Episodio 9 El Hombre Encorvado
Es interesante como se descubren los vicios, como nos conoces poco a poco a nosotros mismos.
Hola lectores y lectoras, aquí la continuación de mi relato, la cual se me ha hecho muy difícil escribir, por muchos motivos en especial por la falta de tiempo y de ganas, verán cuando conoce a escribir no pensé que terminaría escribiendo casi gran parte de mi vida, también he pensado mucho en mis relato es que es algo que realmente paso y esperaría que fuera más interesante, incluso he pensado en agregar alguna otra situación pero no se me aria justo, así que prefiero contarlo como realmente fue aunque a veces la vida no es tan interesante como lo quisiéramos, por eso si les parece aburrido mil disculpas, también agradezco las palabras de ánimo y los comentarios que se molestan en dejarme, saludos a todos mis lectores que he tenido el placer de conocer algunos en persona y otros solo por redes sociales y bueno se han dado cuenta que soy una chica por lo demás común, Bueno creo este será el principio del fin de mi saga de la niñez, espero les guste y me dejen su opinión sin más aquí el episodio nueve, gracias por la espera.
El Espacio de las Pequeñitas… :3 …
El autobús continuaba su viaje por la ciudad, mire por la ventana esperando que todo eso pasara no quería voltear a verlo, llegaron a mi mente los recuerdos del cine de la casa de mis abuelos y de cómo ese viejo me había tocado a placer he incluso con mi complacencia le había permitido terminar en medio de mis nalguitas y ahora estaba de nuevo sentado a mi lado, ¿Cómo me había encontrado?, era una de las muchas cosas que habían pasado por mi mente, o era una simple des fortuna de mi suerte, en esta maraña estaba cuando por fin salieron palabras de su senil boca.
-por fin te encontré Dulce no sabes todo el tiempo que te he estado buscando pero ahora por fin te he encontrado.
Terminando decir esto pude sentir como su mano izquierda fría y huesuda se posaba sobre mi piernita derecha, al sentir esto mi cuerpo se tensó y por un momento voltee a verle solo para encontrarme con su cara vieja y con una sonrisa burlona careciente de muchos dientes, esto hizo que me volteara de nuevo hacia la ventada y solo sentía como sus dedos de una forma suave comenzaban a lijarse sobre mi pierna, metiendo solo sus llevas por debajo de mi falda cada vez que subía.
-pero mírate has crecido mucho, pronto serás una pequeña señorita.
Decía esto mientras su mano continuaba en mi pierna, de pronto pude sentí como inclino un poco su cuerpo hacia donde yo estaba sentí la calidez de su aliento en mi oreja y como comenzó habla casi como un susurro.
-no he podido dejar de pensar en ti desde ese día del cine Dulce, no has podido salir de mi cabeza, me moría por volver a estar cerca de ti, por volver a sentir tu piel tu olor, mmmm, me muero de ganas por estar contigo.
Terminando de decir esto se apartó pero no quito la mano de mi pierna, el micro continuaba avanzando por la ciudad mientras subía y bajaba gente, poco a poco mi parada se acercaba esperaba que en alguna de estas paradas el amigo de mi abuelo bajara, pero al parecer su intención era ir conmigo hasta mi casa.
Llegamos a la que era mi parada y me levante al verme él se levantó conmigo, medio el paso, por el momento pensé que él se quedaría arriba en el camión pero no fue así, en cuanto comencé a bajarme él fue detrás de mí, baje del camión seguida del amigo de mi abuelo una vez que estuvimos abajo se apresuró a tomarme del hombro y me dijo.
-ahora para donde cariño.
Para haya le conteste bajito señalando la que era nuestra pequeña casita, no entiendo porque reaccionaba así, no sé si era por miedo ¿o porque? era de esta forma tan pasiva, aun hoy en día no entiendo el porqué, no sé si era que el miedo me dominaba tal vez la vergüenza o era que una aparte de mí se sentía excitada al estar en estas situaciones de peligro y abuso, al caminar me di cuenta que el amigo de mi abuelo caminaba encorvado se notaba que a él el tiempo lo había tratado mal estos últimos dos años, caminaba lento como si le doliera al hacerlo, para mi hubiera sido fácil el poder huir de él y dejarlo atrás pero no lo hice caminamos hasta estar al frente de mi casa, saque la llave de mi mochila y abrí al puerta dejando entrar conmigo al anciano.
Al entrar el rápidamente se sentó en el sillón casi como si fuera su casa, no sé porque lo hizo, si era porque se cansaba mucho al caminar o porque estaba tan seguro que ya me tenía en sus manos que se lo quería llevar todo tranquilo, puse mi mochila en el suelo y me quede ahí parada viendo, temerosa de que pasaría dentro de mi quería decirle que se fuera que no quería que estuviera en mi casa quería hacer muchas cosas pero siemplemente no podía hacerlo, hubo un gran silencio en la casa solo se escuchaban los ruidos del exterior, hasta que él dijo.
-no te espantes pequeña, no te voy hacer nada que tu no quiera tu y yo ya nos hemos divertido antes, y esta vez no tiene por qué ser diferente, mira que por fin te encuentro, ven siéntate a aquí a mi lado, ¿todavía eres una niña obediente verdad?
Asentí con la cabeza confirmando su pregunta y lentamente camine hasta estar enfrente de él, tomo mi mano y me sentó a un lado y después me pregunto.
-mmmm ¿y dime Dulce a qué hora llega tu mama de trabajar?
-a las 4 no debe tardar en llegar.
Mentí pues no quería que estuviera tanto tiempo en mi casa.
-vaya eso no nos deja tanto tiempo para estar contigo, bueno vamos a provechar el tiempo que tengamos juntos.
Él puso su mano en mi pierna derecha y comenzó a llevarla hacia arriba levantando un poco mi falda escolar fue en ese momento que me dio miedo lo que fuera a pasar e intentando detenerlo me apresure a preguntar.
-¿y cómo me encontró señor?
Al parecer mi pregunta funciono pues el viejo quito su mano de mi pierna y volteándome a ver me dijo.
-pues el pendejo de tu abuelo me dijo que la Normita andana por aquí y donde estudiabas, jajaja, por eso estoy aquí preciosa, pero bueno vasta de palabras que tengo unas ganas de tocar tu piel de seda.
Rápidamente llevo sus manos de nuevo a mis piernas, al sentir sus huesudas manos sobre mis piernas sentí un escalofrió que recorrió todo mi cuerpo, fue en ese momento que me di un parón rápido del sofá y dije.
-perdóneme señor pero tengo que hacer mi tarea antes de que llegue mi mama o si no se enoja que no haya terminado cuando ella llegue.
Él se quedó en silencio un momento y después casi como una risa dijo.
-jajajaj, a que niña tan obediente y estudiosa, bueno ve por tu cuaderno y trae tu tare que te voy a ayudar a hacerla.
Plass
Terminando de decir esto medio una pequeña nalgada en mi trasero y rápidamente camine hasta llegar a donde había dejado tirada mi mochila, saque de ella la primera libreta que encontré y regrese a donde estaba el amigo de mi abuelo esperándome, estaba a punto de volverme a sentar cuando él dijo.
-no pequeña no te sientes en el sillón, si te voy a ayudar hacer tu tarea tienes que sentarte en mis pierna primor, como mis sobrinitas.
El me contemplo de arriba abajo y yo me sentí como cuando a una ratoncita la mira una víbora antes de comérsela y dijo.
-te vez hermosa Dulce con tu uniforme del colegio, mírate ya en algunos años serás una señorita muy guapa y sexi vamos siéntate primor.
Me resigne y me senté en sus piernas a lo que el rápidamente contesto.
-no Dulce no, así no te debes sentar mira, cuando te sientes en las piernas de un señor tu como buena señorita debes de sentarte así.
Me levanto y después pude sentir como levanto mi falda escolar por detrás jalándome hacia el de nuevo y sentándome en sus piernas pero ahora el contacto con mi trasero era total con su pantalón de sastre que llevaba, el no dijo nada por un momento y después dijo casi como son aire.
-que hermosos calzoncitos tienes Dulce me gusto su color y el contacto con tu piel es lo máximo, eres como una droga Dulce.
Yo no decía nada solo podía estar sentada sobre la piernas de ese viejo él puso su manos en ambos costados de mi cadera y dijo.
-muy bien niña ahora dime de que es tu tarea.
-es de matemáticas, son algunas divisiones.
Conteste algo incomoda por la posición en la que me tenía ese viejo sosteniéndome con sus manos de mis caderas.
-pues qué esperas niña, apúrate hacerla, vamos.
Me incline un poco para empezar hacer mi tarea lo que pareció gustarle porque lanzo un pequeño suspiro y después comencé a hacer la tarea, el continuo solamente así sosteniéndome solo por mi cintura después pude sentir como sus manos recorriendo mi espalda yo aún llevaba puesto mi suéter de mi uniforme pero sus manos eran puro hueso y sentía con sus manos recorrían mi espalda, luego sentí como tomaba de las puntas mi cabello que siempre acido largo y dijo.
-que rico hueles Dulce, eres hermosa, mucho más que tu puta madre, eres un ángel vestido de colegiada, no imagino quien no quisiera cogerte eres hermosa, tu olor tu figura, no sabes cuánto te he buscado, cuantas veces me he tocado pensando en ti recordando el cine y en la casa de tu abuelo, ahora levanta las nalguitas poquito mi amor.
Obedecí esta orden y me levante poquito de donde estaba sentada, pude escuchar algo de movimiento y después como el me jalaba de nuevo para sentarme en sus piernas pero esta vez fue diferente, la sensación pude sentir como acomodaba algo caliente entre mis piernas justo en medio de mi entrepierna, después junto un poco más mis piernas atrapando su pene, su pene quedo atrapado entre mis piernas y mi calzoncito, podía sentirlo muy caliente y como lanzaba pequeños espasmos que eran amortiguados por mis piernas, escuchaba su respiración detrás de mí y después dijo.
-qué sensación pequeña, es el cielo el contacto de mi pene con tu hermosa piel de seda, ahora has tu tarea, deja que este viejo haga lo suyo.
Terminando de decir esto puso sus manos en ambos lados de mis caderas y comenzó un movimiento de atrás hacia a delante muy lento me empujaba y luego me regresaba esto provocaba que su pene resbalara entre mis piernas y mi vaginita aun cubierta por mi ropa interior, el movimiento era muy lento y yo podía sentir su pene saliendo de entre mis piernas y luego escondiéndose en ellas de una forma lenta pero constante, podía sentir como mis piernas jalaban el pellejo de su pene hasta a bajo y como luego lo subía hasta casi ocultar su cabeza y después se repetía la acción, él se recargo por completo en el sillón y solo suspiraba.
Después quito sus manos de mi cadera y las puso sobre mis piernas por encima de mi falda, después se incorporó un poco sin dejar de hacer el movimiento y me dijo de una forma muy flojita.
-Dulce que guapa eres y como me gustas.
Yo me quede aún más quieta y en ese momento helada sin saber que decir o reaccionar a lo que me estaba pasando, el jalo un poco mi falda descubriendo un poco más mis piernas, después quito su mano derecha de mi pierna he hizo a un lado mi cabello y comenzó a lamberme mi cuello y a darme pequeños besos, recorría mi cuello como si de un perrito se tratara subía y bajaba con su lengua mientras me decía.
-que bien hueles cariño mmmmm que bien te siento y cuanto me gustas, ¿sé que a ti también te gusta verdad?
No sabía que decir y ese silencio mío debió de entenderlo como que si porque sus besos se intensificaron así como la forma en la que me movía sobre él, una de sus manos se aventuró un poco más por debajo de mi falda tocándome más arriba de mi pierna.
Yo no sabía que decir o que pensar, la fricción que sus movimientos hacían en mi entrepierna al rose de su pene con mis piernas y mi ropa interior empezó a hacerme sentir una sensación que nunca había sentido, también que hasta ese momento nadie me había besado mi cuello de la forma en la que me estaba besando ese anciano, comencé a sentir como cosquillas en mi vaginita, y mi cuerpo comenzó a dejar de estar tenso y relajarse dejándose llevar por las caricias y los movimientos del amigo de mi abuelo, quien intensificaba el ataque a mi cuello y los movimientos dándose cuenta que mi resistencia poco a poco iba cediendo, justo cuando mi cuerpo se destensaba mas el dio un tirón de mi cabello pegándome completamente a él dejando mi cara a un lado de la suya ayyyhhh lance un pequeño grito por dolor que me causo el tirón a mi cabello y la sorpresa del acto, después con esa misma mano me tomo mi carita he hizo que me volteara de nuevo a verlo y me pregunto.
-¿verdad que te gusta cariño?
Sus movimientos se hacía más rápido y el rose de su pene en medio de mis piernas era más constante que parecía que me quemaba, no podía aguantar esa sensación que me había ocasionado sus besos en mi cuello y el ritmo al que movía mi cuerpo a su antojo, avergonzada por todo lo que estaba sintiendo cerré los ojos y asentí afirmativamente a su pregunta, fue en ese momento que sentí sus labios sobres los míos, por un momento por la sorpresa abrí los ojos solo para encontrarme con su cara arrugada pegada a la mía sentía sus labios intentando abrir los míos, con la poco fuerza que me quedaba intente resistirme, al notar mi resistencia el saco su lengua y con la punta de su lengua comenzó a recorrer mis labios, como si de un dulce se trataran, a mi nariz me llegaba su resuello el cual no olio muy grato, comencé a sentir como vértigo, el calor me inundaba la cara y todo mi cuerpo, para una niña de apenas 10 años todas esas sensaciones son muy poderosas, él se apartó un poco de mi cara y dijo.
-no te preocupes cariño sé que te gusta y esto será solo entre nosotros no tengas miedo de sentir.
Ya los movimientos de sus cadera era más acelerados su pene comenzó a llenar de líquido pre seminal mis piernitas y esto provocaba que resbalara mejor por entre ellas, también mi ropa interior comenzó a mojarse no sé si era también por su líquido que emanaba del anciano o seria el mío que ya humedecía mi pequeña vagina.
-Dulce cariño siente, relájate cielo, no pasa nada es normal y te gusta mmmm me gustas mucho y lo sabes.
Sentía como mi trasero iba y venía en sus piernas ya sus manos estaban en mis caderas de nuevo dándole fuerza a sus movimientos, ya no sostenía mi cara con su mano pero aun así no quite mi cara de donde la había dejado el continuo diciendo.
-aaahhh así tuve a tu mami Dulce así la tuve y ahora te tengo a ti Dulce, pero tu cuerpo me gusta más, tú me gustas más que tu mami aaahhhhh.
Terminando de decir esto me apretó con fuerza hacia él y pude sentir como su pene se convulsionaba en medio de mis piernas y después como su semen casi hirviendo resbalaba por mis piernas me dio la sensación a cuando te derramas algo caliente en las piernas, también mi falda de esa parte se humedeció y también mi calzoncito, sus movimientos cesaron, su respiración era agitada y yo subía y bajaba al ritmo que sus pulmones dictaban ya que aún tenía mi espalda pegada a su pecho, así estuvimos un rato me sentía como cansada y sentía como su semen resbalaba por mis piernas y como su pene se iba haciendo pequeño entre mis piernas, no se cuento tiempo estuvimos sin decir nada hasta que él dijo.
-creo que ya es hora de que me vaya cariño, no debe tardar en llegar tu mama y créeme no le gustara verme aquí.
Me quito de encima su yo y después acomodo su ropa, me dio un beso en la frente y dijo.
-nos vemos mañana cuando salgas de la escuela cariño, en la parada.
Sin decir otra palabra abandono mi casa, dejándome ahí sentada en la sala toda llena de su semen en mis piernas, no sé cuánto tiempo estuve ahí sentaba recargada en ese sillón silencioso testigo de lo que había pasado pensando en nada, después mi mente me trajo de regreso a la realidad, con las piernas temblorosas subí al baño que estaba en la parte de arriba, para limpiarme, pero no había mucho que limpiar pues ya todo el semen se había secado en mis piernas, mi falda y mi ropa interior, aun así me quite mi uniforme pues había que llevarlo diario a la escuela me cambie de ropa interior y mi limpie lo pegajoso de mis piernas, lave mi uniforme y lo puse a secar en la azotea, todo esto lo hice como si de un zombi me trata, después fui a mi cuarto y me acosté en mi cama, no podía explicar cómo me sentía, me sentía culpable por lo que había pasado, me sentía violada, enojada, temerosa, excitada, confundida tenía todas esa sensaciones que solo las mujeres podemos sentir, era la tercera vez que ese viejo aprovechado me había dejado su semilla en mi cuerpo, la primera en mi boca en el cine donde también dejo que otro viejo me tocara, después en mis nalguitas en casa mi mis propios abuelos y ahora en mis piernas, sin poder aguantar más solamente me puse a llorar en la soledad de mi cuarto.
El resto de la tarde fue de los más normal, mi mama llego comimos platicamos un poco, hice mi tarea me bañe y estaba lista para dormir, en la soledad de mi cama pensaba muchas cosas, no quería verlo mañana, no quería ir a la escuela ¿pero como evitar esto me pregunto?, además él ya sabía dónde vivía, si no fuera seguro vendría, no sabía que pensar, me sentía culpable porque había una parte de mí que no dejaba de pensar en las sensaciones que me había hecho sentir, en las palabras que me dijo y en como besos mi cuello, había una parte de mí que quería volver a sentir eso, y eso me hacía sentir culpable, él no era nada más que un viejo aprovechado como podía querer volver a sentir eso, con todo eso no se en que momento me quede profundamente dormida.
El sonido del despertador me saco de mi sueño, ya era hora para alistarme para la escuela, mi mama salía más temprano que yo por eso mis mañanas las pasaba sola comencé hacer mis cosas para mi sorpresa descubrí que mis miedos se habían ido, de hecho empecé a esmerarme en alistar mi persona ese día, siempre me gustar ir muy presentable a la escuela pero ese día se sentía diferente, peine mi cabello y decidí que ese día lo traería suelto, fui por mi uniforme a la azotea que ya estaba seco, he incluso entre por un poco de perfume al cuarto de mama, parecía que me alistaba para una cita, (una cita con un ancianoJ ) por ultimo antes de salir me mire en el espejo y me gusto como me veía y salía rumbo a la escuela.
La escuela fue lo normal todos corriendo todos en sus asuntos yo y mis amigas y todo, aunque siempre pensé en lo que pasaría a la hora de la salida, cuando sonó el timbre que anuncia la hora de salir mi corazón se aceleró, comencé a guardar mis libretas y libros de una forma muy lenta, siendo que siempre era como todos que recogían muy rápido sus cosas para salir lo antes posible de la escuela pero esa vez no, me costaba trabajo respirar pensaba en si era verdad y nuevamente estaría el amigo de mi abuelo esperándome si me acompañaría a mi casa y me aria lo mismo que el día anterior o esta vez sería diferente, eso me ocasionaba miedo pero con todo eso encamine mis pasos hacia la salida.
Al cruzar el lumbar de la escuela veía mucho movimiento todo yendo y viniendo el sonido de los autos volteaba para todo lados buscando algo que no encontré por un momento me sentí aliviada, el viejo no había cumplido su amenaza, camine sintiéndome más segura y entre a una tiendita a comprar alguna paleta y me dispuse a esperar el microbús, mientras degustaba mi caramelo, el camión apareció en la avenida acercándose fue en ese momento que sentí en mi hombro las misma manos huesudas seguido de un.
-hola cariño ya nos vamos para la casa.
No había duda de quién era, esas manos huesudas no podían ser de nadie más, el viejo había llegado y estaba dispuesto a repetir lo del día de ayer.
Fue como una repetición del día anterior, de nuevo estaba sentada en sus piernas en el sofá de mi casa con su pene aprisionado entre mis piernas y mi vaginita cubierta por mi calzoncito, igual que el día anterior el me movía con el ligero movimiento, mientras disfrutaba del rose que le provocaba mi cuerpo.
-mmmm mi niña te gusta verdad. Mmmm veras como se humedece de nuevo, eres un ángel.
Sus movimientos poco a poco se aceleraban, su pene era como un fierro caliente en medio de mis piernas, y yo solo me dejaba guiar en ese vals tan excitante para él y tal vez para mí, el comenzó a lamer mi cuello como el día anterior y yo comencé a suspirar antes sus caricias.
-así cariño relájate, tranquila solo siente deja a tu abuelito que te de gusto, mucho gusto a su niña, así mi amor relájate aprieta un poco más tus piernas bebe.
Esa sensación me ponía en una situación de retardó como mareada no sabría cómo explicarlo, el con una de sus manos dio un poco de vueltas a mi cabello y lo jalo un poco hacia atrás este movimiento violento me hizo lanzar un quejido ayyyhh, lo que el aprovecho para meter dos de sus huesudos dedos en mi boquita, atrapando mi lengua como si se trataran de unas pinzas.
-siii mi nena, sii, chúpale los dedos a tu abuelito, imagínate que es un pene ándale chúpame los dedos mi niña.
Sus dedos eran largos y sin problema llegaban a la mitad de mi boca, sabían salados, cerré mis ojos y aprisione sus dedos con mis labios y después obedeciendo su orden comencé a chupar sus dedos como si de un biberón se tratara.
-eso es así cielo así mmmm chupa los dedos de tu abuelito mmm que rico, que rico chupas mis dedos tan rico como el día que chupaste mi pene en ese cine, vamos usa también tu lengüita.
Mmmmfff, era lo único que salía de mi boca, porque continuaba chupando sus dedos, comencé a jugar con mi lengua con sus arrugados y salados dedos, los labia los apretaba los recorría para deleite del viejo quien continuaba cada vez subiendo el ritmo de sus movimientos, sabía que el final estaba cerca pues ya mis piernas sentían la humedad del liquito pre seminal de las mojaba, me jalo por completo solo de mi cabeza con los dedos que aún tenía en mi boca arqueándome un poco de mi espalda un par de apretones más y después su semen nuevamente comenzó a empapar mis piernitas dejándolas todas pegajosas, mientras sus movimiento poco a poco disminuían.
Unos últimos espasmos sentían mis piernas y las últimas gotas de su semilla salían y terminaban a mis piernitas, debo decir que sus corridas eran cuantiosas para ser un viejo en verdad que sí.
-que rico.
Fueron sus palabras que salieron de su agitada boca, por mi parte me recargue en su pecho como lo había hecho el día anterior dejando que su respiración me arrullara sabía que había terminado y que ahora solo le quedaba irse en lo que reponía sus fuerzas, nos quedamos un tiempo así, yo respiraba por la boca y por mi nariz intentando también reponerme fue en ese momento que en un movimiento rápido pude sentir como su lengua entraba en mi boca moviéndose dentro de ella como si de una serpiente se tratara consiguiendo el beso que le había negado el día anterior, ese fue mi segundo beso de mi vida, (el primero fue en la fiesta del amigos de mis papas) la verdad es que su aliento era muy feo y su boca careciente de dientes le provocaría asco a cualquiera, pero en ese momento yo estaba muy dosificada como mareada como en un sueño ya le había permitido a ese anciano hacer muchas cosas con mi cuerpo, entonces ya un beso no era nada.
-mmm que rico sabes amor, tus labios sabor a cerezas me encantan.
El problema es que el viejito no daba besos, el lamia dentro de mi boca era como tener a un perrito lamiendo dentro de tu boca intentando beber tu saliva con desesperación, esto no voy a negarlo si me provocaba una sensación de asco pero resistía esta invasión a mi boca.
-vamos pequeña, complace de nuevo a tu abuelito.
Terminado de decir esto se volvía a apoderar de mi boca, incapaz de defenderme solo seguía soportando estos supuestos besos, pero para mi sorpresa su pene quien seguía atrapado por mis piernas comenzó a recuperar su dureza podía sentir sus espasmos y como poco a poco iba ganando espacio entre mis piernas que lo aprisionaban, el debió notar mi reacción de sorpresa porque dejo de lamber dentro de mi boca para decir.
-así es mi niña me tome una pastillita para poder gozarte hoy más, vamos cariño quiero acabar mientras te beso, quiero terminar en tu cuerpo mientras te beso.
Terminando de decirlo se apodero nuevamente de mi boca y comenzó con sus movimientos de ir y venir mientras sus supuestos besos se hacían más intensos, por mi parte sentía que me quedaba sin aire nunca había estado con una persona de esa forma, el rose entre su pene y mis piernas su aceleraba y resbalaba más rápido que al principio ayudado por su primera descarga de semen, sus gemidos que lanzaba se apagaban dentro de mi boca y su lengua y la mía parecía que jugaban un juego del gato y el ratón, el intentando atrapar la y yo intentando el menor contacto esto sin mucho éxito, podía sentir su respiración agitada en mi cara y como me robaba el aire que yo intentaba inhalar, poco a poco me sentía cada vez más derrotada no sé si por la falta de aire o por estar en esa situación con ese viejo, justo cuando sentía que me desmayaría el apretó aún más mi boquita y después comenzó a descargar de nuevo su semen entre mis piernas, dejando mis piernitas súper empapadas por su segunda corrida, terminando esto libero por fin mi boca supongo que para poder respirar el también ambos exhalamos aire como si hubieras terminado de correr o algo así.
-fue maravilloso cariño, ufff, por un momento pensé que moriría.
Igual que el día siguiente no dijo mucho se acomodó la ropa y dijo que nos veríamos al día siguiente y se marchó de mi casa.
El día siguiente fue una calca de los días anteriores, él estaba afuera de mi escuela como los otros días caminamos un poco hasta la parada tomamos el micro y llegamos a mi casa y de nuevo estaba senda sobre de él realizando los movimiento los mismos de los días anteriores, pensé que sería lo mismo que los otros día pero no fue así, fue su voz la que dijo entre cortado.
-espera cariño esta vez quiero hacer algo diferente, levántate.
Yo lo obedecí y me levante después lo voltee a ver y me dijo.
-donde está tu cuarto cariño vamos a tu cuarto ándale guíame.
Era justo lo que no quería escuchar todo mi cuerpo sabía lo que ese viejo quería y me dio mucho miedo, no estaba dispuesta a perder mi virginidad con un viejo tenía miedo pero no podía decir que no, encamine hacia mi cuarto, siguiéndome detrás de mí el viejo encorvado, al subir las escaleras podía sentir como mis piernas se doblaban sabía que no había forma de evitar lo inevitable, estaba vez no había forma de salvarme seria el día en que entregaría por fin mi virginidad, cuando estuve parada enfrente de la puerta de mi cuarto dude en abrirla pero al final lo hice mire con nostalgia la cama y todo lo que había en mi cuarto, nadie podría negar que era un cuarto de una niña de 10 años, aun había adornos y figuras infantiles, pero en esa cama ese viejo me convertiría en mujer, (aunque en mujer naces siéndolo no necesitas que te conviertan), al llegar el cerro la puerta detrás de mí y después dijo.
-vamos carillo acuéstate en la cama.
Pero no lo hice tenía miedo y realmente no quería hacer eso, él lo volvió a pedir volviendo a tener una negativa de mi parte, de nuevo lo pidió y de igual forma hice casi omiso a su petición después él dijo.
-ya sé que tienes miedo cariño, pero no debes tenerlo no te preocupes, no pienso tomar tu virginidad, aunque no lo creas me causa más morbo el tocar tu cuerpo y hacerte cositas sabiendo que eres virgen que el pensamiento de quitarte el virgo, no Dulce lo único que quiero es volver hacer lo que hice esa día en casa de tu abuelo, solo quiero volver a poner mi verga en medio de tus nalgas y terminar en ellas, esa sensación quiero volver a sentirla, vamos puedes confiar en mi pequeña.
Terminando de decir esto puso su mano sobre mi hombro empujándome levemente hacia la cama, no sabía si creerle o no, pero no tenía otra salida que confiar en el así que obedeciendo me acosté en mi cama, volteándolo a ver.
-así no cariño, boca abajo, quiero gozar de tus lindas nalguitas.
Hice lo que me pidió, y me acosté boca abajo el tomo uno de mis cojines y lo metió justo en mis caderas acido que mi traserito quedara aún más paradito, el me contemplo por un momento y después dijo.
-eres todo un bombón Dulce no sabes cuánto he soñado con este momento de tenerte así ahora déjame quito esto.
Se acercó a mi cama y levanto mi falda escolar, dejando a su vista mi ropa interior, yo solo podía ver a mis peluches amontonados en la cabecera de mi cama ellos como fieles testigos de lo que pasaría con su dueña en su propia cama, él se deslizo un poco por mi espalda hasta que llevo su nariz a mi trasero o lo olio como cuando hueles algunas flores. Exquisito dijo y después bajo mis calzoncitos infantiles hasta mis rodillas, después se levantó de la cama, pude escuchar cómo se bajaba sus pantalones, acto seguido se acomodaba arriba de mi podía sentir su erección como se punteaba contra mis nalguitas, después el abría mis nalguitas con sus manos y como lo había hecho en casa de mis abuelos metió se pene en medio de ellas hasta dejarlo aprisionado por ellas.
-Uuuffff, es el mismo cielo, no se cuanto pueda aguantar.
Se acostó completamente sobre de mi como un lagartijo, podía sentir su pene palpitar en medio de mis nalguitas tal y como lo había sentido en mis piernas, el parecía disfrutar de cada momento en que me tenía así, después de unos segundo el comenzó a moverse arriba de mí.
–¿te gusta cielo?, vamos mi niña mueve ese culito para tu abuelito vamos pequeña.
Obedecí como lo había hecho hasta ese momento esperando que cumpliera su promesa, y comencé a moverme torpemente acompañando sus movimientos levantando un poquito mis nalguitas para deleite del anciano.
-mmmmmmmmm cariño así, así tienes que hacerlo mmmm que gusto le das a tu abuelito así mi amor sigue así ahhh no puedo más mmm levanta las nalguitas Dulce.
Levante un poco más mis nalguitas el viejo comenzó a volverse mas rápido y comenzó a escucharse el sonido del choque de su pelvis con mis nalguitas en uno de esos el lanzo un fuerte gruñido y comenzó a terminar en medio de mis nalguitas, su semen hirviendo como siempre resbalaba por todo mi canal trasero, quemando la entrada de mi ano y llegando a resbalar hasta mi vaginita, el viejo se quedó como muerto arriba de mí, cerca de un minutos en el cual aún sentía los espasmos de su pene en medio de mis nalguitas, después como pudo se desparramo aun lado de mí, respirando fuerte mente, llevo una de sus manos hasta mi nalguita derecha y la comenzó acariciar como cuando acaricias una mascota después de portarse bien mientras intentaba reponerse de su corrida en mi trasero.
-tu trasero es el cielo Dulce, es lo máximo, ese si quiero ser el primero en penetrarlo, no ahora pero más adelante.
El continúo acariciando mi nalguita y después dijo.
-¿saber porque no quiero joderte Dulce?, porque el morbo lo es todo, el morbo es lo que nos hace gozar a los hombres y también a los mujeres, dicen que el morbo surge de trasgredir las reglas básicas del asco, y tu Dulce eres puro morbo para mí, el saber que eres virgencita he inocente me causa una gran excitación mas que si te cogiera, cogerte seria genial pero lo disfrutaría una vez , dos o tres o varias veces, pero después sería solo sexo, por eso los matrimonios fracasan y se vuelven repetitivos porque no hay morbo, me causa mucho morbo el llenarte con mi semen todo tu cuerpo virginal y eso será lo que seguiré asiendo tal vez algún día lo entiendas y te encantara el morbo, bueno creo que ya estoy listo para otra ronda.
Terminando de decir esto volvió acomodarse arriba de mí y a repetir lo de hace aun ratos solo que con más fuerza y más fácil ya que si pene resbalaba más fácil por la anterior corrida, mi cama se movía a cada envestida y movimiento del anciano esto hacia que algunos peluches cayeran de mi cama, esa tarde el viejo se derramo otras dos veces más en mi trasero hasta que dejo mi casa y a mi bañada de su semen mi traserito.
Es interesante como se descubren los vicios, como nos conoces poco a poco a nosotros mismos, ese día empezó como los días anteriores sin imaginar que ese día me encontraría a mí misma una parte que no conocía de mí una parte oscura y lujuriosa, ese día conocería a Luna.
El día empezó como había trascurrido el resto de la semana, estaba en la escuela sabiendo que a la salida me esperaba el anciano el viejo encorvado el amigo de mi abuelo, no podía imaginar en que terminaría eso, ese viejo me seguiría usando hasta el hartazgo o algún día tendría el valor de decirle que se detuviera o siemplemente moriría porque ya era viejo porque no creo que se cansara de mí y siemplemente me dejara, a la salida de la escuela él estaba esperándome de igual forma caminamos y llegamos a la parada del micro a diferencia de otras, esta vez había un poquito demás gente esperándolo, estuvimos un rato parados sin hablar yo creo que nos veíamos como una niña y su abuelo, si supieran pensaba para mis adentros.
-oye Dulce.
La voz del viejo encorvado me saco de mis pensamientos.
-mira discretamente hacia atrás, mira al señor de traje que está parado junto a la parada.
Voltee levemente como me lo pedía y efectivamente había un hombre delgado con el cabello canoso traía un portafolios café en la mano y un traje que se veía desgastado se notaba que el pantalón y el chaleco no eran el juego y solo combinaban el, al verme que voltee miro hacia otra parte, yo volví mi cabeza hacia el frente y escuche.
-ese viejo desde que llegamos no ha dejado de verte, seguramente lo enamoraste, jajaja si no conoceré a mi propia gente, yo creo que ese viejo le gustan tu Dulce y no lo culpo pues eres un bombón.
Me sentí apenada por las palabras que me decía me sentía incomoda al decirme que otro viejo como de su edad me miraba con deseo, yo no dije nada y solo me quede quieta, después de eso nadie dijo nada el micro se acercaba y la gente se comenzó a arrimar preparándose para subir, cuando estuvo casi enfrente de nosotros di un paso para subir pero las manos del viejo me detuvieron y me dijo.
-espera Dulce deja que la gente suba, vamos a jugar un jueguito nosotros.
Yo me quede quita no entendía lo que me decía, un jueguito ahí frente a todos, esto me lleno un poco de miedo pero obedecí, le gente comenzó a subir y después junto a nosotros paso el viejo del traje el que según el amigo de mi abuelo me estaba viendo, bueno al menos ya no lo tendré detrás de mi pensé, una vez que abordaron todo el viejo me dio la orden de subir detrás de él, el autobús se había llenado solo a la mitad como era de esperarse la gente ocupo los asientos de enfrente seguía al viejo por el pasillo hasta llegar a unos asientos vacíos, aunque para mi sorpresa no nos sentábamos en ellos, seguimos caminando hasta llegar a la parte de tras del micro donde solo hay una fila larga de asiento y el viejo me dijo.
-sienta aquí hija.
Me cedió el paso al frente mostrándome el asiento que había elegido para mí, por un momento mi sorpresa fue mayúscula el asiento que había elegido era justo al lado del viejo de traje que me veía en la parada de autobuses, el viejo estaba sentado justo al fondo del microbús atrás de la puerta trasera, yo mire al amigo de mi abuelo y el asintiendo con su cabeza su decisión, trague saliva y camine hasta el asiento, podía sentir la mirada del viejo de traje mientras me acercaba a mi lugar, después quite mi mochila de mi espalda y al sentarme la puse en mis piernas evitando de esta forma que me las viera, después el que se sentó a mi lado izquierdo fue el amigo de mi abuelo, y el micro arranco su viaje.
En los asientos de enfrente no había nadie, en los demás de la parte de atrás tampoco y en los que están enfrente de nosotros pero a la izquierda solo iba un señor gordito y chaparrito hablando por teléfono. Me sentía nerviosa, intimidada por esa situación que plan tendría el amigo de mi abuelo al hacerme sentar ahí, fue en ese momento que el hablo.
-dame tu mochila cariño, ya la cargaste todo el día en la escuela.
El astuto viejo me hablaba como si fuera su nieta para que nadie sospechar y quito mi mochila de mis piernas era la que evitaba que el viejo de traje me viera las piernas, el viejo trajeado no pudo evitar mirarme con algo de descaro mis piernitas al ser quitada mi mochila, me sentí aún más incómoda, aun no acababa mi incomodidad cuando el amigo de mi abuelo dijo
-pero que niña tan mal educada te sentaste y ni saludaste al señor, anda salúdalo.
Buenas tardes, balbuce un poco sin voltear a ver al viejo de traje, el también contesto con un buenas tardes.
-pero que es eso niña, así no se saluda a los mayores parece que no te han enseñado respeto anda dale tu mano.
No podía creer lo que me pedía el amigo de mi abuelo, pero entendía su plan él quería que yo tuviera el mayor contacto con ese viejo, me voltee a verlo y estire mi mano para saludarlo, supongo que el contacto de mi mano con su piel debió ser algo no que esperaba sentir ese viejo pervertido. Sentí que no quería soltar mi mano, pero yo lo hice casi al instante, después el amigo de mi abuelo dijo.
-usted disculpe ya ve como son los niños de hoy, no saben mucho de las buenas costumbres.
-no se preocupe.
Contesto el viejo trajeado.
-vaya días calurosos ¿verdad?
Pregunto el amigo de mi abuelo, a lo que el viejo contesto afirmativamente, al parecer esto fue suficiente para romper el hielo entre ambos y meter un poco de confianza en el viejo de traje que después de unos minutos de silencio pregunto.
-¿es su nieta?
-si es mi nietecita me toca venir por ella a la escuela, porque a veces se queda jugando y no llega puntual a casa.
Contesto el amigo de mi abuelo a lo que el viejo trajeado contesto.
-si así son todos los niños quiere jugar y se les va la noción del tiempo.
A lo que el amigo de mi abuelo contesto.
-si así es mi nietecita muy juguetona, lo malo es que a veces se cae jugando y luego se raspa, la otra vez se calló y se raspo un poco las piernas por eso vengo por ella a la escuela.
Inevitablemente el viejo de traje volteo a verme las piernas por lo dicho por mi supuesto abuelo, después de verlas le costó argumentar su respuesta.
-vaya que mal espero que este bien que no le vaya dolido mucho y no le hayan quedado marcas.
El amigo de mi abuelo estiro su mano y levantando un poco mi falda casi a la mitad de mis piernas dijo.
-pues usted dígame si se le nota algún raspón en sus piernas.
El viejo de traje voltio a ver a mi supuesto abuelo con sorpresa y después tragando un poco de saliva voltio de nuevo su mirada hacia mis piernas sin poder articular palabra, yo tenía la cara llena de vergüenza de que el viejo me estuviera mostrando mis piernas en un lugar tan público a un viejo pervertido el cual después de admirar por unos segundos mis piernas dijo.
-pues de aquí no se le notan ninguna raspadura, lo único que puedo ver es que su nieta tienen unas piernas muy bonitas.
-pues es que no se ven a simple vista pero seguro que si las toca podrá sentir las marcas de las raspaduras.
Fue lo que dijo mi supuesto abuelo, en ese momento mi corazón se detuvo, no podía creer lo que ese viejo estaba diciendo, como lo había hecho en el cine estaba invitando a otro viejo desconocido a tocarme, el viejo de traje tardo en contestar como que dudaba pero después dijo.
-¿seguro amigo? ¿La niña no dice nada?
A lo que el amigo de mi abuelo contesto.
-seguro amigo la niña no dice nada ella obedece a su abuelo en todo, además no vamos hacer nada malo solo le buscaras raspones.
Terminando de decir esto el viejo de traje dejo caer sus dos manos sobre mis piernas como si fueran garras y comenzó a sobarlas de arriba abajo con demencia, podía sentir sus manos ásperas sobre mis piernas, el solo contacto de mi piel con su piel hizo que mi cuerpo se erizara, el continuo con su tocamiento hasta que dijo.
-pues yo no siento nada amigo, sus piernas se sientes lisitas como seda, ¿estás seguro que esta muñeca de porcelana se raspo?
A lo que el amigo de mi abuelo contesto.
-claro que si amigo pero seguramente tiene su raspada más arriba.
Rápidamente el viejo de traje deslizo su mano por debajo de mi falda escolar hasta llegar a topar con mi entrepierna, di un pequeño saltito al sentir ese contacto, después pude sentir como el viejo deslizaba dos de sus dedos por todo en frente de mi calzoncito sintiendo mi vaginita.
-creo que ya encontré la raspadita, tiene razón amigo si se ha raspado, ¿dime una cosa muñeca te duele? ¿Quieres que te sobe para que no te duela?
No conteste a esto estaba sorprendida por que un viejo me estuviera tocando así en el trasporte público, a cada rose de su dedo comenzaba a sentirme rara, me sentía como cuando el viejo me daba besos en el cuello, fue en ese momento que sentí como con sus dedos debajo de mi falda hacia un lado mi calzoncito y tocaba ya directamente mi vaginita con sus toscos dedos, estuve a punto de lanzar un gemido pero me contuve recordando donde estaba, el viejo de traje comenzó a pasar dos de sus dedos por fuera de mi vaginita, subía y bajaba recorriéndola toda, me sentía a desfallecer era como si las sensaciones que sentía hace un momento se multiplicaran, voltee a ver la cara del amigo de mi abuelo como buscando ayuda o un consuelo pero lo que vi me dejo impactada.
Su mirada reflejaba lujuria pura, se notaba el morbo en su cara al verme siendo tocada por ese viejo de traje, no entiendo porque pero eso me éxito mucho, fue algo que nunca podré olvidar y que me marco de por vida, en ese momento me sentí extrañamente en control aunque no lo tenía ni tantito, el viejo seguía jugando con sus dedo y fue en ese momento que uno de sus dedos hizo presión metiendo solo la punta dentro de mi vaginita, ese fue el momento en que corrió la electricidad por mi cuerpo, con su otro dedo comenzó a rascarme la parte superior de mi vaginita provocándome ahora si una avalancha de placer nunca antes sentido para mí a mis cortos 10 años me estaban tocando mi vaginita en un microbús frente al amigo de mi abuelo y eso me excitaba aún más, no solo tenía placer físico si no también placer mental.
Los dedos del viejo de traje continuaron su labor, cerré mis ojos intentando resistir esas sensaciones, pero no pude más en un momento los abrí busque mirar hacia el frente ya que a los lados lo que veía solo me causaba placer, pero cuando voltee me di cuenta que no solo el amigo de mi abuelo veía el espectáculo que ofrecía el viejo de traje con mi cuerpo también el señor gordo que estaba en el asiento de enfrente nos veía sin perder detalle, esto fue demasiado para mi estaba excitando a tres hombres maduros al mismo tiempo en ese micro, no pude más y peque mi cara lo más que pude entre el hombro y el brazo del viejo de traje quien continuaba con su trabajo e intente esconder mi cara ahí de las miradas pervertidas que veían el espectáculo, como pude junte fuerzas para poder susurra levemente.
-ya, ya, ya, ya, por favor ya.
Le imploraba clemencia al viejo del traje como nunca a nadie en mi vida a lo que él solo contestaba con su voz excitada
-no, no. no. no muñeca debo seguir.
-ya, ya, ya, ya por favor… arrhhh arrhh arhh
Fue el último sonido que escapo de mi boca de una forma fuerte después sentí como mi cuerpo se volvía gelatina y se dejaba caer, mi gemido fue tan fuerte que no dudo que la gente lo haya escuchado, fue en ese momento que el amigo de mi abuelo dijo.
-creo que es suficiente amigo, además ya llegamos a nuestra parada.
Como un zombi me baje con la ayuda del amigo de mi abuelo del microbús ya no pude ver la cara del otro espectador poco a poco fui recuperándome hasta comenzar a caminar normal fue cuando en amigo de mi abuelo dijo.
-veo que lo que hemos hecho te ha encantado Dulce, creo que ya encontré tu talón de Aquiles, dime una cosa ¿quieres que sigamos jugando esos jueguitos? ¿Quiero volver a sentir esa sensación?
Me sentí avergonzada por su forma tan grosera de preguntar pero era verdad eso me había gustado mucho y quería volver a sentirlo, conteste afirmativamente con mi cabeza y después el viejo dijo.
-Y dime ¿Qué vas hacer para convencerme de compartirte con más gente y poder ponerte en esas situaciones morbosas?
No supe que contestar pero en se momento sabía que el viejo me tenía en sus manos y a partir de ese día comenzaríamos a jugar juegos muy peligrosos pero pervertido…………….. Continuara.
Gracias por leer mi relato y espero sus comentarios gracias besito a todos.
Autora: Dulce Luna…
No puedes comenzar el fin de tu niñez!! si justo acabas de terminar este capitulo con el comienzo de lo mejor: compartirte con gente en lugares publicos.
Porfa no demores, sigo tu historia desde hace muchisimo tiempo
Estupendo relato aunque ni te haya escrito en los anteriores he de decirte que me la pones muy dura, estoy deseando leer las perversiónes uffff
Primero que nada saludos y qué buen relato y segundo, capítulo 9? Dónde puedo leer los otros? Ojalá me contestes.
No llegaste a jugar ese jueguito de esconder la ropita en varios lugares del parque y tener que buscar cada prenda escondida sin que nadie te vea en medio de la noche para poder vestirte?
O tal vez ese jueguito del juguete que bailaba dentro de tu vaginita mientras estaban en el centro comercial y el restaurante?
Quizas tambien ese jueguito de llenar tus calcetitas de la escuela de mucha lechita mientras las tienes puestas y salir asi a la calle?
Dulce Luna que paso con la continuación de estos relatos? Donde los puedo leer ?