El tío abuelo II
Sobre mi primera vez mamando.
Desde que comencé a involucrarme con el tío Pedro todo en mi vida cambió, yo era consciente desde el principio que tenía una mente mas pervertida de lo normal; mi primer contacto con la masturbación ocurrió a los 7 años cuando por casualidad sentí placer cuando tocando mi vagina y desde ese momento lo hacía todo el tiempo sin saber el significado de esas sensaciones. Pasó poco tiempo y un día curioseando entre la ropa de mi padre encontré una colección de dvds con películas pornográficas, sabiendo que era algo «prohibido» tomé una y me la llevé a mi habitación. Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, la película se llamaba «Taboo American Style 4», ingresé el dvd, presioné en reanudar y como un rayo apareció ante mis ojos una escena de la parte final en que, a la luz de un jazz erótico una mujer besaba lentamente el vientre poblado de vello de un hombre mientras bajaba lentamente, al cambiar la escena la mujer toma el pene del hombre y comenzó a chuparlo de una forma tan sensual que mi cerebro era incapaz de procesar lo que veía, solo sabía que aquello que sentía tocándome en soledad era nada en comparación con el placer que sentía mi entrepierna ante esa escena; inconscientemente mis manos hicieron su trabajo y ese día salieron de la boca de una niña sus primeros gemidos. Ese día aprendí lo que era el sexo y mi curiosidad me llevó a ver muchas veces aquellas películas prohibidas.
Pese a todo aquello yo seguía siendo virgen cuando sucedió esta historia, a mis 15 años, seguramente porque no me nace de forma natural la sensualidad, en el colegio era lo que se consideraría una niña nerd no muy agraciada, sin embargo bajo esa armadura llamada uniforme escolar se esconde un cuerpo de lo mas sensual, delgado, con trasero y senos bien proporcionados en un tono moreno caramelo. Pasé dos días masturbándome de forma mas seguida de lo acostumbrado, siempre recordando la escena del baño en casa del tío Pedro, aún tenía viva la sensación de sentir que te desnudas frente a alguien que te observa de forma prohibida, aguantando las ganas de usarte para descargarse, pensaba en el tío tirando la muleta, abriendo la puerta de golpe y obligándome a mamar su pene, pensaba en el tío como un animal descargando toda su furia eyaculando en mi cara y en un momento la idea apareció en mi mente: necesito mamar el pene del tío, pero no quiero que sea por mi consentimiento, necesito transformarlo en el animal de mis fantasías.
Al día siguiente comencé con mi plan, en la mañana le comenté a mi madre que llegaría mas tarde del colegio porque tenía que exponer un trabajo en grupo y a mis amigas les dije que no me acompañaran porque debía cuidar a mi tío. Al salir del colegio me fui directo a la casa del tío a cumplir mi plan, lo saludé «hola tío, necesito pedirle un favor, ¿puedo usar su baño para cambiarme ropa?, salí de casa sin llaves y mi madre no está así que no puedo entrar» la emoción en la cara del tío era evidente y con el rostro típico de un viejo verde me dijo «claro hija, pase que no muerdo» me lancé a sus brazos agradeciendo y sentí su mano tocando mi trasero, a lo que me hice la desentendida. Entré a la casa y le comenté que tenía que cambiarme la ropa para salir con un grupo de amigos(bastante mala excusa) y que no me gustaba el baño del colegio porque el conserje no me daba confianza, podía estar mirando, a lo que me respondió «los hombres no se resisten a una piel tan linda» mientras pasaba su mano por mi brazo lo que me hizo notar lo nervioso y tembloroso que estaba ante la situación. Sin mas dilación entré al baño y cerré la puerta, nuevamente era notorio que se acercaba a observar, esta vez se acercó tanto que pasó a golpear la puerta con la muleta, mi cuerpo temblaba como nunca, el tío estaba a mi lado jadeando sin control como un animal que no espera para atrapar a su presa y yo tenía el poder para liberar esos instintos, comencé abriendo uno por uno los botones de la camisa con mi pecho hacia la puerta mientras miraba hacia un lado, me la quité lentamente al igual que la falda sin dejar de mostrarme hacia la puerta, desabroché el brassier y dejé al aire mis pezones claros que estaban totalmente erectos debido a la excitación, bajé el calzón que estaba un poco húmedo por la misma razón y dejé caer ambas cosas al piso con el motivo de girarme mostrando el trasero y agacharme a recogerlo, lo cual hice lentamente; en ese momento la excitación era indescriptible, el tío estaba viendo las partes de mi cuerpo que nadie había visto antes, realizando un acto prohibido como es espiar a la nieta de su hermana. Sin controlarme caminé al wc, me senté, abrí las piernas y comencé a frotar mi clítoris sabiendo que estaba viendo todo, mi cabeza y cara estaban a punto de estallar por aguantar las ganas de gemir cuando de pronto se oye un golpe en la puerta seguida de un gemido carrasposo como si de pronto al tío le hubiera dolido la espalda fuertemente, en ese momento tuve una sensación de derretimiento en todo mi cuerpo, un orgasmo muy placentero que me hizo temblar todo el cuerpo, volví a vestirme y salí del baño. Al salir vi al tío notoriamente agitado, sentado al borde de su cama jadeando y noté que al lado de la puerta había un charco viscoso, el tío había descargado abundantemente en el suelo. Le dije «gracias tío, nos vemos» y me fui, estaba tan cansado que no se dio cuenta que salí con la misma ropa de colegio con la que llegué.
Aunque el suceso fue muy placentero, en la noche me decepcioné porque no cumplí mi fantasía, sin embargo sentía que lo que estaba haciendo no estaba bien, después de todo el tío era un anciano, discapacitado y un familiar, ¿qué pensarían todos si supieran lo que pasaba por mi mente?, esa noche decidí dejar todo como una casualidad y solo volver a ser cordial con el tío.
A la mañana siguiente, saliendo de mi casa hacia el colegio volví a ver al tío, haciendo sus cosas en el patio como siempre, lo saludé desde lejos y seguí mi camino, a lo que escuché «hija, hija, venga un segundo», me acerqué «digame tío, que pasa», tengo algo que quiero que le envíes a tu madre, acompañame adentro, en ese momento pensé en lo pervertida que estaba mi mente cuando deseé llevar a ese tierno anciano a satisfacer sus instintos abusando de su sobrina. Entré a la humilde casa siguiendo la lenta marcha del anciano, el cual sacó de su mesa de noche una fotografía de mi abuela, su hermana, diciendo que sería un lindo recuerdo para mi madre, me la entregó con la mano que no tenía en la muleta y me dijo «me estas volviendo loco niña» y con la misma mano tomó uno de mis senos, subió hasta el hombro y me empujó a la cama, al levantar la vista vi que estaba sacando su pene mientras jadeaba, mi reacción natural fue escapar pese a que eso era lo que yo quería, pero el me tomó con fuerza del brazo lo que me hizo reaccionar, mi fantasía se estaba cumpliendo, seguí fingiendo que quería escapar pero el me tomó de la cabeza y me acercó a su pene que aún no estaba erecto y yo no me opuse, en un momento mi mejilla estaba en su pelvis peluda, por primera vez iba a mamar una verga, lo miré hacia arriba y le dije «bueno pero no me haga nada» me levanté y le dije que se sentara en la cama, dejé a un lado la muleta y le desabroché la camisa, el se quitó el cinturón y mientras se bajaba los pantalones dijo «te vi en el baño ayer, hace muchos años que no estaba tan caliente, serás mi perra y no le dirás nada a tus padres» y yo hipócritamente le dije que espiar estaba mal y que esto no se podía hacer mientras me acomodaba para mamar su verga, besé su pecho peludo y comencé a bajar lentamente por su abdomen como había aprendido en las películas, su pelvis olía raro pero mas que disgustarme me calentaba aún mas, tomé su pene que aún no estaba erecto, lo introduje por completo en mi boca y comencé a pasar mi lengua cuando sentí que su mano me apretaba fuertemente contra su pelvis, en esa posición sentí como su pene se ponía duro y crecía dentro de mi boca hasta el punto de no poder respirar así que retiré fuertemente mi cabeza, al ver ese pene erecto sentí como ardía mi entrepierna y tuve que estimularme con la mano mientras el tío me tocaba los senos y jadeaba como animal, repitiendo «si, dale, me gusta» para mi ese pene era como un elixir del placer, sentía tanta excitación al chuparlo, pasar mi lengua, escuchar esos jadeos furiosos, como el tío con brutalidad me tomaba de la cabeza y la frotaba con su pene y pelvis que no aguanté y me corrí pero esta vez gemí sin importar nada, mi cuerpo se sentía totalmente pleno, de forma automática chupé con fuerza el pene del tío hasta que el placer lo inundó también a el que soltó un gran gemido de placer mientras chorreaba semen en mis labios y lengua, a lo cual yo solamente podía seguir pasando la lengua por ese fluido caliente, tragué lo que entró en mi boca y caí rendida hacia un lado, ambos jadeabamos fuertemente y el tío me dijo que me fuera al colegio y calladita, me fui corriendo y ese fue el primer día que llegué atrasada, lo cual me traería problemas mas adelante.
Recuerden que esta historia comienza con el relato «el tío abuelo», espero les guste porque tengo más experiencias, bye.
Que rico es leerte
Me alegro, esa es la idea
Rico tu relato ya traias ganas de verle la verga a tu tio abuelo y se dio como tu querias mamarle la verga y lo supiste hacer rico pienso yo que te diste una sabrosa masturbada que te supo rico la leche que salia de la verga de tu tio abuelo continua con el próximo relato