El paquete del profesor de Historia II by: LilRose
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por LilRose.
Primera parte: http://www.sexosintabues.com/RelatosEroticos-31196.html
Después de es primer encuentro en su despacho,no volvió a ocurrir nada más .Había miradas picaras por parte de los dos o toqueteos " accidentales".Me había pasado los días pensando en él, en la suavidad de sus manos, en como me había masturbado. Había pensado tanto en él y en aquel momento a su lado que había terminado masturbándome bajo mis sabanas susurrando entre gemidos su nombre.
Por lo que tres semana después,y con el curo a punto de acabar, me levanté con una decisión tomada. Aquello no podía acabar así, el profesor se merecía una recompensa por ser tan aplicado en sus explicaciones. Así que ese mismo día en la hora del patio y a sabiendas de que él estaría ahí, entré en el despacho.
Él, al verme entrar en su oficina con aquellos pantalones vaqueros ajustados que remarcaban mi figura, con el pelo rojo suelto cayéndome sobre los hombros y con una sonrisa maliciosa en la cara, no pudo evitar sentirse sexualmente atraído de nuevo. Él me confesó que también había tenido que masturbarse en su casa recordando el olor de sus dedos cuando me masturbó.
Incluso pensaba en mi cuando lo hacia con su esposa.
Fue a levantarse para recibirme pero con un gesto le hice ver que no hacia falta.
—-Tranquilo profesor, hoy no vengo a preguntarle dudas, solo a devolverle el favor de ayer.
Puso cara de no comprender pero en cuanto pasé al otro lado de la mesa y le dí un suave beso en los labios comenzó a entender.
Fue un beso calido en el que los labios se rozaron con dulzura. Después sintió la punta de mi lengua humedecerle la boca y por ultimo mi pasión juvenil besándole intensamente buscando entrelazar nuestras lenguas. Fue un beso tan intenso y pasional que no puedo evitar excitarse hasta que su sexo deformara la cremallera de su pantalón. Aunque él no podía saberlo aquel beso me había humedecido la ropa interior.
Dispuesta a compensar a mi profesor me arrodillé entre la silla y la mesa y con dulzura, malicia y deseo reflejados en mis ojos fui soltando el cinturón y la cremallera del pantalón.
El bóxer negro ajustado que llevaba se veía deformado por la tensión de su sexo. Desde tan cerca casi podía sentirlo latir bajo la tela. Sin pesármelo dos veces le di un beso. El cuerpo del profesor se convulsionó en la silla. Por encima de la tela fui recorriendo aquella polla con la que había soñado siempre, desde la base de los huevos, que desprendían un calor que hacia arder mis labios, hasta la cima de aquel capullo que ya imaginaba rosado y húmedo.
Volví a sentirme tremendamente excitada. Mi sexo latía bajo mis braguitas ,esta vez blancas. Sin dejar de dar suaves besos al miembro erecto de mi profesor fue soltándome los pantalones vaqueros y buscando con la yema de mis dedos la humedad de mis braguitas.
Entonces,nuevaente, llamaron a la puerta. El profesor se puso tenso y me empujó debajo de la mesa. Me quedé allí, quieta, con las manos metidas en mis pantalones vaqueros y con el olor de aquella polla a escasos centímetros de mi cara.
-Adelante, pase -Dijo el profesor.
Una voz de mujer habló desde la puerta. Era Andrea,mi amiga y compañera de pupitre.
Estaba tonteando entre risitas y preguntando cosas estupidas al profesor.¿Que creía que estaba haciendo? Él se mostraba nervioso. Escondida bajo la mesa, con mis bragas empapadas y aquella polla que tanto deseaba frente a mí, no se resistí más. Abrí el bóxer de mi profesor y extraje su pene que se quedo erguido. Tenía las venas marcadas, el capullo sonrosado se mostraba en pleno esplendor, de su punta brotaban pequeñas gotas de flujos que delataban la excitación de mi amante. Recogí aquellas gotas con la punta de mi lengua. Él se estremeció.
– ¿Esta Usted bien profesor? -Preguntó inoportuna Andrea.
– Si, si muy bien -Contestó él mientras me iba introduciendo su sexo hasta el fondo de mi boca.
Pese a lo comprometido de la situación no podía parar. Si me sacaba aquel erecto miembro de la boca estallaría en gemidos de placer por el roce de mis dedos en el coño y aquello terminaría por delatarnos. Además se sentía tan rico el sabor de mi profesor en la boca. Disfrutaba tanto de las gotas de néctar que aquella polla me regalaba que no me hubiera liberado de ella por nada en el mundo.
A cada beso, a cada lamida, a cada succión que le daba a aquel instrumento de placer notaba como crecía en mi boca y con ella mi excitación me acercaba más a mi orgasmo. El profesor a duras penas conseguía mantener una conversación coherente con mi amiga y yo disfrutaba imaginando la cara que pondría aquella bobalicona si descubría lo que estaba haciendo bajo la mesa del profesor.
Entonces tuve una idea maliciosamente morbosa. Llevaría al orgasmo a mi profesor delante de ella.
Aceleré el ritmo de mi boca. Mamé, succioné, chupé, lamí, besé, me follé entre mis labios aquella verga cada vez más erecta y excitada. Me ponía más y más excitada imaginando las caras del profesor intentando mantener la compostura y cuanto mas excitada estaba con más ganas me masturbaba y chupaba aquella polla.
Adecué el ritmo de mis dedos al de la mamada que propinaba a mi deseado profesor buscando alcanzar juntos el orgasmo. Quería que mi sexo se vaciara de placer a la vez que mi boca se llenaba del placer de mi profesor.
Mi coño se contraía, aquella polla se convulsionaba apretada entre mis labios. Los dos estábamos al borde del orgasmo. No pude detenerme…me daba tanto morbo hacerle correrse delante de aquella puta.
Instantes después sentía brotar entre mis dedos el placer de un intenso orgasmo y como se me llenaba la boca del semen de mi profesor que no pudo evitar un jadeo al correrse.
Sonreí bajo la mesa al pensar en las caras de profesor y alumna mientras me relamía de gusto bajo la mesa.
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