El papá de mi exnovio y yo
Sé lo que quiere y se lo voy a dar.
Hola, de nuevo aquí Lau, primero quiero agradecer a todos los que me han escrito por sus comentarios y consejos, no esperaba tal recibimiento, así que vamos con un nuevo relato. Como ya había comentado en el primero, tengo perforaciones en los pezones, esta es una experiencia que pocos días después de hacerlo y es con el papá de uno de mis ex.
Llevaba tiempo pensando en hacerme perforaciones en los pezones, siempre me han gustado como se ven en mujeres y hombres. Evidentemente mis papás no me iban a dejar hacerlo, así que esta sería otra de las cosas que haría a sus espaldas.
Después leer en internet sobre los riesgos y cuidados, inconvenientes, y visitar algunos sitios, decidí hacerlo. El día llegó, ya tenía mi cita, el lugar era estilo urbano, había muchos productos para hacer skate y también para graffitis.
El tipo que me los hizo se portó muy lindo conmigo, para nada me hizo sentir incómoda en ningún momento, me pasó a una habitación donde había una cama-mesa, como las que tiene para los masajes, pero sin el hueco para la cara. Él comenzó a preparar todo y me dijo que me quitara la ropa de arriba.
Yo sin problema lo hice, me quite mi camisa y también mi brasier, me acosté en la mesa y estuve esperando a que terminara de prepararse. Obviamente estaba nerviosa, no por que me viera desnuda, sino porque al final de cuentas iban a atravesar los pezones con una aguja.
- No te preocupes Laura, lo he hecho varias veces, te juro que esta vez si me va a salir bien – Me dijo sonriéndome, era una broma para relajarme.
Me estuvo sobando un poco los pechos, los apretaba poquito, miraba los pezones, los veía de cerca, y entonces vino el primero. Me dolió, pero no tanto como pensé que dolería. Luego el segundo.
Y ahí me dejo un ratito, salió a atender unas personas que habían llegado, yo miraba las tetas, se veían hermosas, hasta me tomé algunas fotos, para mi nada más. Ya después regresó y me traía algunas cosas que iba a necesitar. Toallitas húmedas, jabones antisépticos, una pomadita, y me dio algunas instrucciones, tenía que revisar si había alguna coloración, sequedad, si el dolor aumentaba.
Pero debo decir que nunca tuve ningún problema, claro que los primeros días mis pezones estaban más sensibles. Uno de esos días pasó esto que ni mi ex sabe.
Me había quedado a dormir en casa de mi novio, del viernes para el sábado, había sido noche de películas, en su casa solo vive él con sus padres, y sus papás son personas bastante amables, y hasta divertidas.
El sábado en la mañana, nos despertamos, y mi novio y su mamá salieron a comprar cosas para desayunar, su papá todavía seguía dormido, yo me quede para bañarme y limpiarme las perforaciones.
Ya me había puesto mi pantalón, solo me faltaba ponerme la camiseta, estaba frente al espejo, y a la izquierda de él estaba la puerta. Me estaba revisando los pezones, cuando abren la puerta del baño, no le puse seguro porque yo pensé que se habían ido los 3, era el papá de mi ex.
Él se asustó y cerró la puerta yo también me asusté me cubrí los pechos con los brazos y me volteé, los dos gritamos, él casi suplicaba que lo disculpará que no era su intención, yo también le decía que era mi culpa, no le puse seguro. Y ya después un poquito más calmados de la sorpresa él me dice:
- Oye hija, ¿Qué tienes ahí? Son perforaciones – Todavía seguía nerviosa
- Este… Sí, señor – Estaba un poco nerviosa
- ¿Mi hijo te obligó a hacértelas? – Sonaba preocupado y enojado
- ¿Qué? Nooo, para nada jajaja, yo me las hice porque me gustan – Yo trataba de sonar tranquila y feliz, nunca había sido idea de mi ex.
Yo dentro de mí pensé, un poco con malicia, pero también de forma práctica, en que ya me había visto los pechos, ya no tenía caso seguir cubriéndomelos, es más yo me moría por presumir mis perforaciones, me emocionaba llegar con mi novio y que las viera, o también con mi mejor amiga.
- ¿Señor? – Mire hacía la puerta, rogando que siguiera ahí
- ¿Sí? Hija – Aún seguía detrás de la puerta
- ¿Quiere verlas? – Me acerqué hacia la puerta
- No hija como crees, no es correcta, no debería –Ahora era él quien sonaba nervioso
Giré la perilla y abrí la puerta, y ahí estaba el señor.
- Él tipo que me hizo las perforaciones me dijo que tenía que revisármelos, para que no se me infectarán, mis papás no saben, y bueno, usted ya los vio – Trate de sonar como alguien que pide ayuda.
Mi suegro, todavía con vergüenza me comenzó a ver los pezones, se le veía bastante incómodo, cosa que a mi me hizo gracia, probablemente la mayoría de los hombres ya se hubieran acercado a apretar, pellizcar y chuparme las tetas. Pero mi suegro estaba algo tímido, me acerque un poco más, y yo misma apreté mis pechos y levante un poco para acercárselas.
Él las miró detenidamente, no sé si era la primera vez que veía otras tetas en vivo desde que se casó, o bien, que era la primera vez que veía unas tetas perforadas.
- Adelante, puede tocarlas – le sonreí.
Solté mis tetas y él empezó a apretármelas, tocaba los piercings, y rozaba mis pezones, y yo evidentemente con la situación, y el jugueteo que estaba haciendo, me empecé a acalorar un poco.
A veces gemía levemente, cerré los ojos, solo quería disfrutar, él se acercó más, podía sentir su respiración sobre mis tetas, erizaba mi piel. Acerque una de ellas a sus labios, y él los abrió, comenzó a chuparme los pechos. No había dejado ni que mi novio lo hiciera, porque bueno, como dije estaban muy sensibles.
Era tan rico sentir su lengua masajeando los pezones, iba y venía de una teta a la otra, succionaba, lamía, besaba. Entonces, los escuchamos, eran mi novio y su mamá.
Él se metió corriendo hacia su habitación, y yo me metí al baño.
Después no pasó nada más, Él día transcurrió relativamente normal, pero mi suegro y yo sabíamos lo que habíamos hecho, nuestras miradas eran cómplices, a veces lo descubría mirándome.
Cuando llegó la hora de irme a mi casa, mi suegra estaba limpiando la cocina, y mi suegro estaba en la parte de atrás, regando las plantas, mi novio ya me estaba esperando enfrente de la casa para irnos. Me despedí de su mamá, y de su papá, pero con él fue de una forma diferente, llegue por atrás haciendo poco ruido y lo espante:
- ¡BU! – Salte detrás suya
- ¡Ay! Hija no me espantes – Él dio un brincó hacia enfrente
- Jajaja lo siento señor, ya me voy – Le sonreí
- Tan pronto, ¿no te quedas a comer? – Parecía que realmente quería que me quedara
- No, señor muchas gracias, todavía tengo cosas que hacer – Y era cierto, tenía que hacer tareas, además había quedado con unos amigos
- Bueno hija, nos vemos eh, y disculpa lo de la mañana, no pienses que soy así – Bajo su mirada, se veía avergonzado
- Jejeje no se preocupe señor, a mí me gustó – busqué su mirada para que me viera, y de nuevo le sonreí
Me acerqué para despedirme, pero por alguna razón, en vez de darle un beso en la mejilla, se lo di en los labios, un beso inocente, de piquito.
A partir de ahí, tuvimos una relación más de complicidad, no llegamos a tener relaciones sexuales, pero sí tuvimos una relación más cercana, cuando nadie miraba lo sorprendía con un beso tronado, o si no había nadie nos saludábamos y despedíamos de beso en los labios. Fue una bonita relación, meses después mi ex y yo terminamos, y deje de ver al señor, aunque a veces si llegamos a charlar por whatsapp, solo para saludarnos y preguntar cómo estamos.
Y no lo niego, muchas veces he fantaseado con que el viene a verme a mi casa, mis padres no están, y yo lo recibo con un gran beso en la boca, el ya sabe a que viene y no quiere esperar más, nada más entra y cierra la puerta con seguro, se abalanza sobre mí, me quita la blusa sin cuidado, busca desesperadamente mis pezones, esos que lo hipnotizaron desde que los vio y los comienza a chupar.
Me levanta y abrazo su cintura con mis piernas, y me lleva escaleras arriba, hacia mi habitación, me arroja sobre la cama, y se quita la ropa, yo hago lo mismo con mi pantalón, y él se acuesta encima mío, nos besamos apasionadamente, ya no se distingue su saliva de la mía, él se pone en pie, y yo me hinco en el piso.
Su verga es peluda, ya tiene algunas canas, es rosada, de buen tamaño, gruesa, la llevo a mi boca y comienzo a chupársela, la lamo de la punta a los huevos, succiono, la llevo a mi boca, lo hago rápido, y lento, la cara de mi suegro demuestra lo bien que se lo hago, casi como si se esforzará por no venirse, me detengo y me recuesto en la cama.
Yo misma humedezco mi vagina con mi saliva y le doy unas palmadas, invitando al señor que entre en mí, y él lo hace, frota primero su verga en mis labios vaginales, su glande me toca el clítoris, la mete un poco y la saca, vuelve a apuntar a mi entrada, y entonces lo hace, la mete entera de una sola vez, y yo abro mis ojos tanto como puedo, sonrió y él me mueve con sus embestidas.
Por un rato estamos cogiendo de misionero, después, me voltea y me pone de perrito, jala mi cabello muy fuerte es rudo, ahora tiene una vista de mi vagina y mi culo, y comienza a masajeármelo, lo humedece, los soba con un dedo, y lo introduce.
Yo grito de placer, estoy como loca, y entonces tengo mi primer orgasmo, es tan rico y bruto que hace temblarme las piernas, pero él no se detiene, no tiene misericordia de mí, continúa cogiéndome.
Después que me recupero, mis ojos vuelven en sí, él se recuesta y yo me pongo encima de él, sé lo que quiere y se lo voy a dar, ya trabajo mi culito para eso, me coloco encima suyo, tomo su pene, y lo llevo a la entrada de mi ano, al principio cuesta y duele, pero no aguanto más, mi amante quiere eso y se lo voy a dar, me dejó caer encima suyo y la siento dentro de mí, duele, siento como mi culo se llena con ese miembro invasor.
Me levanto un poco y bajo, empiezo a brincar encima suyo, luego me detengo y giro mi pelvis en círculos, su mirada y la mía se cruzan, sonreímos y nos decimos los que nos callamos, expresamos las verdaderas intenciones de esos besos y jugueteos inocentes que eran.
Y entonces lo miro, y se lo que viene, porque también lo siento, él se corre dentro de mi culo y yo hago lo mismo sobre su panza, mi cabeza mira al cielo en una explosión de éxtasis, y caigo rendida, sobre su pecho, y él me abraza, siento los vellos de sus brazos sobre mi espalda, y mi cara reposa en su peludo pecho, y así nos quedamos dormidos.
Luego, despierto, y lo que descubro, es que solo estoy yo, y mi habitación está vacía, por supuesto que él no estaba, nunca estuvo ahí, era solo yo, masturbándome, viendo algún video, o leyendo algún relato.
Bueno, hasta aquí, el relato, espero que les haya gustado, y no olviden que puede escribirme y comentar que les ha parecido, mi telegram es LCoellar. Byeee
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