La pequeña Masha
Una pequeña que por curiosidad entrará en un mundo diferente .
La pequeña Masha
Masha es una niña de 7 años, tiene cabello largo, cara pequeña y de cuerpo muy delgado para su edad. Su hermana 3 años mayor es quien la cuida y atiende ya que sus padres Raúl y Magali no son buenos progenitores.
Esta historia ocurre un día que los padres de la niña asistieron a una pelea clandestina de gallos al lado de la casa donde vivían ( cabe mencionar que era una casa muy humilde a medio construir ) las niñas salían a jugar todas las noches con niños de 10 y 11 años, uno de sus típicos juegos era hacer un círculo y contar hasta 10, cuando decían diez rápidamente se bajaban el pantalón o subían su falda, nuevamente contaban, al decir diez se bajaban ahora su ropa íntima y la subían de prisa.
En la pelea de gallos como era costumbre se vendían cervezas y alcohol. Los asistentes apostaban a su gallo preferido y bebían de sus cervezas, uno de ellos un hombre de 50 años cada ocho días estaba en ese lugar y después de varias cervezas le dio por ir a orinar, salió a la calle y en un baldío empezó a orinar cuando lo hacía vio a los niños jugar, pero no les prestó mucha atención, cuando terminó y cerró su cierre, observó cuando los niños se bajaban los pantalones fue entonces cuando su curiosidad lo hizo esperar más tiempo hasta que vio cuando todos los infantes deslizaba hacia abajo sus calzones. De pronto despertó del trance , los niños ya se habían ido corriendo entre risas.
Cada vez que podía salía a ver si ocurría lo mismo. Entonces checo nuevamente a los niños se les acercó y les dijo si querían algo de la tienda. Los niños emocionados dijeron que sí y acompañaron al hombre a la tienda, les compró dulces entre otras cosas y regresaron a las peleas de gallos.
Casi dos horas después el hombre volvió a salir a orinar y vio sólo a una niña que se encontraba a escasos 3 metros de los matorrales donde orinaba. La niña al oír el chorro de agua volteó en dirección de aquel hombre y lo veía fijamente. Él al observar que la pequeña lo miraba, tomó su falo, lo sacudió para ambos lados, hacia arriba y hacia abajo.
Miró en dirección a la niña, le sonrió, caminó hacia ella con su pene de fuera y le dijo -(hombre) hola pequeña ¿se te antoja algo de la tienda?
-(Masha) Sí
-(hombre) Vamos y te compró unos dulces,
Entonces el hombre guardó su pene y subió su cierre.
Al caminar le preguntaba cosas.
-(hombre) ¿Cómo te llamas?
-(Masha) Aide, pero me dicen Masha.
-(hombre) Que bonito nombre y tus papás ¿dónde están?
-(Masha) En la pelea de gallos.
-(hombre) Ese rato te vi jugando con tus amiguitos ¿cómo se llama ese juego que jugaban ?
La niña solo empezó a reír
-(hombre) ¡Ya dime! Masha, si me cuentas te doy 50 pesos.
-(Masha) En serio me los vas a dar
-(hombre) Claro pequeña.
Con tanta plática el hombre no se percató que ya habían llegado nuevamente a la pelea de gallos y Masha se echó a correr con sus amigos. El hombre entró nuevamente y se imaginaba a Masha enseñándole ese juego.
Pasó una semana y otra vez asistió a las peleas de gallos, apostando y bebiendo cervezas. De pronto sintió ganas de orinar y fue al mismo sitio. Lo que vio lo dejó perplejo, los niños nuevamente hacían ese juego, pero ahora era más atrevido porque ahora se daban besos en las partes íntimas de sus compañeritos. Eso que observó hizo que la sangre le corriera directo a su entrepierna y su miembro empezará a ponerse duro como roca.
Unas días después se realizaron otra vez otras peleas de gallos en el mismo lugar y por obvias razones aquel hombre de 50 años no podía faltar. Ya en la reunión nuevamente apostaba a su gallo y bebía cerveza. Salía a cada rato con la esperanza de ver a esos niños, pero no los veía, hasta después de tres horas vio a la pequeña Masha que vestía una camiseta con tirantes y una falda que le llegaba a las rodillas. Al verla salió rápidamente y la saludo.
-(hombre) Hola Masha ¿te acuerdas de mí ?
-(Masha) Sí, usted es el que me compra dulces y además me iba a dar 50 pesos.
-(hombre) Que buena memoria tienes, a ver ahora dime ¿porqué te iba a dar ese dinero?
La niña solo sonrió y estiró su manita
-(hombre) Bueno te los voy a dar, pero acompáñame por el dinero.
-(Masha) Sí
El hombre caminó con la pequeña hasta su camioneta y se subieron no sin antes ver que nadie los viera.
Al estar dentro le dijo.
-(hombre)¿Quieres manejar?
-(Masha) Siiiiiii
Entonces el hombre tomó por la cintura a la niña y la puso por encima de su entrepierna y tomaron rumbo desconocido y poco transitado. En el trayecto el hombre sudaba y el corazón le palpitaba a un ritmo acelerado, en cada bache que pasaba la camioneta la niña daba pequeños saltos sobre el bulto de aquel hombre y él con toda la malicia buscaba los caminos más sinuosos. Al pasar por una vereda rústica, decidió tomar ese camino y poner en práctica su malévolo plan.
Deslizó una de sus manos hasta llegar a las piernas de la niña, con mucho cuidado subió su falda y saco su miembro rígido y babeante , el cuál lo colocó entre las piernas de Masha, en cada hoyo o bache que caían al manejar, el pene del hombre maduro rozaba la parte íntima de la pequeña, parecía que la niña estaba cabalgando a ese degenerado.
La lujuria le ganó al hombre porque enseguida sacó su miembro del pants deportivo que usaba y con la mano deslizó a un lado la pantaleta de Masha y puso su verga dura entre la abertura de la parte íntima de la niña.
La sensación era indescriptible para ese hombre al sentir como su verga hambrienta de hembra rozaba esos diminutos labios vaginales. Sentía que se venía, pero se controlaba. Y nuevamente colocaba su mástil fingiendo penetrarla, fue hasta que pisaron una gran piedra e hizo que ambos dieran un salto dentro de la camioneta y al chocar los dos cuerpos por inercia la mitad de la verga de ese hombre penetró la pequeña cavidad de Masha. La niña dio un grito de dolor que retumbó dentro del vehículo, pero el hombre al darse cuenta de lo ocurrido no quiso echar paso atrás, detuvo la camioneta bajo unos árboles y tomando a la pequeña Masha de la cintura empezó a penetrarla con fuerza, la pequeña subía y bajaba en repetidas ocasiones, parecía un muñeco de trapo.
El hombre recostó a la niña en los asientos de la camioneta, aún ensartada por esa descomunal verga , comenzó el movimiento brusco y lento, con una mano tapó la boca de Masha. Su lujuria estaba al tope y embestía con más fuerza y salvajismo no importando que era una inocente a la que se folla a con tanto frenesí y deseo. Pasaron como 10 minutos , sintió que se venía y se lo enterró por completó hasta dejarle todo su semen dentro de Masha.
La pequeña solo lloraba y él le dijo
-(hombre) No digas nada amiguita, porque nadie te va a creer y además yo puedo decir cómo juegas con los demás niños.
La niña solo asintió con su cabecita.
El hombre sacó de su cartera 200 pesos y se los dio.
-(hombre) Estos te los ganaste
Masha agarró el dinero y se acomodó su ropa, aún con lágrimas en sus ojos.
El hombre manejó cerca de donde se hacían las peleas y le dio otros 50 pesos.
-(hombre) Ten amorcito y no se te olvide no le digas a nadie.
-(Masha) No, a nadie le digo.
así es que se debe convertir una buena perrita, desde joven con la leche adentro y con su buen pago para que vuelva a repetir
Muy directo pero en general bien
No manches me la jale como no tienes idea. Buenn relato