La gorda de mi suegra 5º
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Durante el regreso a casa pusimos al corriente a mi querida suegra de que su hija ya sabia que follabamos y que aquella era la primera vez que su hija se tiraba a otro desde que estabamos casados, aunque yo la animaba a hacerlo nunca se atrevio hasta que me vio a mi tirandome a otra, que por cierto le alegraba que la otra fuese su madre.
Al entrar en casa, me desnudaron y me tumbaron sobre la cama, mi esposa tomo el mando de la situacion, se quito el vestido quedandose con el tanga manchado con su zumo y algo de leche de su amante, a continuacion se acerco a Pilar, le bajo un poco el vestido dejando ver una teta que empezo a lamer, al mismo tiempo, le metia tres dedos en el coño, haciendo gozar a la madre que la pario. Acto seguido las dos se arrodillaron ante mi y las dos lenguas a la vez lamian el palo de mi verga de abajo arriba y cuando llegaban a la punta sus bocas se fundian en un beso. Mientras una se tragaba la polla la otra lamia los huevos, se intercambiaba hasta que estalle soltando tanta leche que a las dos llene la cara y las tetas. Se limpiaron la una a la otra con la lengua.
Mi esposa, se puso sobre mi clavandose mi estaca en su cueva, por su parte mi suegra subio a la cama y mirando hacia su hija,puso una rodiila al lado de cada una de mis orejas dejando su chochazo en mi boca. Mientras cabalgaban mi polla, chupaba coño, aunque no lo viera notaba como ellas se besaban y chupaban la tetas, las dos se corrieron a la vez y tras unos segundos de descanso cambiaron las posiciones para que yo saboreara el zumo de Pili y su madre quedara clavada, ellas continuaron dandose placer, esta vez fue mi mujer quien tuvo antes el orgasmo, a mi suegra tambien le llego no mucho mas tarde, inteno sacarla pero le agarre las caderas y volvi a vaciarme dentro de ella.
La hija le habia cogido gusto a lamer la leche en el cuerpo de su madre, la tumbo a mi lado y lamiendole el coño puso el suyo en la boca de Pilar, las dos iniciaron un 69 que no pude ver terminar porque me quede dormido.
Cuando desperte estaban las dos dormidas, abrazadas con las piernas entrelazadas y los chochos unidos, las deje descansar y fui a desayunar a la cafeteria que hay frente a mi casa.
Al rato vi como cruzaba la calle con su ropa y su aire de señora resetable la muy zorra de mi suegra, ya no tan gorda.
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