Infiltrado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por NenaJoven.
En el cuartel general de la Stasi estaban de celebración.
Klaus Kepler había vuelto a resolver un puzle imposible y cerrado el caso con éxito metiendo entre rejas al asesino, liberando de esta forma a un sospechoso injustamente encarcelado.
Klaus, con su mente analítica y fría había sido capaz de meterse en la cabeza del asesino y averiguar su identidad y su modus operandi.
No necesitaba saber cómo se había cometido el crimen, solo imaginaba cómo lo realizaría él y ya tenía la punta del cabo.
Era el mejor y por eso el ministro de defensa le quería para el siguiente caso.
Le habían encargado eliminar o golpear de muerte la industria del turismo sexual.
Una lacra que golpeaba a su país, una actividad, repulsiva, que tendría que tratar de erradicar de raíz, acudiendo a los países donde se realizaba y metiendo a los responsables a la cárcel.
Al principio Klaus no estaba contento con el trabajo.
El resolvía crímenes, no vicios, pero la explicación del ministro no tenía réplica, el turismo sexual infantil era peor que un crimen, era un atentado a la inocencia y por eso aceptó.
La verdad es que no tenía ni idea de por dónde empezar, pero decidió hacerse pasar por un cliente, para poder acercarse a los “malos” y hacer justicia, así que hizo lo que haría un posible cliente.
Miró en internet los destinos de turismo sexual infantil pero no lo tenía claro.
No sabía cómo ir, como moverse por allí, dónde solicitarlo, por lo que comenzó a rastrear internet en busca de posible información.
Tras días navegando encontró algunos foros pedófilos donde comentaban algo del tema, pero prácticamente se centraban en la pornografía infantil, que, algunas lenguas aseguraban, estaba vinculada con la prostitución.
Un par de semanas más tardes ya dominada la jerga, las siglas por las que se comunicaban y algunos dominios donde intercambiaban comentarios, fotos y links a otros dominios con contenido infantil, pero claro, para recibir, hay que dar.
Klaus se puso en contacto con un compañero de la interpol y le pidió algunos de los videos requisados para poder compartir y ganarse la confianza de la gente, y así lo hizo.
El intercambio había comenzado.
No visionaba los videos, le parecía repugnante.
Simplemente cargaba y descargaba, hasta que una noche vio un título que le llamo la atención.
“Fruta latina en venta”.
Pinchó en el icono y la imagen que vio le impacto.
Una niñita con apariencia sudamericana, aparecía vestida con un uniforme escolar descaradamente corto.
La niña daba lentas vueltas subiéndose levemente la falda dejando a la vista sus braguitas, un zoom de cámara permitió ver un primer plano de las mismas, donde se marcaba la rajita de su vagina y al darse la vuelta mostraba que en realidad era un minúsculo tanga.
Klaus, con los ojos pegados a la pantalla avanzó el video y pudo ver a la niña ya desnuda haciendo movimientos sensuales, abriendo su coñito y su culito cuando la cámara se acercaba.
La imagen se queda estática y aparece un hombre desnudo con una verga enorme.
La niña, sonriendo, se mete la polla en la boca y comienza a mamársela.
En este punto, Klaus, congelo la imagen.
Se apreciaba perfectamente cómo la niña, de unos 8 años, tenía polla de aquel tío en su boca, y no estaba llorando, ni parecía bajo efectos de un narcótico.
Parecía… parecía que estaba disfrutando.
Inicio de nuevo el video avanzando la barra y la imagen había cambiado.
Aquella enorme polla, intentaba penetrar en la pequeña vaginita, pero era imposible, o eso parecía.
En su lugar, la restregaba una y otra vez contra su rajita y la cara de gozo de la niña era desconcertante.
Nuevo avance, nueva sorpresa.
La cabeza del pollon estaba enterrada en el ano de la niña.
Se veía claramente como todo el glande y parte del troco taladraban ese diminuto anito y se lo follaba sin miramientos hasta que terminó el video.
Klaus estaba sorprendido e intrigado.
La niña parecía disfrutar de aquello.
Decidió visionar algún video más, solo para salir de dudas y entender mejor la mentalidad de aquellos enfermos.
Visionó otro video titulado “Niñita de 8 años con su papa”.
Klaus esperaba que el título del video solo fuera un reclamo, pero cuando empezó a visionarlo salió de dudas.
En la imagen aparecía un panzudo hombre que mostraba a la cámara a su supuesta hija, una niña que aparecía totalmente desnuda, y en el que su padre, tocaba sin miramientos su vagina y su culito, abriendo su raja, para que su anito fuese perfectamente visible.
La edad de la niña rondaría, en efecto, los 8 años.
La calidad el video era mala, se notaba que era casero, pero la imagen era cercana, clara y muy explicita.
En el video, el padre lamia el coñito de su hija durante unos minutos, para cambiar el encuadre y ver en un perfecto primer plano, como se folla a la niña a lo perrito, viendo claramente, como una polla entra hasta el fondo del tierno coñito y lo embiste con fuerza.
El padre, cambia de objetivo y se folla su culo.
Klaus miraba absorto la pantalla cuando las últimas imágenes del video eran reproducidas.
El padre, se puso en pie y ordeno a su hija que se arrodillase.
Esta, obediente, se pone de rodillas y entiende las intenciones de su padre.
Se mete su polla en la boca y comienza una de las mejores mamadas que Klaus había visto en su vida, para terminar en una abundante eyaculación en la cara y boca de la feliz cría, que se ríe cuando nota las salpicaduras del esperma paterno y vuelve a meterse la polla en la boca.
Klaus decidió visionar algunos videos más, convencido de que, en alguno de ellos encontraría alguna pista.
Las horas volaban mientras las pornográficas imágenes desfilaban por su pantalla sin perder detalle, visionando videos de todos los tipos y categorías.
A Klaus le llamó la atención que tampoco los niños se salvaban de protagonizar estas películas y supuso que el turismo sucedería igual.
Inició el siguiente video que tenía por título un escueto “CUM” y puso especial atención.
El video comenzaba con una vista general de 5 niñas, todas ellas de entre 7 y 9 años, vestidas tan solo con unas braguitas.
La cámara se acerca y se aprecia que las niñas tienen un cartel escrito a mano por ellas mismas.
El barrido de la cámara permite leer lo que tiene escrito cada niña.
La primera de ellas, de unos 8 años, tenía un cartel que decía “me gusta el semen en la cara”.
La segunda niña, tendría unos 9 añitos, y en el cartel que sostenía podía leerse “me gusta el semen en mi boca”.
El video continuaba su desplazamiento hacia la izquierda, apareciendo la tercera niñita, de unos 8 añitos también y cuyo cartel rezaba “adoro el semen en mi coñito”.
La cuarta niña parecía la mayor de todas y junto con una pícara sonrisa mostraba su cartel, donde se podía leer “me encanta el semen en mi culo”.
La cámara termina su recorrido con la última niña, la más joven de todas, que a duras penas tendría los 7 añitos y sostenía, tímida, un cartel que decía “adoro el semen, mucho, mucho semen”.
Klaus, estuvo tentado de detener el video, pues sabía lo que sucedería a continuación, pero su sentido del deber era mayor y se contuvo.
El video, continuaba con unos cuantos hombres entrando en la habitación.
En el audio tan solo se escuchaba una delirante música clásica, pero se entendía por los gestos que estaban repartiéndose a las niñitas.
Tras un corte, cada uno de los hombres se va de la mano con una de las niñitas, a excepción de la última de ellas, la más pequeña, que se fue con dos hombres que la duplicaban el tamaño.
El video terminó con una rápida sucesión de imágenes, de fotografías en HD, donde aparecían todas las niñitas con sus compañeros realizando todo tipo de actos sexuales.
Mamando pollas, siendo forzadas, y con una enorme polla en sus pequeños culitos y coñitos.
Las últimas imágenes mostraban con perfecta nitidez las palabras de cada cartel hechas realidad.
Cinco imágenes rápidas y perfectas donde se veían a las niñas manchadas de esperma.
La carita de la primera, con cara de sorpresa y tres trallazos cruzándole la cara desde la frente a la nariz.
En la siguiente foto, la niña tenía la boquita abierta llena de semen y la lengua fuera sujetando los grumos y la enorme polla que reposaba también sobre ellas.
En las siguientes fotos aparecieron un lechoso coñito y un rosado anito cubierto de semen.
Y la última, la que menos se pudo visualizar, la pequeña niña de 7 años, con su pelo, frente, nariz y mejillas cubiertos por unos espesos cuajarones de semen, miraba a la cámara con ojos desafiantes.
Durante unos segundos, se pudo leer en la pantalla: para videos completos visita nuestro link.
Con nerviosismo, Klaus tecleo con velocidad la dirección indicada y apareció una página de porno estándar.
Se llevó una decepción.
Hecho un rápido vistazo a la pantalla, pero no vio nada raro.
A volver a empezar.
Cuando ya tenía el cursor sobre la x, vio de reojo unas letras que había pasado por alto: i LEGAL Porn.
La pantalla que apareció ante sus ojos le alegro la vista, y el espíritu.
Pequeñas imágenes de niñas desnudas en posiciones sugerentes a modo de carátulas copaban la pantalla.
Los títulos estaban escritos debajo.
Solo tardó unos segundos en encontrar lo que buscaba.
“CUM”.
Cuando entro en el enlace pudo ver los títulos de los 5 videos que contenía, cada uno al precio de 100$ americanos, las edades de las niñas y su país de origen.
Klaus dudó.
Podría estar tan solo ante porno infantil, y las sospechas de que podrían grabar videos de las niñas y sus clientes ser falsas…
Klaus hizo el pago que indicaba la página por el quinto video, total, no tenía nada que perder.
Continuó visualizando los videos porno que tenía en su poder.
Se marchó a su cama algunas horas después, con la oral un poco más baja, y la polla que no le entraba en los pantalones.
Nadie es de piedra.
Tras dos semanas de investigación, no tenía nada sólido decidió pasar a la acción.
Se acercaría hasta alguno de los países claves y probaría suerte.
No tenía claro cuál elegir, así que, tal vez influenciado por la gran cantidad de videos visualizados, optaría por Sudamérica.
Klaus se imaginó cuál sería su destino si realmente querría contratar los servicios sexuales de una niña y Habló con su superior para la obtención de presupuesto, apoyo táctico y posibles refuerzos y reservó un billete para Rio.
Asentado en la ciudad, comenzó a moverse por las calles de Copacabana buscando indicios y no tardo en comprender que no resultaría sencillo.
Preciosas señoritas se le ofrecían a cada paso, incluso jóvenes adolescentes que rondarían los 16 años, pero no era eso lo que buscaba y cuando les preguntaba a las meretrices por “compañeras” mucho más jóvenes, éstas llegaban incluso a insultarle.
Por la noche, en la soledad de su habitación, recibió un mensaje inesperado en su correo.
Una serie de números y letras y Un link, todo remitido por una dirección de correo estándar.
Tras accionarlo apareció un video que le hizo recordar.
En el video, de primera calidad, aparecía una preciosa niña de 7 años junto con dos corpulentos hombres adultos.
Los hombres, con la cara pixelada, tocaban a la niña por todo el cuerpo y tomaban su mano y la colocaban sobre sus grandes pollas.
La niña, obedeciendo órdenes, lamía tímidamente las pollas pasando su diminuta lengua por los amoratados capullos.
Klaus miraba absorto en video, donde la pequeña se soltaba poco a poco, y se metía una de las pollas en la boca, mientras la otra, trataba de colarse en su coñito restregándose en él, hasta que finalmente metió la gorda cabezota en su interior.
En los 40 minutos que duraba el video, los dos hombres disfrutaron de la niña por todos sus agujeritos, follando su boca, su almejita y su tierno culito.
El final, como prometía el previo, fue inolvidable.
Los dos pollones escupieron su carga de semen sobre la cara de la sonriente niña, depositando largos cuajarones en su frente, pelo, nariz y mejillas, mientras la niña abría su boquita y sacaba la lengua para captar los últimos chorros que las palpitantes pollas depositaron sobre ella.
Tras en fundido en negro, solo 5 palabras: Si quieres participar, BRIGADEIRO BAR.
Una búsqueda rápida en internet mostro su ubicación allí mismo, en Rio, y Klaus salió disparado tras poner en alerta a la tropa.
El bar estaba situado fuera de la zona turística y en su interior había solo gente local que se le quedaron mirando con cara de pocos amigos.
Su mano acariciaba su reloj, que tenía el botón de emergencia y un rastreador.
Cuando el intimidante tabernero se le acercó sintió miedo.
– ¿Qué quieres?
– Una cerveza.
Bajo la atenta mirada de todos los presentes, el tabernero le sirvió.
– ¿Algo mas?
– Sssi.
Me gustaría participar.
Dijo sin convicción.
– Entonces, tendrás el código.
Le pregunto empuñando un arma por debajo de la barra.
Klaus recordó, y con movimientos lentos, sacó su móvil y busco el mail, mostrando el código.
El tabernero indicó a Klaus que debía seguirle.
Atravesaron una puerta, cruzaron un pasillo y subieron unas escaleras.
Le indicó una pequeña habitación donde le cachearon a conciencia y le hicieron esperar.
En la sala, había una pequeña revista que le dio por ojear.
Se quedó petrificado.
En ella aparecían fotos de niñas junto con su nombre, edad y precio.
Las edades oscilaban entre los 6 y los 12 años.
Pasando la página comprobó que también tenían varios niños.
El hombre del traje blanco se presentó como Jorge.
– ¿Has visto nuestro pequeño catálogo? Son las opciones que hay disponibles en Rio y para su primera visita.
Cuando efectúe el pago, le enviaremos un extenso catálogo con todos nuestros productos.
Y antes de continuar, ¿chico o chica?
Klaus fue guiado por el pasillo hasta otra puerta.
Cuando entraron y vio en interior su corazón se disparó.
Allí dentro se encontraban 10 niñitas vestidas con un vaporoso vestido que potenciaba su aspecto infantil.
Jorge le insto a elegir.
La elección era muy complicada.
Klaus acariciaba el botón de su reloj, tentado de pulsarlo y terminar de una vez con todo aquello.
– Esa de ahí.
Eligiendo a una preciosa niñita morena, grandes ojos castaños y cara expresiva, con dos largas trencitas a ambos lados de la cabeza y un cuerpecito delgado y fino.
– Excelente elección Señor Klaus.
Nely es la más joven de todas, 7 añitos, pero ya ha sido estrenada.
Las vírgenes están muy cotizadas.
– No me importa, lo prefiero.
Tras efectuar el pago, le condujeron a una nueva habitación donde Nely estaba esperando.
La habitación era grande, muy iluminada y repleta de espejos.
Lo que supuso un potenciador del morbo.
Klaus estaba de pie, en medio de la habitación mirando a la niña sin saber qué hacer, hasta que Nely le guio hasta la cama, se alejó un poco y deslizo sus manos por su cuerpecito, acariciándose.
Lentamente, subió su vestidito dejando a la vista sus floreadas braguitas y se dio la vuelta, dejando a la vista su precioso culito.
Se quitó el vestido y se agacho dejando su culo en pompa, tapado por las bragas.
Klaus seguía indeciso.
Su dedo temblaba sobre el botón.
Debía detenerlos a todos.
Ya.
El policía se puso en pie, y su dedo, que segundos antes se deslizaba sobre un botón, ahora se aferraba al elástico de las bragas de una niña de 7 años tirando de él hacia abajo dejándola completamente desnudita.
Esos mismos dedos, ahora se deslizaban por el cuerpo de la niña, pasando sobre su espalda y sobre sus diminutos pechos, rozando suavemente pezones, que se endurecieron al tacto.
Continuaron su recorrido bajando por el abdomen y deslizándose por sus caderas, para finalmente terminar en su pequeño y suave monte de venus.
Sus dedos, al final apretaron otro botoncito, más tierno y jugoso que arrancó los gemidos de la pequeña niña y acabaron deslizándose por su rajita, para comprobar con sorpresa que estaba entera mojada.
El hombre se puso en pie y se desnudó en segundos ante la atenta mirada de la niña.
La tomo en brazos y la colocó encima de la cama.
Le sujetó las piernas y con suavidad las colocó hacia delante, curvando su espalda, y dejando a su alcance su dulce caramelo.
Con esta postura, Klaus pasaba su lengua de forma simultanea por el culo y el coño de la niña, arrancándola sonoros suspiros.
La lengua, se movía en círculos en torno a su rosado y apretado ano intentando introducirse en su interior.
Sin despegarse, se arrastraba hasta alcanzar su coñito y la enterraba profundamente, saboreando sus flujos de niña, y Klaus entendió entonces las palabras de los foreros, cuando afirmaban que era una sensación indescriptible y continuó comiéndose, literalmente, a la niña, pasando su lengua por cada pliegue, y lamiendo con fuerza su pequeño y dilatado botoncito.
Cuando Klaus levanto la vista y se vio a sí mismo en el espejo, su pollón pegó un latigazo reclamando la atención.
Incorporó a la niña dejándola sentada en la cama y comenzó a pasar su polla por sus mejillas, su barbilla, su nariz y sus labios, disfrutando de la visión y del momento.
La niña, sacó su lengua y empezó a pasarlo por el glande empapándolo en saliva.
Se metió los depilados huevos de Klaus en la boca y chupaba con ternura.
Pasaba su lengua de nuevo por aquel mástil de carne, desde los huevos hasta el capullo, para metérselo en la boca.
Klaus aflojo la presión consciente de que no entraba más, y enloqueció con la visión de aquella boquita de niña mamando como podía su mástil, y tuvo que reconocer, que aquella mamada infantil, era la mejor que le habían hecho nunca.
Con gran voluntad, detuvo la mamada y tumbo de nuevo a la niña.
Masajeo su clítoris de nuevo y llevo sus empapados dedos a la boquita de la niña para que saborease sus propios fluidos.
Después, colocó su polla, empapada con la saliva de la niña en su tierna rajita y froto su glande contra su botoncito, con fuerza y rapidez.
Deslizaba su capullo por toda su rajita disfrutando al máximo con aquella sensación, hasta que, presa de la lujuria, la penetro.
Klaus enterró su polla dentro del ardiente coño de la niña con un grito ahogado.
La niña también gritó, pero por la sorpresa de la invasión, puesto que segundos antes disfrutaba con los frotamientos sobre su botoncito, pero Klaus pareció no oírlo.
Continuo follandose a la niña, con movimientos lentos y seguros.
Tratando de retener todas las sensaciones que experimentaba follandose aquella infantil almejita.
La idea de los espejos era fantástica.
Podía ver en todos los ángulos lo que estaba haciendo y se vio a sí mismo como el protagonista de los videos que había revisado semanas atrás.
Cuando Klaus creyó explotar dentro de la niña, hecho mano de su más férrea fuerza de voluntad y se detuvo de nuevo.
Todavía le quedaba tiempo y quería exprimirlo al máximo, aunque la idea de correrse dentro de la niña o cubrirle la rajita con su leche, emulando los videos visualizados le sedujo.
Con mucho cariño la volteo y la acomodó a lo perrito y se situó detrás.
Separó con sus manos las nalgas de la niña dejando a la vista su rosado anito y pasó de nuevo su lengua por él, alcanzando también su mojada conchita.
Su intención era lubricarlo bien, cubrirlo con su saliva para poder deslizar su polla con mayor facilidad y reducir el dolor, pero también parecía disfrutar comiéndose el culo de la niña.
Se colocó tras ella.
Deslizaba la punta de su cipote de abajo hacia arriba, presionando suavemente por toda la zona perianal.
Finalmente puso su pollon justo sobre su ano y empujo.
Muy despacio, el glande fue desapareciendo dentro del culo de la niña.
Klaus continuaba separando sus nalgas, para no perderse el maravilloso espectáculo y empujando su polla, lenta pero firmemente hasta que prácticamente la mitad de su poderosa verga penetro en aquel delicioso culito.
Klaus, con los músculos en tensión y los ojos en blanco retiró levemente su pene para volver a empujarlo con fuerza segundos después, follandose de esta forma, lenta y profundamente, el apretado culito de Nely.
Sus manos aferraban con fuerza las caderas de la niña arrastrándola hacia atrás al tiempo que él daba su estocada.
La imponente verga de Klaus, apretada con fuerza por el infantil culo de Nely palpitaba con cada latido intentando endurecerse más, como si eso fuera posible.
El placer se multiplicaba gracias a las múltiples vistas que tenia de la escena, reflejada en los espejos, pero nada en comparación con la imagen, en primera persona, de su polla taladrando una y otra vez el anito de la niña.
El final estaba cerca, así que, haciendo uso de una descomunal fuerza de voluntad, sacó su verga del interior de la chiquilla y la pidió que se diera la vuelta.
Colocó su mano sobre su barbilla y, acariciándola, la insto a abrir su boquita.
Klaus puso sus manos en las suaves y largas trenzas de Nely, sujetándolas.
Colocó su amoratado capullo sobre los labios de la niña y tirando suavemente de sus trencitas, lo enterró de nuevo en su pequeña boca.
Pocos segundos después, Klaus descargaba una descomunal cantidad de semen dentro de la abierta boca de la cría, pero los chorros eran tan potentes y de tanta cantidad, que salpicaron también su cara, tapando uno de sus grandes ojos, y cruzando desde su frente hasta sus labios, cubriendo su pequeña nariz.
Nely sacó su lengua y la arqueo, mostrando las grumosas trazas de leche pegadas a ella, y la paso en círculos por sus labios, atrapando el esperma depositado en ellos.
Recogió su lengua y le mostro a Klaus su blanco contenido y se lo tragó tras saborearlo unos segundos.
La cara de la niña seguía siendo un espectáculo, toda cubierta de semen.
Lara se quitó con sus deditos la leche que tenía sobre sus ojos, y Klaus guio sus dedos, de nuevo hasta su boca.
Nely entendió, y fue llevando hasta su boquita todos los restos de esperma que le cubrían la cara hasta tragárselo todo para deleite de Klaus, que continuaba con su polla dura como el granito.
La niña se metió de nuevo la erecta y goteante verga en la boca y succionó, pero a los pocos segundos una animada melodía les indicó que el tiempo de juego había terminado.
Nely, con lentos movimientos y las piernas semi abiertas por la reciente actividad, desapareció tras una puerta.
Cuando Klaus, exhausto, termino de vestirse, salió al pasillo y allí lo esperaba Jorge.
– En hora buena Señor Klaus.
Acabas de ser aceptado como cliente.
– Pensaba que me convertí en cliente cuando pagué la cuota.
– No.
Has sido aceptado cuando has pasado la prueba.
Como ya sabes, este negocio es ilegal, para desgracia de mucha gente.
Así que desconfiamos de las caras nuevas.
En alguna ocasión, ha venido por aquí algún agente de policía.
Pero ninguno de ellos supera la prueba.
– ¿La prueba?
– Si, las niñas.
Cuando las ven, comenten un error.
Se descubren, se retiran o intentan pedir ayuda.
El local está aislado.
Ninguna señal sale de aquí, pero nosotros si las captamos, con las inevitables consecuencias.
Pero tú eres de los nuestros.
Te ha costado arrancar, como es normal, pero luego… Te has entregado del todo.
Has disfrutado de la cría, por todos sus agujeritos, además.
Eres un cliente apasionado.
– ¿ Me habéis visto?
– ¡Te hemos grabado! Siempre lo hacemos la primera vez.
Por seguridad, y, bueno.
Como detalle por tu primera compra.
El resto, solo se grabará si tú quieres.
– OK.
¿Me vais a dar una copia?
– Por supuesto.
Toma este USB.
No lo pierdas nunca.
Cuando lo metas en un pc, te pedirá una clave.
Es tu número de cuenta.
Por seguridad.
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Excepto infligir dolor.
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¿Alguna duda?
– Muchas, pero ninguna que pueda plantear ahora.
– Vete a tu hotel, o a tu casa y descansa.
Las niñas agotan, lo sé por experiencia.
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Ya de vuelta en su refugio reflexionó a cerca de todo lo que había pasado.
Se había salvado por los pelos, y había disfrutado del sexo como nuca en su vida.
Con una niña de 7 años.
Informó a sus superiores que tenía indicios, pero no la seguridad de que aquel lugar fuese un prostíbulo infantil y debía seguir investigando.
Informó que sospechaba que la trama era muy grande y necesitaba mucho más tiempo para investigar A FONDO.
¿FIN?
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