Episodio 2: Mi primer beso
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Lunita1945.
Mi primer beso
Después de que mi tío me dio mi lechita, desde ese día, toda mi vida cambio, yo creo que desde ese momento veía el mundo completamente diferente, pues ya no tenía la mentalidad de una bebe, había cambiado y estaba completamente llena de preguntas, que llenaban mi cabeza de curiosidades, en especial la pregunta que más rondaba en mis pensamientos era lo que había pasado esa mañana con mi tío.
EL ESPACIO DE LAS PEQUEÑITAS… Emoji colonthree:3 …
De las preguntas que más me hacía era que si había estado bien lo que esa mañana había pasado, por una parte muy adentro de mi creía que lo que había hecho mi tío conmigo estaba mal, pero después pensaba que no era posible que una persona mayor le hiciera el mal a una niña, y mucho menos a una niña de su familia, por esta razón me convencí que estaba completamente equivocada, también nunca se lo comenté a nadie hasta años después a mis amigas Natlalie y Dani.
Lo único cierto es que ya nada volvió hacer lo mismo, ya que como lo mencione mi manera de ver al mundo había cambiado por completo, constantemente me preguntaba si mis compañeritos de kínder tenían lo mismo que mi tío tenia, también me preguntaba si lo tenían igual de grande que él, estas preguntas me llevaron a hacerles varias travesuras a mis compañeros, ya que, como no es algo que una niña pueda preguntar a los mayores y aunado a que soy muy tímida pues estas interrogantes me acompañaban a diario.
Me acuerdo que después de lo sucedido con mi tío comencé a intentar juntarme más con mis compañeros que con las niñas de mi kínder, esto no era una tarea fácil ya que a esa edad los niños no quieren jugar con las niñas y además sus juegos eran sumamente rudos, yo evitaba esos juegos, pero no siempre, además era mi excusa perfecta para estar cerca de ellos e intentar tocar en medio de sus piernas, justo en donde mi tío me había enseñado que tenía su cosa, (en ese tiempo no sabía su nombre como ahora), en varias ocasiones logre tocar "accidentalmente" a algunos de mis compañeritos, pero la verdad que recuerde no se sentía nada, no podía sentir el mismo bulto que sentí ese día que mi tío tomo mi manita y la llevo a en medio de sus piernas, la verdad era como si ellos no tuvieran.
Esto en lugar de tranquilizarme me llenaba más de dudas, también me preguntaba si algunas de mis compañeritas les habría pasado algo similar, pero como era muy tímida nunca tuve el valor de preguntarle a alguna, pero ahora que lo pienso no creo que mis compañeritas entendieran de que hablaba si les preguntaba, porque en muchas ocasiones ni yo misma sabía lo que quería.
En algunas ocasión tuve la intención de espiar a los niños cuando iban al baño, porque alguna vez una de mis amiguitas dijo que ella había visto a un niño cuando iban al baño y nos dijo que ellos lo hacían mientras estaban parados, la verdad es que si tenía ganas de espiarlos pero era solo una niña, no tenía el valor de hacerlo.
Pero en una ocasión me atreví hacer algo diferente, era un día del niño en el kínder y había convivio para festejarlo, para esto yo estaba con otra de mis compañeritas parada afuera de un salón, solo viendo pasar a la gente, cuando de pronto llega al salón que estaba enfrente de donde estábamos paradas Don Bocho, (le diré así porque nunca supe su nombre), él era el conserje de la escuela, no recuerdo cuantos años tenía pero ya era un señor grande, llevaba cargando unas cajas con las dos manos y se acercó al salón y me dijo.
-Dulcecita, un favor me puedes sacar las llaves que están aquí saliendo de mi bolsa para abrir la puerta.
Yo me acerque algo penosa y podía ver las llaves, él no me veía, ni yo a él, porque lo tapaban las cajas que cargaban con ambas manos, cuando estuve lo suficientemente cerca, el estar cerca de ese hombre y yo aún pequeña, mi mente me trajo de regreso ese recuerdo de mi tío parado frente a mi metiendo su pene en mi boca, sin querer y como siempre he sido una niña muy inteligente, (jejej), llego a mi mente que esta era mi oportunidad para averiguar si todos los hombres tenían lo mismo que mi tío, o solo era cosa de él.
Como algo involuntario lleve directamente mi mano a en medio de sus piernas tocando por unos micro segundos eso que llenaba mi cabeza de preguntas y que al sentirlo en Don Bocho podía comprobar que eso lo tenían todos los hombres, pero no los niños, al sentir mis manos tan cerca de su pene Don Bocho retrocedió rápido y me dijo con una voz como si le quisiera ganar la risa.
-no Dulce la llave está cerca de mi bolsa derecha, solo tómala y dámela.
Yo ya había comprobado lo que quería así que saque la llave de su bolsa y se la di, el abrió la puerta y se metió dándome las gracias, yo la verdad estaba contenta había contestado una de mis preguntas y esto me calmaba un poco, estos pensamiento continuaron aunque yo estaba más calmada, me preguntaba qué era lo que mi tío había dejado en mi boca ese día, porque estaba segura que no era lechita, pues ya había probado la leche antes que me daba mi abuelita e incluso un día calenté mucha leche en una hoya, porque recordaba que lo que mi tío me había dejado en mi boca se sentía caliente, pero no aun no podía igualar el sabor, incluso comí resistor porque me dije en fin también es blanco ¿no?, (grave error), nunca lo volví hacer, después de un tiempo llegue a la conclusión de que eso era algo de los hombres y que solo ellos lo más seguro lo podían hacer.
Después de esto comencé a olvidarme del tema, pues barias de mis preguntas habían sido contestadas y a muchas otras como soy una niña muy inteligente 🙂 yo misma le había dado algún razonamiento, por lo tanto puedo decir que me encontraba tranquila con respecto a ese tema, mi vida continuo completamente tranquila hasta que un día al cumplir 8 sucedió algo que me volví a traer esos recuerdo a mi cabeza.
Todo comenzó una noche de jueves, mi abuelita no estaba pues eran los días que se iba a sus clases de baile, pero mis papas se hacían cargo de mí, pero ese día uno de los amigos de papa cumplía años y lo había invitado a él y a mama a su casa, en la cual ofrecería una fiesta, (la verdad esas fiestas son muy aburridas porque son para gente mayor y aunque mi papa y mi mama no son de una edad muy avanzada pues a veces si se anima a ir a esta clase de eventos), el problema era que no tenían con quien dejarme, pues como lo dije mi abuelita había salido, entonces sin más tuvieron que llevarme.
La fiesta estaba aburridísima, pues como era de esperarse solo gente mayor estaba en ese lugar, y además ningún niño o joven estaba, era la única creo de mi edad o edades cercanas que estaba en esa fiesta, incluso la comida sabía muy mal, en lo general todos eran platillos de esos raros, y de beber solo había vino o cerveza, entonces no había mucho que hacer para alguien como yo más que estar sentada y calladita lo cual no me costaba mucho trabajo.
Después de un rato de estar sentada en una mesa, al lado de mama porque papa no deja de platicar con sus amigos y colegas del trabajo, tome algo de valor y le dije a mama.
-mama ¿puedo salir al patio, porque estoy muy aburrida y ya me está dando sueño?
Mi mama me miro y casi nunca suele darme permiso a nada de lo que le pido que implique estar lejos de ella, (aunque sea solo a un patio) pero supongo que ella también estaba muy aburrida y se apiado de mí y me contesto que si podía ir al patio, pero que no tocara nada y que tampoco me escondiera o algo por el estilo.
Para esto el patio estaba en la parte trasera de la casa, para ir hasta haya tenías que atravesar un corredor no muy largo como de unos 10 metros, como a mitad del mismo corredor había unas escaleras que supongo iban a pisos superiores de la casa, yo sola camine hasta llegar a la puerta que era trasparente que llevaba al patio, el cual era muy bonito, estaba cubierto de árboles y algunas plantas y rosas, que estaban en jardineras grandes, se veía que lo cuidaban muy bien, a pesar que no era muy grande este tenía muchos arbolitos y todo era muy bonito, además había pequeñas lámparas en forma de candelabros que le daban una imagen de jardín de películas, (como la cenicienta, o la bella y la bestia).
Yo recuerdo que iba vestida muy bonita, pues como era de esperarse íbamos a una fiesta y a mi mama siempre le ha gustado verse muy bien y su hija no podía ser la exención, además iban estar muchas de las personas que conocen y me tenía que ver muy linda, recuerdo que llevaba un vestido blanco completo, (que aún tengo, aunque claro ya no me queda jejejej), es un vestido suelto, completo, no muy holgado de esos de tipo tirantitos, completamente blanco aunque con unas figuritas de lunitas en plateado en la base del vestido, el cual me llegaba justamente a Las rodillas, llevaba el cabello suelto, mi cabello es lacio y güero, lo único que sostenía mi cabello es una diadema de color crema, también unos zapatitos de charol de color negro y unas calcetas del mismo color de mi vestido, no muy altas, mi ropa interior solo era mi calzón de color blanco, pues todavía no era necesario utilizar corpiño, jejeje.
Como iba diciendo llegue hasta el patio de la casa el cual era muy bonito, lo primero que hice fue ver todas las plantas que ahí había en especial las rosas, aunque no me alejaba mucho de la luz, pues había algunas partes que estaban muy oscuras, después de eso me llamo mucho la atención que en las jardineras había piedritas de diferentes colores, y me senté en una jardinera y comencé a tomar piedritas y a intentar acomodarlas de acorde a mi color favorito.
No tenía de 10 minutos creo yo, que había empezado a jugar con las piedritas, cuando de pronto se abre la puerta del jardín, acto seguido veo aparecer un señor de aspecto elegante aunque la verdad era feo, no era muy alto, de hecho ahora que lo pienso se le podía considerar chaparrito, tenía una gran panza, era algo morenito y casi no tenía cabello solo un poco a los lados, dios sabrá cuantos años tenía pero por su apariencia parecía ya un señor de edad, tenía en su mano derecha una cerveza, mientras en su mano izquierda llevaba un cigarro el cual apresuro a prender, al instante de que entro voltio hacia donde yo estaba, pero no dijo nada solo se quedó en su mismo lugar fumando su cigarro, por mi parte cuando voltio solo agache la mirada y seguí juntando mis piedritas y acomodándolas.
La verdad no me di cuenta cuando el camino hasta donde yo estaba jugando, solo recuerdo que pegue un pequeño salto de susto cuando escuche su voz que me dijo.
-Hola ¿qué estás haciendo?, al ver mi pequeño salto me dijo, – perdón ¿te asuste?
Yo solo tome algo de aire y para no parecer irrespetuosa le contesto.
-no, para nada, solo estoy jugando con las piedritas.
El guardo silencio por unos segundos y me dijo.
– y dime ¿cómo te llamas pequeña mariposa?
Yo le conteste -Dulce.
Con algo de risa pues me había gusta que me dijera pequeña mariposa.
Después él dijo.
-a hola Dulce muy bonito nombre y dime ¿cuántos años tienes y vas a la escuela verdad?
Para ese momento él ya estaba más cerca de donde yo estaba sentada, y lo podía ver más claramente en verdad que era un señor feo, además que estaba muy gordo, se le podía notar en su cara por sus cachetes y por sus manos, además de su enorme panza, pero como soy una niña muy respetuosa de mis mayores conteste.
-tengo 8 años y estoy estudiando la escuela primaria en tal escuela.
– a ok, y dime ¿con quién bienes a la fiesta, porque estás aquí?, me pregunto.
-pues vengo con mis papas, y estoy aquí porque le pedí permiso a mi mama para venir a ver lo bonito que esta el jardín, le conteste.
Después de eso me continuo preguntando algunas otras cosas, como que si estaba aburrida, cual era mi materia favorita, que caricaturas me gustaban y cosas por el estilo, como yo soy una niña educada a quien le han dicho que debe contestar a sus mayores pues conteste todas ellas, siempre con una sonrisa, después de un par de minutos de estar platicando él me dijo.
-bueno mariposita, creo que ya es hora que regrese a la fiesta, aunque antes me gustaría que me dieras un abrazo, antes de irme.
Yo me quede callada, no sabía que contestar a lo que él me estaba pidiendo, sabía que no era correcto abrazar a un extraño eso estaba mal, pero era muy penosa para decir no y menos a un adulto, así que le conteste con una pregunta.
-¿y porque quiere que le dé un abrazo?
El contesto, – es porque hoy es mi cumpleaños y casi nadie se ha acordado, además ¿que no las personas le acostumbran dar abrazo a las personas que cumplen años, no me le puedes negar verdad?
Pues la verdad su respuesta tenía mucha lógica para mí, como le podía negar solo un abrazo a lo que dije que sí y después me levante para abrazarlo, él se pegó a mí y paso sus gordas manos por detrás de mi espalda, atrapando por completo mi cabello, yo le llegaba un poquito arriba de su panzota, y mis manos no alcanzaban a cubrirlo ni a la mitad de su espalda, pensé que solo serían unos segundos, pero él no me soltaba continuaba abrazándome con sus manos sin decir nada.
De repente pude sentir como su mano se deslizaba por mi espalda y mi cabello que me llegaba hasta un poquito más de la mitad de la misma, su mano llego hasta mi cintura y después su siguiente parada fue en mis nalguitas, ahí se detuvo y comenzó a acariciarme mis nalguitas por encima de mi vestido, eso no me gustó nada a mí, pues no era correcto, además era un viejo muy feo, pero no le dije nada pues era una persona mayor, además no me atrevía a levantar mi cara para mirarlo, pues sentía mucha pena de estar sintiendo como sus manos recorrían mis nalguitas, de hecho una sola de sus manos era tan gorda que abarcaba casi todo mi paradito trasero, así continuo tocándome mis nalguitas por alrededor de unos 2 minutos le calculo, hasta que de pronto se detuvo y me soltó de entre sus brazos y me dijo.
-vaya Dulce gracias por abrazarme, bueno me voy ¿me pasas mi cerveza por favor?
Su cerveza la había puesto a un lado de la jardinera antes de darme el abrazo y yo solo la tome y se la di, después él se dio la vuelta y dio un pequeño paso como retirándose pero se detuvo se volteo a verme de nuevo y me dijo.
-sabes eres una niña muy buena y obediente, además te has portado muy linda conmigo, y de verdad que me has caído muy bien, por eso quiero darte un regalo muy especial, ven conmigo vamos por tu regalo.
Yo por un momento me quede completamente inmóvil, no sabía que contestar y además mi mente aun no digería bien lo que apenas hace unos segundos había pasado, pero el dio una sonrisa y estiro su mano y me dijo.
-anda ven no seas penosita, mira que el regalo te gustara, y solo será un momentito.
Después de decir esto estiro su mano hacia mí, y yo no sé bien porque lo hice la verdad no recuerdo que pensaba en ese momento, pero también estire mi mano para tomar la de él, después de eso caminamos rumbo a la fiesta, entramos al pasillo, que conducía al salón en donde era la celebración, pero antes de llegar no sé si recuerda que les dije que había unas escaleras, pues nos detuvimos al pie de estas y el comenzó a subirlas, ahí fue donde reaccione un poco asustada, pues las escaleras me daban algo de miedo porque estaban poco iluminadas a lo cual él dijo.
-no tengas miedo pequeña mariposa, no pasa nada, solo tenemos que subir tantito porque es arriba donde está tu regalo.
Después de decir esto caminamos por las escaleras, al llegar al final de estas había un pasillo algo largo y a sus lados algunas puestas que se veían que eran de cuartos, él se acercó y trato de abrir una de ellas, pero esta estaba cerrada con llave, después intento abrir la segunda pero sucedió lo mismo estaba cerrada, al final en la tercera puerta esta abrió por completo y él me señalo que pasara y así lo hice, era un cuarto pequeño, no había mucho en el solo una cama y una pequeña ventana él se sentó al borde de la cama y después con mi mano aun en la suya me atrajo hacia el dejándome en medio de sus piernas, yo estaba parada y él estaba sentado, como siempre he sido delgadita no tenía que separar mucho sus piernas, me dejo parada ligeramente a recargada con mis nalguitas en su pierna izquierda y yo de lado a él, cuando me dijo.
-ahora si te voy a decir cuál es tu regalo, te voy a dar algo muy especial algo que todas la niñas de tu edad sueñas e incluso las más grandes que tu quieren, pero muchas no pueden tenerlo y hoy por lo bien que te has portado yo quiero regalártelo, te voy a dar tu primer beso de amor.
Al acabar de decir esto, esas palabras retumbaron en mi cabeza, claro que sabía lo que era un beso, pues en las caricaturas infantiles y en las películas de Disney siempre hablan del príncipe que besa a la princesa y viven felices para siempre, además aunque no había pensado mucho en eso, creo que toda niña alguna vez imaginamos como será nuestro primer beso, yo me había imaginado que sería con uno de los chicos guapos que salen en la tele o con mi artista favorito, o con un lindo chico después de una hermosa cita, no con un viejo gordo y feo, todo esto pensaba y me encontraba callada con la cabeza agachada sin míralo, a lo que el enseguida hizo, con su mano derecha tomo mi barbilla y me hizo voltear a verle su cara y me dijo.
-eres muy afortunada pues a muchas jovencitas les gustaría que yo las besara, pero no lo hago, pero hoy tu si podrás recibir tu primer besos de amor.
Después soltó una sonrisa y sin dejarme de sostener mi cara me dijo.
-anda bonita cierra tus ojitos, tu solo relájate y disfruta de esta pequeña experiencia.
Yo obedecí pues era mi costumbre obedecer a mis mayores, aunque en verdad no quería que mi primer beso fuera con ese viejo feo, lo único que hice fue cerrar mis ojos esperando que eso pasara rápido, no pasaron ni unos segundos cuando ya con mis ojitos cerrados me dijo.
-ahora pequeña abre un poquito tu boquita.
Yo lo hice, fue cuando en ese momento el paso su brazo izquierdo por alrededor de mi hombro izquierdo semi abrazándome y deteniéndose justo en mi pecho izquierdo el cual aún no tenía no estaba crecido, pero él, con las puntas de sus dedos comenzaba a acariciármelo, después de esto pude sentir como sus labios se juntaban con los míos, no podía creer estaba recibiendo mi primer beso de un viejo gordo y feo, del cual no conocía su nombre, su aliento era horrible, me dio mucho asco cuando junto su boca con la mía pero no dije nada solo seguía muy quieta intentando soportar eso.
No puedo describir como me sentía, solo imagínense, estaba siendo abrazada y besada por un feo gordo el cual no dejaba de acariciar mi pechito izquierdo y además me besaba con desesperación, de pronto sentí como su lengua entraba a mi boca buscando la mía, esto en verdad que me dio mucho asco pues su lengua no tardó en encontrar la mía, la cual intentaba ocultar y hacer que tuviera el menor contacto con la suya, después de unos segundos más por fin separo sus labios de los míos y yo aproveche para abrir mis ojos pensando que todo había acabado.
Fue cuando vi su cara de frente en verdad que era muy gordo y ya estaba algo sudado de su cara, podía ver pequeñas gotitas de sudor en su frente y al lado de su gorda cara, (no sé el porqué de esto), aunque me había dejado de besar su brazo aún continuaba abrazándome y tocándome mi pecho, después de esto el inmediatamente me dijo.
– no pequeña no abras tus ojos aun, que esto aún no termina aún falta lo mejor de tu regalo tu solo cierra tus ojitos.
Yo obedecí no podía creer que no terminara mi sufrimiento, después de cerrar mis ojos pude escuchar como él tomaba aire y después volvió a besarme pero con más fuerza esta vez incluso sus dientes en barias ocasiones pegaban con los míos, inmediatamente metió su lengua a mi
boca, pero esto no fue todo, pude sentir como su mano derecha que antes sostenía mi cara ahora la quitaba y la colocaba en la base de mi vestido, pude sentir como su mano se metía por debajo de mi vestido y después poco a poco lo fue levantando viajando en mis piernitas hasta llegar al fin de estas, para encontrarse con mi calzoncito el cual protegía mi vaginita aun no tocada por ningún hombre, esto no duro mucho pues al llegar al medio de mis piernas rápidamente con dos dedos comenzó a sobar mi vaginita con mucha fuerza.
De pronto me encontraba en una posición muy incómoda vergonzosa y desconocida para mí, mi boca estaba siendo besada con fuerza mientras su lengua recorría por completo mi boca, por otro lado su mano que desde hace un rato no dejaba de tocar mi pecho izquierdo ahora me daba pequeños jalones en mi pechito y por ultimo con sus manos no dejaba de sobarme con mucha fuerza mi vaginita por encima de mi ropa interior.
Hubo un momento en el que comencé a sentir mucho dolor esto porque el movía su boca y sus labios muy fuerte y por lo ancho que tenía su boca en comparación de mis pequeños labios, este los deformaba moviendo mi pequeña boquita de un lado para otro con mucha fuerza su saliva escapaba por mi boca a cada movimiento y escurría poquita por mis cachetes, después el jalaba con más fuerza mi pecho y sus dedos ya acariciaban con mucha fuerza mi vaginita que era la que más me dolía, el me apretaba más fuerte hacia él y en eso pude sentir ya que su pantalón era de vestir de esos de tela donde puedes sentir todo, sentí su pene que se chocaba por lo apretado en mi pierna derecha, yo como un auto reflejo recorrió un poco mi mano derecha que siempre la tuve a bajo un poco hasta tocar un poco su pene, a lo cual este contesto con un tono de voz algo exaltado.
-si bonita tócame, tócame hazme así.
Saco su mano derecha de abajo de mi vestido, lo cual me dio un pequeño respiro al dolor que me estaban causando sus sobadas, su mano la saco de abajo de mi vestido para tomar mi mano que estaba a un lado de su pene, para colocarla completamente sobre él y con un movimiento de subir y bajar me dijo aun con su tono de voz exaltado.
-hazme así, así, nena, así, mira que bien lo haces hazlo solita.
terminando de decir esto volvió rápidamente a besarme y meter su lengua a mi boca y después volvió rápidamente a meter su mano por debajo de mi vestido y a tocar aunque ahora menos fuerte mi vaginita, de pronto en un rápido movimiento metió tres de sus dedos en medio de mis piernas provocándome algo de dolor, pero después sujetándome de donde me tenía abrazada y con sus dedos en medio de mis piernas me levanto un poco hasta sentarme en su pierna izquierda, esto sin dejarme de besar, por mi parte yo continuaba haciendo lo que él me había dicho y lo que mi tío me había enseñado hace tiempo, subía y bajaba mi mano por su pene.
De repente en un movimiento rápido se dio la vuelta hacia un lado y me tiro sobre la cama y él se tiro sobre mí, separando un poco mis piernas y el quedando encima de mí, su cuerpesote aplastaba el mío impidiéndome respirar bien y causándome algo de dolor, en el movimiento
separo su boca de la mía y comenzó a besarme mi cuello, y continuo besándome parte de mi pecho que estaba descubierto por mi vestido, aunque también sin darme cuenta uno de mis tirantitos se había resbalado hacia un lado, supongo que por los movimientos dejando al descubierto un poco más de lo normal.
Yo no sabía que pensar para ese momento solo estaba muy quieta sintiendo todo eso, escuchaba y sentía como con su boca y lengua recorrían parte de mi cara, cuello y pecho, además que escuchaba su agitada respiración, solo estaba ahí acostada sobre esa cama como una pequeña muñeca de trapo o en su defecto plástico, además que no podía hacer mucho ya que su cuerpo aplastaba el mío impidiéndome cualquier movimiento.
Después de eso volvió a besarme con fuerza y se puso completamente arriba de mí, por su tamaño quedo justamente su pene en medio de mi entrepierna ligeramente abiertas, aunque aún traía mi vestido y mi ropa interior y el su pantalón, podía sentir su pene restregándose en mi pierna, él se movía de arriba hacia abajo (como cuando las personas tienen relaciones), aunque en ese tiempo no sabía qué hacía.
De repente él se dio un rápido parón de la cama y de mí, causándome algo de daño y dolor, yo no sabía lo que pasaba así que me quede aun acostada y también recuperaba oxigeno porque como lo dije no podía respirar bien con el encima de mí, de pronto escuche algo que me hizo pararme rápido, un grito que apenas se escucha que decía Dulce, rápido me di cuenta que era mi mama quien me estaba llamando y buscando en el jardín, rápido me voltee y le dije.
-me habla mi mama.
El me miro y me dijo.
-si pequeña no te preocupes ahorita bajamos, antes déjame arreglarte.
Me puso de pie y lo primero que hizo fue subirme el tirante que tenía deslizado por un hombro y después también acomodo el otro, volvió alizar mi vestido y lo acomodo, después tiro mi cabello hacia atrás y me dio mi diadema que sin darme cuenta estaba tirada en la cama, y me la acomodo en mi cabello, paso un trapo por mi cara limpiándome la saliva o los rastros de saliva que aun tenia y después dijo listo, se escuchó otro grito y eso lo hizo tomarme de mi mano, y salir del cuarto, cuando íbamos por el pasillo y antes de bajar las escaleras se detuvo y me dijo.
-espero que lo que ocurrió hoy quede entre nosotros pequeña mariposa, además recuerda que tu primer beso no se lo debes de contar a nadie, en especial a tus papis, ok princesa.
Yo conteste que sí, y después de decir esto me beso de nuevo esta vez mas tiernamente y me dijo que era una niña obediente, bajamos las escaleras y él me soltó la mano y solo camino junto a mí, faltando 5 escalones para llegar al pasillo cuando apareció mi mama quien con una voz enojada y algo sorprendida se apresuró a decir.
-donde andas niña, te dije que solo te quedaras en el jardín, que hacia haya arriba.
Yo iba a contestar pero en eso el interrumpió y le dijo a mi mama.
-no se preocupe señora, yo había subido por algo y me encontré a esta niña en el pasillo de arriba, curioseando ya sabe cómo son los niños de curiosos y ahorita ya bajábamos para la fiesta.
Mi mama lo miro y lanzo una casi nula sonrisa, pues no podía ocultar su enojo por aquella situación a lo que dijo.
-gracias señor, es que esta niña a veces es algo inquieta, bueno que tengo una linda noche.
Me tomo de la mano y empezamos a caminar al salón donde estaban todos, él también le dio las buenas noches a mama y a mí, al llegar al salón ya nos esperaba mi papa y mi mama rápidamente le dijo que yo estaba de desobediente, a lo que mi papa hizo una mueca de desaprobación, salimos de la fiesta y de camino a la casa en el carro mi mama me fue regañando por lo que había hecho, aunque yo estaba completamente pensativa en lo que había pasado.
Cuando llegamos a la casa me dispuse a alistarme para dormir pues ya era algo tarde, ya con mi pijama y en mi cama mi mama entro a mi habitación y me pregunto qué era lo que hacia allá arriba y si el señor que venía conmigo me había dicho algo extraño, yo le conteste que no que solo había subido por curiosidad y que al señor me lo había encontrado en el pasillo y que no me había dicho nada más que un par de preguntas que cual era mi nombre y cosas así.
Con esa respuesta mi mama salió de mi habitación y no pregunto más, gran parte de la noche me quede dormida pues no sé si era porque no estaba acostumbraba a desvelarme o por lo ocurrido que estaba algo cansada, los días siguiente si pensé en lo pasado, ahora que estoy más grande puedo deducir que si no hubiera sido por que mi mama fue a buscarme habría pasado algo más que mi primer beso, posiblemente habría perdido mi virginidad y ni niñez, como en muchos relatos que otras chicas han contado de sus familiares a algo parecido.
Nunca supe cómo se llamaba el señor ni si conocía a mi papa, tampoco era el dueño de la casa ni algo así, porque al dueño y cumpleañero me lo habían presentado cuando llegamos, la verdad es que nunca lo he vuelto a ver y eso es muy bueno porque la verdad es que a mi parecer el me robo mi primer besos; espero que les haya gustado esta experiencia que hoy comparto y que me ocurrió tiempo atrás, después contare más vivencias, adiós y besos.
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Bueno para cumplir con las medidas de la página tengo que agregar una vivencia que aunque no fue mía pues la pude ver, días después de lo pasado en la fiesta mi vida fue muy confusa en el kínder ya no buscaba el contacto con mis compañeritos ni espiarlos ni nada, solo me dedicaba a ver los jugar y hacer mis trabajos, tenía una amiga, (bueno no sé si era mi amiga pues nunca hablábamos ni jugábamos solo nos la pasábamos calladas paradas una junto a la otra viendo como todos jugaban), todo los días nos poníamos al píe de unas escaleras y veíamos como los demás niños y niñas jugaban, muchas veces los maestros nos decían que porque no íbamos a jugar con los demás niños pero nunca queríamos después de un tiempo se rindieron y ya no nos decían nada solo nos deban ahí.
Mi “amiga” se llama Yamilet, aunque todos le decían Yami, era morenita de mis bonita cara, cabello negro, mas chiquita de estatura que yo, no me molestaba estar junto a ella tampoco puedo decir que me gustaba pues nunca hablábamos se puede decir que éramos amigas de silencia, en un receso estábamos las dos como siempre viendo como los niños jugaban de pronto paso el conserje quien llevaba una caja en la cual iban muchas muñecas, porque los niños más pequeños jugaban con ellas, las dos vimos pasar al conserje y después Yami me volteo a ver con cara de quiero una muñeca, yo no dije nada y solo seguido viendo los juegos de los niños, hasta que el silencio fue interrumpido por ella que dijo.
-Dulce vamos a ver a donde pusieron las muñecas.
Yo le dije….
–bueno.
Y rápidamente partimos corriendo hacia donde se había ido el conserje, el prescolar era algo grande, había 5 salones, los salones donde íbamos los niños estaba casi hasta el fondo y nosotras corrimos hacia el último salón que estaba casi en la entrada del jardín de niños, el cual solo era dividido por una reja de alambres en forma de rombos muy pequeños, a esa parte del kínder casi nunca nadie iba, pues estaba la bodega y se veía a la calle, de un costaba había un pequeño callejón y todos los niños preferían estar en la zona del patio en el los juegos o columpios, llegamos y la puerta estaba cerrada pero Yami recordó que por la parte que daba hacia la calle había una ventana grande de la cual tal vez podríamos ver para dentro del salón y podíamos saber si estaban las muñecas, dimos la vuelta y antes de que nos pudiéramos asomar paso algo.
Al otro lado de la reja estaba un señor que al parecer estaba recogiendo cartón y lo metía en una caja vieja grande que siempre traía, este señor era conocido por todos porque siempre estaba cerca de mi kínder, entre los niños se contaban historias que él era un roba chicos y otros decían que era un niño que no había obedecido a sus papa y que por eso vivía en la calle, hoy sé que él era como cualquier otro vagabundo, pero ya saben de niño dejas volar tu imaginación.
A mí el me daba algo de miedo por todas la historias pero estaba con mi amiga, él siempre estaba acompañado por dos perros, en eso él se acerca un poco a la reja y nos dice.
-Hola niñas, que bonitas.
Que hacen aquí.
Yo me quede callada y agache mi cabeza pero mi amiga rápidamente dijo.
-venimos a ver si había muñecas en el salón.
El lanzo un sonido como de querer reírse y nos dijo.
-y díganme mis amores ¿cómo se llaman?.
Yo seguí con la cabeza agachada en sin decir nada y en eso mi amiga dijo.
-yo me llamo Yamilet, pero todos me dicen Yami.
En eso se hizo un silencio que fue suspendido por la voz de él que dijo
-y tu amorcito cómo te llamas.
Yo seguía con la cabeza agachada hasta que sentí la mano de mi amiga que como que me daba un pequeño aventón y me decía.
-ándale Dulce dile tu nombre.
El volvió hacer un sonido como de risa y dijo.
-vaya que bonito nombre, y díganme les gustaría que les diera un dulce.
Yami rápidamente dijo emocionada que sí y yo no contesten, en eso el sacando algo de su viejo abrigo saco una paleta grande de caramelo, y nos dijo vengan acérquense, llama fue rápidamente hasta la reja y yo solo me quede en el mismo lugar que estaba, una vez que ella estuvo frente de el este dijo.
-que pasa Dulce tu no quieres paleta.
Yo negué con mi cabeza y camine dos pasitos hacia atrás, pues en verdad el me daba algo de miedo, el voltio a ver a Yami y le dijo con una voz que se notaba como ansiosa.
-bueno yami lo único que tienes que hacer es pegarte a aquí en la reja y quedarte solo para dita sin moverte hasta que te diga, y mientras estas paradita yo te voy a dar una paletita ten mira.
De uno de sus bolsillos del viejo saco que traía saco una paleta roja de dulce, al ver este Yami se acercó a la reja, el intento meter la paleta por una de las rendijas pero le era muy difícil pues las pequeñas rejas eran muy pequeñas no cabía ni una mano, entonces el partió la paleta a la mitad y solo así puso pasar la rendija, después Yami tomo la paleta y él le dijo.
-bueno pequeña hay tienen tu paleta, ahora solo quédate quieta va hacer muy rápido.
El hombre comenzó a bajar si cierra de su rito pantalón y frente a nuestros ojos saco lo que mi tío me había enseñado aquella mañana en su cuarto, Yami quien ya chupaba la paleta solo se quedó ahí viendo como el vagabundo nos mostraba eso, yo tuve curiosidad de ir a ver, pero me aguante porque el viejo en verdad que me daba miedo e iba a moverme por nada.
Después aquel vago comenzó a mover una de sus manos sobre su pene, a grande velocidades mientras no dejaba de ver la carita de Yami, comenzó hacer sonidos como de cansancio y después como pudo metió dos de sus dedos para jalar un poco del cabellito ondulado de Yami, y una vez en sus dedos comenzó como a acariciar su cabello, después jalo un poco más del mechón del cabello de mi amiga y lo puso sobre su pene y siguió realizando lo que estaba haciendo pero hora con el cabello de mi amiga en sima de su cosa, después de unos minutos donde el solo jadeo puso una de sus manos en la reja y la apretó con fuerza y comenzó hacer sonidos más graves, hasta que su respiración se fue haciendo más débil, en eso estaba cuando escuchamos un grito que dijo, niñas.
Eras una de las maestras de la escuela quien nos hablaba, yo voltee asustada y después escuche un fuerte ruido era el viejo vagabundo que salía corriendo de ese lugar dejando incluso su caja en el suelo, cuando voltee a ver a Yami esta tenia gran parte de su carita llena de ese líquido blanco que supuse era la lechita del vagabundo, parte de la leche aun resbalaba por el rostro de mi amiga que torpe mente se la intentaba limpiar con su manita embarrándosela solo aún más, y también parte de esta había quedado en la reja escurriendo.
La maestra nos llevó a la dirección y con papel y algunas toallitas comenzó a limpiarle la cara a mi amiga, y después nos dijo que no nos volviéramos a acercar a la reja que daba la callejón y que no debíamos hablar con extraños, también nos hizo prometer que no le contaríamos nada de lo que había pasado con ese señor o ella se molestaría mucho con nosotras y lo prometimos y hasta el día de hoy que lo estoy relatando lo había cumplido…… Continuaran mis vivencias.
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