LA GORDITA (SEGUNDA PARTE)
Martha, mi novia gordita de 10 años, venia casi todas las tardes a visitarme, fueron las vacaciones mas excitantes que tuve, agotadoras también, dos meses de full anal a la gordita, quien se volvió adicta a mi pene. Me enloquecía ponerle en perrito, porque veía a todo su esplendor su gordete y firme.
Martha, mi novia gordita de 10 años, venia casi todas las tardes a visitarme, fueron las vacaciones mas excitantes que tuve, agotadoras también, dos meses de full anal a la gordita, quien se volvió adicta a mi pene. Me enloquecía ponerle en perrito, porque veía a todo su esplendor su gordete y firme trasero de niña.
Para ella su pose favorita era de cucharita, le gustaba sobre todo que estruje sus tetas, yo por supuesto no me hacia de rogar, en el sexo oral era cumplidora y de vez en cuando se tomaba su buena ración de leche, pero el vaginal si estaba prohibido, porque según ella su mama la revisaba.
Los padres de mi gordita, trabajaban desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche, tenían un bar de esos de clase baja, donde frecuentan puro parroquianos, por lo que martha quedaba al cuidado de una tia, que vivía en el mismo edificio, pero no el mismo departamento. Y a esta tía poco le importaba lo que martha hacía, lo único que cumplía era con su alimentación.
Martha llegaba a mi depa a hurtadillas, dese las 3 hasta las 7, teníamos 4 horas de full sexo, para la segunda semana, la gordita apenas llegaba se desnudaba y nos comíamos a besos, se abría de piernas, ya sea en los muebles, en la cama en la silla, para recibir mis lengüetazos, después me ofrecía su delicioso y profanado ano para darle duro, y había veces que quería tomarse mi corrida, cuando lo hacía, no paraba hasta lograr erectar mi pene, otra vez a la faena anal.
No podía creer la suerte que tenia al tener una nena tan deseosa de sexo, me gustaba consentirla y cumplir sus caprichos, se lo merecía y con creces.
Al pasar unos 6 meses, nuestros encuentros era de dos a tres veces por semana, por mis estudios, ya estaba a finales, y tenía que esforzarme más, para asi tener más tiempo para mi novia, mis amigos no entendían el porque prefería estar en mi depa (solo según ellos).
Fue una tarde de agosto, que terminaba mis últimos exámenes del semestre, volvería a ver a mi novia luego de 10 días sin ella, nos besamos con pasión ella ya tenia los 11 años, notaba en ella cierta incomodidad, algo no estaba bien, pero yo lo decía lo mucho que la había extrañado, y que era bella y otras adulaciones más, no se había desnudado, le saque la blusa y me aferre de sus grasosas tetitas, , cuando quise bajarle el pantalón, como que puso un poco de resistencia, se volteo se arrodilló en el sofá y me ofreció su trasero, mételo por favor, me suplico, (sin oral previo), no me hice de rogar, ensalive mi pene y se lo metí de una, ella resistió estoicamente, y lo hicimos así en perrito, no tarde mucho en descargar pero no quería sacársela, así que insistí y así logre una nueva erección y seguía castigándola ella por fin entro en trance y gemía como poseída, hasta que luego de 10 minutos logre mi segunda descarga, no estaba cansado, tenía mucha energía que brindar, ella por el contrario se desfalleció en el sofá.
En mi ímpetu de complacerla y enloquecerla, la voltee y la abrí de piernas ella aun no reaccionaba, le empecé a dar de lenguazos a su clítoris, ella empezó a reaccionar y me dijo….- espera amor espera…
Yo no hacia caso abre firmemente sus piernas y seguía mi labor, hasta que me di cuenta de algo que algo malo pasaba, puede apreciar que esa vagnita que antes era solo una línea, hinchadita y rosadita, ahora tenia una abertura en la parte inferior……- NO PUEDE SER , NO PUEDE SER. NO NO ,NO. Puede ser que sea solo una niña, y que todo el tiempo que estuvimos juntos sabia que era solo una fantasía, al menos para mi, por la diferencia de edades, y porque era una niña, pero sentí un dolor en las entrañas, sentí ira, quería gritar y llorar .
-¿QUIEN FUE? Le pregunte firmemente. La gordita putita, no sabia que responderme se echo a llorar, yo me quede arrodillado en el suelo sin saber que hacer.
Invadido por la ira, y por el dolor de la traición, me abalancé sobre la putita, puse sus gordos muslos en su abdomen, exponiendo toda su vulva, veía que estaba bien lubricada, y ya traía una erección, por lo que no dude en ensartarla por su ya profanada vagina, entro suave y firme, con un ajuste perfecto, ella seguía llorando, a mi no me importaba estaba herido.
Se trago todita, ella dio un leve quejido, yo seguía presionando con fuerzas sus muslos, y se la enterraba todita, sin compasión empecé a bombear, más que por placer, con ira. LA GORDITA PUTITA, sufría con cada embestida, para mi no era suficiente, me abalance a su cuerpo, poniendo sus piernotas en mi hombro, me pegue a su cuerpo, le agarre de los cabellos, y asi la penetraba brutalmente, para mi sorpresa, la gordita empezó a gemir como nunca, si si si me decía la muy puta, yo enloquecido quería perforarla, literalmente, pero también me estaba extasiado de placer, terminamos en forma brutal ambos, ella gritando arañándome la espalda, yo tratando de meter ambos testículos en su vagina.
Ella quedo tumbada en el sofá, yo caí al suelo, rendido, con el corazón destrozado, empecé a llorar como un niño, me sentía totalmente traicionado, la gordita trato de consolarme, solo encontró rechazo de mi parte,… – mejor vete, le dije.
Ella lo acepto y se fue.
Me quede pensando en mil cosas, quien fue, lo disfruto, fue violación, la obligaron, todo por no poder controlar mi ira y conversar con ella.
Mi conclusión fue, que si yo terminaba esta fantasía, yo sería el perjudicado, no tendría ese hermoso trasero a mi disposición, y ahora esa puchita que estaba bien apretadita y lo peor otro se la gozaría.
Estaba decidido a aceptarlo y hasta compartirla, pero en fin esa era la realidad.
Pasaron tres días que no la veía, hasta que por fin la vi afuera en del edificio, ella jugando con sus amiguitas y amiguitos, como una niña más, me miro y le sonreí y son de paz, y por supuesto, mas que escucharla o hablar con ella, solo quería poseerla hasta el cansancio. Sinceramente no sabia que esperar, si se acercaría, si me rechazaría. Seguí de frente a mi departamento, y allí espera a que ella tocara la puerta.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!