El Señor de las Golosinas Parte 01
Sabía que esta señora era muy humilde y que trabajaba a destajo para mantener a su familia. Un día; esta señora llego acompañada por su hija y me dijo que por motivos de salud ella no podría concurrir más y que en su lugar vendría la niña..
Belén, Parte 01.
Tengo 42 años y me considero un adicto a la pornografía. Vivo en una pequeña finca a unos 10 km de una importante ciudad céntrica de la argentina. Soy un exitoso empresario y comerciante en esa ciudad y muy respetado por ello. He llevado a cabo casi todas las fantasías que estuvieran relacionadas al sexo; pero había una que últimamente consumía mis pensamientos. Esta era tener sexo con menores de edad; preferentemente niña
Esto comenzó hace algo más de 10 años atrás. Navegando por la web descubrí que había otra parte más oscura. Así conocí la Deep web. En ella, encontré muchísimo materia de pedofilia; ya sean fotografías, videos, historias y textos informativos. Algunos de estos me serian de mucha utilidad en el futuro.
Tres veces por semana; a la finca iba una señora de unos 38 años para hacer los quehaceres domésticos. Sabía que esta señora era muy humilde y que trabajaba a destajo para mantener a su familia. Un día; esta señora llego acompañada por su hija y me dijo que por motivos de salud ella no podría concurrir más y que en su lugar vendría la niña.
Su nombre era Belén y estaba por cumplir los 15 años. Tenía el pelo color castaño, ojos color miel y su cuerpo estaba ya totalmente desarrollado para su edad. La silueta de su cuerpo la ocultaba con ropa holgada; pero se notaba que poseía unos grandes pechos.
La primera semana, transcurrió con normalidad; solo hablamos lo necesario. Fue así que pude observar que a la adolescente le gustaban unas golosinas que solía tener sobre la mesa del comedor y que ocasionalmente tomaba algunos de ellos. Esto me hizo recordar algo que había leído en la web sobre como los traficantes de drogas captan a sus clientes. Así que decidí realizar un pequeño experimento.
Debo confesar, que nunca he consumido drogas a no ser que me fueran prescriptas por algún médico. Pero mi plan requería de drogas y por lo tanto, después de unas averiguaciones, las conseguí. El obtenerlas fue más fácil de lo que me imaginaba y por eso decidí hacerme de una buena cantidad de una vez de drogas ilegales como MDMA/éxtasis, marihuana y cocaína. También conseguí drogas legales como benzodiacepina y anfetaminas.
La primera fase de mi plan, consistía en adulterar las golosinas con una dosis mínima de MDMA/éxtasis. Sabiendo que Belén las comería como era su costumbre sin pedir permiso y disimuladamente.
Coloque pequeñas cámaras de seguridad por toda la casa para así observar las reacciones de la niña ante la ingesta de las golosinas contaminadas. Durante la primera semana, la adolescente no tuvo cambios significativos en su comportamiento. Y en la semana siguiente, trate de entablar charlas casuales con ellas preguntándole cosas tontas al principio para después hacer la conversación más íntima y personal para conocerla más.
Para la tercera semana; aumente levemente la dosis de la droga. A partir de ese día si note algunos cambios. Belén comenzó a comportarse algo más risueña y alegre que de costumbre; a la vez que parecía algo más desinhibida.
Para la sexta semana; ya conocía todo sobre la vida de la adolescente. Supe que su madre la coartaba demasiado y que debido a su enfermedad había abandonado la escuela. También supe sobre sus sueños y anhelos. Estos eran los de una niña común y me dio la pauta para dar el siguiente paso.
El primer día de la octava semana; Belén llego como de costumbre y rápidamente fue hacia donde estaban las golosinas. Tomo alguna y las guardo en el bolsillo de su delantal de mucama. Para después tomar uno y llevárselo a la boca.
Fue en ese momento en que aparecí yo con una cámara filmadora en una de mis manos y una fotográfica en la otra. Belén se sobresaltó ante mi presencia y rápidamente se dirigió al armario de limpieza para sacar lo que necesitaría para comenzar su labor diaria.
Mientras la adolescente comenzaba los quehaceres de la casa; coloque la filmadora sobre un trípode y la encendí enfocándola a ella. Tome la cámara fotografía y la capture indiscretamente en un par de ocasiones, para después decirle:
- Eres muy fotogénica Belén – dije sonriendo
- ¿Me sacó una foto señor? – deteniendo su labor y observándome
- Así es – dije – deberías de ser modelo porque eres muy linda
- Las modelos ganan mucho dinero –
- Jajajaja dice cada cosas usted – meneando su cabeza de lado a lado
- Estoy seguro que con otras vestimentas lucirías más bella
- Si mi madre me ve con la ropa que usan mis amigas me mata
- Mmm… se me acaba de ocurrir algo – dije – pero tendría que ser nuestro secreto
- Mañana en vez de venir aquí que te parece si nos vemos en el shopping de la ciudad. –
- Queeee… – asombrada por mi directiva
- Si – dije – te compro algunas prendas como las de tus amigas
- Jajajaja… pero señor
- sin peros Belén… eres una linda niña y debes vestirte como tal
- eso sí… será nuestro secreto… considéralo con un regalo de mi parte – dije sonrientemente –
Me acerque a ella y le di un tierno beso en la mejilla que la hizo ruborizarse. Para después sacar una foto de nuestros rostros uno al lado del otro.
El adolescente trato de continuar con su labor de limpieza; pero los flashes de la cámara parecían incomodarle. Así es que comenzó a posar como si de una modelo se tratara con una gran sonrisa en su rostro.
Le ordene que se quitara el delantal y por unos segundos dudo en hacerlo; pero lentamente comenzó a desprender los botones y lo arrojo a piso giñando un ojo y sonriendo. Le indique algunas posiciones algo sugestivas las cuales realizo con total obediencia.
Belén tomo otro dulce y le sugerí que se quitara el polar que traía y mordiéndose el labio inferior comenzó a quitárselo y con ella, la camiseta que llevaba debajo. Dejando a la vista su corpiño y sus grandes pechos. Al hacerlo; se cubrió con sus brazos y me dio la espalda. Nunca sabré sí lo hizo intencionalmente o no; pero tampoco me intereso saberlo en ese momento.
Le dije que no debía sentirse mal en mostrar su cuerpo; ya que era muy hermoso y que todo en ella me resultaba hermoso. Con su rostro enrojecido por la vergüenza y algo de pudor, lentamente volvió a girar su cuerpo para así retomar la sesión fotográfica.
A partir de ese momento; no tuve que decirle que se quitara más ropa. Ella lo hizo por sí sola. Después de quitarse las zapatillas deportivas; la adolescente comenzó a bajar lentamente su holgado pantalón, hasta que solo quedo en ropa interior. Belén parecía hipnotizada por la lente, los flashes y por los efectos de la droga.
Volvió a tomar otra golosina y antes de que se la introdujera en su boca, le dije:
- te gustan mis golosinas especiales.
- Si… son muy ricas – dijo ella dudando de mis palabras –
- ¿Que tienen de especiales? – pregunto la adolescente.
- Toma … prueba con esta – colocando en sus labios una pastilla de MDMA en sus labios-
- No la mastiques; trágala – le ordene-
- ¿Qué es? – pregunto la niña después de tragar la píldora
- Es lo mismo que las golosinas pero mejor. Jejeje
- ¿Es droga? – dijo casi susurrando
- Sí. Es éxtasis
- Me hacen sentir como si me fumara un porro.
- Así que ya has probado la marihuana – dije algo sorprendido –
- Jejeje – rio tímidamente – fume 2 veces el año pasado en la escuela
- Bueno – le dije – cuando quieras drogarte; tengo de lo mejor (abriendo un maletín donde guardaba la droga)
- Guau – exclamo Belén al observar el maletín –
- Ahora continuemos – ordene – quítate el resto
Riendo; Belén se quitó su corpiño y su calzón. Realice un par de tomas de ella; ahora totalmente desnuda. Le indique que se santera en el sillón grande y que se acariciara sus pecho; la adolescente obedeció y segundos después sus pezones se pusieron duros y erguidos.
Belén elevo uno de sus pechos hacia su boca y con su lengua lamio su aureola y pezón; para después repetir la operación en su otro pecho. Continúo jugando con su cuerpo hasta que le indique que llevara una de sus manos a su entrepierna.
Cuando sus dedos tocaron su botón mágico; la niña gimió casi silenciosamente y continúo haciéndolo hasta que tuvo un orgasmo que grito descontroladamente y cerró sus piernas aprisionando su mano entre ellas.
Con la respiración entrecortada y el rostro enrojecido; Belén cerró los ojos por unos segundos. Rápidamente me le acerque y la bese fogosamente en los labios. Esto la sorprendió al principio; pero me lo correspondió rodeando con sus brazos mi cuello.
Le pregunte si había visto a un hombre desnudo alguna vez y su respuesta fue que no. Así que me levante y comencé a quitarme la ropa. Mientras lo hacía; Belén tomo la cama fotográfica y tomo algunas instantáneas de mí.
Se asustó cuando vio mi verga totalmente erguida y amenazante. No podía creer que mi herramienta midiera 26centímetros de largo y casi 8centímetros de diámetro. Jocosamente; le explique que el tamaño de este se debía a una operación a la que me había sometido hacia unos años atrás, que ninguna de las mujeres con las que había estado se había quejado; al contrario, quedaban muy satisfechas. Pero lo que la asusto más fue cuando le dije que le entraría en todos sus agujeros.
Por unos minutos trate de calmarla; diciéndole que no la lastimaría. Pero como no lograba hacerlo, le obligue a que ingiriera una dosis pequeña de benzodiacepina y unas píldoras homeopáticas que ya había utilizado antes para aumentar la libido en mujeres.
Un fuerte trueno nos desconcentro por unos segundo. Se avecinaba una fuerte tormenta. Belén quiso levantarse para así vestirse e irse a su casa; pero las drogas la hicieron trastabillar y volvió a sentarse sintiéndose mareada.
Tome el teléfono y le dije que llamaría a su madre para decirle que se quedaría en la finca hasta que pasara la tormenta o hasta el día siguiente.
- Hola señora Ana – dije por el aparato soy Pablo XXX
- Hay señor. Gracias por llamar – dijo un vos femenina del otro lado del aparato –
- Si – dije yo – Belén está aquí conmigo. No se preocupe.
- Recién nos damos cuenta de la tormenta; es que decidí hacer limpieza en el sótano, se acuerda que le había dicho que lo haría. –continúe diciéndole a la madre de Belén–
- Sí, si – dijo la señora – me acuerdo
- Aquí está muy fuerte la tormenta – dijo la madre –
- No se preocupe señor – dije – cuando calme la llevo a la ciudad; sino se queda aquí en el cuarto de huéspedes.
- No se moleste tanto señor Pablo – dijo la madre –
- No es molestia señora. Pienso pagarle extras por hoy – dije –
- Espere que le paso a Belén así habla con ella
- Hola mami – dijo la niña – algo mareada y sollozando
- Si mami. Voy a hacer todo lo que me diga el señor – respondió después de unos segundos
- Recuerda tomar los medicamentos, mami – respondió Belén
- Hola mami. Hola – dijo al interrumpirse la comunicación.
- Continuemos en lo que estábamos – le dije a la adolescente –
Belén no dejaba de ver mi verga; que aunque había perdido su rigidez aún era grande. Me senté a su lado y charle con ella; tratando de calmarla. Ella me dijo que además de temer por la tormenta, también lo tenía por la monstruosidad que colgaba de mi entre pierna.
Le conté algunas anécdotas sobre mi verga y sobre mis amantes. Resulto que una de estas había sido su maestra el año anterior. Esto la hizo relajarse un poco y continuamos charlando y riéndonos por un rato.
Tímidamente; Belén tomo mi flácida verga con una de sus manos acariciándolo. Aproxime mis labios a los suyos y nuestras lenguas se trenzaron en un apasionado beso.
Comencé a masajear sus pechos con mis manos; para después llevar una de ellas a su entrepierna y acariciar su vulva. Esta la hizo acelerar su respiración y comenzar a gemir levemente. Mi verga se irguió nuevamente ante las caricias de mi joven amante.
Descendí hasta su entrepierna y después separar sus piernas; lamí su vulva y su clítoris hasta que estuvo a punto de tener un orgasmo. Coloque mi ariete en posición para penetrarla y frote el glande por los labios vaginales vírgenes. Esto la hizo cerrar los ojos como esperando que la atravesara con mi herramienta hirviente.
Lentamente fui introduciendo mi verga en esa virginal concha. Cuando solo ingreso una cuarta parte de esta; sentí que su himen frenaba mi avance. Y con un pequeño empujes, la membrana cedió. Esto hizo que Belén hiciera una mueca de dolor y emitiera un quejido casi inaudible.
Con más de la mitad de mi ariete dentro comencé a moverlo de adentro hacia afuera y pronto mi joven pareja empezó a gemir de placer. Finalmente mi verga se introdujo completamente y se lo hice saber. Belén agacho su cabeza para poder ver y confirmar lo que le había dicho y dijo:
- ¡Oh dios mío!
- La siento hasta en el estomago
Yo me reí por su comentario y continúe con mis movimientos. Belén comenzó a gemir cada vez más aceleradamente y rodeo con sus piernas mi cintura. Esto hizo que mi penetración fuera más profunda aun.
La niña adolescente tuvo su orgasmo y yo trataba de aguantar el mío. Hice que se colocara en posición de perrito y la volví a penetrar. Empecé a masajear sus redondas y duras nalgas; para después dejar caer un poco de saliva en su raya anal.
Esparcí mi saliva con uno de mis dedos y frote su rosado anillo trasero. Ella giro su cabeza y me dijo que no lo intentara. Le respondí que solo estaba jugando y pronto la primera falange de mi dedo se introdujo. Esto, no solo la hizo gemir más aun; sino que lanzo un pequeño quejido.
Rápidamente, todo mi dedo entraba y salía de su ano al ritmo de mi penetración vaginal. Cuando ingrese el segundo dedo; Belén arqueo su espalda y gimió más fuerte aun. Un nuevo orgasmo la invadió haciendo temblar su cuerpo; mientras yo me contenía a más no poder.
Le introduje tres dedos en su ano por unos segundo y al sacarlos dirigí mi verga hacia ese orifico. Al sentir mi glande en su ano; Belén grito un largo y fuerte no que retumbo en toda la habitación. Se volteó hacia mí y pude ver como unas lágrimas rodaban por su mejilla mientras mi verga se iba introduciendo en su intestino.
Detuve mi penetración cuando algo más de una cuarta parte ya estaba adentro. Lo hice para que su agujero se amoldara a su invasor. Le ordene a Belén que se masturbara para así calmar la molestia.
Lentamente me fui introduciendo hasta hacer fondo y sentir en mis testículos la mano de la niña tocándose su vulva recientemente desflorada. Con suaves movimientos entre y Salí de allí en un principio para después hacerlo a toda marcha.
Un nuevo orgasmo sacudía el cuerpo de la niña adolescente y mi descarga se hizo inevitable dentro de sus intestinos. Los dos caímos agotados sobre la alfombra y Belén no dejaba de agradecerme. Le pregunte el motivo de su agradecimiento y ella me respondió que era su cumpleaños número quince.
Continuará
Excelente muy excitante, espero la continuación pronto.
Muchas gracias por leer mi relato, pronto viene la segunda parte
Muy bueno, espero pronto haya continuación n_n
Quedé con una paja a medias esperando más