EL SEÑOR JUAN
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Vivíamos en un departamento de propiedad horizontal en la ciudad de Buenos Aires, mis padres tenían un modesto negocio de alimentos dietéticos ubicado a 5 cuadras de casa y trabajaban todo el día, solos, ya que la economía no daba para tener empleados.
el lugar era un pasillo lleno de plantas y había 4 departamentos, nosotros vivíamos en el 2do y Juan, un hombre alto, semicalvo con barba candado grisácea y ojos claros, viudo y sin hijos, de 68 años en el 4to (al fondo).
En el barrio se decía que era medio depravado, que había manoseado a un par de niñas y demás pero como nunca se lo pudieron comprobar gozaba de libertad.
Al principio mis padres temían de esas habladurías, pero cuando lo conocieron se olvidaron del tema, ya que Juan era un hombre muy amable y simpático.
a mí me caía muy bien pero pese a eso nunca olvidé lo que se había rumoreado.
A veces cuando yo llegaba de la escuela él estaba en la puerta (no trabajaba, era ya retirado del ejército) y me saludaba amablemente.
Al tiempo de conocerlo comencé a sentir cierta atracción por él.
usaba habitualmente pantalones de jogging y se le marcaba un bulto muy grande que permitía suponer que calzaba un miembro descomunal.
me empezó a pasar que no podía controlar mi tentación y los ojos se me iban a su bulto con mucha facilidad.
Juan se dio cuenta y esperó con paciencia, me sonreía con picardía.
me preguntaba si me había ido bien en la escuela y ese tipo de cosas.
Uno de esos días comencé a notar que cuando me veía venir se acomodaba el bulto, cada vez más evidentemente y me fue tomando el tiempo.
yo me ruborizaba al saludarlo, y muchas veces llegaba a casa y me masturbaba fantaseando con lo que podía suceder (o más bien deseaba que suceda)
Una tarde para mi difícil, porque mis padres me habían negado el permiso para ir a un campamento estudiantil (por falta de dinero)salí al pasillo, me senté en el peldaño de casa y me puse a sollozar de bronca.
al rato pasó Juan que venía de hacer las compras y cuando vio mis lágrimas se conmovió, me preguntó que me pasaba, yo no podía ni siquiera contestarle y me preguntó
¿Estás solito?
(Él lo sabía), asentí con mi cabeza y me dijo,
¿Querés venir conmigo a casa?.
quiero que me cuentes porqué estás triste.
Me paré sin decir palabra y lo seguí hasta su departamento.
Una vez cerrada la puerta me abrazó paternalmente y me dijo
"cuéntale a tu abuelito que es lo que te aflige"
Entre sollozos le relaté lo sucedido y me consoló acariciándome la cabeza, las mejillas.
pasó un dedo por mis ojos para secar una lágrima y me dijo:
"Marcos, no es tan grave, debes comprender la situación de tus padres.
y ya sabes, tenés un abuelito en el que puedes refugiarte cada vez que lo necesites".
Me calmé.
mi cabeza estaba confundida, ya casi ni pensaba en mi campamento frustrado y me dejé llevar por sus caricias
Me tomó la cara con ambas manos acercó sus ojos a los míos y agregó:
"ya pasó?.
no debes sufrir por esas cosas mi niño.
"
Traté de sonreírle y cerré los ojos, y sentí sus labios apoyarse en los míos y me consumió el deseo.
lo besé ardientemente.
me recorrió todos los rincones de mi boca con su lengua y cuando ese beso terminó me aseguró guiñándome un ojo:
"vas a ver lo bien que la vamos a pasar.
desde ahora tenemos un secreto.
si?"
Asentí con mi cabeza y fui como un autómata en busca de otro ardiente beso
Él tomó mi mano y me la llevó hasta su miembro, que ya había liberado sin que yo me dé cuenta y estaba que reventaba de duro.
me dio cierto miedo, si me metía eso me partiría al medio.
medía como 24 cm de largo y era grueso, como de 6 cm
Fui dejándome llevar por el deseo y comencé a masturbarlo
Él me decía que tenía mi manito muy suave, que podía apretárselo más si lo deseaba y yo hipnotizado por la situación tan gloriosa que estaba viviendo le dije:
"Juan, por favor deme permiso para chupársela.
"
Él, jadeando de excitación me empujó suavemente la cabeza hacia su monstruo
Me arrodillé y se lo comí durante 20 minutos.
"
"mmm mi chiquito.
que hambre tienes.
vamos a la cama?.
estaremos más cómodos.
"
"si, por favor.
rogué.
"me levantó de una mano y lo seguí afiebrado de deseo hasta su dormitorio"
Le dije que quería que me coja pero tenía miedo al dolor, ya que su miembro era gigante"
Me fue enseñando.
me lamió el ano en posición de 69 (yo con su herramienta en mi boca), me penetró primero con un dedo.
tomó vaselina del cajón de la mesa de luz y me untó el agujerito durante un largo rato, me fui acostumbrando y cuando quise acordar tenía dos dedos frotándome el recto con delicadeza pero muy profundamente.
"
Te mueres de ganas de ser mi nena no?.
"
"si señor Juan.
por favor, hágame su mujercita" pedí apasionadamente.
Puso su glande (del tamaño de una ciruela) en la puerta de mi ano y de a poco yo solito fui dejándolo entrar.
en un momento solté un quejido y me preguntó si quería que pare.
"no, por favor.
no pare señor Juan.
" esa tarde me enterró calculo que 10 o 12 cm de su semental.
De pronto lo sacó y me dijo "por hoy es suficiente".
"Me gusta señor Juan, por favor, siga.
", no me hizo caso alguno, me dijo
"Eres pequeñita mi vida.
mañana seguimos trabajando el molde, si quieres hazme llegar con tu boquita".
obedecí.
se lo chupé delicadamente.
saboreando cada centímetro de carne caliente y hurgando con mi lengüita todos los recovecos de su pielcita.
hasta que perdió la calma y empezó a cogerme la boca casi salvajemente y sin preguntármelo soltó una lechada enorme, que no paraba de salir.
algo se me derramó por la comisura de los labios pero la tragué casi toda.
y él quedó exhausto entonces abusé de su estado y seguí lamiéndolo hasta tomarme la última gota…mientras tanto él, con los ojos cerrados me acariciaba la cabeza bajé por su tronco que empezaba a ablandarse pero seguía siendo enorme y succioné con lujuria sus huevos enormes y peludos.
Que feliz me hizo.
me cambió la vida.
y en la tarde siguiente logramos el objetivo.
mi culito la engulló entera.
actualmente no vivimos en esa casa, pero sigo visitándolo casi a diario.
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