpo provocaba en los hombre, en especial en los amantes de las niñas, pues vivía sola en mi casa era como si estuviera en una burbuja alejada del mundo, irradiaba inocencia pura y esto un viejo pedófilo supo aprovecharlo y explotarlo muy bien para satisfacer sus perversiones con mi inocencia y mi cuerpo de niña linda.
Todo comenzó con la llega a la casa del albañil al que mis padres le decían Maestro Beto, él era un hombre ya mayor incluso más que mis padres se veía más como uno de mis abuelitos,
No era muy alto era más bajo que mi papa he incluso que mi mama, era de un color más oscuro que nosotros se podría decir que era moreno y tenía bellos por todo sus brazos, tenía un bigote muy tupido de color blanco también tenía una gran panza que me causaba algo de risa, él había llegado a mi casa para rede modelar el baño, desde que llego fue muy amable con nosotros al parecer mi papa ya lo conocía desde antes pues al parecer el señor era amigo de mi abuelo.
Los dos primeros días que empezó a trabajar en mi casa fueron de lo más normal, pues el maestro Beto se encerraba en el baño a trabajar mi mama se dedicaba a sus cosas al igual que yo, con esto la única que sufría un poco era mi mama ya que no podía salir a sus mandados de siempre pues no tenía la confianza de dejarme sola con el maestro Beto, no era porque desconfiara del sino porque tenía miedo de que el pidiera decirle a papa que me dejaba sola y ella se salir a la calle a quien sabe que, fue en el tercer día que mi mama recibió una llamada que al parecer le interesó mucho.
Mama: – de verdad! No lo puedo creer enserio, bueno es que ahorita no puedo, es que no tengo con quien dejar a Laila, bueno deja me doy una escapadita rápida.
Mi mama se dirigió rápidamente al baño que estaba remodelando el maestro Beto y le dijo.
Mama : -Maestro Beto que pena me da con usted pero me salió un inconveniente y tengo que salir de rápido a ver algo, sería mucho abuso si le encargara que le eché un ojito a Laila de vez en cuando, no me tardo nada se lo aseguro.
Pude escuchar como el maestro Beto dijo con su voz ronca. Pierda cuidado señora, yo le hecho un ojito a la nena no se preocupes, después mi mama le contesto, se lo agradezco mucho maestro no me tardo nadita luego, luego vuelvo, mi mama salió del baño y fue a donde yo estaba coloreando y me dijo.
Mama:- Laila ahorita vengo no me tardo, no vayas a estar molestando al maestro Beto, y hazle caso en todo lo que él te diga, porque no mejor vas a la sala a ver televisión y ahí te quedas sentadita en lo que regreso.
Si mama conteste y Salí de mi cuarto llevando mi muñeca favorita conmigo, y me senté en el sofá a ver la televisión, mientras mi mama salía por la puerta y abría el garaje para salir con su auto, para esta parte debo hacer otro pequeño paréntesis para aclarar algo, (mi mama cuando era más joven fue modelo, de hecho empezó modelando desde muy pequeña, por eso era muy vanidosa con su cuerpo, por eso pasaba horas en los salones de bellezas o en gimnasio, en cuanto a mí, mi mama sabía que era muy bonita y estaba orgullosa de eso, le había comentado muchas veces a mi papa que ella creía que podía llegar a ser modelo y que le podía decir algunos amigos que ella conocía para secciones de fotos, mi papa no quería pues sentía que era apenas una bebe y el creía que de esa manera sexualizaban a las niñas, pero esto no limitaba a mi mama a que siempre me vistiera de una forma bonita ósea muy coqueta, mi mama le encantaba como se ve veían los vestidos y era lo que siempre usaba, vestidos, faldas o incluso falsas muy cortitas, ya que también tenía muy bonitas piernas).
Una vez aclarado esto seguimos con la historia, como les dije en un principio es curioso de lo que uno se acuerda y de lo que no, todo lo que les voy a contar es como lo recuerdo casi como si viera una película recuerdo cada detalle, ese día llevaba un vestido completo, de colores, se amarraba con un cordoncito que pasaba por atrás de mi cuello, tenía mi cabello suelto y con moñitos que lo sostenían un poco ya que mi cabello es completamente lacio, todo eso hacia juego con unas zapatillas rojas con un gran moño amarrillo, (si puedo dejare una foto en mi relato para que me conozcan).
Me puse a ver televisión pero la caricatura que estaba no me gustaba, asique mejor fui a mi cuarto a traer mi casita de muñecas y seguir jugando, al pasar por el baño podía escuchar el ruido que hacia el maestro Beto al trabajar, pero seguí caminando tome mi casita y me dispuse a jugar en la sala, no paso mucho rato que sentí la mirada de alguien y levante mi cabeza y ya estaba parado el maestro Beto viendo como jugaba, yo me sentí algo incomoda y un poco apenada y solo le di una tímida sonrisa, el maestro Beto no me dijo nada solo seguía viéndome atento a donde estaba, después se acerco a la puerta y miro un poco por la ventana y me dijo.
Maestro Beto:- ¿y tú mama suele tardar mucho nena?
Esas fueron las primeras palabras que salieron de la boca del maestro Beto que fueron más una pregunta.
Yo:- pues sí, a veces llega casi hasta que ya va a llegar mi papa.
En verdad que yo era en extremo inocente, pues mis papas nunca me habían advertido de ningún peligro, además no había tenia contacto con mas que miembro de la familia, no tenía idea del sexo ni nada de eso, ni sabía el peligro que podía ser estar a solas con un viejo, además que solo tenía 5 años como podía yo desconfiar de un adulto al que parecían tenerle mucha confianza mis papas.
Maestro Beto: en verdad que eres muy bonita Laila, eres preciosa y me encanta como se te ve ese vestido, ¿oye te gustan muchos los unicornios verdad?
Conteste afirmativamente y de una forma feliz, pues para nadie era secreto que me encantaban los unicornios pues casi todos mis juguetes eran de unicornios y los adornos de mi cuarto también y esto supongo lo noto el maestro Beto.
Maestro Beto:- bueno pequeña yo tengo uno muy bonito que me gustaría regalarte, ¿te gustaría que te lo regalara?
Nueva mente volví a mover mi cabecita de forma afirmativa pero ya más emocionada por el regalo que me iba hacer el maestro Beto.
Maestro Beto:- muy bien hermosa mañana te lo traigo, oye pero quería decirte que si me dejabas tomarte unas fotitos con mi celular así como estas, es que te vez hermosa pequeña con ese vestidito y tu carita de ángel, ¿me dejas tomarte unas fotitos?
Conteste sin pensarlo con un sí, pues mi inocencia no me dejaba ver las perversas intenciones del viejo del maestro Beto, fue en este momento que pude ver como el maestro Beto trago algo de saliva, se veía algo nervioso, supongo que se dio cuenta de lo inocente que era yo, y ahora quería averiguar hasta donde llegaba mi inocencia, el miro una vez más por la ventana y después pude ver cómo le puso seguro a la puerta de la casa, después dio unos pasos hasta donde yo estaba y saco de su bolsillo su celular, y me dijo con un tono de voz como agitado.
Maestro Beto:- párate princesa y quédate así paradita.
Yo me pare y quede paradita frente del, el me miro de pies a cabeza y me dijo.
Maestro Beto:- en verdad que estas hermosa, eres un bomboncito, vaya, ahora no te muevas pequeña te tomare unas fotitos.
Con su célula comenzó a tomarme muchas fotos, unas de cerca y otras de lejos, parecía que lo disfrutaba mucho, me pedía que sonriera y yo lo hacía, después me dijo que me pusiera de ladito y así lo hice, después que le diera la espalda y también lo hice, después que me sentara en el sillón, que cruzara mi pierna una sobre la otra, que me sentara en el suelo, no sé cuántas fotos tomo pero creo que le gustó mucho mi obediencia al maestro Beto, pues se veía muy contento tomando las fotos.
Maestro Beto:- oye hermosa y dime de que color son tus calzoncitos.
Supongo que para este momento él ya los había visto, pues entre tanto movimiento y lo corto que era mi vestido además de que para una niña de 5 años no tienes tanto cuidado con los movimiento que hacía en el sofá supongo que se los había enseñado, para lo que hubiera sido una señal de alarma para casi todos, para mí era una pregunta de los más normal, pues para mí solo era una prenda de ropa y como les dije era muy inocente, al grado que sin ningún problema o pena y sin pensarlo levante mi vestido frente a los ojos del viejo pervertido para mostrarle mis calzoncitos blancos con una figura de unicornio, el Maestro Beto abrió sus ojos al máximo al ver que yo levantaba mi vestido frente de el sin que él me lo pidiera, pude escuchar como lanzo un pequeño gemido y abrió su boca por la cual escurrió un poquito de baba que fue a parar a su barba, esto me dio algo de risa, pero me contuve, el rápidamente me dijo.
Maestro Beto:- pero que hermosos calzoncitos angelito y tus piernas son como de ceda, eres un pastelito digno de mirar, no bajes tu vestido mi pequeña quédate así, no lo bajes.
Con su celular comenzó a tomar más fotos, por mi parte yo obedecí y seguí sosteniendo mí vestido con mis manitas para deleite del viejo Beto, debió de haber sigo como sacarse la lotería para este viejo pervertido que una nena tan linda le estuviera enseñando sus braguitas como si nada.
Maestro Beto:- oye angelito, me dejas tocar tus calzoncitos, es que quiero sentir su tela a ver si son suavecitos como se ven, ¿si me dejas?
Asistí con mi cabecita como a todo lo que hasta ese momento me había pedido el Maestro Beto, su respiración se hizo más agitada, pues se podía escuchar, le costó mucho trabajo hincarse para ponerse a mi estatura ya que su panza que era muy grande le estorbaba, una vez que estuvimos frente a frente me llego su olor a sudor y a polvo, estaba sucio por su trabajo, rápidamente metió su mano derecha bajo mi vestido y la lleva justo al medio de mis piernas hasta topar en medio de ellas, para tocar como me dijo mi calzoncito, sus dedos eran grandes y ásperos, al sentir el contacto de sus dedos con mis calzoncito instintivamente lance un poco mi cinturita para atrás, podía sentir como su dedo grande y áspero recorría por encima de mi calzoncito mi pequeña vaginita jamás tocada, podía sentir lo áspero de sus dedo el cual se sentía aun estando de por medio me calzoncito blanco, yo intentado hacer platica le dije.
YO:- ¿si son suavecitos verdad?
A lo que le contesto con su voz muy agitada y algo entrecortada.
Maestro Beto:- muy suavecitos pequeño ángel, me encantan, pero déjame sentirlos bien.
Terminando de decir esto el Maestro Beto recorrió toda mi pequeña cinturita por el elástico de mi calzoncito por debajo de mi vestido hasta que sus manos toparon con mis pequeñas pero bien formadas y levantadas nalguitas y rápidamente las tomo como si de dos pelotitas se trataran pude sentir como las sobaba suavemente sintiendo lo suave de mi calzoncito como él dijo, sus manos eran grandes, comenzó a sobármelas y a darme unos pequeños apretoncitos, después acerco su cara y la puso por un lado de mi cuello justo en mi oído derecho y tomo aire con fuerza y dijo.
Maestro Beto:- hueles delicioso bebe, me encanta tu aroma a flores, y tus calzoncito que suavecitos, eso me gusta mucho.
Aun después de todo esto para mí esto no era nada malo, era muy inocente y supongo que para deleite del viejo Beto seguía hablando con el mientras se aprovechaba de mi inocencia.
Yo:- Es que mi mama me baña a diario y me hecha perfume, por eso huelo a flores del jardín.
Mmmm suave, dijo el maestro Beto mientras continuaba acariciando mis nalguitas, des pues paso su mano derecha de nuevo al frente para tocar mi vaginita y dejo la izquierda aun acariciando mis nalguitas, su mano era tan grande que sin ningún problema abarcaba mis dos nalguitas, sus otros dedos raspaban un poco mis piernitas y podía sentir lo áspero de ellos, después se acercó aún más a mi cuello y me empezó a dar pequeños besitos en mi cuellos, muy pequeñitos, podía ahora si escuchar lo agitado de su respiración, su olor a sudor, su mano continuaba tallando lentamente mi vaginita y su otra manos mis nalguitas, después sentí como con su lengua recorría desde el inicio de mi cuello hasta el inicio de mi orejita, esto me dio un poco de cosquillas y lance una pequeña risita a lo que él dijo en voz baja.
Maestro Beto:- conque te está gustando zorrita.
Terminando de decir esto con sus dos manos apretó fuerte mis nalguitas pude sentir la fuerza de sus manos y como me levanto del fuerte agarrón un poco del suelo, después me dio otro apretón y después otro, con su lengua ahora lamia mi cuello como si de un perrito se tratara y esto me causaba muchas cosquillitas, así estuvo unos minutos lamiendo y apretando mis nalguitas y amasándolas con sus manos a su antojo, después se apartó de mí y dijo para sí mismo.
Maestro Beto:- ya no debe tardar tu mama, pero no me puedo quedar a si amor, ya se vamos a jugar un juego.
Mientras decía esto caminaba hacia la ventana, cuando llego a ella se asomó nuevamente por la venta y después volvió a donde yo estaba y me dijo.
Maestro Beto:- Vamos a jugar un jueguito Laila, ¿si quieres?
Yo afirme con mi cabeza de nuevo y después el ya poniéndose enfrente de mi dijo.
Maestro Beto.:- mira bebe en este jueguito tienes que quedarte paradita ahí donde estas y después tienes que cerrar tus ojitos, pero no debes abrirlos tienes que tenerlos cerrados, no importa que escuches o sientas no los abras o pierdes el juego, los abres hasta que yo te diga, ¿crees poder jugar pequeña?
Yo:- sí, no voy abrir mis ojos Maestro Beto.
El embozo una sonrisa y después me dijo que cerrara mis ojos, después pude escuchar como un cierre se bajaba y después la respiración agitada del maestro Beto, que repetía con una voz agitada.
Maestro Beto:- si bebe, aaaa, que hermosa eres, me encantas, siii, bebe, te voy a llenar esa carita linda que quienes con mis mecos, recibirás mi marca bebe, préstame tu manita.
No entendía las palabras que decía solo tenía mis ojitos cerrados para ganar el juego, me llegaba un olor raro que nunca entes había olido, después pude sentir como su tosca mano tomo mi manita derecha y me hizo tocar algo caliente y grueso, por instinto quise quitar mi manita pero él no me dejo, detuvo mi mano en ese objeto que yo sentía muy caliente, pude sentir como piel, y por reacción le di un pequeño apretoncito para intentar adivinar que era, esto provoco un gemido en el maestro Beto quien sostuvo mi mano y comenzó a subir y a bajar poquito por ese objeto, con su ayuda mi manita que no alcanza a cubrir todo el objeto bajaba y sucia por este objeto caliente, escuchaba la respiración rápida del maestro Beto y sus gemidos cada vez más fuertes y rápidos, aaaaa, aaahhh, siii bebe asiii, que zorrita eres, siii, asiii, sigue, eran las palabras del maestro Beto, en el momento pude sentir como una de sus manos sostenía mi mentón y hacia que mirara un poquito hacia arriba, fue en ese momento que el maestro Beto empezó a mover mi manita más rápido y dijo como desesperado.
Maestro Beto:- yaaa mi amor, yaaa, no abras los ojitos, no abras los ojitos, arrrrrhhh.
Pude escuchar un fuerte gemido he inmediatamente después pude sentir como algo muy caliente caía en mi carita, sentía como esos chorros golpeaban mi cara, y como resbalaban por ella mientras el maestro Beto resoplaba y continuaba moviendo mi mano pero cada vez más lento, sentía como seguía cayendo ese líquido caliento por mi carita, y después como algo había resbalo hasta mi pecho porque mi vestido era destapado, su olor era fuerte pero aun no podía reconocerlo, también mi manita que estaba sobre el objeto caliente había termina embarrada de ese líquido y se sentía algo pegajosa, poco a poco el maestro Beto fue dejando de hacer esos movimientos con mi manita hasta que por fin la soltó, después pude sentir como levanto poquito mi vestido, fue solo un momento hasta que lo soltó, después dijo.
Maestro Beto:- no abras tus ojitos aun bebe, espérame tantito.
Pude escuchar de nuevo el sonido de su celular tomando fotos, a mí me daba muchas cosquillas ese líquido casa vez que resbala por mi cara y llegaba hasta mi pecho planito, pero me aguantaba la risa, después él dijo.
Maestro Beto:- ya abre tus ojitos bebe.
Abrí mis ojos y mis pestañas estaban un poco manchadas por ese líquido calientito que ya se estaba enfriando en mi carita, lo prime que hice fue llevar mis manitas a mi cara para intentar limpiarme con ellas ese líquido pegajoso, mis manitas rápidamente se llenaron por completo y se sentían pegajosas y brillaban, también tenía en mi pecho y podía ver una mancha grande en mi vestido como si me hubiera caído agua, fue en ese momento que pregunte.
Yo:- ¿qué es esto?
Maestro Beto:- es crema de hombre bebe, para que huelas muy rico, pero vente vamos al baño a limpiarte.
Me tomo de mi manita y me llevo al baño para que me pudiera lavar, luego con cuidado me empezó a lavar mi cara, mis manos y un poco de mi pecho, cuando quede limpia mi seco, él se veía un poco nervioso podía decirse que hasta preocupado se le veía en la cara, una vez que quede limpiecita me dijo.
Maestro Beto:- mira Laila ¿tú sabes lo que es un secreto verdad?
Yo:- si claro es algo que no le puedes contar a nadie.
Maestro Beto:- Exacto nena, que inteligente eres, pues veras preciosa, las fotos que te acabo de tomar y lo del jueguito y todo lo que acabamos de hacer es un secreto y nadie lo puede saber, nadie, ni tus papa, ni tu mama ni nadie, debes prometerme que no le dirás a nadie, y mañana te traeré tu unicornio.
Yo:- sí, siquiera a mi muñequita.
Maestro Beto:- no Laila ni a tus muñecas a nadie es a nadie, te acuerdas que te dijo tu mama antes de que se fuera.
Yo:- sí que le hiciera caso.
Maestro Beto:- pues bueno yo te estoy diciendo que a nadie le debes contar y si le cuentas a alguien ellos sabrán que me desobedeciste y te van a regañar por desobedecer a tus mayores, está claro Lailita.
Yo:- si maestro Beto, no lo desobedeceré, no le diré a nadie, se lo prometo, nunca, nunca, guardare nuestro secreto.
Maestro Beto:- pero que muñequita tan obediente, mañana te traeré tu unicornio, pero si me entero que desobedeciste será para otra nena, bueno ahora vete a ver televisión que yo tengo que seguir trabajando.
Conteste con un sí y al darme la vuelta para ir a la sala el maestro Beto me dio un ultimo apretón en mis nalguitas, después fuimos a la sala el quito el seguro a la puerta y yo me puse a ver televisión y él se encerró nuevamente en el baño, no paso mucho tiempo hasta que mi mama llego, y le aviso al maestro Beto de su regreso y la tarde continuo de lo más normal.
Supongo que fue en este momento que el Maestro Beto se dio cuenta que estaba en una oportunidad de oro, pues yo cumpliendo mi promesa no le dije nada a mi mama y ella tampoco me cuestiono nada de mi día, supongo que noto que mi mama no era muy observadora y yo era una nena muy inocente que sabía guardar secretos justo lo que un pedófilo sueña y el Maestro Beto lo había encontrado en esta casa, y con una nena tan hermosa como yo, supongo que esto lo animo a trazar un plan en el tiempo que estuvo trabajando y ser más osado, cuando termino el día al despedirse sucedió la conversación que cambiaría mi vida.
Maestro Beto:- Me despido por hoy señora Mariana, ya mañana regreso
Mama:- muchas gracias maestro Beto y gracias por cuidar a Laila espero no le haya causado problemas.
Maestro Beto:- para nada señora, Lailita es una niña muy bien portada y obediente.
Esto lo dijo en voz alta supongo para que escuchara lo de obediente.
Maestro Beto:- de hecho señora Mariana, si me perdona el atrevimiento he visto que usted es una persona muy ocupada y veo que el cuidar a Lailita no la deja hacer sus cosas, estaba pensando que si quisiera yo podía conseguirle quien la cuide para que usted haga sus cosas.
Mama:- híjole la verdad es que si maestro Beto me han salido muchos compromisos y no me la puedo llevar, pero mi esposo no me deja dejar a mi hija al cuidado de nadie sino con gusto ya habría conseguí a alguien.
Maestro Beto:- mire señora por eso no se preocupe, yo se guardar secretos y si usted no le dice a su esposo yo menos, a mí me conviene porque le daría trabajo a mi chamaquita que tengo en la casa sin hacer nada, ella puede llegar después de que se vaya su esposo he irse antes de que llegue como ve.
Mama:- híjole maestro Beto, pues suena muy bien ¿pero cuanto me cobraría su hija por cuidarme a Laila?
Maestro Beto:- por eso no se preocupe con que le diera unos 50 pesos al día, es solo para no tenerla en la casa de floja, además ella sabe cuidar niños a cuidado a todos sus sobrinos y mire que son varios, como ve seño.
Mama:- déjeme pensarlo y mañana le tengo una respuesta como ve.
Maestro Beto: claro seño usted manda y espero acepte, buena hasta mañana, hasta mañana Lailita.
El maestro Beto salió por la puerta con la promesa de volver mañana con mi unicornio y con quien sabe más sorpresas continuara………
El espacio de las pequeñitas….:3 ….
Dulce Luna.
Me parece excelente el relato
,,,Ya había leído el otro y se me hacía que necesita un prólogo y una segunda parte.
Espero la continuación
Excelente relato. Continua amigo SST
Enhorabuena por tu primer relato. Te animo a continuar la historia y a publicar otras historias.
que rico …sigue la historia
Hermosas imagenes creaste en mi mente, por favor continua !!
Jugar con la imaginación es lo mejor que hace tu relato. Bueno ese es el fin de todo esto.
Ufff que buen relato espero con ansias la siguiente parte
Buenisimo, ya quiero leer el siguiente