ELIZA
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ella vivía con su abuelita, misma que era la única familia que conocía y que tenía, su abuela de nombre doña Nora como todos la conocían había dedicado toda su vida a la iglesia y a dios siendo ella una de las bizantinas de la iglesia, en toda su vida fue una mujer que solo conoció de iglesias de normas de dios, de la biblia para ella no había nada más sagrado que eso, solo había engendrado a una niña, la cual llegada su adolescencia se había embarazado, doña Nora nunca conoció al padre y a los pocos días de haber dado a luz a una pequeña niña, su hija también huyo de su casa, por lo cual ella tuvo que dejar sus responsabilidades en la iglesia y dedicarse a cuidar su nieta como si fuera su hija.
Ellas Vivian en Cahuazas un pequeñísimo pueblo olvidado del estado de Hidalgo que no aparece ni en los mapas, estaba alejado de toda ciudad y con dificultad tenían los servicios básicos, para doña Nora esto no era problema, pues de esta forma había podido educar a su nieta como ella quería, siendo ella una devota completa del señor, educo a la niña con todas la reglas de la biblia, las leyes de dios, era respetuosa de los santos y del padre de la iglesia el temor y amor por dios eran el pan de cada día en la casa de doña Nora.
Eliza era por demás la niña más hermosa del pueblo, se diferenciaba de las demás niñas rápidamente y nadie en el pueblo cuestionaba que la pequeña Eliza era la niña, y algún día la mujer más hermosa de toda la comunidad, la genética había sido bondadosa con ella y al ser un pueblo muy pequeño que no llegaría ni a los 100 habitantes todos la trataban con respeto y amablemente, eran una comunidad muy religiosa y que se cuidaban entre ellos.
Eliza con solo 7 años media un metro con cuarenta centímetros, tenía un largo cabello rubio que le llegaba casi hasta la cintura, mismo que casi siempre estaba recogido o en cola de caballo o trenzado, su piel guerrita parecía seda, tenía una cara con facciones bien definidas y unos labios muy rojos y suaves al tacto, siempre usaba vestidos largos y bonitos y traía una diadema de florecitas en su cabello, a pesar de ser una pequeña su cuerpo ya daba tientes de que sería una belleza, no era flaca ni gorda estaba justo en su punto, a pesar que el vestido era muy decente este no podía esconder sus nalguitas bien paraditas, que pronto despertarían pasiones entre los niños de su edad o más grandes, ella era muy inocente y devota a dios y a su abuelita y todo en la comunidad eran muy amables con ella, era por mucho el tesoro de la comunidad.
Ese domingo era especial para la comunidad pues el párroco que había trabajado más de 40 años al frente de la pequeña parroquia, por fin se retiraba, pues ya contaba con una edad avanzada, por tal motivo el pueblo había preparado una misa con una gran celebración para despedirlo, Eliza y su abuelita llegaron a la iglesia temprano para alcanzar lugar, la pequeña Eliza disfrutaba mucho el estar en la iglesia, a diferencia de otros niños que se les podía hacer tedioso o aburridos ella había sido educada de forma en que este lugar le parecía el mejor del mundo, respetaba a los ángeles oraba al llegar cantaba y hasta se sentía algo triste de que el viejo párroco dejara la iglesia, ella con su abuela vieron cómo se fue llevando el recinto, la misa comenzó y muy atentas disfrutaron sin saber lo que pasaría.
A miles de kilómetros en la capital del estado el señor obispo se paseaba muy preocupado en su recinto, las acusaciones por pedofilia no se hacían esperar y ya era algo que no se podía ocultar más, tenía este problema con el padre José, en sus pensamientos sabía que esto era algo muy común entre los padres de las parroquias, mismo que se solucionaba con cambiarlos de ciudad y ya, pero el párroco José había sido cambiado ya en barrías ocasiones, y los rumores corrían ya pronto no podría ser ocultado tenía que mandarlo a una comunidad muy alejada a donde no corriera el peligro lejos de los medios de comunicación, estaba pensado en esto cuando las respuestas a sus problemas fueron resueltos como enviados por dios, cuando uno de sus asistentes le hizo llegar el telegrama de que el pueblo de Cahuazas necesitaba un nuevo párroco, perfecto, pensó el Obispo en sus adentros ahí es donde el padre José ira a parar, descansando con esto sus pensamiento.
La misa de este domingo en el pequeño pueblo de Cahuazas era diferente todos se daban cita pues era la primera misa oficiada por el padre José, la pequeña Eliza y su abuela partieron desde muy temprano querían estar hasta el frente para que el párroco las notara querían que él se llevara un buena impresión, Eliza portaba un vestido rosa y unas sandalias blancas se veía hermosa, su vestido estaba ligeramente alto, nada para destacar esto porque ella había crecido un poco y su vestido era de años pasados.
José salió resignado a dar su primera misa en este asqueroso pueblo, (como él se había referido cuando supo que iría a parar aquí), no quería estar en este lugar alejado de dios, pero tanto el como Obispo sabían que no tenía otra opción, era un hombre de 50 año que llevaba toda su vida de sacerdote, tenía poco cabello y una panza algo abultada por la buena vida digna de la que se dan los curas, tenía una boca grande y cara redonda algo cachetón toda su vida la había pasado dedicada al sacerdocio y su amor por las pequeñas había sido casi desde que era estudiante, tenía una gran tentación por las menores de 10 años, aunque nunca había logrado tener relaciones con alguna había logrado hacer tocamientos y una que otra mamada, pero estas mañas lo había mandado a este pequeño pueblo el cuan pensó odiaría con todas sus fuerzas.
Al llegar al pulpito pudo ver la pequeña parroquia hecha de tierra y palma, estaba llena, con algunos santos, pero su miraba rápidamente se posó sobre la pequeña Eliza, pues ella no pasaba desapercibida, era casi como un ángel entre mortales, inmediatamente su pene se puso duro al ver a ese pequeño ángel que lo miraba atento a lo que él le dijera, podía ver sus blancas rodillas y partes de sus piernas, lo maravillaba su hermoso cabello y en sus adentros pensaba que tenía que encontrar la manera de disfrutar de ese pequeño ángel, lo que pensó que sería su infierno ahora parecía ser la mayor oportunidad de su vida.
Toda la misa el padre José no dejo de ver a la pequeña Eliza, con una erección digno de alguna estrella del porno, se imaginaba profanando ese hermoso cuerpo y engañando a la pequeña para que fuera parte de sus más oscuras fantasías, al finalizar la misa muchas personas se acercaron al padre para darle la bienvenida y presentarse, él nunca le quito la vista de encima a la pequeña Eliza y cuando la vio acercarse acompañada de su abuela.
-Padre sea usted bienvenido a nuestra comunidad, me presento soy la señora Nora y esta es mi nieta Eliza.
La niña estiro su manita para saludar al padre, quien trago saliva pues sentía un enorme placer el solo tocar la suave mano de la pequeña.
-Hola padre mucho gusto.
Dijo la pequeña Eliza.
-mucho gusta pequeña.
Contesto el padre, quien disfrutaba de cada momento al tener sosteniendo la mano de la pequeña niña.
-padre quiero que sepa que puede contar conmigo para lo que usted quiera, en anteriores años fui bizantina y se todo lo que hay que saber sobre preparación de la iglesia y como limpiar y hacer las cosas así que no dude en pedirme lo que guste.
Señalo la abuela de Eliza con una gran sonrisa, el padre José como viejo lobo de mar que ya erra vio en esto la oportunidad de tener a la pequeña y hermosa Eliza cerca y aprovechando la devoción de doña Nora dijo.
-agradezco mucho sus palabras señora, y créame que le tomare en cuenta, por el momento pienso formar un grupo de niños para que vengan por las tarde a la iglesia a leer la biblia y ayudarme con las labores en la parroquia, y me gustaría invitar a su nietecita a formar parte de este grupo, ya sabe que es muy importante que los niños estén cerca de las enseñanzas de dios.
Acabando de decir esto voltio a ver a la pequeña Eliza con una cara de lujuria que si cualquiera de las dos hubiera tenido una imaginación más despierta la hubiera notado, la abuela de Eliza no espero a que la pequeña dijera algo y rápidamente dijo.
-claro que si padre, me parece una buena idea, que gusto me daría que usted enseñara a los niños de la comunidad las palabras de dios, cuente con mi nieta, solo dígame cuando vienes los demás niños para que se la mande.
El párroco José sonrió para sus adentros, todo estaba puesto él ya se veía devorando ese hermoso bocadillo que la vida le había regalado.
El padre José no era tonto, ya barias desagradables experiencia que había tenido en el pasado lo habían vuelto cuidadoso, formo un grupo muy improvisado de niños invitando a quien pudo, los citaba del diario y estos pasaban dos horas en la iglesia no quería despertar sospecha por eso pacientemente espero, no tenía intención de enseñarle a los niños, la mayoría del tiempo los dejaba sentados leyendo la biblia algunos salmos que ni el entendía y les enseñaba una que otra canción corta, también los ocupaba para limpiar los utensilios o los baños, claro no dejando d tener cerca a la pequeña Eliza, a ella la ponía a limpiar lugares alto y el según sostenía la escalera, esto lo hacía para verle sus pequeños calzones infantiles, estas postales que se quedaban guardadas en su memoria le servían para hacerse unas pajas increíbles, de poco a poco le iba siendo alguna que otra pregunta a la pequeña Eliza, esto para medir su inteligencia y que tan despierta estaba con respeto al sexo, rápidamente el padre se dio cuenta que la pequeña Elisa era la más inocente niña que había conocido y que pronto cumpliría su cometido solo tenía que ser paciente.
Esa tarde la pequeña Eliza se acercó al viejo párroco y le dijo.
-padre me gustaría confesarme.
El padre José estaba a punto de decirle que ella era muy joven para confesarse, pero rápidamente su mente depredadora vio la posibilidad y aunado al morbo que le causaba el pensar que había hecho ese angelito como para querer confesarse y señalo un rincón de la iglesia para hablar con la pequeña, una vez estando ahí dijo.
-bueno hija te escucho cuéntame.
La pequeña Eliza respiro ando y con su linda cara comenzó.
-padrecito estoy muy preocupada, es que hice algo malo, vera anoche estaba muy cansada y aunque sé que eso no es excusa me dormí sin hacer mis oraciones, y temo que dios se moleste conmigo.
El padre sonrió para sus adentro y vio la oportunidad que había esperado durante tiempo, ahora todo era cuestión de que manejara la situación sin, el miro a la pequeña y hermosa Eliza y le dijo.
-hay mi niña, yo ya sabía de tu pecado.
La niña lo vio sorprendida y no pudo aguantarse las ganas de preguntar.
-¿padre como lo supo?
El padre con una mirada irónica le contesto.
-hay mi niña recuerda que yo soy un padre y hablo directamente con dios y él me dice lo que hacen todos ustedes y si me dijo que te habías ido a dormir sin orar y esto lo tiene muy molesto.
La niña se alarmo al escuchar que dios estaba molesto con ella, pues ella era muy respetuosa de los ángeles y tenía mucho temor de dios y por eso con una voz temblorosa y apunto de soltar el llanto por sus hermosos ojos le dijo.
-hay padrecito perdóneme, yo no quiero que me castigue diosito, soy una niña buena y no quiero que es este enojado conmigo, dígale que nunca lo voy a volver hacer.
El padre vio el terror que esto le causaba a la pequeña y sin perder la oportunidad continuo jugando con la inocencia de la pequeña, sabiendo que así satisface ría sus más bajos instinto.
-si pequeña yo hable con dios, le dije que eras una niña muy obediente y que seguro había sido una equivocación, pero el aun así está muy molesto y me dijo que los más probable era que te irías al infierno por ser una niña mala.
Al escuchar esto la pequeña dejo rodar unas lágrimas por sus rozadas mejillas, la idea del infierno la asustaba mucho pues era el peor lugar que ella había escuchado y el lugar que su abuelita le había dicho al que se iban las niñas malas desconsolada dijo.
-por favor padrecito no quiero ir al infierno, yo soy una niña buena, nunca se me volverá a olvidar, por favor hable con diosito y pídale que no me haga eso.
La niña era tan inocente que de verdad creía que el padre José hablaba con dios y que este le decía que por no rezar una noche iría al infierno, mientras el padre reía para sus adentro, tenía a ese ángel donde quería era hora del siguiente paso y le dijo.
-mira Eliza, yo te quiero mucho y te he defendido con diosito, él me dijo que solo había una forma para que te perdone tus pecados y esa forma es que tomes agua bendita, que te tomes toda el agua bendita que yo te de Eliza.
Eliza sintió un alivio por dentro, en verdad tenía miedo de ir al infierno, así que lo que el padre José le había dicho la hacía feliz al pensar que solo tenía que tomar agua bendita.
-claro que si padre, yo tomare toda el agua bendita que usted me dé.
Contesto sonriente la pequeña Eliza sin saber que solo era un trampa del cura morboso para aprovecharse de ella.
-bueno pequeña sígueme.
Le dije señalándole las escaleras que conducían al cuarto del párroco, los otros niños leían callados la biblia ya que solo Eliza era la única que se había parado para confesarle su pecado, llevo a la pequeña hasta el final de las escaleras donde había un pequeño pasillo, después abrió una puerta, la cual era de su cuarto, en todo el trayecto la verga del cura se fue poniendo dura el puro aroma que emanan las niñas típicas de la edad lo volvía loco y ese vaivén de sus pequeñas caderas que a sus siete años ya volvían loco al padre, quien no veía la hora de llegar a su cuarto, al entrar Eliza vio una cama algunos muebles.
La imagen de Cristo crucificado en la pared por lo cual se persigno y la imagen del papa en turno en unos de los costados, escucho como detrás de ella el padre cerraba la puerta y ella como si se tratara de lo más común se sentó sobre la cama y espero las indicaciones.
El padre después de cerrar su puerta con seguro y se volteo, al ver se sintió morir, pues la imagen por demás era la más deseada y deleitada para cualquier amante de las niñas, ahí estaba ese ángel rubio de siete añitos sentada en la cama, era hermosa sin duda la niña más hermosa que sus morbosos ojos habían visto nunca, parecía sacada de la portada de alguna revista de modelaje, sus manos le temblaban y su boca estaba seca, le costaba pasar saliva, tenía una mezcla de excitación y lujuria que le provocaba semejante ángel, a su edad ya avanzada pensó que moriría de un para cardiaco por la simple escena, ni en sus sueños más pervertidos se imaginó en un cuarto solo con semejante niña, tan hermosa, obediente he inocente, sentía la verga tan dura como nunca en su vida incluso se podía decir que le dolía de lo excitado que estaba, la nena llevaba un vestido amarillo con pequeñas flores y su típica diadema con su cabello rubio bien recogido, sus sandalias colgaban porque sus piecitos no tocaban el suelo al estar está sentada en la cama, sus labios rojos y carnosos contrastaban con la cara inocente de niña, esos labios los envidiaría cualquier mujer pensó el padre imaginando como los besaría.
-bueno pequeña, primero ¿tú sabes cómo se obtienen el agua bendita?
Pregunto el padre aguantándose las ganas de arrojársele en ese mismo momento en sima, la pequeña Eliza negó con la cabeza, y el padre dando una pequeña risa continua.
-bueno pues mira nosotros los padres tenemos una manguerita aquí en medio de nuestras piernas, es por donde sale el agua vendita Eliza, dime ¿tú has visto la manguerita que te estoy diciendo?
La pequeña Eliza negó con la cabeza el párroco sonrió pues era la respuesta que es estaba seguro de obtener, ahora el primer pena que esta niña vera será el mío pensó, y continuo.
-bueno Eliza mira dame tu mano para que toques la manguera que te digo.
El párroco quería hacer esto la más morboso posible quería disfrutar cada momento de esa inocencia, estaba parado frente a la pequeña y como una la mano derecha de la pequeña Eliza y la coloco en su verga que parecía que le iba a estallar en su pantalón, la pequeña sintió el calor y la dureza de la verga que tocaba por encima del pantalón del padre, por la curiosidad típica de las niñas ella la apretó tantito queriéndola sentirla mejor, provocando que el padre lanzar un pequeño quejido de excitación.
-uufufufufufuf, así pequeña, bueno te voy a enseñar la manguerita.
Con todo el morbo que se podía fue bajando su bragueta poco a poco, le gusta ver que la pequeña Eliza no deja de verle su entrepierna pues había despertado la curiosidad de la niña y ella también quería ver la manguerita, él podía ver como los hermosos ojos de la pequeña se posaban en su verga y de un solo jalón la hinchada verga del párroco salió casi frente a la hermosa cara de la pequeña, ella abrió los ojos y casi pega un pequeño grito al verla, nunca en su vida había visto algo así, parecía un dedo gigante, bueno esa fue la primera impresión que le dio, le sorprendía lo dura que se veía era algo que ella jamás había visto estaba lleva de lo que parecían venas y estaba súper hinchado y apuntaba justo hacia ella, expedía un olor que ella jamás había olido en su vidas.
El padre estaba feliz no cabía en su morbo, le encanto ver la reacción de la pequeña al tener su verga casi en su carita hermosa, pero ahora está disfrutando más, le encantaba ver como la nana no despegaba los ojos de su verga súper parada, y el como la estudiaba, yo creo que ni el había observado tanto su pene como lo hacía en ese momento esa pequeña llena de curiosidad he inocencia, después con la voz más excitada del mundo le dijo a la pequeña Eliza.
-vamos tócalo pequeña no tengas miedo agarra tu manguerita.
La pequeña Eliza dudo por el momento pero la curiosidad le gano y primero tímidamente acerco sus manos a la manguerita que el padre le decía, por su parte el viejo cura al sentir las manos de la pequeña en su viejo pene pensó que estaba en el cielo, su pene súper duro y al contacto con la piel de seda dela pequeña, le excitaba la manera torpe e inocente que la pequeña lo tocaba, cerró los ojos y pensó.
(Gracias dios no cabe duda que existes y que quieres que yo haga esto).
-ahora pequeña Eliza quiero que le des besitos a la manguerita, ándale dale besitos.
La pequeña tímidamente comenzó a dar besitos en la cabeza del pene del cura, quien ya bufaba al sentir el contacto de los rejos labios de la pequeña con su tiesa verga, cada vez que la pequeña se acercaba a besar su pene él se movía de un lado para otro, provocando que su pene que ya liberaba algo de líquido pre seminal por la excitación se restregara en los labios de la pequeña el cura José estaba en el cielo y hubiera continuado así de no ser porque la voz de la pequeña Eliza lo saca de su transe diciendo.
-padre tiene razón es una manguera porque ya me está mojando mis labios.
Dijo la pequeña Eliza al sentir sus labios mojados y al darse cuanta que era la manguerita de su querido cura quien dejaba sus rojos labios mojados, el abrió los ojos y dijo.
-si nena, esta es el agua bendita que te tienen que tomar preciosa para que no vallas al infierno y diosito te perdone.
Ella mira al padre y contesto.
-si padre eso voy hacer, no quiero irme al infierno.
El párroco evitando terminar en ese momento en la cara de la pequeña se tranquilizó un poco tomo algo de aire y le dijo.
-bueno Eliza, te diré que tienen que hacer, vas a meterte la manguerita a tu boca y a mamarla como si fuera un biberón o una paletita, cuando ya venga el agüita bendita te voy a decir y tú te la vas a tener que tomar toda, no la vayas a tirar para que diosito te perdone.
La nena escuchaba muy atenta las indicaciones del párroco y le contesto.
-si padre eso voy hacer.
Ella estaba a punto de prensarse a mamar de la manguerita como el padre le había dicho pero en eso momento el cura la detuvo y le digo.
-espera pequeña, recuerda que antes de cada comida hay que dar las gracias al señor, y como tú vas a tomar agua bendita tienen que decir una oración especial.
La nena asistió con la cabeza, el padre con la verga de fuera camino hasta un pequeño mueble donde tenía una libreta y después anoto algo en la libreta y se la dio a la niña y le dijo.
-bueno Eliza di esta oración que te escribí, para que estés bien con dios.
El cura quería hacer lo más morboso posible quería escuchar que la nena dijera palabras que ella nunca diría y que ni siquiera conocía, pero que iban a calentar al padre hasta límites no imaginados, ella vio lo escrito en el papel y comenzó a decir lo que ahí estaba escrito.
-gracias te doy dios, por lo que hoy me voy a comer, y por favor quiero que me perdones por ser pecadora, si me perdonas te prometo que me voy a convertir en una putita mama vergas, y le voy a sacar el agua bendita a todas las mangueritas que el padre José me diga, y te prometo por mi abuelita que nunca diré nada de lo que haga con el padre, si no me puedes llevar al infierno si falto a mi palabra.
Una vez que acabo de decir esto el padre le dijo.
-ya hiciste el pacto con dios pequeña Eliza, ahora no puedes faltar a tu palabra, confió en la importancia de tu promesa, ya sabes que lo que prometemos a dios nunca se puede romper.
Ella a sitio con la mirada, y después el párroco continuo.
-ahora si a mama becerrita.
Ella comenzó torpemente a mamar el tieso pene del cura quien se sentía en la gloria, la boca de la pequeña apenas engullía un cuarto del pene del depravado sacerdote pero aun si ella intentaba mamar lo mejor posible, el coloco sus manos en la nuca de la pequeña y desamarro su peinado dejando caer su rubio y largo cabello, a pesar que las mamadas eran muy torpes el cura estaba en el séptimo cielo disfrutando como nunca en su vida de pedófilo, como era de esperarse no pudo aguantar más y con una voz celebrada le dijo a la pequeña Eliza.
-ya pequeña ya viene el agüita abre la boquita vamos tómatela toda, ahahahahahahahah
Sostuvo lo más fuerte que pudo la cabeza de la pequeña he introdujo su pene hasta casi sentir la campanita de la garganta de la pequeña donde libero todo el semen que traía descargando no menos de 10 chorros inundando la boca de la pequeña, quien intentaba tomar toda el agua que el cura le daba, ella quería vomitar sentía asco pero aun así se aguantó porque no quería tirar nada del agua vendita.
Una vez terminado la descarga este soltó la cabeza de la pequeña y viendo su carita con los ojos algo vidrioso por el asco que le provoco el acto le pregunto.
-te gusto el agua pequeña.
Ha ella no le había gustado nada pero mintió porque al fin se trataba del padre y de agua vendita, el padre la miro y le dijo.
-Espéreme un momento pequeña, no te vayas a ir ni hacer ruido, quiero que te quedes aquí un momento, yo voy a platicar con dios para ver si ya te perdono, pero cuando hablo con el debo de estar solo así que espérame aquí no me tardo.
En realidad el párroco solo quería ganar tiempo para recuperarse, pues sabía que esta oportunidad posiblemente no se repetiría, había terminado como nunca en su vida, pero se decía así mismo que esta era la oportunidad de cogerse por primera vez a una pequeña, y que más que desvirgando a ese hermoso ángel que tenía en la cama de su cuarto, pero necesitaba algo de tiempo, llevo a donde estaba los demás niños y se cercioro de que estaban bien, los puso a aprenderse un salmo después se sentó en una de las bancas de la iglesia y pensó, planeo con cuidado su siguiente paso, los puros pensamiento volvía a ponerle su verga dura, después se levantó dispuesto a seguir disfrutando del pequeño ángel que tenía en su cuarto, cuando iba para haya se quedó mirando un maniquí que tenia de la virgen María, una imagen de mediana estatura que los mismo habitantes había hecho y la había donado a la iglesia.
El viejo párroco entre en la habitación, abrió la puesta y ahí seguía ese hermosa muñequita de porcelana inmaculada, eso lo convenció de que no había sido un sueño y que realmente había disfrutado de las babitas de la pequeña, en sus mano llevaba una prende se acercó a la pequeña Eliza y le dijo.
-ponte este manto sagrado pequeña.
Ella se levantó y obedeció poniéndose el manto que la cubría por completo, después siguió escuchando al padre.
-acabo de hablar con dios, y él está contento porque te tomaste el agua y confiaren que cumplirás tu promesa que le hiciste, pero me dice que aun te falta algo para que te perdone y puedas ganarte el cielo.
La pequeña Eliza lo miro y le pregunto algo preocupada.
-¿y que más tengo que hacer padrecito?
El la miro y le dijo.
-mira pequeña, sabes que es el manto que te acabo de colocar.
Ella negó con la cabeza y el padre continuo.
-ese es el manto que usa la mismísima virgen María, es parte de un ritual para que obtengas el perdón el ritual se llama coger, y consiste en que te tengo que meter la manguerita en algunos de tus agujeritos, esto te puede doler un poco pero no te preocupes este es el pecado que está dejando tu cuerpo.
Eliza escuchaba o que el padre le decía, no entendía que era eso de coger y esas cosas, pero estaba dispuesta a obtener el perdón de dios, por eso le dijo.
-si padre haga lo que usted dice.
Esto fue música para los oídos del viejo párroco que se dipodia a disfrutar del pequeño ángel, al ver a la pequeña ahí sentada con el manto de la virgen lo lleno de morbo, parecía una imagen celestial y después le dijo algo a la pequeña Eliza.
-sabes pequeña la biblia no lo dice pero dios embarazo a la virgen María a la edad de 11 años, y a nadie le pareció incorrecto, al contrario glorifican este momento, jaja bueno tu ahora perderás una de tus virginidades, y apenas tienen siete, eso te hace más putita que la misma virgen.
Él se colocó enfrente de la pequeña sostuvo su pequeña cara y comenzó a besarla primero con pasión digna de dos enamorados disfrutando de los labios suaves y rojos de la pequeña, cada vez que metía su lengua dentro de la pequeña podía saborear aun el sabor de su propio semen, esto no molestaba al cura al contrario lo llenaba de excitación, comenzó a colocar sus manos sobre las piernas de la pequeña y a subir por ellas intentando levantar su vestido, esto provoco que la pequeña se asustara un poco he intentara bajar su vestido, pues dentro de todo la pequeña sabía que el levantarle es destino no era bueno, el párroco al ver esta reacción separo sus toscos labios de los pequeños y suaves labios de la niña y le dijo.
-tranquila pequeña, es la voluntad de dios, tú no te alteres.
Una vez dicho esto continuo besándola, y tocándola sus manos ya no encontraron resistencia y podían subir a voluntad por esas pequeñas y suaves piernas, poco a poco fueron subiendo hasta que toparon con ese lindo calzoncito de algodón, ese que había visto tantas vez cuando la mandaba a limpiar lugares altos, y que ahora tenía entre sus manos, tocaba con delicadeza la pequeña vagina de la nena la cual comenzaba a sacar sus primeros suspiros, el continuaba besándola más apasionadamente, parecía que besaba a una mujer adulta, siguió besando el cuello de la niña y tocando la pequeña vagina de la menor.
Poco a poco fue deslizando los pequeños tirantes del vestido por los brazos de la menor, la cual fue sintiendo como su vestido fue cayendo poco a poco, dejando al descubierto los inexistentes y rosados pechos de la menor, solo eran unas pequeñas bolitas en el blanco pecho de la menor, aun así el párroco se inclinó para degustar los pechos de Eliza, los succionaba pensando que él era el primer hombre que disfrutaba de ellos, ya tenía su vestido en la cintura y el padre succionaba sus pequeñísimos senos como si de un bebe que se estaba alimentando se tratara.
En un movimiento levanto a la menor y le logro bajar el vestido de un solo jalón, el vestido fue a dar a sus pies y después al suelo, ya Eliza estaba desnuda lo único que cubría su cuerpo era su pequeño calzón blanco infantil y el manto de la virgen María que aun tenia, el padre poco a poco con besos en sus pechos y en su vientre la fue recostando hasta tener a ese angelito jamás tocado complemente acostada en la cama, con besos y carias fue bajando por sus pechos, su vientre y finalmente llego a la entre pierna de la menor, ella por reacción apretó sus blancas piernitas, el con el morbo que sentía el estar degustando tan hermoso cuerpo con los dientes tomo el calzón de la menos y lo fue bajando, poco a poco hasta que tuve frente a sus ojos lo que cualquier pedófilo desea, una vaginita blanca y rosadita sin bello alguno de una nena de siete años, se quedó un momento contemplando tal belleza.
Después sin pensarlo más un dio su boca en la entrepierna de la menos, su larga lengua no tardo en abrir los labios de la menor y dejo al descubierto la virginidad perfecta de la misma, por su parte Eliza sentía que el aire se le escapaba esa sensación le así sentir como cuando jugaba o rezaba pero muchas veces mejor, sentía que su lengua lamia mis labios para después con sus dedos separarlos e introducirse en su pequeña vaginita virgen metía y sacaba su lengua y Eliza solo movía mis piernas y se quejaba ya que sentía demasiadas cosas, estaba sumamente excitada, sentía que algo escurría por sus piernas por mi culito pero no le daba importancia, con sus dedos masturbaba su clítoris y solo podía gemir de placer pues era indescriptible lo que sentía, pronto comenzó a sentir como un pequeño dolor pero agradable que le hacía olvidar todo y querer más pero a la vez se sentía perdida entonces grito un poco por esa sensación abrumadora, la pequeña Eliza sin saberlo había tenido el primer orgasmo de su vida y lo había ocasionado el viejo cura que con deleite y como si se tratara de un gran logro bebía las primeras babitas de la niña.
Ella cansada solo miraba el techo y el crucifijo que estaba en la pared en eso la voz del párroco le dijo.
-llego la hora de cogerte mi nena, ponte de espaldas y levanta tus nalguitas hacia mí.
Ella ya sin voluntad por el orgasmo que había tenido el primero a sus cortos siete años obedeció, levanto sus nalguitas hacia el padre quien no podía creer la imagen esa hermosa criatura se le ofrecía para que el la tomara como todo un semental, saco su pena y comenzó a pasarlo por fuera de los agujeros de la nena, quien solo sentía el caliente rose del pene afuera de su cuerpo, lo paseaba entre los labios hinchados de la menor por la mamada que le acababa de dar y después por el cerrado y rosado culito de la nena, el suspiro y dijo con una voz entrecortada.
-te voy a coger por tu culito, este culito hermosos que tienen, ya que tu vaginita me va a dar a ganar mucho dinero así que no la tocare por ahora, pero este culito hermoso me lo voy a coger bien rico.
Abrió todo lo que pudo las hermosas nalgas de la nena y después acerco su cara y con la legua comenzó a degustar ese culito rosadito con el deleite que le provocaba hacerlo, Eliza solo apretó el manto y se dispuso a disfrutar como ya lo había hecho antes, después de una buenas lengüeteadas y de meter y sacar su lengua de ese lindo trasero el párroco se separó y dijo.
-ahora si pequeña a darle.
Eliza sintió como el cura coloco su enorme pene en la entrada de su pequeño ano, y después sintió como comenzó a hacer presión intentando entrar, ella por reflejo se puso dura intentando evitar la entrada del intruso pero este era más fuerte y poco a poco fue ganando terreno ante el dolor que sentía Eliza en su rosado trasero, lanzo un pequeño grito cuando la cabeza del pene del cura logro entrar, él se quedó quieto dejando que el pequeño trasero de la nena se acostumbrara al invasor, después tomo aire y comenzó a meter poco a poco su pene por el estrecho conducto, para Eliza que sentía como centímetro a centímetro el sólido ariete entraba era una tortura a cada empujón era un tremendo dolor y un pequeño grito que escapaba de su boca, por un minuto pensó en decirle al padre que se detuviera porque no aguantaba en dolor, pero recordó su promesa, y que le había dicho que era el pecado saliendo de sus cuerpo así que son lágrimas en los ojos se dispuso a seguir recibiendo la manguera del cura pasar lo que pasara.
Un gruñido de victoria ahogado por un grito de la pobre Eliza fue el resultado que anunciaba el choque de dorso del cura con las hermosas nalgas de la niña, ella ya derramaba lágrimas sobre la manta de la virgen pues el dolor era insoportable, el párroco se quedó quieto sintiendo como su pene era apretado fuertemente por el culito de la niña que intentaba acoplarse al invasor, efectivamente la pequeña Eliza había perdido su virginidad anal, y ella en su inocencia si siquiera lo sabía, el padre extasiado al sentir como lo apretaban las nalgas de la menor dijo.
-mi nena, vaya como aprietas, parece que me quieres arrancar la verga amor, bueno ahora si continuare.
Una vez dicho esto el hombre paciente y cortes que había sido desapareció y dejo solo una bestia que le importaba su placer, comenzó un vaivén descarado y fuerte, el choque de su cintura con las nalguitas de la niña sonaban en todo el cuarto, la menor al sentir tal arremetidas no pudo aguantar más pues le dolía hasta el alma, comenzó a gritar a cada arremetida, el cura sabiendo que había gente en la iglesia coloco sus manos en la boca de la menor intentando silenciar los gritos, las arremetidas eran bestiales, incluso a él le dolía meter con tanta fuerza su pene por el estrecho conducto, la nena tenía las manos del padre evitando los gritos ella solo emitía quejidos, sentía que la vida se le iba a cada arremetida, sus lágrimas caían por sus mejillas y el choque de sus nalgas se hacía cada vez más fuerte, la nena no pudo más sentía tanto dolor que pensó que el la partiría por la mitad, nunca había sentido tanto dolor en su vida, en eso todo comenzó a ponerse negro, la pequeña había perdido el conocimiento debido al dolor que le provocaban las arremetidas del cura, una vez que la nena se desplomo sobre la cama él se acostó sobre de ella y la continuo cogiendo cada vez más fuerte ya sin preocupare de los grito, la resistencia de su ano ya no era tanta estaba muy lubricado, él pudo ver como salía sangre del ano de la menor y pensó para sus adentros que le había robado su virginidad anal, así continuo cogiendo ese culito por alrededor de 20 minutos más hasta que derramo la última gota de su semen dentro de la pequeña Eliza, después aun con su pene erecto y cansado se quedó dentro de la niña acariciándola y sintiendo como se pone regresaba a su estado natural.
Era de mañana en la casa de doña Nora, ella se preparaba para preparar el desayuno de ella y su pequeña nietecita, cuando tocaron a la puerta, ella extrañada por quien sería tan temprano se apresuró a abrir la puerta, cuál fue su sorpresa al ver al padre José afuera de su casa y rápidamente se apresuró a decir.
-padre pase, que honor está usted en su casa dígame a que debe el placer de su visita.
El padre entro a la casa y pregunto rápidamente.
-gracias hija, dime ¿Elisita, o esta despierta todavía?
Doña Nora se apresuró a responder.
-no padre esta dormidita, ve que ayer llego mis cansada de las clases de catecismo que usted le dio, se acostó, creo que le duele su espalda o algo así, pero no se preocupe padre ella está bien, dígame solo a eso venia.
El párroco sonrió para sus adentros la pequeña no había dicho nada había cumplido con su promesa y después continuo diciendo.
-qué bueno hija, veras esto te sonara extraño pero el señor tienen formas de actuar que a veces no comprendemos, y hay algo que tengo que decir hija.
Doña Nora lo miro y exclamo.
-dígame padre.
El párroco continúo.
-mira hija anoche un ángel se me presento en mi sueño, y me dijo que había unos de mis niños que había nacido para servir a dios, y volverse monja, cuando le pregunte que quien era ese niño que le iba a servir al señor me apareció la imagen de Eliza, al parecer dios la ha escogido para que se vulva su monja y o adore y siga un camino de una santa.
Doña Nora dibujo una sonrisa de oreja a oreja, y miro como agradeciendo al cielo, era un regalo esperado el que dios eligiera a su nietecita como su servidora era el mayor privilegio que nunca podría imaginar y ella muy contenta le contesto.
-que bendición padre, es una bendición y dígame ¿cómo cumpliremos la voluntad de dios?
El padre rio para sus adentros, tenía a la mujer donde quería y continuo diciendo.
-pues veras hijas ya me llevare a Eliza todos los fines de semana a la ciudad, haya ella aprenderá directamente de las monjas, tú no puedes venir hija, pues este es un camino que la pequeña Eliza tiene que recorrer sola, por ella no te preocupes yo la cuidare y estará en las manos de dios, y no hay mejores manos que las de él.
Doña Nora escuchaba lo del padre aunque sentía feo separarse cada fin de semana con su nieta esta estaría bajo los cuidados del padre y no confiaba más en una persona que en él, y el dale su nietecita a dios era lo mejor que les podía pasar así que rápidamente respondió.
-cuente con ello padre, dios lo bendiga en cuanto despierte yo le daré la noticia a mi Eliza la pondrá muy contenta de seguro.
Minutos más tarde el párroco José salía con una sonrisa en su rostro de la casa de doña Nora, había cumplido su acometido ahora tendría a ese precioso angelito solo para el todos los fines de semana, pensaba gozar de ella hasta el cansancio y también pensaba sacarle mucho provecho ofreciéndola a cuanto pedófilo amante de las niñas pudiera, al final de cuanta ella era una niña hermosa que aún era virgen y esperaba lo más bajos y perversos instintos de todos los amantes de la niñas….
FIN…
Ángel Caído
ANGEL CAIDO
Termina de leer este pequeño anuncio si te gusta ver videos de niñas, créeme no te arrepentirás.
ATTE Ángel Caído
Hola lectores, esta es la primera vez que escribo en esta página, a pesar que ya tengo algo de tiempo frecuentándola pero hoy he decidido arriesgarme y expresar mi opinión y contar algo de mis experiencias, antes que nada no diré mi nombre por los mismos motivos por los que Batman y superman no revelan sus identidades, también tengo que decir que a mí me gusta mucho la pedofilia, soy un pedófilo y no me pesa admitirlo, y esto que escribo está relacionado a eso, así que los que aborrezcan este tema o que tengan prejuicios sobre esto mejor no terminen de leerlo.
Segundo muchos dicen que los pedófilos son personas muy solitarias o extrañas o que fueron abusados de niños y que por eso ellos hacen ahora lo mismo.
Por mi parte yo no creo eso, yo nunca fui abusado por nadie y soy una persona muy sociable con todo mundo y por lo que he podido ver la mayoría de las personas que gustan de las relaciones con niñas son así, personas de aspecto normal y muy sociables, pero también respeto mucho a las personas que son por estos motivos eso no me incomoda y a cada quien lo suyo.
Mi gusto por las niñas (y aclaro soy completamente heterosexual), fue desde que tenía como 13 años, aunque desde muy niño sentí mucho admiración por el sexo, esto porque tenía un tío que gustaba mucho de leer revistas de sexo, de las antiguas esas que eran tipo dibujos animados y yo también le robaba algunas para leer las, no fue hasta los 13 que por cosa de calentura un día toque a una de mis vecinitas que se llamaba Karina, una niña muy bonita que en ese entonces tendría unos 7 años y a partir de ese momento comencé a adentrarme en el mundo que es la pedofilia.
Como soy un joven de clase media me ha sido muy difícil el poder conseguir cosas como videos o películas y cosas por el estilo, esto aunado que vivo en un pueblo, que no es pequeño pero tampoco se le puede considerar ciudad, pero desde entonces he podido conseguir una gran variedad de videos y fotos, al igual que otras cosas que no son muchas en comparación con lo que otros deben tener pero eso son cosas que yo he podido juntar.
También al estar navegando por los diferentes relatos que publican he podido ver que algunos dicen que intercambian foto o te dejan enlaces donde puedes descargar o incluso encontré uno que decía que tenía material y que lo vendía a diferentes precios.
Pues verán primero intente intercambiar fotos y videos con las personas que dicen intercambiaban fotos, casi ninguno contesto a mi correo, solo dos personas me contestaron uno que me dijo que le mandara fotos y si podía un video y así lo hice y él no me mando nada y por eso termine nuestra sociedad, y la segunda fue una chica a la cual le envié fotos y un video y ella si me mando fotos, la mayoría de ella pero eran buenas fotos y con ella continuo teniendo intercambio de material.
Después intente con los que te dejan enlaces, pero son generalmente cosas que te llevan a nada o que te llevan a páginas llenas de virus, eso tampoco funciono, así que intente contactar al que vendía fotos y videos y tampoco nada, ni una sola respuesta, entonces se preguntaran porque estoy leyendo esto a mí que me importa tus cosas PUES AQUI ES DONDE SE PONE INTERESANTE.
Estoy cansado que pasen esas cosas yo creo que las personas que degustamos la pedofilia ya tenemos un mundo que está completamente en nuestra contra y que si pueden nos quemaran en leña verde como para que entre nosotros mismos nos estemos jodiendo así que, les ofrezco a todo aquel interesado mi primer volumen de videos a la venta, películas de sexo con niñas o entre ellas, con un costo de 100 pesos mexicanos, el primer volumen consta de 13 videos, todo se hace con suma discreción y no corres ningún riesgo, bueno a menos que después tú los intentes pasar a alguien lo cual no te recomiendo.
He podido juntar una modesta colección de material P2, y los pondré a la venta, todo los canjes se realizan por correo electrónico y de una forma segura, ya es responsabilidad de ti que hagas con el material una vez que lo descargues, mándame un msj al siguiente correo electrónico por si tienen dudas preguntas o quieres saber cómo comprar este primer volumen, todas tus respuestas serán contestada, agradezco a las chicas por la publicidad y gracias.
👏🏻👏🏻 excelente solo espero que el relato no haya ocurrido solo en tu inaginacion. Espero la 2da parte
Excelente relato me gusta me exita lastima que no se encuentra estás clases de relatos. Espero que siga escribiendo gracias