La Madre De Mi Mejor Amigo I-II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Xander_racer2014.
La Madre De Mi Mejor Amigo
[ Sexo con maduras ]
A los diecisiete años descubro que estoy enamorado de la madre de mi mejor amigo.
Se que es una meta inalcanzable para mi pero no puedo evitarlo.
Mi amigo me confiesa que está loco por mi madre.
Un veraneo juntos hace estallar la situación
Mi vida era completamente normal hasta hace algo más de un año, fue entonces cuando reconocí que tenía una obsesión más poderosa que mi mismo.
Estaba loco por la madre de mi mejor amigo.
Quizás decir loco no describa mi situación , podría decir obsesionado, enfermo, paranoico.
Un solo pensamiento ocupaba mi mente: Amparo.
Y para ser más claro ese único pensamiento era follármela aunque lo consideraba un objetivo inalcanzable.
Vivía para verla, para compartir con ella unos minutos, para recrearme contemplando su cuerpo, para recibir un beso suyo o para que me gastara una broma a las que tanto estaba acostumbrada.
Mi pasión, mi calentura es algo que no he compartido con nadie, ni siquiera con Fernando, su hijo, soy una persona reservada y me daba vergüenza reconocer que su madre me tenía trastornado.
Que estaba loco por ella.
Fernando y yo somos amigos desde siempre, nuestras madres también lo son, más que eso, son medio primas y nacieron en el mismo pueblo.
A todos los efectos como si fueran hermanas.
Los dos somos hijos únicos y los dos vivimos solos con nuestras madres, mi padre se fugó con una peluquera veinte años menor y Amparo nunca se casó, Fernando fue el resultado de un polvo fortuito que la convirtió en madre soltera.
En mi descargo debo decir que Amparo, que seguía viendo en mi a un niño, hacía sin intención todo lo necesario para tenerme encendido.
Me recibía o me despedía igual que a su hijo, con un piquito en los labios, las noches en las que yo me quedaba a dormir en su casa, principalmente los fines de semana me la encontraba por la mañana en la cocina preparando el desayuno con un camisoncito que por abajo apenas le tapaba el culo y por arriba tenía un escote de infarto.
Cuando me servía el café yo le veía las tetas al completo.
En más de una ocasión la he visto salir de la ducha con una toalla mínima.
Cada minuto en su casa me reservaba una sorpresa.
Antes de seguir con mi relato voy a describir a la mujer que me tenía loco.
Amparo bien podría ser la representante de la mujer española.
Cuarenta y pocos años.
Pelo negro como el azabache, ojos al pelo, que viene a significar ojos del mismo color que el pelo es decir: negros.
Una boca con los labios gordezuelos y unos dientes blanquísimos.
De su cuerpo solo puedo decir elogios, un par de tetas a mi gusto perfectas y que estando en casa no estaban prisioneras de ningún sujetador.
Amparo no se recataba en decir:
Según llego a casa lo que más me gusta es quitarme los zapatos y el sujetador, me gusta sentir las tetas libres.
Odio la ropa interior.
Si por mi fuera no la usaría nunca.
Su cintura es estrecha y a partir de esa brevedad, unas caderas rotundas, potentes, un culo redondo y respingón y unos muslos, y digo muslos porque se los he visto infinidad de veces, perfectos.
En cuanto a mi, soy alto y flaco.
Me llamo Jaime pero todo el mundo me llama Jimmy.
Mido casi uno noventa y soy normalito.
Amparo no es de mi opinión, en más de una ocasión me ha dicho:
Si yo tuviera diez años menos tu no te me escapabas.
Tienes que tener a todas las chicas locas.
Seguro que eres un golfo.
Recuerdo una ocasión que estando en la cocina cuando se estaba acercando el buen tiempo, Amparo, como siempre en camisón y con su hijo en la ducha, levantó sus dos brazos para decirme:
Llega el verano y los vestidos sin mangas, me tengo que quitar estos pelos para no parecer una cochina.
Y me enseñó sus axilas con un mechón de pelo negro que me hizo figurarme como sería su otro mechón, el que tenía entre sus piernas.
Sentí una oleada de calor recorrer mi cuerpo y como mi hermanito se ponía firmes.
En la confianza que teníamos me atreví a preguntar.
¿También te depilas abajo?
¿Estás loco? Donde hay pelo hay alegría, mi cuca está salvaje como os gusta a los hombres.
Eso son moderneses de niñatas.
Tampoco se cortaba al hablar de sus desengaños amorosos con mi madre.
Un día llegué a casa y las oí hablando en el salón.
Y el tío guarro el primer día que salimos me preguntó si tenía las tetas operadas, claro, le dije que no, y me propuso tocármelas para comprobarlo.
¿Y que hiciste?
Le dije: si estás loco por tocarme las tetas me lo dices y para ser franca, te hubiera dejado, pero a mi estos trucos me los han hecho mil veces y ya no me los creo.
Y le di Puerta, Camino y mondeño.
Que bruta eres.
Yo lo que soy es sincera, yo me había puesto un buen escote para que supiera lo que tenía delante, el genero en el escaparate, y además iba sin sujetador, si me hubiera echado mano a las tetas me habría resistido un poco pero estaba loca porque me las tocara, ya sabes que el que me acaricien las tetas me pone muy cachonda, pero cuando me contó lo de si las tenía operadas me cortó el rollo.
No soporto a los mentirosos y me se todos los trucos de los hombres.
En otras ocasiones con mi amigo y yo delante Amparo se quejaba de lo mal que están los hombres:
Los que no están casados son maricones, y los que no, nada más saber que estás separada y con un hijo tienen como único objetivo el quitarte las bragas y yo necesito cariño, delicadeza, y sinceridad.
Así las cosas el año en el que Fernando y yo cumplimos dieciocho años Amparo nos propuso que pasáramos unos días del verano en su casa en el pueblo, en la provincia de Jaén.
A mi me pareció un plan perfecto a pesar de que íbamos al lugar más aburrido del mundo.
Amparo conduciendo, mi madre Carmen de copiloto y Fernando y yo en el asiento de atrás.
Nada más entrar en la casa Amparo dijo:
Vengo asada, el próximo coche tiene que tener aire acondicionado, me voy a poner cómoda.
Al instante volvió con una vestidito de flores y me cerebro se fue a pensar que para ella la comodidad consistía en quitarse el sujetador, en cada movimiento que hacía yo veía saltar sus tetas como si tuvieran vida propia.
No se si estos días me van a volver loco, pensé para mi.
A la mañana siguiente Amparo nos propuso irnos a bañar a las pozas de un rio cercano y así lo hicimos.
El paseo hasta el riachuelo a casi cuarenta grados nos dejo exhaustos y sudorosos.
Tan pronto como habíamos colocado los bártulos la madre de mi amigo nos dijo:
Quedaros aquí y no miréis que Carmen y yo vamos a ponernos el bañador.
Tan pronto se dieron la vuelta Fernando me dijo:
Vamos a mirar, estoy loco por ver a tu madre en pelota.
Se separaron de nosotros unos metros detrás de unas matas, mi madre se quitó el sujetador y las bragas, Amparo no tuvo más que sacarse el vestido y quitarse las bragas, porque de acuerdo a sus gustos se había dejado el sujetador en casa en esta .
Yo estaba enfermo viendo a Amparo desnuda, no me había mentido, una esplendida mata de pelo tapizaba sus ingles.
Me recreé escrutando sus nalgas y sus tetas lo que confirmó que mi calentura estaba perfectamente justificada.
Fernando por su parte no perdía detalle de lo que mi madre enseñaba:
Has visto que cuerpo tiene tu madre, que culo y que tetas, no sabría por donde empezar, bueno si comiéndome las tetas antes de follármela.
Fernando no seas animal, que es mi madre.
Como si fuera la mía.
Carmen está buenísima y a mi me pone enfermo.
Mira que pedazo de coño.
Me voy a tener que tocar.
Volvieron las dos con dos bikinis idénticos aunque de distinto color.
Yo ya había visto a mi madre en bikini pero no con uno tan pequeño.
Que os parece chicos, son bikinis australianos, lo más golfo que se vende, no los podemos usar en sitios públicos pero a mi me parecen preciosos y con vosotros hay confianza.
Los bikinis que por delante no eran mayores que una cajetilla de tabaco, por detrás no existían, unas tiras de un material transparente más finas que un lápiz y que en ambos casos se metían entre las nalgas con lo que el efecto era de total desnudez.
Si me viera con este bañador quien yo me se le daría un ataque cardiaco.
Pero se va a quedar con las ganas.
Verdad Carmen.
Nos tendimos a tomar el sol y estuvimos un buen rato, hasta que las mujeres decidieron irse al agua.
Fernando aprovechó la ocasión para confesarme:
Tío, estoy loco por tu madre, me parece la mujer mas deseable del mundo, me pone enfermo cuando voy a tu casa y la veo ir y venir con un vestidito.
Cuando nos pone el desayuno le veo las tetas.
Sentí que me estaba contando mi vida pero no se lo dije.
Fernando mi madre te ve como a un hijo y te saca más de veinte años, no esperes nada, ellas juegan en otra liga.
Se que llevas razón pero no me la puedo quitar de la cabeza.
Volvieron del baño y Amparo que siempre llevaba la voz cantante propuso:
Carmen yo tengo ganas de quitarme el sujetador, tener las tetas morenas me encanta y a los hombres les vuelve locos.
¿Te atreves?
No se , me da vergüenza con los chicos.
No seas estrecha ¿cuantas veces hemos hecho tu y yo top-less y nos ha visto las tetas todo el que ha querido?
Muchas, pero estábamos solas.
O sea que te parece mejor que te vean las tetas gente extraña que si te ven los chicos, no te entiendo.
Tu haz lo quieras, chicos no miréis mucho.
Y se quitó el sujetador.
Una cosa es verle las tetas a Amparo a cuatro metros de distancia y con arbustos entre medias y otra bien distinta vérselas a medio metro de distancia y sin ningún obstáculo.
Si antes me habían parecido preciosas ahora me parecieron las tetas más bonitas del mundo.
Grandes, con sensación de pesadas pero al mismo tiempo firmes y con los pezones apuntando al cielo.
Me llamaron la atención el tamaño de los pezones, me parecieron dos cacahuetes oscuros y apetecibles.
Hubiera dado mi vida por comérmelos en ese mismo momento.
Al ver que Amparo prescindía de su sujetador mi madre, quizás por no ser menos, se quitó el suyo, también tenía un buen par de tetas pero a mi gusto ni punto de comparación con las de mi amada.
Venga, daros un baño y así dejáis de mirarnos, que sois dos salidos.
Nos fuimos al agua y en ella Fernando siguió con sus confesiones:
Ya se que es una locura, que Carmen puede tener los hombres que quiera, pero lo que siento es más fuerte que yo.
Me tiene loco, no dejo de pensar en ella y ahora viéndole las tetas me he puesto peor, voy a pasar unos días terribles.
Voy a decir que tengo que hacer pis y me voy a hacer una paja, si no me alivio me va a dar un ataque.
Estuve a punto de confesarle mis sentimientos pero no lo hice.
Nos salimos del agua y Fernando hizo lo que me había dicho.
Yo me quedé, mirándole las tetas a Amparo, quedándome embobado y fijo en ellas.
Tanto fue así que en un momento en el que nuestras miradas se cruzaron, estando ella como estaba junto a mi me dijo bajito:
No me las mires tanto que me las vas a desgastar.
Me sentí avergonzado y me di la vuelta.
Cuando Amparo decidió levantamos el campo y volvimos a la casa.
Para el trayecto de vuelta tanto mi madre como ella se conformaron con ponerse el vestido encima de la braguita del bikini.
Verlas caminar a mi lado con las tetas bamboleándose a casa paso me hizo el viaje placentero.
A partir de ese día el plan era siempre el mismo, irnos al río y una vez allí y comprobado que no había intrusos mi madre y Amparo se quedaban con las tetas al aire.
Un espectáculo para mi sublime.
Habrían pasado cuatro o cinco días cuando Fernando propuso ir a supermercado de un pueblo cercano a hacer la compra.
Así mataba dos pájaros de un tiro, se iba conduciendo el coche de su madre y estaba a solas con la mía.
Amparo y yo nos fuimos a nuestro baño.
Una vez allí y cuando ella se iba a ir a cambiar, después de mirar en su capazo me dijo:
Que tonta soy me he dejado el bikini en casa.
Pues tienes dos soluciones, o te bañas en pelota o nos volvemos a casa.
Eres igual que Fernando, andáis todo el día salidos como monos, a ver cuando se os tranquilizan las hormonas.
No va a ser nada de lo que tu propones, me quedo con mis braguitas que al fin y al cabo son como un bikini, las tetas ya me las has visto.
Por cierto, no me has dicho nada, te deben gustar porque no les quitas ojo.
Me encantan, son preciosas.
Hace unos años eran un poco más pequeñas pero miraban al cielo, la edad no perdona.
A mi me parecen perfectas.
Y delante de mi se sacó el vestido por la cabeza, lo primero que vi fueron sus muslos, rotundos, plenos, como dos columnas de mármol, a continuación unas braguitas minúsculas de color rosa suave y cuando acabó de sacarse el vestido, sus tetas al aire.
Era verdad que odiaba los sujetadores.
La otra explicación es que las mujeres que tienen buenas tetas les gusta lucirlas y no hay mejor manera de lucir tetas que llevándolas libres.
A pesar de lo rápido de la maniobra tuve tiempo para fijarme en el mínimo triangulo de tela que cubría su coño y que debido a su tamaño dejaba al aire parte de su vello púbico y marcaba con total definición la raja que ocultaban.
Me puse enfermo.
No pude evitarlo y le dije:
Por favor Amparo date una vuelta que yo te vea, llevas unas braguitas preciosas.
¿Que te pensabas que yo usaba bragas de vieja? Tu tía te ha dado una sorpresa.
Y se dio una vuelta delante de mis narices.
Las tiritas del tanga eran lo que se llama hilo dental, un hilo finísimo que desaparecía enterrado entre sus nalgas.
Que llevara tanga o no daba igual, tenía el culo al aire.
Me quedé prendado de aquellos cachetes, de aquellas nalgas gloriosas y cuando se dio la vuelta, de la otra pareja: dos tetas que me parecieron las más apetecibles del mundo.
Eres preciosa Amparo.
Tu eres un adulador que sabes que a las mujeres nos gusta sentirnos admiradas.
¿Puedo hacerte una pregunta?
Me puedes preguntar lo que quieras.
¿Has estado con una mujer?
Si te refieres a si me he acostado con alguna la contestación es no.
Que rico eres, y que dulce, mi niño es virgen.
No será porque no has tenido ocasión.
Si, ocasión si he tenido, pero no con la mujer que yo amo.
Que tonta si yo estuviera en su lugar no te habrías escapado.
Para no dar pistas contesté: Ya, pero tu no estás en su lugar.
Tan pronto lo dije me arrepentí de haberlo dicho.
Pues estamos empatados, yo llevo mil años sin que un hombre se meta en mi cama.
Si sigo así se me va a olvidar.
Estoy pasando una edad muy mala.
Mientras hablaba estaba boca arriba así que yo tenía la oportunidad de recrearme en sus tetas.
Cuanto más las veía, más me gustaban.
Amparo no se si como consecuencia de mis miradas se dio la vuelta y se puso boca abajo.
De nuevo pude disfrutar del espectáculo del culo de mi acompañante.
En esa postura sus carnes se extendían hacia los lados, tanto sus nalgas como sus muslos.
Quizás fuera el calor pero por un momento sentí que se me iba la cabeza.
Viendo la espalda de Amparo y habiendo oído la conversación que yo había oído sobre el idiota que el preguntó si tenía las tetas operadas tomé una decisión heroica.
Cogí el bote de crema bronceadora me arrodille a su lado y le dije:
Te voy a dar crema en la espalda.
Espera un momento jovencito, me quieres dar crema porque tienes ganas de acariciarme o para que no me queme.
Te la quiero dar porque tengo unas ganas enormes de tocarte.
Te ha salvado la sinceridad, si me llegas a decir que era para que no me quemara con el sol te habría mandado a la porra.
Procede.
Empecé por los hombros, seguí por la espalda y echándole valor seguí hasta alcanzar sus nalgas.
Eché un buen chorreón de crema y sin pedir permiso la extendí amasando sus cachetes, no solo eso, crecido ante su nula reacción, metí mi mano entre sus muslos y acaricié y di crema en esa franja de piel de los muslos que hace de frontera con el coño.
Amparo respondió a mis masajes con ligeros gemidos.
Que buen masaje me estás dando.
Me estas dejando muy relajada.
Cuando a la siguiente maniobra le rocé el sexo Amparo me dijo:
Dame también en los muslos, no se me vayan a quemar.
Dejé con pesar las nalgas y me dediqué a los muslos hasta completar la tarea.
Date la vuelta que te de por delante.
Eres un cochino que no respeta nada, tu lo que quieres es tocarme las tetas, ahí me puedo dar la crema yo misma.
Venga ponte boca abajo que ahora te voy a dar crema yo.
Para que no me queme o porque te apetece.
Porque me apetece, tu me has estado acariciando y ahora te quiero acariciar yo.
Eres mi sobrino preferido.
No creo que hagamos mal a nadie.
Además ya te he dicho que me tienes enamorada.
Verla arrodillada a mi lado con la tetas colgando fue para mi un espectáculo único.
Puede que sea mi imaginación pero lo que yo sentí fue que Amparo estaba disfrutando de acariciar mi cuerpo, de ponerme cachondo, quien sabe si poniéndose cachonda ella.
La crema era solo una coartada.
Una vez dio por terminada la tarea me pidió que me diera la vuelta cosa a la que me negué.
Por delante me puedo dar la crema yo, le dije en el mismo tono que ella había usado conmigo.
La realidad es que estaba excitado como un burro y no quería que ella me viera.
Vale, date la vuelta y solo te daré crema en la cara.
Cuando me di la vuelta Amparo inmediatamente supo el motivo de mi negativa.
Mirando el bulto de mi entrepierna me dijo:
Cómo sois los jovencitos, que capacidad, ¿cuando te has puesto así? ¿cuando me has estado tú dando crema o cuando te la he dado yo?.
Con un hilo de voz contesté:
Cuando te la daba yo y cuando me la has dado tu.
A mi también me ha gustado mucho que me dieras crema.
Me has acariciado muy rico.
Hacía tanto tiempo que no me tocaba un hombre que ya se me ha olvidado cuando fue el último.
Eso será porque tu quieres, una mujer como tu tiene a todos los hombres que quiera.
Los hombres cuando ven una mujer divorciada, cuarentona, con un hijo mayor, vienen a lo que vienen, tu lo sabes, y yo no estoy dispuesta a que cualquier patoso se haga el enamorado cuando lo que viene buscando es echarme un polvo.
Amparo seguía arrodillada a mi lado con sus tetas a una cuarta de mi cara.
O sea que te has excitado dándole crema a una vieja.
Amparo tu no eres una vieja, eres una mujer preciosa y tienes un cuerpo divino.
Y contestando a tu pregunta la respuesta es si, me he excitado mucho, porque eres mi tía porque sino hubiera cometido una barbaridad.
Eso lo dices por alagarme.
Te digo la verdad, me pareces la mujer más bonita del mundo.
Me tienes loco.
Me voy a bañar que me estás ruborizando.
Amparo se fue al agua y cuando volvió me regaló otro espectáculo, su braguita al contacto con el agua se volvió casi transparente de manera que la mata de pelo que cubría su monte de Venus era perfectamente visible.
Le eché cara al asunto y se lo dije.
Amparo tus braguitas al mojarse se han vuelto transparentes.
Si pretendías taparte con ellas has fracasado.
A mi no me molesta el cambio.
Su reacción me dejó estupefacto.
O sea que ya me has visto en pelota, no es justo , yo no te he visto a ti, vamos a hacer una cosa, yo me quito las braguitas y las pongo a secar pero a cambio tu te quitas el bañador.
Me parece un buen trato.
Será un secreto entre los dos.
Ya has visto que de depilarme nada, tengo una mata bien poblada.
Y de esa manera tan simple nos quedamos los dos en pelota.
Durante un buen rato no nos movimos ninguno de los dos y nuestras posturas impedían ver lo que no queríamos enseñar.
Una vez más Amparo rompió la situación.
Estoy caliente, me voy a bañar.
No dijo tengo calor, dijo estoy caliente y en ese momento pensé que había dicho lo que había dicho: Que estaba cachonda.
Se levantó y se fue hacia el agua.
Ya le había visto sus nalgas pero sabiendo que llevaba bragas, ahora al saber que estaba desnuda las mismas carnes me excitaron aún más.
Vi como su culo se bamboleaba camino del agua y tuve la sensación que Amparo exageraba el movimiento para que yo lo viera.
Me senté a esperar su vuelta.
Amparo jugueteó un rato en el agua y volvió a mi lado.
Verla venir desnuda, con sus tetas bamboleando y su mata de pelo al aire me produjo una erección bestial.
Sus pezones al contacto con el agua se habían puesto firmes y la areola se había reducido.
Mientras avanzaba me dirigió una sonrisa luminosa.
Cuando llegó a mi altura me miró la verga y me dijo:
Métete en el agua un poco a ver si te baja esa inflamación.
Le hice caso y el agua fría me sirvió de calmante, aún así vi como en mi viaje de vuelta Amparo no tuvo el menor recato en fijar su mirada en mi verga.
Me volví a tender a su lado, ahora ella estaba echada boca arriba con los muslos separados y yo podía ver perfectamente su hermosa mata de pelo y en centro de ella sus rosados labios.
Para no ser yo menos también me tendí de modo que ella pudiera ver mi verga que aunque algo se había tranquilizado seguía teniendo una semi-erección.
Los dos estábamos jugando un juego que nos calentaba pero que implícitamente sabíamos que era eso, solo un juego.
Yo me sentía como un pobre conejillo al que le está mirando una pitón, lo había visto en la tele, Amparo me tenía hipnotizado y era ella quien dominaba la situación.
No he podido evitar mirarte y para decir la verdad tienes una verga grande, hermosa, creo que mayor que la de mi hijo.
Y no te digo nada si la comparo con la de su padre.
Es del tamaño que me gusta las que son enormes hacen daño y nunca de verdad se ponen duras y las pequeñas no valen para nada.
Se ve que es un tema que dominas.
Ay, Jimmy si yo te contara.
No supe que contestar pero el saber que a Amparo le gustaba el tamaño de mi polla me encantó.
No sucedió nada más reseñable, cuando Amparo lo decidió, recogimos las cosas y volvimos a casa.
Para el viaje de vuelta ella lo único que se puso fue el vestido encima de sus carnes desnudas.
A mi cada gesto de ella me ponía aún más salido de lo que ya iba, saber que debajo de aquel vestido estaban sus carnes desnudas me mantuvo excitado todo el camino.
Cuando ya estábamos llegando a la casa yo que iba detrás cogí el vuelo de su vestido y se lo levanté hasta dejarla el culo al aire.
¿Que haces?
Quería ver de nuevo tu culo, me tenía que despedir de él.
Su contestación contuvo un compromiso de futuro que a mi me sonó a gloría.
No te preocupes que vamos a volver al rio.
Siempre que seas discreto.
No le cuentes a Fernando ni a tu madre que nos hemos quedado en pelota.
Cuando llegamos a la casa ella sacó la llave de su bolsillo y yo aproveché para acercarme hasta apoyar mi verga contra sus nalgas y al mismo tiempo rodeé su cintura con mi brazo y la besé en el cuello.
Este ha sido el mejor día de mi vida, tenemos que repetir.
Amparo echó su mano atrás, alcanzó mi polla y la separó de su culo mientras me decía.
A mi también me ha gustado mucho.
Me encanta que un joven como tu se excite al ver a una madura como yo.
Me has hecho recordar otros tiempos cuando los hombres se volvía locos por mi.
Pero tenemos que guardar el secreto, hoy creo que hemos ido demasiado lejos.
Y sin más entramos en la casa.
Para nuestra sorpresa no había nadie en casa, Amparo lo comprobó recorriendo las habitaciones, cosa que me extrañó un poco.
¿Todavía no han vuelto?
A saber que estarán haciendo tu madre y mi hijo.
Y donde andarán.
En ese momento no comprendí el significado de las enigmáticas palabras de mi tía, el futuro me dio la explicación.
Me voy a duchar que el agua del rio tiene mucha cal y no me gusta como se me queda el pelo.
Y delante de mi se volvió a sacar el vestido por la cabeza, se quedó desnuda y cuando se iba a dirigir al baño inventé una escusa para que no se fuera, para poderla seguir teniendo frente a mi en pelota.
Amparo me estás volviendo loco, nunca había visto a una mujer desnuda y hoy me he pasado el día contigo en pelota a mi lado.
¿ Por qué lo has hecho?¿Por qué me has dejado verte?
Quería saber si todavía le puedo gustar a un jovencito como tu y he visto que si.
Las mujeres necesitamos sentirnos deseadas y llegada una edad tenemos complejo de invisibles.
Me ha gustado mucho comprobar que te has excitado, no estaba segura de que una vieja como yo pudiera gustar a un jovencito como tu.
Si te sirve de algo yo también me he excitado y hacía mucho tiempo que no lo hacía.
¿ Te ha gustado acariciarme?
Me ha vuelto loco, ha sido lo más delicioso del día.
Eres muy rico y muy cariñoso, ven conmigo, te voy a dar un premio, nos vamos a duchar juntos.
La ducha en aquella casa rural había sido improvisada, un pequeño cuarto con una alcachofa en uno de sus lados.
Nos metimos los dos debajo del chorro de agua y así estuvimos un rato hasta que Amparo cogió un bote de gel se echó un chorreón en su mano y empezó a extenderlo por todo mi cuerpo.
Me acarició por todas partes salvo en mis genitales.
¿Cuantas veces se te ha puesto gorda hoy?
No lo se, la he tenido gorda todo el día.
Bueno pues esa parte te la dejo para que te des tu el jabón.
Acto seguido cogió mi mano y me puso el gel en ella.
Ahora te toca a ti, por favor no seas bruto, yo lo que necesito es ternura.
Empecé por los hombros, seguí por la espalda hasta llegar a sus nalgas, como ella me había acariciado las mías me vi con derecho a acariciar las suyas.
La postura hizo que sus tetas se apoyaran contra mi pecho y mi verga se apoyara en su vientre, ella no hizo el menor esfuerzo por retirarse.
Una vez había recibido el permiso implícito metí mis manos entre sus cachetes y acaricié lo más profundo de su culo.
Estaba yo dispuesto a avanzar por esas profundidades cuando Amparo hizo ademán de darse la vuelta, la sujeté.
Dame un beso como si estuvieras enamorada de mi, le dije.
Con una sonrisa burlona en los labios y en tono de broma Amparo me dijo:
Para eso no tengo que hacer ningún esfuerzo, estoy loca por ti.
Eres mi sobrino preferido.
Amparo echó sus brazos alrededor de mi cuello y me dio su lengua, y no solos eso, a pesar de que estábamos abrazados con su cuerpo pegado al mío noté como ella adelantaba su sexo para que estuviera más en contacto con mi verga.
Fue un movimiento sutil pero que yo noté sin ningún genero de duda.
Nos dimos lengua un buen rato mientras mis manos jugaban con sus nalgas y sus brazos hacían fuerza para apretar mis labios contra los suyos.
De repente ella me soltó el cuello, se dio la vuelta y se puso de espaldas a mi.
En esa nueva posición mi polla se apoyaba directamente entre sus nalgas y mis manos se fueron directamente a acariciar sus tetas.
Después de todo un día soñando con sus tetas ahora las tenía entre mis manos, y Amparo me lo consentía.
Noté sus pezones duros como dos piedras y disfruté como un enfermo amasándolas.
Tenías ganas de acariciarme las tetas, lo se.
Estabas loco por acariciarlas.
mis tetas vuelven locos a los hombres.
Hazlo suavecito, con delicadeza.
A mi que me acaricien las tetas me pone muy cachonda.
Sigue acariciándome pero despacito.
En contra de lo que yo podía esperar Amparo echó su culo hacia atrás apretándolo contra mi verga y mientras mis manos le acariciaban las tetas me dijo muy bajito:
Jimmy eres un abusador, te estás aprovechando de una pobre mujer muy necesitada de cariño.
No sabes lo que me gusta que me trates con tanta dulzura.
Me has tenido caliente todo el día, pero por favor no bajes tus manos, si llegas a donde estás pensando no se que podría pasar.
Sigue con mis tetas que me encanta.
Interpreté sus palabras como una invitación velada a que me dirigiera a su sexo.
Deslicé mis manos por su vientre y cuando estaba alcanzando su vello púbico Amparo me dijo en tono serio.
No sigas, te lo suplico, no sigas, que vas a romper este momento tan dulce.
Yo también estoy caliente, pero los dos sabemos que hay fronteras que no debemos cruzar.
Soy tu tía y no quiero que me acusen de pederastia.
Se volvió a dar la vuelta y me pidió:
Bésame tu a mi ahora como si me quisieras.
Yo no tengo que fingir nada, yo te adoro, sueño contigo cada noche y por eso hoy es el día más feliz de mi vida.
No era yo un experto en besos, pero ella si ,de manera que fue ella la que llevó de nuevo el peso de la operación.
Me dio su boca, su lengua se enroscó en la mía y nos dimos un beso largo y jugoso, mi segundo beso con lengua.
Me encantó.
De nuevo sentí como la pelvis de Amparo se adelantaba hasta juntarse con la mía.
Eres muy dulce y muy delicado Jimmy y eso es lo que yo necesito.
Yo necesito mucho cariño y sentirme deseada y tu me das las dos cosas, por eso me calientas tanto.
Pero ya hemos llegado a una frontera que no podemos pasar.
Hasta aquí hemos llegado, pero ni un paso más.
Vamos a salirnos o no podré responder de mis actos.
Nos vestimos y esperamos a que volvieran mi madre y Fernando.
Me llamó la atención que para hacer unas compras hubieran necesitado tanto tiempo pero, en ese momento no le di importancia.
Continuará.
P.
D.
Lamentablemente no puede dividir el relató porque como todos sabemos.
No se puede publicar un relató si No tiene un acto sexual Iniciado y Terminado.
Agradezco mucho los comentarios y los votos.
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La Madre De Mi Mejor Amigo II
[ Sexo con maduras ]
Mi madre y mi amigo deciden ir de compras a un pueblo cercano, Amparo y yo nos quedamos solos y acabándose en la cama.
Mientras tanto mi amigo finge una borrachera y no les queda más remedio que pasar la noche en un hotel.
Ellos también comparten cama y placer.
Se descubre todo el plan.
Se fue haciendo tarde y empezamos a estar un poco preocupados por Carmen y Fernando.
De pronto sonó el teléfono, era mi madre, habló con Amparo para decirle que mi amigo se había tomado unas copas de más y que no estaba en condiciones de conducir por lo que la única solución era que pasaran la noche allí y que de mañana volvieran a casa.
Amparo le pidió que se pusiera Jimmy y le echó una bronca.
Cuando acabó la conversación me dijo:
Mi hijo es un desastre, no podía ni contestarme.
Bueno, nos han dejado solos y lo han hecho en el peor momento posible.
Que quieres decir.
Que llevamos todo el día de calentura y ahora nos dejan solos.
Ya hemos llegado hasta el límite de lo que podíamos llegar de manera que vamos a ser buenos y juiciosos.
Amparo preparó la cena, acabamos de cenar y yo le ayudé a recogerlo todo antes de irnos al patio, al fresco, a ver televisión.
Nos sentamos en un sillón de mimbre, al principio cada uno en un lado del sillón.
Amparo se levantó a por un vaso de agua y a la vuelta se sentó más cerca de mi.
Al rato me dijo:
Estoy cansada y todavía tengo nervios de pensar que habían tenido un accidente.
Y con esa disculpa tan simple se apoyó en mi y reclinó su cabeza en mi hombro.
A mi el corazón se me salía por la boca.
¿ Tu a mi me quieres o lo que te pasa es que te gusto y como te gusto lo que quieres es acostarte conmigo?
Quieres que te diga la verdad, te quiero mucho, me gustas mucho pero lo de acostarme contigo me parece que es algo que no está a mi alcance.
Me mata tu dulzura y tu resignación, así que te parezco inalcanzable.
Totalmente.
Ya hoy hemos llegado adonde yo no pensaba que iba a llegar en toda mi vida.
A veces los sueños se hacen realidad.
Carmen levantó su cara hacia mi y me dio su lengua.
Nos besamos un buen rato y yo aproveché la circunstancia para deslizar mi mano por su escote y acariciar sus tetas.
Entre besos y tetas pasamos un rato delicioso.
Como en ella era normal sus pezones se encresparon y yo me recreé acariciándolos.
Y sin que pasara nada nuevo Amparo disparó:
Como tu has sido sincero conmigo yo también lo voy a ser.
Estaba loca de ganas de que esta noche estuvieras en mi cama pero lo veía imposible, sigo teniendo muchas ganas de ti y ya no me conformo con que nos toquemos, te quiero en mi cama.
¿Jimmy quieres dormir esta noche conmigo?
Es lo que más quiero en el mundo.
Cuando dices que ya no te vale con las caricias a que te refieres.
Que te deseo mi amor, que ya hemos jugado a ser adolescentes y ahora lo que yo necesito es un hombre.
Un hombre que me lo de todo.
Ves como los sueños a veces hacen realidad.
Solo te pongo una condición, si en algún momento te digo: para, tu te paras.
Si no lo haces se acaba el juego para siempre.
Me cogió de la mano y me llevó a su dormitorio.
Ya al borde de la cama se quitó el vestido, iba desnuda, las braguitas que el habían servido de bañador las había dejado en su bolso.
Yo no fui menos, me desnudé y me metí bajo las sabanas.
Seguimos con lo que habíamos estado haciendo como si nos pareciera a los dos que no lo habíamos terminado.
Mientras nos besábamos Amparo enredó sus piernas con las mías.
Mi muslo se fue a colocar entre los suyos y sentí la humedad y la temperatura de su sexo.
Amparo llevaba el control de la situación.
Cómeme las tetas, cómetelas pero no me las muerdas, dame besitos y sigue siendo dulce conmigo.
Dejé su boca y me pasé a los pezones, pasando mi lengua por ellos pude comprobar su dureza.
Los besé, los sorbí, los apreté con mis labios y los di lengua.
Amparo que gemía casi silenciosamente me dijo:
Me vuelve loca que me coman las tetas, son mi punto débil, cuando me las comen bien se me caen todas las defensas.
Sigue mi amor sigue que lo estás haciendo muy bien.
Me tienes muy cachonda, y tu como estás.
Mejor no me lo digas.
Su mano se deslizó entre nuestros cuerpos hasta alcanzar mi polla, la sujetó con fuerza y fue ella la que contestó a su pregunta.
Tu también estás cachondo.
Dios mío que dura se te ha puesto.
Una vez hecha la comprobación la mano de Amparo siguió con mi verga cogida, poco a poco empezó a meneármela despacito, casi sin mover su mano.
Mientras lo hacía me dijo:
Estoy muy cachonda, podemos hacer dos cosas, o me tocas tu o me tengo que tocar yo.
Te toco yo igual que tu me estás tocando a mi.
Cambiamos algo de postura, Amparo se tendió boca arriba sin soltar lo que sujetaba y mi mano fue a buscar lo que ella me pedía.
Deslicé mi mano por su vientre, alcancé su preciosa mata de pelo y alcancé su chocho, ignorante yo, me asombró la humedad con la que me encontré.
Amparo era una auténtica fuente, sus fluidos le resbalaban por los muslos e iban a dar en las nalgas.
Mientras me la meneaba con lentitud, Amparo dirigió mi mano al sitio donde más placer recibía, a su clítoris.
Mis dedos acariciaron aquel pequeño botoncito y mientras lo hacía ella me dijo:
No te muevas de ahí que me estás dando mucho gusto.
Como la posición lo permitía mientras le acariciaba pude volver a dedicar lengua a sus pezones.
Amparo me lo agradeció con un gemido largo.
La mano de Amparo fue ganando en velocidad y a cada uno de sus movimientos yo sentía que se me iba la vida, al mismo tiempo estar acariciándole el coño me tenía en éxtasis.
A ella a su vez le debía estar gustando porque me dijo:
Ay cariño, cuanto tiempo hace que no sentía tanto gusto, me estas matando, que rico mi amor, que rico lo que me estás haciendo, y que dura tienes la polla.
Sigue mi vida, sigue.
En un momento sentí un deseo irrefrenable de meterme en ella y se lo dije:
Te quiero follar.
No cariño, Eso no puede ser, ya hemos rebasado la frontera que yo me había propuesto pero no podemos follar.
No te da placer lo que estamos haciendo.
Es lo mejor que me ha pasado en la vida pero necesito metértela, necesito saber que te he hecho mía.
Mi amor a mi también me gustaría dártelo todo, no te creas que yo no tengo ganas, pero no debemos hacerlo, vamos a darnos gusto y después vamos a dormir juntos.
Cuando sientas que te vas a correr dímelo.
Antes de que yo sintiera que me venía fue mi pareja la que me dijo: Sigue tocándome que me vas a hacer correrme, ya me estoy viniendo, sigue por dios, sigue que me estás haciendo correrme muy rico.
Que gusto por dios, que gusto sentir como me voy.
No me toques más que me vas a matar.
Dio un largo gemido y se desmadejó pero no por ello soltó mi verga, una vez ella se había corrido me la meneó con más fuerza tanta como para que yo sintiera que me iba a correr.
Se lo dije.
Y entonces ella se fue hasta las profundidades de la cama para meterse mi polla en la boca.
Tan pronto sentí su lengua acariciándola me vine, me corrí como un semental, noté como de mi salían tres descargas y luego un par de ellas más de menos caudal.
Ahora fui yo el que caí desplomado mientras Amparo me decía:
Estaba loca por comerme tu leche.
Es lo que me ha tenido cachonda todo el día, pensar que me ibas a dar toda tu leche en mi boca.
Que rica mi amor, que leche tan divina me has dado.
Hacía mucho tiempo que no sentía tanto placer.
Y tu mi niño ¿has disfrutado?
No he sentido nunca un placer igual, sobre todo cuando te has metido mi polla en la boca.
Me alegro mucho de que te haya gustado tanto ahora toca dormir.
Y se dio la vuelta y al poco tiempo pude oír su respiración acompasada, si estaba dormida o se lo hacía nunca lo sabré.
Las maniobras de Amparo produjeron en mi un efecto narcótico, me quedé dormido como un lirón y no me desperté hasta que el sol entró por la ventana.
Al cabo de un buen rato y cuando ya estábamos desayunando aparecieron mi madre y Fernando.
Lo primero que hizo Amparo fue echar a su hijo una bronca monumental.
Eres un inconsciente, menos mal que iba Carmen contigo sino hubieras cogido el coche y te hubieras matado a la vuelta.
No vuelves a coger el coche hasta que no me demuestres más juicio.
Salir los dos de aquí que tengo que hablar con Carmen.
Nos fuimos al patio y allí fue donde mi amigo me hizo su confesión y el relato de todo lo sucedido.
Básicamente que se había tomado dos copas y se había hecho el borracho para que Carmen decidiera que no podía conducir.
También fue ella la que decidió ir a un Hotel y pasar allí la noche y la borrachera.
Una vez en la habitación Fernando siguió fingiendo hasta el punto que fue mi madre quien le desnudó antes de meterle en la cama.
Una vez le tuvo acostado se fue al cuarto de baño, se dio una ducha ( Fernando lo oyó perfectamente ) y volvió a la habitación en pelota, y así se metió en la cama.
Fernando siguió con su farsa en la etapa de exaltación de la amistad, se abrazó a ella mientras le decía:
Carmen eres la mejor mujer del mundo y la más bonita, yo te quiero mucho, te quiero mucho.
¿ tu me quieres a mi?
Mi madre le siguió la corriente:
Si Fernando te quiero mucho.
A esas alturas Fernando ya había abrazado a mi madre y tenía su cabeza reposando sobre el pecho de mi madre.
La siguiente maniobra de mi amigo fue pedirle permiso para darle un beso, me figuro que mi madre no sabía a que se refería y le dio autorización.
Y Fernando se agarró a las tetas de mi madre como si fuera un recién nacido y se las empezó a comer.
Por lo que Fernando me contó mi madre no opuso la menor resistencia, se limitó a decirle:
Eso era lo que tu querías comerte las tetas de tu tía.
Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Cómetelas mi niño, dale gusto a esta vieja.
Yo también tenía ganas de que te comieras mis tetas, ayer me has estado observando cada segundo no le has quitado ojo a mis tetas y me has puesto cachonda, hace mucho que no me sentía tan caliente.
Y también hace mucho que no me he sentido tan deseada por un hombre.
Casi como siguieran el mismo guion de dejarle que le comiera las tetas mi madre pasó a cogerle la polla y a pedirle que la tocara.
Según Fernando mi madre le hizo la paja más deliciosa de su vida y no solo eso ella también se corrió con las caricias de mi amigo.
Esa misma mañana le había hecho jurar que no le iba a decir nada ni a su madre ni a mi y a cambio de ese juramento le prometió que repetirían la experiencia.
Yo por mi parte solo le demostré asombro y no le dije una palabra sobre los sucedido el día anterior ni en el rio ni en la casa.
Mientras tanto en la cocina se produjo una conversación de la que no tuve noticia hasta pasado un buen tiempo pero que explica todo lo que estaba pasando.
Amparo tu fuiste quien ideó este plan pero no se si se nos está yendo de las manos.
En mi caso no, lo tengo controlado, lo que no se es si tu y mi hijo habéis acabado follando.
No, no, solo nos hemos tocado, nos hemos hecho una paja muy rica, no sabes lo que es la polla de Fernando cuando se pone dura.
El plan que te conté era sencillo, nos vamos a mi casa los cuatro y antes de que nuestros hijos acaben teniendo una primera experiencia sexual con una puta o con una come niños, como las dos estamos muy necesitadas y llevamos ni se sabe sin follar en condiciones, primero les provocamos, lo que sabíamos que no iba a ser difícil, y luego le hacemos creer que nos han conquistado y les dejamos que su primer polvo sea con nosotras.
Y hasta ahora eso es lo que hemos hecho, debemos seguir con el plan pero yo no se lo que voy a poder resistir, si te parece hacemos una cosa, hoy vamos al rio, yo le digo a Jimmy que proponga que nos quedemos todos en bolas, tu y yo nos resistimos un poco pero si insisten acabamos cediendo.
Vernos a las dos en bolas, no se te olvide abrir bien los muslos, les va a poner incandescentes y cuando volvamos a casa tu dices que el sol te ha dado cansancio y te vas a dormir la siesta.
Antes quedas con mi hijo que si dices que te vas a echar la siesta el se vaya discretamente a tu dormitorio.
Yo me la apañaré para llevar a tu hijo a mi cama.
Tenemos que tener estas precauciones porque no sabemos si ellos se cuentan las cosas.
Tu puedes hacer lo que quieras pero yo esta tarde me follo a tu hijo si o si.
Hacía muchísimo tiempo que no estaba tan cachonda y con tantas ganas de tener una buena polla dentro de mi.
Que bruta eres Amparo pero que razón llevas.
Estoy de acuerdo contigo que antes de que mi hijo se acuesta con alguna guarra por ahí prefiero que seas tu quien le desvirgue, nadie lo podría hacer mejor.
Bueno yo se quien lo podría hacer mejor : tu.
Por dios Amparo que cosas dices.
Si tu no hubieras estado de acuerdo con mi plan, que me parece el mejor, yo me habría follado a mi hijo, tenlo por seguro, quien mejor que yo, pero también me ha influido que a mi Jimmy me pone muy cachonda, hirviendo, y después de verle la polla más.
Me va a empalar y eso me gusta mucho.
Mi madre y Amparo siguieron el plan al pie de la letra.
Tan pronto llegamos al rio y cuando las chicas se iban a ir a ponerse los bañadores yo hice mi propuesta.
Yo creo que debíamos dejarnos de tonterías y bañarnos todos en pelota, esto de las tetas al aire me parece un quiero y no puedo.
Mi madre fue la primera en contestar:
Hijo estás loco si piensas que yo me voy a quedar desnuda delante de vosotros dos.
Carmen, te has bañado conmigo en pelota en Ibiza un millón de veces y te encantaba estar morena de cuerpo entero.
A mi la idea de Jimmy me parece buena pero eso si todos en bolas, no solo las chicas.
Y para dar ejemplo como en ella era habitual se sacó el vestido por la cabeza y solo tuvo que quitarse las bragas para quedarse en pelota.
Fernando y yo hicimos lo mismo y mi madre ( que ahora se que estaba fingiendo) no tardó en imitarnos.
Al ver a las dos mujeres desnudas, esta vez si presté atención a mi madre tuve una erección que me obligó a irme al agua.
Fernando debió tener el mismo problema porque al instante estaba a mi lado.
Que cara dura tienes, macho, pero como te lo agradezco, ayer apenas pude ver a Carmen desnuda, es un espectáculo, que mujer.
Cuando volvimos las dos tenían los pies apuntando al agua y ambas tenían los muslos bien abiertos.
Una visión divina en la cual, para mi sorpresa, casi le presté más atención al chocho de mi madre que al de Amparo.
Mi madre igual que Amparo no iba depilada y con su chocho al aire y sus muslos al abiertos era una visión celestial.
Que buenas están las dos, pensé.
El guion yo le tenía bien aprendido siguiendo las instrucciones de Amparo, al cabo del rato le dije a mi madre:
Te tendrías que dar bloqueador solar, te vas a quemar.
Y ahí mi madre introdujo una variación con fin de que tanto Fernando como yo nos pusiéramos ardiendo.
Dámela tu cariño.
He de reconocer que el que mi madre, en pelota picada, me dijera que le diera yo la crema contribuyó a calentarme más.
Me dio tiempo a ver la mirada de odio que me echaba mi amigo.
Empecé por la cara y por los hombros y a continuación pasé a embadurnarle las tetas.
Antes había pensando que las de Amparo eran sin duda mejores, pero ahora , mientras las acariciaba, me parecieron perfectas y sabiendo que Fernando se las había estado comiendo, a pesar del baño de agua fría, me volví a empalmar.
Mi madre se limitó a decirme:
Trátalas con cuidado que es una zona en la que soy muy sensible.
Era verdad al son de mis caricias los pezones se pusieron duro y erectos.
Seguí con mis caricias hasta que mi madre me dijo:
Bueno, ahora dame en el vientre.
Dejé las tetas, le protegí con crema el vientre y me fui directamente a su entrepierna.
Mi madre como he dicho lucía una mata de pelo tan poblada como la de Amparo aunque un poco más pequeña.
Le di crema en los muslos en la misma frontera con su sexo lo que hizo inevitable que rozara sus labios.
Mi madre respondió al estimulo con un leve gemido que solo yo pude oír.
Mientras me afanaba en mi tarea mi madre me dio facilidades abriendo sus muslos para que pudiera deslizar mi mano entre ellos.
El mollete de mi pulgar no pudo evitar contactar con el chocho de mi madre y yo no hice nada por evitarlo, más bien todo lo contrario, acariciando sus muslos mi mano subió y bajó a lo largo de su entrada hasta el punto de que pude ver como entre sus labios surgió un pequeño botoncito para mi desconocido hasta entonces, su clítoris se había puesto en guardia.
Dame más crema ahí que esa es una zona muy delicada.
Le estuve dando un rato más hasta que mi madre sin decir ni palabra sujetó mi mano y me la retiró.
Entonces pude ver con toda nitidez como unas gotas de liquido blanco salían del chocho de mi madre, me quedé mirando y después de esa primera descarga vino otra y otra.
En ese momento sin saber porque me dieron ganas de lanzarme a su entrepierna y comerme ese liquido lo mismo que Amparo se había comido mi leche por la noche, pero no me atreví.
Para dar por finalizada la operación mi madre me dijo:
Jimmy lo has hecho muy bien, muchas gracias.
Fernando después de mirarme con cara de odio como si le hubiera robado algo que era suyo por derecho se dirigió a su madre y le dijo que ella también necesitaba protector.
Amparo le contestó: Creí que no te iba a importar si tu madre se quema.
Mi amigo se lanzó a la tarea con tal ímpetu o quizás tan enfadado que su madre le tuvo que pedir que hiciera las cosas con más cuidado.
Corregido su furor inicial Fernando no dejó un centímetro cuadrado sin proteger.
Me sentí un poco confuso porque el ver a mi amigo acariciando lo que esa misma noche había sido mío no me gustó un pelo.
Me sentí de repente celoso y enfadado con él.
Es día por primera vez nos fuimos los cuatro al agua al tiempo lo que nos dio la oportunidad de darnos chapuzones, ahogadillas y toqueteos por encima y por debajo del agua.
Paramos un rato para sentarnos en torno a una nevera portátil en la que habíamos llevado bebidas y algo para picar.
La escena para mi fue inolvidable, los cuatro sentados frente a frente, los cuatro en pelota, Jimmy y yo con nuestro soldadito en posición de presenten armas y las dos mujeres con sus coños abiertos debido a la postura o quizás a su decisión de calentarnos.
Apenas habíamos acabado con la comida mi madre dijo que quería volver a casa que se sentía muy cansada.
A mi el sol me da una flojera tremenda, estoy deseando llegar a casa para echarme una buena siesta.
Yo que entonces ignoraba lo tramando por las dos mujeres no pude ver la mirada que Fernando le dedicó a mi madre al oír la palabra siesta.
Llegamos a casa, dejamos los bártulos y mi madre dijo:
Me voy a echar la siesta, estoy muerta.
Fernando la imitó:
Yo también me voy a echar un rato.
Como todas las habitaciones estaban en la misma dirección el que los dos se fueran me pareció de lo más natural.
Cuando Amparo y yo nos quedamos solos me dijo:
Me han dado celos viendo como te dedicabas a sobar a tu madre, me lo tenías que haber pedido a mi.
O es que ahora ella te gusta más que yo.
Que barbaridades se te ocurren, ninguna mujer en el mundo me gusta más que tu, además ella es mi madre.
Pero no me negarás que te has puesto cachondo dándole la crema.
Bueno si, un poquito.
Así sois los hombres, ayer coqueteando conmigo, haciendo que yo me ilusiones pensando que te gusto y hoy te pones cachondo acariciando a otra mujer.
Amparo por dios, tu a mi me encantas, eres la mujer más preciosa del mundo y yo no pienso en otra.
Lo dices para que te perdone.
Si , por favor, no tomes en cuenta algo que ha sido fortuito.
He empezado a acariciar a mi madre y sin yo quererlo se me ha puesto gorda.
No se si me arrepentiré, pero te creo, tan te creo que te voy a pedir que te vengas a echar la siesta conmigo.
¿Quieres que me eche la siesta contigo?
Si, lo estoy deseando, todo el tiempo que hemos estado en el rio he estado pensando en que no echáramos la siesta juntos, no quiero esperar a que llegue la noche.
Nos fuimos a su dormitorio y tan pronto estuvimos los dos metidos en la cama Amparo no se anduvo por las ramas.
Lo he estado pensando, le he dado mil vueltas y he llegado a una conclusión: quiero follar contigo, es una locura, te saco más de veinte años, soy tu tía, bueno tu medio tía pero estoy loca por darte mi cuerpo y que me hagas tuya.
Mira lo mojada que estoy.
Llevó mi mano a su chocho y decía la verdad, una fuente brotaba entre sus muslos.
¿Como hacemos?
Vamos a acariciarnos un poquito para ponernos aún más calientes aunque yo ya estoy ardiendo.
Nos empezamos a acariciar mutuamente pero en ese momento las caricias eran ya solo un aperitivo y los dos queríamos llegar al plato principal.
Amparo , ahora lo se , tenía todo perfectamente pensado.
Esta vez lo que quiero es que te comas mi coño.
Sin saber muy bien lo que hacer me coloqué entre aquellos muslos con los que tanto había soñado y dirigí mi lengua a la entrada de su sexo.
Empecé dándole lengüetadas anchas de abajo arriba.
Cuando llegaba abajo notaba un cambio de sabor, estaba dándole con mi lengua en su culo.
Así, así mi amor, dame con tu lengua en mi culo, dame que me pones cachondísima y me dan ganas de que folles como a una perra, sigue…
Y yo seguí, estaba en la gloria sintiendo como el coño de Amparo no dejaba de unos jugos que a mi me parecieron deliciosos.
Amparo decidió ayudarme y con sus manos separó sus labios y me pidió que le diera lengua en su clítoris, no sabía yo en donde encontrarlo pero al sentir una de mis lengüetadas Amparo me dijo:
Ahí, dame ahí, dame ahí tu lengua y chúpalo como si quisieras tragártelo.
Hice lo que se me mandaba y llegado un momento fui testigo de lo que le pasaba a ella cuando llegaba a su nivel máximo de excitación.
Apretó los muslos contra mi cabeza y se empezó a retorcer como una lagartija mientras no paraba de decirme cosas.
Cómete todo mi coño, cómetelo, dame tu lengua que me tienes cachonda como una perra y lo que quiero es que me des placer antes de follarme, porque lo que me tiene loca es pensar que me vas a meter esa polla gorda y dura.
¿ Tu me quieres follar? ¿ tu también quieres empalar a tu tía con esa verga que ayer me comí?
Y al poco rato: Sigue dándome lengua y méteme un dedo en el culo, en el culo por dios, en el culo.
Cuando ya me hayas follado yo se lo siguiente que me vas a pedir.
Y sin esperar a mi contestación ella me dijo: me vas a pedir mi culo, no vas a parar hasta tenerme a cuatro patas con tu polla metida en mi culo, lo se.
¿Y tu me lo vas a dar?
Estoy loca por tenerte metido en todos mis huecos, y mi culo me da mucho gusto, pero hoy quiero que me folles el chocho.
Mi amor sigue que me estoy corriendo muy duro y tan pronto me corra quiero que te subas y me la metas, sentir que me metes tu verga cuando todavía me estoy corriendo es divino, me da un placer infinito.
Ya me estoy corriendo, me corro muy duro, muy duro, que rico mi amor, métemela toda, métemela ya, de golpe.
Fóllame, fóllame ya.
Trepé por sus carnes y me coloqué en posición, Amparo sabiendo de mi inexperiencia me cogió la polla y la enfilo a la entrada por donde quería recibirme.
Noté una pequeña resistencia cuando mi capullo abordó el umbral de su chocho y pasada esta me deslicé hacia adentro hasta que mis muslos chocaron contra sus carnes.
Amparo me premió con un grito:
Aaaaagh, que rico te siento, tienes mi chocho lleno, noto como te aprieto con mi vagina, me matas de placer, ahora dame, entra y sal de mi, fóllame.
Cuando te diga que me estoy corriendo no pares, sigue follándome que yo me puedo correr cinco o seis veces en un polvo.
Me gusta sentir como chocan tus huevos contra mi coño.
Me estás matando de dicha, canalla.
Mientras tanto yo entraba y salía de su chocho hasta casi tener mi verga fuera, una vez ahí la hundía de nuevo hasta el fondo.
Tu me has mentido, no es la primera vez que te follas a una mujer.
Te lo juro, es la primera vez, solo que quiero ir con calma porque no quiero hacerlo mal.
Pues lo estás haciendo muy bien, me tienes muy cachonda porque me estás follando muy rico, ahora dame más fuerte.
Empecé a bombear con más energía pero todavía con precaución y al poco rato Amparo me pidió:
Fóllame como un animal, quiero sentir tus pollazos como si me quisieras matar, como si quisieras atravesarme, dame duro mi amor, dame todo tu polla y no pares aunque yo te diga que me estoy corriendo, yo me puedo correr media docena de veces si me follan bien.
Sigue, que rico me haces.
Y que gorda siento tu polla.
Amparo empezó a dar señales de que se iba a correr, una de ellas fue que me clavó las uñas en la espalda mientras me lo decía:
Me corro, mi niño, me corro pero sigue follándome sigue cogiéndote este coño que es tuyo, sigue dándome placer que me tienes muy arriba y me voy a volver a correr.
¿Y tu que sientes?
Estoy en la gloría mi amor, tengo una felicidad completa, estoy follando con la mujer que amo.
Me matas de gusto.
Sigue mi niño sigue que quiero volverme a correr.
Si Amparo de media se corría cinco o seis veces yo no pude conseguirlo, ella me había dicho que se corría por tercera vez cuando yo supe que mi limite estaba llegando, sentí como si la vida se me fuera cuando me vertí en mi pareja.
Ella lo sintió.
Que rica siento tu leche entrando en mi, que caliente está, te siento mi amor, noto como me llenas el chocho con tu leche.
No te salgas de mi, sigue dentro que yo también me estoy viniendo.
Cuando ya nos habíamos recuperado llegó el momento de las confidencias, Amparo me dijo:
Que sepas que tu querido amigo Fernando ahora mismo está metido en la cama con tu madre.
No te creo, me estás gastando una broma.
Yo también sabía fingir y demostrar asombro.
Fernando está loco por Carmen y a ella le gusta mucho mi hijo, ahora mismo es posible que estén follando o quizás ya han acabado.
Me parece imposible, no es que no te crea, es que no me cabe en la cabeza.
Lo tienes muy fácil, ve a la habitación de Fernando y verás que está vacía.
Me levanté salí al pasillo y llegué a la habitación de Fernando, la abrí y , como había dicho Amparo estaba vacía.
Volví a la cama y me seguí haciendo el sorprendido.
¿Tu lo sabías?
Yo no sabía nada pero cuando tu madre ha dicho que se quería echar la siesta y mi hijo ha dicho que el también, he sabido que iban a follar, los conozco mucho a los dos.
Tu madre está como yo, muy necesitada de un hombre que la quiera y que la satisfaga en la cama.
No me ha extrañado nada, si yo estaba loca porque me follaras tu, no me puede chocar que Carmen se quiera follar a mi hijo.
Tuve la necesidad de peguntar si el polvo había sido satisfactorio para mi pareja:
Me tienes que perdonar si no te he dado todo el gusto que esperabas, ha sido mi primera vez, la próxima espero hacerlo mejor.
Me has echado un polvo bestial, me has hecho correrme cuatro veces y no solo eso me he corrido muy duro, se me ha ido la cabeza y he pensado que me iba a desmayar de gusto.
Si me has vuelto loca la primera vez no quiero pensar lo que me vas a hacer cuando cojas practica.
Tienes una polla que está hecha a mi medida y follas muy rico.
Bajó ligeramente la cabeza y me besó el capullo.
Y dirigiéndose a él dijo:
Cuanto placer me vas a dar.
El polvo a mi me había dejado muerto, hasta el punto que me quedé dormido.
Amparo me despertó con un beso.
Tan pronto estuve despierto le propuse que volviéramos a follar, de hecho tenía la verga como un bate.
Ella, siempre controladora me dijo:
No quiero agotarte mi amor, esta noche vamos a follar otra vez, ya también lo estoy deseando, pero tómate tu tiempo para recuperarte.
Vamos a tomar algo.
Nos fuimos a la cocina en donde estaban mi madre y mi amigo tomando una especie de aperitivo aunque ya eran casi las ocho de la noche.
Amparo según los vio decidió que iba a dejar las cosas claras.
Carmen, y Fernando, vosotros por lo que veo os habéis ido a echaros la siesta, Jimmy y yo en vez de dormir nos hemos dedicado a follar, me ha echado un polvo antológico, me ha gustado tanto que esta noche va a dormir en mi cama.
Ya lo sabéis.
Fue mi madre quien la contestó:
Amparo, anoche en el hotel tu hijo me estuvo rondando y me puso muy cachonda, acabamos acariciándonos, nosotros tampoco hemos dormido, ayer me quedé con muchas ganas de que me la metiera y hoy lo ha hecho, me ha echado un polvo riquísimo.
Y también quiero que esta noche Fernando duerma conmigo y me vuelva a follar.
Amparo siguió con su plan:
Estos dos salidos se han aprovechado de la necesidad de dos pobres mujeres y no han parado hasta que hemos cedido a sus demandas, pero no me arrepiento, me ha follado muy rico.
Nos quedaban todavía casi dos semanas de vacaciones, dos semanas de estar los cuatro juntos y dos semanas en la que nos esperaban muchas sorpresas.
Continuará….
P.
D.
1.
Lamentablemente no puede dividir el relató porque como todos sabemos.
No se puede publicar un relató si No tiene un acto sexual Iniciado y Terminado.
P.
D.
2.
También la siguiente parte será la última de esta saga pero al ser la última será una de las mejores.
Bueno Sin más que decir Agradezco mucho los comentarios y los votos.
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