El perro me hizo su puta, es decir, su perra
Luego de ver en el cine porno como un perro se cogia a un hombre, lo que senti cambio mi vida por completo.
Aquella noche de viernes, como regularmente acostumbraba, me metí a un cine porno a ver que ligaba.
Sorpresa que me lleve, como a media película, resulta que un enorme perro se cogió a un hombre. Eso sí que no me lo esperaba, había visto toda clase de porno y ya para entonces había experimentado una que otra locura, pero nunca nada como eso.
Mirar esas escenas me provoco una extraña súper excitación, nada que yo hubiera experimentado antes. Me puse súper caliente, pero ahora se sentía muy diferente. Era como si hubiera yo tomado un estimulante o algo así, no logro entender, era una sensación de lo más extraña, pero a la vez de lo más caliente, erótica, cachonda, pervertida y todo lo demás que quieran agregarle.
Yo estaba en una especie de éxtasis total, completamente compenetrado en esas candentes escenas, así que cuando el hombre ese se sentó a mi lado y me empezó a acariciar la pierna, valiéndome madre lo deje hacer.
Yo estaba fuera de mí, totalmente excitado, así que cuando el hombre me frota el pene, sin pensarlo, de inmediato le tomé el bulto y se lo empecé a frotar sin quitar la vista de la tremenda escena que se proyectaba en la pantalla.
Rápidamente el hombre se la saco y yo de inmediato se la empecé a mamar, pero sin quitar la vista de la pantalla. El hombre me propuso ir a coger al baño y yo sin pensarlo, me levante y lo acompañe. Ahí en el baño me deje que me metiera la verga, mi mente me hacía imaginarme que era el perro el que me la metía, hasta que me termine en un tremendo orgasmo como hacía mucho tiempo no lograba hacer.
Salimos de ahí y el hombre se ofreció llevarme, durante el camino me dijo que se dio cuenta de mi tremendo estado de excitación y me dijo que él tenía un perro y que si yo quería lo podía acompañar a su casa.
No podía creer lo que estaba escuchando, así que sin dudarlo acepte de inmediato y enseguida el hombre me llevo a su casa.
Estuvimos tomando un poco, al rato, nos desnudamos, yo completamente excitado, deje que me besara en plena boca y le deje que me manoseara a su antojo. Le deje meterme los dedos en el culo y, en fin, le deje hacerme de todo.
Nos tumbamos en la cama, desnudos, abrazados, besándonos, hicimos el 69, lo que, a mí en lo personal, me parece de lo más cachondo y delicioso y ya para cuando me estaba cogiendo por el culo, llamo a su perro.
Ponte en cuatro, ordeno casi gritando, de inmediato me di vuelta, me puse en cuatro y le ofrecí el culo al perro. Este, sabedor de lo debía hacer, me empezó a lamer de tal manera que casi hace que me viniera, de lo caliente que ya estaba y de increíble que me estaba lamiendo el culo.
DE pronto, se trepo por detrás de mí y abrazándome con sus patas, se empezó a mover tratando de ensartarme, yo trataba de separar las piernas para facilitarle su trabajo.
Al poco, no sin esforzarse durante un buen rato, por fin, finalmente logro ensartarme. Yo, en ese momento sentí algo increíble, ya me había dejado coger por algunos hombres, pero esto, esto era muy diferente.
Luego de algunos movimientos expertos, el perro logro meterme todita su enorme verga. Yo la sentía muy pero muy caliente. El perro empezó su labor de cogerme, yo estaba que ardía, no podía yo de felicidad.
Sentía claramente como su pene se ponía más y más duro, más y más grande, provocándome sensaciones de extremo placer, totalmente indescriptibles. Llego un momento en que ya no pude soportar más y yo mismo me empecé a mover como verdadera puta, le movía las nalgas rápidamente tratando de sentir más y mejor la enorme verga del perro dentro de mí, sentía como me llenaba por completo.
No sé si el perro sentía el mismo placer que yo sentía o el sentía algo parecido, el caso es que se empezó a mover rápidamente abrazándose fuertemente de mi hasta que sentí como se vaciaba dentro de mi culo llenándomelo de su abundante leche caliente.
En ese momento yo también me vine tremendo en un orgasmo realmente especial, muy diferente a cuando un hombre te mete la verga, muy pero muy diferente. Esta clase de placer, tal vez por el tabú de lo prohibido, de lo condenadamente pervertido de la situación, pero en mi vida había sentido algo parecido.
Lo peor fue cuando reparte en la enorme bola que le había crecido, hasta ese momento me di cuenta que había dejado que me ensartara la bola, así que el hombre me dijo que no me moviera y entre los dos le agarramos las patas para que no intentara zafarse porque entonces sí que me hubiera partido todo el culo por dentro, de lo que se trata es de experimentar el tremendo placer que me hizo gozar, no desgarrarme y sentir el tremendo dolor que se supone te causa el querer sacar la bola antes que se le desinflame.
Acaso no han visto a las perras cuando los mendigos las arrastran por toda la calle y las pobres perras aúllan de dolor.
Así que nos quedamos quietecitos agarrándole las patas, yo caí tumbado sobre la cama y traté de acomodarme de ladito, hasta que la dichosa bola se le fue desinflamando y finalmente se pudo zafar de dentro de mí.
Debo decir que, por momentos, sentía enorme placer el sentir su enorme bola dentro de mí, llenándome las entrañas por completo. Esa sí que fue una experiencia completamente diferente a todo lo que yo había experimentado, y realmente, según algunas cosas que había leído, efectivamente te vuelves adicto a la verga del perro.
El hombre sabiendo todo eso, me invito a visitarlo, cosa que empecé a hacer del diario, cogía primero con él y luego me le ofrecía como puta al perro. La cosa es que le deje que me cogiera a su gusto durante bastante tiempo, en verdad que me hacía sentirme como su puta, como su perra mas bien.
Esa fue una experiencia increíble.
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