La dulce Vicky 4 (primera parte)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por porqueria15.
Cuando desperté estaba en mi cama, sentía unas manos aplicando algo a mi culito y mi puchita, (ji ji ahora ya le digo como le puso mi papi a mi vaginita), baje la mirada y vi a mi papito que me dijo – hola princesa, esto ayudara a calmar el ardor que de plano sientes, ya verás que mañana estarás como nueva, ¿sí? –
Yo solo asentí y volví a cerrar mis ojos y me quede profundamente dormida.
A la mañana siguiente me desperté con los gritos de mi mama – ¡Vickyyyyy, vas a llegar tarde al colegiooooo, apúrate y baja a desayunar!
Me incorpore en mi cama y pude ver que tenía mi camisón de dormir y mis calzoncitos puestos, me pare y me los baje para ver cómo estaba mi puchita y comprobé que mi papi tenía razón, la vi rosadita y normal, pase mis deditos por mi anito y también lo sentí normal, sin dolor o ardor, pero al pasar los dedos también sentí un cosquilleo que me erizo la piel, en ese momento me paso por mi mente el momento en que la vergota de mi papa estaba dentro de él y sentí como el calorcito en mi estomaguito regresaba… y suspire profundamente.
Luego abrí mis ojos y me metí corriendo al baño para ducharme, ya que mi mama seguía gritando abajo.
Baje saltando las escaleras y mi faldita escocesa se elevaba de arriba abajo, me sentía feliz y entusiasmada, cuando llegue a la cocina vi que mi mama estaba sirviéndole el café a mi papa que estaba leyendo el periódico, al verlo de inmediato se me vino a mi mente la imagen de él recostado en el sillón trasero del auto con su verga erecta apuntando al cielo y su mirada de lujuria cuando me empezó a bajar a ella, sentí escalofríos deliciosos; sacudí mi cabecita y me senté en la mesa, ya mi mami había servido mis panqueques y los bañe en miel y empecé a devorarlos, levante la vista para ver a mis papas, mi mami como siempre comiendo un yogurt, siempre decía que se miraba gorda aunque yo nunca lo note, siempre habíamos comentado con mis amigas que se parecía mucho a una actriz de hollywoord, bajita y rubia.
Mi papa estaba tomando su café y mordisqueaba un panecillo, se miraba guapísimo con su camisa polo blanca, sus pantalones caqui, se notaba su panza, pero no era muy prominente, como era dueño de varios centros comerciales no tenía que llegar a ningún trabajo a ninguna hora, tenía sus oficinas en el centro de la ciudad pero podía llegar a la hora que quisiera, mi mama me llevaba siempre al colegio pero cuando mi mama tenía que llegar temprano a su bufete entonces él me llevaba.
– Amor, podrás llevar a Vicky hoy, por favor, tengo que irme ya me están esperando – le dijo mi mama a papi, mientras se levantaba y agarraba sus cosas.
– De acuerdo – dijo mi papa sin siquiera apartar su vista del periódico, me puse en alerta, pensé que algo diferente pasaría.
Mi mama se fue y entonces termine de comer mis panqueques, me quede mirando a mi papito y el muy despacio, levanto la mirada y pude ver su ojos azules fijos en mi – bueno princesa, ¿nos vamos?
– Si papi, voy por mi mochila – dije y subí corriendo a mi habitación, baje y mi papa ya me esperaba en la puerta, cuando pase a la par suya me tomo de la mano y salimos, nos subimos a su carro y enfilo hacia mi colegio, el cual estaba a unos 20 minutos de la casa.
Cuando me senté en el sillón mi faldita se levantó un poco y se podían apreciar mis piernitas, esto no pasó desapercibido a mi papito, – ¿Desayunaste bien mija? – Me pregunto – Si papi – le respondí.
Luego con su mano derecha comenzó acariciar mis piernitas – pero no vi que tomaras tu vaso de leche – me indico y ciertamente me recordé que por salir corriendo no me tome mi leche – no papi, se me olvido – le dije.
El colegio se encuentra prácticamente en línea recta de mi casa y era prácticamente una autopista libre, coloco el carro en modalidad crucero (funcionalidad que permite que el carro avance con la velocidad y timón fijados en la última posición definida) retiro un poco el sillón y se abrió el cierre del pantalón, luego saco su pene ya erecto y me dijo con una sonrisa – bueno mija, tendrás que tomar otra clase de lechita, ven, chúpame la verga, ¿sí?
Yo ni lerda ni perezosa me abalance sobre mi papi y me lleve su hermoso pene a mi boca y comencé a mamársela, mi papi solo llevaba la vista fija en el camino y de vez en cuando cerraba los ojos en un rictus de placer que le estaba proporcionando, me esforzaba por metérmela toda en mi boquita, apenas lograba llegar a la mitad, pero lo intentaba más y más, y entre más lograba meterme oía que mi papito más pujaba, cuando me la sacaba le lamia sus huevos, en ese momento me percate que mi papito se había rasurado todo ahí abajo, que bueno es mi papito con tal que no me atragantara con sus pelitos.
Ya llevaba como unos 10 minutos realizando la mamada al pene de mi papito cuando sentí que su mano me sostenía mi cabecita con su pene dentro de mi boca y entonces pude sentir como empezó a palpitar y de inmediato sentí como impactaban en el fondo de mi boca sendos chorros de semen, intente tragarlos como iban saliendo pero fueron 5 o 6 fuertes que no los pude tragar de un solo y tuve que retenerlos en mi boca, cuando sentí que me soltó la cabeza pude voltear a verlo y pude ver su expresión de placer reflejado en su mirada entrecerrada, bajo la mirada y me sonrió, posiblemente al ver mi cachetes inflados con su “lechita”, – bueno mija trágatela pues – me ordeno, y yo con gusto procedí a tragármela, realmente le estaba tomándole gusto al semen – bueno ahora límpiame bien – me indico y yo procedí a limpiar toda su verga que poco a poco se estaba desinflando, cuando estuvo todo limpio él se subió el cierre y retorno su asiento a su lugar original, yo me senté en el mío con una sonrisa de oreja a oreja.
– Te está gustando esto verdad mija – me dijo mi papito también sonriendo – Si papito, realmente me gusta mucho – le respondí sacando mi lengüita en forma de burla.
En ese momento llegamos al colegio, mis amigas me esperaban en la entrada y yo me despedí de mi papito con un beso en los labios, pero esta vez no fue solo un topón como siempre, si no que metió su lengua en mi boquita, me gustó mucho, y luego cuando me estaba bajando me paso su mano por mi culito, eso también me gusto.
Realmente no aguantaba las ganas de que llegara la hora de salida para volver a ver a mi papaíto.
(fin de la primera parte del capitulo 4)
Mmmmm eso me ha traído recuerdo de una pequeña autoestopistera. Que. Mamada.