EL SEÑOR DEL REPARTO
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me encanta chupar pijas.
Es lo que mas me gusta en el sexo, las he saboreado desde los que tienen trece a los sesenta años y son una delicia.
Soy una veinteañera de las que están pasaditas de peso pero no gorditas.
tengo buen cuerpo firme y llamativa, vivo sola trabajo y estudio y para mis calenturas el índice es: no vecindario, no amigos, no familiar de amigas y nunca en el trabajo Esa mañana salí de garganta seca a ver que se podía cazar.
al pasar por un supermercado un veterano de unos 60 bajaba de su furgoneta unas cajas rumbo al negocio; cuando lo ví me resultó interesante pero no al grado de atractivo, era alto y algo delgado, por brazos se lo veía peludo, manos grandes cuando crucé nos miramos sin querer pero sus ojos sumergidos en gruesas cejas delataban algo libidinoso.
Le sostuve la mirada como broma y me gustó su repuesta.
Caminé unos metros deteniéndome en una vidriera y mirándolo cada tanto siendo correspondida a sus ojos.
Cuando lo ví salir con un rollo de remitos en la mano comencé a caminar rápidamente hacia la esquina y doblé en el sentido favorable al tránsito a los pocos segundos entre paró su marcha y me gritó si quería que me llevara a algún lugar-No- contesté sonriendo- Que lástima me hace bien una compañía como la tuya- Acordamos encontrarnos a la tarde en una plaza de un vecindario vecino y así fué como al final de su jornada apareció con su móvil invitándome a un helado y le pedí que saliéramos de la zona por tema de prudencia.
Aceptó y me dijo que conocía un lugar tranquilo para charlar, a poco de arrancar me ponderó las piernas y lo bella que era con mi cara de bebota a la cual me dijo-Crei que eras mucho menor, sos una diosa.
Le agradecí el cumplido y para estar tranquilo bajó compró dos helados y comenzamos a comerlo dentro del furgon estacionados al costado de una plaza.
Yo no cuidaba mis movimientos y al hacerlo la pollera que era una mini mostraba más de lo aconsejable mientras él no me quitaba la mirada de encima.
En un momento me preguntó si estaba rico mi helado y lo convidé; al hacerlo él saqué la lengua sensualmente y rechacé la porción de la cucharita yendo con mi lengua al cono y lo lamí haciendo lenguita de víbora.
Que divino amor, que bien lo haces.
Solo sonreí y se acercó buscando mi boca la cual chupeteó con maestría y arrancó el furgón a un hotel que conocía.
Estacionados frente a la habitación nos prendimos de nuestras bocas y el viejo metía mano como loco; yo abría las piernas poniéndome a su disposición y al sobar mi concha por encima de la tanga resfregó sus dedos dando muestra de que estaba mojadita.
Entramos a la pieza y yo ta tenía una teta al aire, me sacó el solero y me saboreó los pezones rosados y duros; me sacó la mini y con la tanga a medio bajar se arrodilló para chuparme la concha, ¡que lengua! saqué la tanga de una pierna para abrirlas mejor y me saboreó los flujos entre la desesperación de darme placer y el aplomo de tomarse mi acabada.
Cuando se desvistió lo empujé a la cama y cayó con las piernas abiertas, era todo peludo.
lo tomé de los talones y empecé a chuparle los dedos de los pies; venía de un día de trabajo por eso no sentí asco del olor y gusto de los mismos y me mandé con todo, se los lavé y subí con mi lengua por sus piernas, hasta detenerme en sus huevos para libarlos de a uno o juntos y suavemente.
le pasé la lengua por sus nalgas sudadas y hediondas para empezar a subir por toda la pija, lo bueno era que no usaba mis manos y me recogí el cabello para que me viera como lo chupaba con devoción.
A pura lengua corrí el cuero para dejar el glande a la vista y con la lengua limpiarle el afrecho depositado por los días sin sexo y suciedad.
Cuando estuvo bien dura la froté por mi cara sin tocarla y en ese rito ví de reojo como me miraba disfrutando de la regia chupada de pija que le hacía.
Amo chupar vergas, más cunado son maduros, demoran en parase y acabar; eso hace que las disfrutes más y ellos enloquecen con mi boca.
me acabó después de varios minutos y cuando la recibía en mi boca me pidió que no me tomara toda la leche que me quería besar.
Subí con la boca cerrada y cuando abrió bien la suya descargué el semen para hundirle la lengua después.
Nos chupeteamos con pasión y me manoseó toda.
Cuando fuimos al baño a lavarnos yo enjuagué mi boca y el puso la pija en el lavabo para que se la limpiara, un divino el degeneradito.
Ya vestidos y sabiendo que no podía le pregunté si quería hacerme algo más.
Se desesperó en besarme y salimos rumbo al furgon con sus manos bajo mi falda tocando culo y vagina.
De regreso en los semáforos metía mano como loco y me preguntó si necesitaba algo; solo verte de nuevo contesté.
Seguimos viéndonos y me practicó lo que le gustaba hacer a su manera cogerme el culo frente al espejo, tenía que sentarme en su boca y en una oportunidad me habló de dos amigos suyos.
Pensé que era entre nosotros-dije.
Lo es pero compartir una mujer es algo que nunca he hecho.
traerlos para que te cojan por que yo lo digo.
dale hijo de puta hagámoslo- contesté aflojando y sintiendo intriga por ser una hembra entregada por su macho.
Fue en la furgoneta cerca de la playa, mi macho cuidaba afuera y ellos dos me daban pija; las dos a la vez en la boca, uno haciéndome la cola y el otro se hacía chupar el culo, me manosearon y acabaron en la cara y pelo.
Después ellos se fueron en su auto y el me pegó una cachetada.
Quete pasa protesté- Vi como gozastes.
era un servicio.
Me bajé del furgón y salí corriendo perdiendome rumbo a casa.
Me llamó varias veces y no le contestaba, hasta que en una oportunidad me dejó un mensaje que escuché distraída, lo llamé y le dije que quería.
Me hiciste de todo.
que más querés?- Solo disculparme y ya- Estas disculpado- dije cortante.
No así no, decime donde nos podemos ver y voy.
Lo cité a mi departamento y después del reparto apareció con una caja de bombones.
Es más discreto que traer flores-acotó.
Nos sentamos en el sofá de frente y cuando me quiso tomar las manos me negué diciendo que escucho con las orejas no con los dedos.
No se que me pasó-empezó.
Yo sí-corté.
Me miró extrañado y pese a su edad lo vi desorientado frente a una chica unos 40 años menor.
Te voy a explicar-seguí-viste a tu novia o puta gozar con dos amigos tuyos y te molestó, fuistes un macho celoso de que su hembra recibiera otra pija, te arrepentistes de lo que me pediste y eso me gustó.
Quedó a la espera y frente a su falta de reacción yo avancé besándolo tiernamente.
le pedí que sacara su hermosa lengua como colgando, hice lo mismo con la mía y sobamos una con otra llenándonos de baba.
mientras me cogía le dije que podía hacer cualquier cosa conmigo y que si quería cagarme a palo no había problema; que lo hiciera cuantas veces lo creyera necesario y que me usara como se le antojara.
Dos semanas después trajo su ahijado de 13 años para debutar siendo a la vez su sobrino nieto y yo para orgullo de mi dueño hice todo lo que me pidió, cuando quedamos solos recibí una cachetada por ser tan puta y me defendí diciendo que solo acabo cuando él me coge.
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