La mejor amiga de mi mamá
Elena me vuelve loco.
Elena es la mejor amiga de mi mamá. Fue compañera de colegio de mi padre y mantuvieron esa amistad toda la vida. Hace unos cinco años atras su esposo y unico novio de toda la vida la abandonó por una chica joven de 25 años. Fue un duro golpe para ella lo que la llevó a refugiarse en la amistad de mi madre y a unirse aun mas en el refugio de nuestra familia. Su unica hija decidio seguir sus estudios en EU y solo se ven dos veces por año.
De excelente posición económica Elena vive sola en una gran casa de tres plantas con parque y piscina ubicada en un barrio de clase alta. Elena a sus 54 años no es ni muy linda ni demasiado llamativa. No es alta y su cuerpo es bastante rellenito. Lo que si se destaca es su simpatia, la energia jovial que mantiene y unos ojos celestes enormes.
Las visitas a su casa se fueron haciendo cada vez mas asiduas hasta convertirse en rutina habitual de mi mamá principalmente y mias especialmente en la temporada de pileta.
A mis 16/17 años practicamente me la pasaba mas en su casa que en otro lado. Casi siempre acompañado de mi madre los dias de semana y los fines de semana tambien mi padre.
El trato que Elena me dispensaba era mas que cordial y cariñoso cargado siempre de comentarios halagadores y picarescos haciendo siempre referencia a lo lindo que estaba y cuantas noviecitas tendria. Siempre aprovechaba para hacerlos los momentos en que casualmente nos encontrabamos solos y ademas tambien acompañaba con alguna caricia, tocadita o contacto fisico. Logicamente a mi no se me ocurria pensar que lo hacia con alguna segunda intención o que intentaba seducirme.
Cuando termine la escuela secundaria y ya casi por cumplir los 18, conoci a una chica de 15 años que me enamoró y nos pusimos de novios. Esto motivo que dejara bastante de frecuentar la casa de Elena, cosa que me reprochaba siempre en las ya mas esporadicas visitas.
Ese mismo verano mis padres se fueron de vacaciones solos en un largo viaje de dos meses por europa. Yo feliz con mi novia y la casa sola.
Elena no paraba de llamarme para que fuera a la pileta. A mi me daba un poco de verguenza y cierta incomodidad ir con mi novia, pero insistio tanto que accedi.
Pronto con su forma de ser Elena se ganó la simpatia, la confianza y la complicidad de Marcela, mi novia. Nos invitó a quedarnos todo el tiempo que quisieramos y nos ofreció un cuarto con cama matrimonial en la tercera planta de la casa. «Lejos mio» agregó picaramente y además que mi vieja nunca se enteraria. «Yo soy ciega, sorda y muda» nos decia jocosamente con su habitual picara simpatia. El problema era que mi novia debia volver a su casa a dormir. Si bien ya sus padres me conocian y aceptaban la relación creian que aun era chica para dormir fuera del hogar. Asi es que concurriamos a la casa de Elena a media mañana y nos retirabamos al caer la tarde no sin antes escuchar la invitación que me repetia diariamente: «Quedate vos Alex, no vayas a tu casa, podes quedarte». También se ofreció a llamar a los padres de Marcela como si fuera mi tía haciendo formal la invitación ,como garante de la seguridad de la joven y dandoles total tranquilidad. Resultó tan convincente con la llamada que la mamá accedio sin reparos y le dio permiso a Marcela para que pasara el fin de semana en casa de «mi tia» Elena.
Marcela con 16 años tenia un lomazo. Linda de cara, con unos rulos salvajes hasta los hombros, muy buenas tetas y una cola tremenda, infartante que no le era indiferente a nadie. Ya con seis meses de relación nuestra actividad sexual era diaria casi permanente y cada vez mas placentera. Fuimos descubriendo todo ese placer juntos ya que ella era virgen cuando nos conocimos y mi experiencia anterior, bastante escasa.
Apenas nos instalamos en el cuarto que nos preparó Elena no pudimos esperar y tardamos mas de una hora en bajar. Elena nos esperaba tomando sol al costado de la pileta. Se reía.
-Ay chicos, que envidia, que bien que la pasan juntos. Aprovechen. Hagan de cuenta que no estoy.
Nos reimos todos y Marcela se me tiró encima besandome, diciendo yo le hago caso a Elena.
En un momento que mi novia se fue al baño o a la cocina Elena se me acercó para decirme
-Nene, por favor! que lomazo te elegiste y esa bikini que usa..mira casi como la mia jaja
Yo no habia advertido hasta ese momento que Elena llevaba puesto un bikini infimo. Siempre la habia visto con mallas enteras de señora. Me sorprendió mucho. Mi manera de mirarla cambió a partir de ese momento.
Los padres de Marcela vinieron a buscarla el domingo por la tarde despues de un fin de semana juntos tremendamente sexual donde nos disfrutamos a full y a cada momento gracias a la complicidad de Elena.
-Me imagino que te vas a quedar con la tia, no? me inquirió Elena apenas se fueron Marcela y sus padres. Sonreí y asentí.
Descansé media hora, tomé una ducha y me preparé a bajar para la cena que Elena preparaba. Me vestí con un short de futbol, una musculusa y descalzo bajé las escaleras.
Elena habia preparado la mesa en el living principal y no como siempre en el comedor diario de la cocina. Primera sorpresa. Sobre la mesa bien elegantemente preparada, lucían dos candelabros y un balde con su botella de champagne. Desde la cocina la voz de Elena…
-Alex, bombón, apagá las luces y prende las velas, sentate que ya estoy con vos mi divino
Obedeci, tome asiento y me quede esperando mientras imaginaba cosas que intentaba no imaginar, negándolas.
Ya me habia calentado verla a Elena en bikini. Su cuerpo no era para nada perfecto pero ella destilaba una sensualidad muy evidente. Esa piel bronceada, su mirada, sus tonos al hablar, me provocaban. Cuando entró al living, con los ojos y los labios pintados luciendo un vestidito de gasa negro que transparentaban sus pezones, medias negras hasta la entrepierna y tacones altos, mirandome fijo y meneandose como una felina se me acercaba…
-Tomemos champagne, divino. Festejemos…
Se sentó frente a mi sin quitarme esa mirada de fuego que yo no podia dejar de mirar extasiado. Servi las copas y brindamos
– Chin chin, hermoso. Que te parece?
– Chin chin…increible, no lo puedo creer Elen.
– Yo no puedo creer las cosas que me contó tu novia…increible!
No supe que decir, creo que me puse colorado a pesar de la excitación que ya me habia parado la verga y baje la vista
Elena se incorporó, se me acercó y con su mano libre extendida me invitó a levantarme. Tomo mi mano y me llevó al sillón. Bebió todo el champagne que quedaba en su copa de un trago y arrojó la copa. Se fue acercando a mi hasta casi quedar encima mio. Su mano fue directamente a mi short, unas caricias y me sacó la verga de una. Se inclinó, la agarro con las dos manos y me la empezo a besar de apoco, a lamer desde los huevos hasta la punta, a chuparnela toda tragandosela toda con su boca. Cerre los ojos y disfruté de esa mamada gloriosa. Elena me estaba chupando la pija como nunca antes nadie lo habia hecho. Magistralmente.
Podria haberme pasado toda la noche así. Me explotaba la verga henchida pero Helena manejaba su boca, los labios, su lengua y sus manos con tanta maestria que variaba el ritmo y la intensidad de manera precisa para tenerme permanentemente gozando detenido eternamente en ese instante previo al orgasmo que no permitia que lleguera, provocandome una locura de placer y calentura impresionante.
-Que pija hermosa tenes. Me vuelve loca, divino. Tela comeria toda la noche asi…pero estoy re caliente y quiero que me hagas lo que quieras….si? Me hacés…?
Lo primero que hice fue besarla, comerle la boca metiendole mi lengua hasta el fondo, apasionadamente. Le fui acariciando el cuerpo recorriendola suvemente con mis dedos y mis manos deteniendome en sus pezones, presionandolos, apretandolos. Mientras la iba desvistiendo seguia besandola y sintiendo como se iba volviendo loca de calentura, jadeaba, gemia y su respiracion se entrecortaba. Cuando ya la tenia a Elena en tanguita y medias, me separe de ella un tanto para observarla y terminar de desvestirme. Me pare en el sillon y le puse la verga en la cara, frotandosela
-La queres toda, Elena?
-Si, divino, toda. Respondio mientras le dababa lenguetazos a mi pija.
– Llevame a tu cama. Te quiero cojer en tu cama, Elen.
-SI, mi amor…si lo que vos quieras. Me respondio gimiendo
La arroje sobre la cama, le abri las piernas, le arranque la tanguita y le empece a comer la concha descontrolado. Chupaba, mordia, refregaba mi cara, se la abria con los dedos, le metia la lengua todo lo que podia, despues los dedos, un dedo, dos dedos, tres, la pajeaba y la chupaba.
Los gemidos de Elena ya eran gritos. Acababa y gritaba pidiendo más y que la cogiera. Hice que me montara y le pedi que me cogiera ella a mi. Me cabalgo como una yegua. Aullaba de placer y seguia acabando. Le pregunte si queria mi leche adentro. Toda tu leche, contestó.
El polvo y el lechazo que le eché fue descomunal. Seguimos garchando toda la noche. Es increible lo que coje Elena y como me calienta.
Hoy seguimos garchando. Elena es mi amante y la amiga de mi mama que me vuelve loco.
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