La dulce Vicky 6
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por porqueria15.
Yo iba muy cansada en el asiento trasero, aun podía sentir las pulsaciones de mi hoyito trasero así como también de mi puchita luego que Tony y Benito se vinieran en cada uno de ellos, no me podía dormir, pero si cerré mis ojitos para revivir esos momentos, creo que realmente me está gustando mucho estos juegos que me enseñan los amigos de papá.
En menos de 15 minutos estábamos llegando al edificio de oficinas donde trabajaba mi mamita, nuevamente mi papito saco su celular y le marco, indicándole que estábamos llegando a su edificio; por lo que entendí, mi mamita ya estaba abajo esperándonos por lo que no tuvo necesidad mi papi de entrar al estacionamiento, sin pensarlo me puse triste por ello, creo que en mi interior esperaba que pudiéramos jugar con mi papi un poco como la ves pasada.
En un ratito se estaba subiendo mi mami al carro, venia como siempre bien hermosa, mi mamita es delgada aunque tiene muy bonitos pechos y sus nalgas son muy pronunciadas, – Hola mija como te fue en el colegio – me pregunto al verme en el asiento trasero – bien mami – le respondí – mmm mija vienes muy colorada, ¿te sientes bien, no tendrás fiebre? – me indico tocando mi frente para verificar su afirmación, sin embargo no noto nada extraño ya que me sonrió y volvió la vista al frente y a platicar con mi papi.
El camino fue aburrido, por lo que opte por recostarme en el asiento y esperar a que llegáramos a casa.
Ya en casa cenando, mi papi le comento a mamá que tendría que revisar unos problemas con uno de los locales que tiene en el centro de la ciudad, ella se le quedo viendo como molesta y le soltó – ¿Entonces quien recogerá a Vicky?, ¡yo no puedo salir esta semana más temprano!, estamos en una demanda que está consumiendo todo mi tiempo – mi papa se encogió de hombros y le dijo que no habría problema si yo no me aburría quedándome en el carro mientras el revisaba el local, pero que ella tendría que tomar un taxi para venirse a la casa, voltearon a verme al mismo tiempo y yo simplemente levante los hombros de manera displicente diciendo – no hay problema, de todas maneras tengo mis libros para estudiar para mientras – mire a mi mamá y su mirada cambio de molesta a aliviada – No hay problema, es más de la oficina me pueden venir a dejar alguno de los colegas.
– Entonces está decidido mi princesa, paso por ti a la escuela mañana y te vas con migo al centro Ok? – me dijo mi papi guiñándome un ojo sin que mi mamá se diera cuenta.
Luego nos fuimos a ver tele un rato en la sala, mi papi se sentó en medio de las dos y mi mami se recostó poniendo sus piernas sobre el brazo del sofá y yo hice lo mismo de mi lado, quedando nuestras cabezas sobre cada pierna de mi papito, el cómodamente tenía sus manos en la cabeza de mi mami acariciándola, pero su otra mano no acariciaba mi cabeza, si no que me empezó acariciar la cara muy despacito, yo sentía su calor en los dedos, me agradaba mucho, tanto que poco a poco me fui quedando dormida, luego no recuerdo nada hasta que me despertó un sensación de humedad en mi puchita, cuando abrí mis ojitos vi que estaba todo a oscuras y que estaba acostada, aun en la oscuridad sabía que estaba en mi habitación porque podía ver apenas la ventana que da al patio y la luna entraba tímidamente por las persianas, luego volví a pestañar y voltee a mi mesita de noche y pude ver que eran las 11 de la noche, y sentí nuevamente la humedad en mi puchita y algo intentando meterse con mucha fuerza, mire hacia abajo y solo se veía un gran bulto en mis sabanas a la altura de mi vaginita, la levante y pude encontrarme con lo hermosos ojos de mi papito que estaba sorbiendo mis juguitos de mi puchita – Hola princesa, lamento despertarte pero me quede con muchas ganas de probar tu puchita, ¿te gusta? – me pregunto hablando bien quedito.
– Si papi – le respondí – pero mi mami se puede dar cuenta, ¿no crees? – le indique alarmada ya que la puerta de mi habitación estaba entre abierta y podía ver una leve luz al fondo donde estaba la habitación de mis papitos.
– No te preocupes mi cielo – me dijo – tu mami toma pastillas para dormir cuando está muy tensa del trabajo y ahorita está bien dormida.
– ¡Aaaah bueneeeeno! – le respondí – entonces sigamos jugando ¿sí?
– Si mija, ahorita voy a seguir jugando contigo – me indico mi papito y diciendo esto se irguió en mi camita acomodándose de rodillas entre mis piernitas – abre bien mija porque ahorita te la voy a meter todita, ¿te parece? – me dijo mi papa, sobándose su ya erecto manubrio, que se miraba lindo todo lubricado, sobándoselo con su mano y apuntando hacia mi agujerito, que ya estaba todo encharcado por mis jugos y la saliva de mi papi.
– ¡Ahí te voy mi nena! – me susurro al oído mi papi mientras su vergota empezaba a estirar mi pequeña cuevita, ahora ya lo recibía con mayor facilidad, no sentía mucho dolor como antes y casi de inmediato sentía esta sensación deliciosa al rozarme por dentro con su cipote.
Empezó despacito el mete y saca, mientras me besaba todo mi cuellito y mis inexistentes chichis, yo sentía mucho placer a pesar de tener el cuerpo grande de mi papito encima, si pudiera tomarme una foto, creo que solo mis piernitas y mis bracitos se verían, ji ji ji.
Empezó acelerar sus movimientos, enterrándome todo su miembro, sentía que a cada empujón el grosor de su palo era mayor, en unos segundos más empecé nuevamente a sentir que me elevaba y a ver esas lucecitas lindas cuando mi cuerpo llegaba a ese límite, mi papi de plano que se dio cuenta que acababa de hacer venir a su hijita porque empezó más rápido sus movimientos y en un momento dado se salió de mi puchita y se impulsó hacia arriba diciéndome – ¡ya me vengo mija, abrí la boquita y chúpala, quiero te tomes mi lecheeeeee!, – diciendo esto, me agarro mi cabecita y me hundió la cabeza de su pene en la boca, justo al tiempo que sentía como pulsaba su pene y expulsaba una gran cantidad de lechita, yo como buena hija empecé a tragar como podía, hasta que se quedó quieto y yo me quede limpiando todo su poderoso miembro con mi lengüita, dejándolo limpio y brillante, quedando poco a poco reducido en tamaño.
– Gracias mija, pasa feliz noche.
– Me dijo mi papa mientras se levantaba de mi cama y procedía a arroparme como miles de veces lo había hecho antes.
– Feliz noche papito – le dije aun saboreándome su semen que segundos antes me había tragado.
Cuando estaba por irse por la puerta voltio a verme y me dijo – descansa bien mi nena, que mañana será un día muy especial, te lo aseguro – y luego se fue, dejándome con una gran cantidad de sueño, pero a la vez emocionada por el día de mañana…
Al día siguiente amanecí muy contenta, aún tenía el sabor del pene de papa en la boca, más bien el sabor de su lechita, me estire en mi cama y casi como si me pudiera haber visto despertar, oí la vos de mi mami gritando como siempre – ¡Victoriaaaaaaaaaaaaaa baja a desayunar mijaaaa!
Rápidamente me metí al baño y me duche, luego me puse mis calzoncitos blancos con muñequitos de HelloKitty y mi uniforme del colegio, y baje saltando casi las escaleras, cuando llegue a la cocina me quede parada como una tonta en la puerta, solo estaba mi mama en la mesa y otro plato de cereal que era obviamente para mí – ¿y mi papito? – Pregunte procurando no sonar muy triste.
– Tu papi salió temprano mija, tiene unos asuntos que discutir con sus amigos, pero quedo de ir a buscarte al colegio, ¿no te recuerdas? – me dijo mi mami mientras sorbía su café.
– Ah! Si pero no entendí que él se iba ir temprano – le dije sentándome a devorar mi cereal.
– Bueno pues apresúrate que te tengo que pasar dejando a tu colegio camino a mi oficina, y como no me pasaran a traer me vendrán a recoger en unos momentos mis colegas de la firma – me indico moviendo las manos con el ademan que me apresurara.
A los 5 minutos escuchamos el sonido de una bocina afuera de la casa, – vamos mija que ya llegaron – me indico mi mama agarrando su bolsa, llaves y enfilando hacia afuera, solo me dio tiempo de agarrar mi mochila y mi suéter y salimos las dos por la puerta, afuera nos esperaba un carro grande color negro, me parece que era marca FORD Explorer o algo así, pero era muy grande, más grande que la camioneta de mi papi, mi mami abrió una de las puertas traseras y me ayudo a subir, ya que tenía una pequeña gradita para ello – di buenos días – me espeto mi mama.
– Buenos días – dije tímidamente, ya que dentro del vehículo en el sillón de atrás iba un señor canche, parecía extranjero y muy grande de altura y con una barriga que no disimulaba debajo del traje – hola nena – me dijo en un acento que parecía gringo.
– Buenos días pequeña – me dijo el señor que iba manejando, este al contrario del señor que estaba sentado a la par mía era de color negro aunque igual o más grande que el canche, me llamo la atención ya que como contrastaba su tez con su sonrisa blanca.
– Licenciado Jones, Licenciado Méndez, ella es mi hija Victoria – dijo mi mama al subirse en el asiento del copiloto.
– Hola nena, ¿qué edad tienes? – me pregunto el llamado Jones con ese acento gracioso – tiene nueve años aunque ¿parece de más edad verdad? – dijo mi mama sin darme tiempo a contestar.
– Pues ya se vislumbra como toda una bella señorita, igual que su mamita, verdad Jones – dijo el llamado Méndez volteando a ver a mi mama y posando una de sus inmensas manos en mi cabeza y luego acariciando mi barbilla, para luego depositarla como si fuera ya costumbre en la pierna de mi mama, que no hizo nada por retirarla si no que se rio sonrojándose – Ay Licenciado, como es usted de adulador – dijo mi mami, enderezándose en el sillón al darse cuenta que mi mirada estaba en la mano del negro que tenía sobre su pierna, obligando a separarse de ella.
– Nos vamos – apremio mi mamita que se vio un tanto descompuesta.
– Pues nos vamos – dijo Méndez encendiendo el motor del vehículo y enfilando hacia la carretera con una sonrisa en el rostro.
Durante el viaje pude notar que Jones se me quedaba viendo disimuladamente a mis piernitas, esto me volvió a provocar una sensaciones muy agradables, como cuando se quedaron viendo mis profesores la ves pasada, de cuando en cuando pasábamos unos baches y yo hacía como que no lo notaba pero se me subía un poco mi falda, lo cual parecía que encantaba al viejo jones, ya que poco a poco sus miradas eran más descaradas, esto de alguna manera me gustaba, ¿realmente podía yo excitar a hombre maduros?, pues creo que sí, ya que casi llegando al colegio me di cuenta que Méndez también estaba dándose gusto por el retrovisor.
Al llegar a mi colegio, y antes de que volteara a ver mi mama, me arregle nuevamente mi faldita, que ya casi me llegaba a mi calzoncito, – bueno despídase pues mija – me dijo mi mami, como buena niña educada que era me levante un poco y le dijo adiós a el Sr.
Jones con un beso en la mejilla, fue algo rápido pero que no pude evitar oír como aspiraba profundamente el viejo pervertido del Sr.
Jones.
, luego le di un mejor regalo de despedida ya que me incline hacia adelante para despedirme de la misma forma del Sr.
Méndez y estoy segura que Jones pudo ver completamente debajo de mi faldita mi calzoncito de HelloKitty.
Y digo que estoy segura ya que al bajarme pude ver que Jones se acomodaba en su asiento para disimular una gran erección en su pantalón.
Salte del carro y mi mama me grito que esperara a mi papa al mediodía, pero algo me dijo que saltara de regreso a la ventana del copiloto donde iba mi mama, al hacerlo casi estoy segura que vi como el negro de Méndez retiraba la mano a toda prisa de las piernas de mi mama.
Le estampe un beso a mi mami en su mejilla que note muy roja, y le dije que no se preocupara, que esperaría a mi papa.
Realmente mi mente había cambiado, esas acciones hace unos días habrían pasado desapercibidas para mí, pero ahora mi mente me dice que otras cosas están sucediendo, cosas que mi mamita está realizando y que no estamos enterados con mi papi.
Bueno, me quedo la duda y esta no me la voy a sacar hasta averiguar de qué se trata.
Bueno llegue al colegio y mis amigas Mandy y Samy me estaban ya esperando en la entrada, ellas son mis mejores amigas, y siempre andamos juntas, hasta hace unos días nos contábamos todo, ahora no se si debería contarles lo que me está pasando con mi papi y los amigos de papa.
Mandy es más grande que Samy y que yo, ya que tiene 10 años, Samy tiene 9 igual que yo, aunque nos conocemos desde el jardín de niños cuando teníamos apenas 4 o 5.
Mandy es la más pilas de las tres, sus papis tienen un restaurante en el centro, Samy vive con su mami su padrastro ya que su papi falleció hace unos 5 años, es la más callada de las tres, pero igual de pilas que nosotras.
Mandy tiene el pelo negro aunque su tez es blanquita, Samy tiene el mismo color de pelo que yo, muchos nos molestaban diciendo que éramos hermanas, aunque nuestra amistad es muy fuerte y no nos molesta que nos lo digan ya que así nos consideramos las tres, hermanas ya que ninguna tiene hermanos o hermanas de sangre.
Entramos a la clase y nuevamente me puse a ver las entrepiernas de los hombres, seguía con esa obsesión que estaba creciendo en mí, mis amigas llegaron a darse cuenta y me empezaron a molestar de que era una juzgona, y me decían que si llegaba a ver un pene de alguien me pondría a llorar… por dentro me reía como loca… Si supieran me decía ….
Si supieran….
Continuara….
Que rico relato casi me venía nada más de imaginarme cómo lo disfrutabas
Que ricura sentir u a estrecha vagina abrirse paso con la lengua….