El toque que faltaba.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ese año nos recibiríamos y dado que ambos por conocidos tendríamos trabajo en forma inmediata decidimos que nos casaríamos.
Andaba por los veinte y pico el cuerpo firme, rubia tirando a trigueña con buenas y hasta exageradas formas.
(mucho culo 110 creo) y estatura mediana.
con mi novio estábamos muy bien pero en la intimidad era como que algo faltaba.
Nunca hablé demasiado sobre fantasías con mis amigas, pero siempre consideré a una de ellas dado que mi futuro marido era como me respetaba demasiado como una incógnita en mi vida sexual.
No me hacía sentir una perra, si deseada pero no hembra total, pensé en meterme en problemas y barajé la posibilidad de generar una situación violenta de violación pero tuve miedo a una hipotética muerte posterior al hecho, así que entre amadas suaves y completas me masturbaba pensando en lo que buscaba pero no sabía bien que.
y sin embargo existía.
Una tarde de compras en la despensa entré en una conversación de clientas y dado el estado barrial no fue difícil charlar abiertamente.
Aclaro que mi novio y yo eramos de una localidad lejana a la facultad y ambos alquilábamos por separado viendo a corto plazo estar juntos.
El tema giraba en torno a un cincuentón regordete,morocho, bigotes y como de mi altura, estaba trabajando en una obra frente al local y mis ocasionales amigas hacían referencia (en supuestos) de que era un degenerado.
un cerdo en la cama; que una amiga que conocía una prostituta le contaba que era asqueroso y etc etc.
Pasé por su lado (estaba en la vereda cargando arena en una carretilla) esperando una mirada libidinosa.
nada, solo de reojo y sin maldad.
Encontré una excusa para contratarlo y obvio que mi futuro marido no estaría en casa, el changarín R fue algo confundido y con recelo a ver de qué se trataba lo que quería .
Le expliqué que era una pintada de techos en baño y cocina y que tal vez en el futuro el resto del departamento.
Me vestí bastante suelta un enterizo minifalda que con el movimiento de cola se me subía más de la cuenta.
pero nada.
a los dos días comenzaría a trabajar, busqué los horarios para que viniera estando solos, una vez me llamó mi prometido y de minifaldas crucé piernas y me moví con soltura descarada.
Cuando terminaba su primera jornada fué al lavadero a limpiar rodillo y pincel, casi histérica tomé el mango de ambos diciendo que los limpiaría yo.
Mi energía estaba al límite, cuando fue a reprobar mi actitud le miré con fuerza y tomándome del cuello me besó.
Lo llevé adentro sin preámbulos de nada.
estaba sudado y tenía las manos rasposas pero no se privaba de nada en el toqueteo, mandaba lengua a mi boca de una manera que me ahogaba en baba, pero mi ego no permitía pedir respiro, me sacó el vestido y me sentó en el sofá, se arrodilló y corriendo mi tanga me pegó la más espectacular chupada de concha de la que me acuerde.
sabía lo que hacía, tironeaba mi clítoris y labios vaginales al tiempo que me tomó de las nalgas levantándome para saborearme de una manera brillante, entre gemidos abrí los ojos para fijar esa imagen de que el menos pensado de los hombres me preparaba para la mejor de las cogidas que podría haber recibido.
lo tomé de los pelos y le resfregué la cara por toda mi jugosa y brillante concha en saliva.
No sé como supo pero me penetró en el momento justo descubriendo mis tetas para chuparlas y sentir sus hermoso pijazos de una verga que andaba por los 20 cmts tranquilamente abriendo paredes vaginales sin explorar, cuando volvió a apoderarse de mi boca sentí mi acabada en su boca y el susurro que decía.
_Como podes estar tan mal cogida.
una mujera como vos se la hace hembra y después mujer.
Sentí los embates sonriendo con los ojos cerrados y la descarga de su semen en mi vientre.
¡que delicia! que bien cogida quedé, jadeando le dí las gracias y se hizo chupar la lengua.
Me pasó la lengua por cara y cuello haciendo girar mi cuerpo sentí como bajaba por la espalda hasta abrir mis nalgas y hundir su rostro entre ellas.
Mi primer beso negro bien dado, mi novio solo me besaba los cachetes, me chupó el culo escupiendo el ano y volvió a subir por la espalda fue cuendo sentí su vergon tibio y todavía duro y tuve miedo.
-Tranquila nena papi sabe hacerlo.
Lo sentí despacio punteando, saliendo y entrando, hasta que la fue dejando adentro y empujando, sentí como me dilataba y mi culo se sintió virgen ante ese tamaño.
Me empezó a arder y relajé el cuerpo pero sentía que estallaba y gimotee ante su respiración agitada y su pecho empapando mi espalda.
No fue tanto lo que demoró en acabar y me la puso en la boca.
era la primera vez que estando tibia semidura y con gusto en este caso a culo alguien me la hacía chupar, me tomé las últimas gotas haciendo otro debut; era amargo y salado.
No paró de besarme y manosearme, eran besos furibundos asquerosos sin nada de sensualidad, era lo que quería probar y el me lo dió gustandome por demás.
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