La profesora Julia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola lectores de relatos eroticos, quiero relatar la historia más caliente de mi corta vida de 20 años, aunque sucedió cuando tenía 19; yo sé que en el futuro tendré material para seguir escribiendo. No conocía este espacio en la red para contar hechos ocurridos, con la protección del anonimato, por eso escribo hasta hoy. Esto sucedió hace seis meses.
En el colegio, nosotros eramos la promoción saliente, aquí no le llamamos preparatoria, sino ciclo diversificado. Una de nuestras profesoras era la maestra Julia, ella tenía por mucho el mejor par de nalgas y las mejores piernas de todo el colegio, aunque su cara no era de lo más atractivo, ya que era tenía la boca muy grande y protuberante, con un poco de manchas en la cara, su tez era muy morena, con tetas medianas pero paradas. Ella siempre vistió con faldas cortas pegadas a sus nalgas y piernas, que las hacía relucir aun más. La profesora Julia era casada con un tipo mucho más grande que ella, de unos 50 años, ella aparentaba unos 35 o 38 años. Siempre fue una mujer demasiado seria y poco comunicativa con todos nosotros. Hasta la noche de graduación.
Esa vez la fiesta fue en un salón de hotel, hubo baile y licor abundante. Nunca en mis seis años que estuve en ese establecimiento educativo, había visto a la profesora Julia tomar licor y ese día lo estuvo haciendo frecuentemente, además de estar bailando con varios de mis compañeros. Llevaba puesta una polera blanca con amplio escote, aunque sus tetas no eran las mejores se veían deliciosas, usaba las faldas de costumbre, pegadas a las curvas de sus caderas y resaltaba su buen culo. Los demás profesores ya se habían ido, pero ella seguía bailando y bebiendo incansablemente. De pronto mi compañero Jimy llegó a donde yo estaba bebiendo y me dijo que Brian y Donaldo (dos compañeros) habían entrado al WC con ella y que ya se habían tardado mucho tiempo, con malicia le dije a Jimy que fueramos a ver, fuimos y empujamos la puerta y el cuadro que observamos fue el siguiente, en el lugar que estaban los lavamanos, había un mostrador de marmol y un espejo gigante de frente, alli estaba la profesora Julia recostada con las piernas levantadas, en medio de ellas estaba Donaldo, un compañero que jugaba futbol, con los pantalones hasta abajo, se podían ver sus dos nalgas blancas moviendose con un vaiven conocido, aunque sabía que estaban haciendo, me acerqué para tener mejor panoramica y vi bien su verga metiendose y saliendo del coño rasurado de la profesora Julia.
La profesora gemía por momentos, ya que su boca estaba ocupada por la verga erecta de Brian, chupando y mamando fuerte. La blusa la tenía hacia arriba y su sujetador hacia abajo, enseñando toda la magnitud de sus tetas, que eran masajeadas por Donaldo. Los tres gemían y llenaban toda la habitación de un ambiente sexual. Con Jimy tuvimos una erección inmediata, el cuadro era muy caliente. Nunca en mis mejores sueños húmedos me había imaginado a la prefesora Julia follando en el tocador con mis compañeros. Donaldo se volteo y nos vio, me hizo una seña, diciendome que vigilara que nadie entrara por la puerta, asi que le puse pasador a la puerta, mientras el seguía cogiendo con buenos golpes secos, con su verga, el coño ya mojado de la profesora. Me acerqué un poco más hasta ver como el tronco de la verga de Donaldo perforaba la raja de ella. La profesora tenía un coño con vello púbico negro en forma de franja.
En un momento más, Brian le hizo señas a Donaldo y cambiaron de posición, los ojos de la profesora estaban dilatados, por efecto del licor ingerido. Brian puso su verga en la entrada de la raja de la profe Julia y la ensartó sin piedad, puso sus pies en sus hombros antes de empezar a moverse dentro de ella. Ella a pesar de su embriaguez gozaba a los dos jovenes compañeros, se podía saber por los gemidos tradicionales de una mujer follando y sintiendo placer.
Donaldo le puso su verga brillosa, por los jugos lubricantes de la profe, en la boca y empujo mientras ella la abria para metersela hasta el cabo. Los cuerpos de ellos se movían para clavarla acompasadamente. El espectaculo era increible, Jimy y yo nos sobamos nuestras vergas sobre el pantalón. Al cabo de unos minutos Brian llegó al climax y acabó sobre su vientre con un buen volumen de semen, en ese momento Donaldo tomó de la cabeza a la profesora y movio su verga como si la boca de la profe Julia fuera una vagina, no la dejó de meter y sacar hasta que explotó en su boca. La profe escupió buena parte del semen que tragó.
Luego, como si hubieran sido unos delincuentes después de un robo, Brian y Donaldo abandonaron el WC casi con los pantalones abajo. Allí quedo semi sentada la profesora Julia, ella nos veía y nosostros allí petrificados, sin saber que hacer.
-Chicos, llevenme a mi casa, por favor!- me dijo ella aferrándose a mi brazo. Con Jimy le compusimos antes de salir su ropa, lo único que no pudimos colocarle fue su calzón que yacía en el piso de la habitación, yo lo tomé y lo metí en mi bolsa del pantalón.
Al salir de allí, le dije a Jimy que buscara a Alberto, quien era de los pocos que tenía auto. Llegó Alberto y le dije que la profesora estaba muy mal y que quería que la llevaramos a su casa. Asi que entramos al auto con la profesora, Alberto manejando y nosotros con Jimy en la parte trasera junto a la Profe Julia.
La profesora Julia no iba durmiendo como ustedes podrian imaginar, no nada de eso, se puso a tocar nuestros penes sobre los pantalones y a hablar varias cosas fuertes, cosa que no era usual en ella. Nos calentó mucho con Jimy que estuviera tocando nuestros penes, asi que estos se erectaron sin remedio, yo empecé a tocarle los senos, primero sobre la ropa, pero luego meti mi mano debajo de la polera y sentí sus tetas duras, Jimy fue más directo y metió su mano entre las piernas y como no tenía calzones rapidamente acarició su coño directamente. La profe decía cosas calientes mientras la tocabamos.
Los manoseos en la parte trasera del vehiculo fueron en aumento, yo ya le estaba mamando las tetas a la profesora, mientras ella le abria todas las piernas a Jimy para que le incrustara los dedos en su raja, asi también ella ya había bajado el cierre de nuestros pantalones y masajeaba nuestras vergas erectas. Alberto, quien conducía, ya había notado todo y volteba de vez en cuando la cabeza para vernos con el reflejo de la luz publica de la calle, ya que todo estaba oscuro.
En eso Alberto avisó que estabamos llegando a la casa de la profesora, lo hizo por seguridad, ya que ella era casada y el esposo podia estar esperandola. Paramos el auto frente a la casa, le compusimos su polera y su falda, que ya estaba muy arrugada. Ella caminó bien del auto a la puerta, pero aún asi estabamos a su lado por cualquier cosa. Tocamos el timbre, pero ella rapidamente nos indicó que su marido no estaba en casa, que estaba sola y que buscaramos la llave en su bolso. Eso nos puso más cachondos a todos, más de lo que ya estabamos.
Pasando el umbral de la puerta y comenzamos los tres a “meterle mano” a la profe Julia, mientras uno le besaba los labios, otro masajeaba sus tetas y un tercero exploraba con su mano la raja peluda de ella. Alberto preguntó a la profe donde estaba el dormitorio, ella señalo con una mano una de las habitaciones, casi cargada la llevamos a la cama, estabamos como perros salvajes en celo. La tiramos en la cama y casi le rompimos la ropa para dejarla desnuda, se podía oir la respiración alterada de todos nosotros, incluyendo a la profe Julia, Jimy fue el primero de nosotros, que se quitó el pantalón, y le puso su verga en la boca a la profe que la tomó con sus manos y comenzó a succionarla, -que verga tan rica tienes!- le decía ella viendolo a la cara y metiendosela entre sus labios.
En mi caso, le abri las piernas, su coño peludo quedo con los labios abiertos frente a mi, eran morenos oscuros, su clítoris era fácilmente observable, con la calentura que yo tenía me lance sobre su coño y lo empecé a mamar deseperadamente; Alberto se encargaba de chuparle y apretarle las tetas. –Ayy, ayy que rico chicos, como me lo hacen chicos!!- gritaba la profe Julia a todo pulmon, -sigan, sigan, asi, asi!- decía para luego emitir varios gemidos. No cabe duda que el efecto del licor la había liberado y puesto muy caliente. Ya que como dije nunca en mi tiempo de conocerla, pensé que ella fuera capaz de joder con tres de sus estudiantes al mismo tiempo, la profe Julia que siempre fue recatada para actuar aunque no lo era para vestirse.
Le meti dos dedos al coño de la profe y la empece a pajearla fuerte, ella gemía como toda una puta, pidiendo más y más, diciendo que todo estaba rico, de la calentura le clavé otro dedo en la raja, o sea que ahora eran tres dedos metidos en su mojado agujero. Jimy jadeaba de los chupones que la profe le daba en la verga y en sus cojones. En su caso, Alberto jugaba poniendole y friccionando su verga en sus pezones oscuros. Tomé la decisión de erguirme sobre ella y poniendo mi pene en su vagina la penetré con fuerza, le meti más de la mitad al primer intento, su raja era un charco de jugos vaginales, la empecé a follar duro, tanto que ella no podía meter bien la verga de Jimy en su boca. Alberto paró su manoseo de tetas para observar como yo la jodia.
Alberto estaba con una mirada muy caliente, casi me gritó –me toca!!- y me hizo a un lado, el se colocó entre las piernas de la profe y la clavó con decisión, luego comenzó a moverse sobre ella follandola con fuerza. Alberto pujaba cada vez que se la metía, asi era la fuerza que utilizaba para cogerla. La profe cerraba los ojos y gemía, siempre diciendo cosas. Al poco rato, fue turno de Jimy y también la penetró, en ese momento yo tomé su lugar y le puse mi verga en su boca para que me la mamara.
Al rato la pusimos en cuatro, Alberto se puso adelante para que ella se la chupara, yo me puse atrás, el culo de la profe era increíblemente lujurioso, dos hermosas carnes morenas duras, el orificio de su ano era oscuro, su raja brillaba de los jugos intimos que la impreganaban. Cuantas masturbaciones se habían hecho en honor a este culo, pensaba yo, cuantos estudiantes durante años, en su pubertad, se lo habían jalado imaginandolo, ahora yo lo tenía enfrente a mi merced, fue asi que me pasó en la mente joderle el culo, al fin ella estaba medio borracha y no pondría resistencia y bueno no importaba aunque si pusiera.
Puse mi rigido miembro en su culito arrugado, fui empujando lento, ella hizo una mano hacia atrás, no se si para detenerme o para que me fuera despacio, solo sé que no me importó nada, mi glande abrio su orificio estrecho y habiendo ganado eso, lo empujé más para meterle parte del tronco, ella gimió, un poco de placer con un poco de dolor. La tomé de sus caderas y le dejé ir el resto de mi verga en su culo, me detuve a descansar un pequeño rato, mientras mi carne se acomodaba en sus intestinos, pude sentir que ella relajó su esfínter, eso me presionaba menos la verga. Luego me puse a metersela y sacarsela, lentamente, no era yo un experto en el sexo anal, pero era la mejor follada de culo que yo estaba dando, su ano me apretaba diferente la verga, en ocasiones me daba más placer que una vagina. El solo hecho de joder ese agujero con tremendas nalgas a los lados, me excitaba demasiado. Le di una buena fajada, la cogi concentrandome en cada vaiven, fue sensacional.
Jimy que había estado viendo detenidamente como yo le había partido el culo a la profe Julia, se puso a mi lado y en su cara reflejaba que queria tambien culearla por alli. Le dije que me dejara un rato más, pero su insistencia teminó por dejar que lo probara, la verga de él era tal vez más corta que la mia, pero era más gruesa. Cuando se la saqué a la profe su recto parecía un tubo de cañería, eso facilito que su culo se tragara la verga gruesa de Jimy, quien se la metió hasta los cojones. La profe Julia se quejaba de la culeada que le empezó a dar Jimy.
Alberto ya se había dado cuenta de todo, su verga estaba en la boca de la profe. –Compañeros!, cojamola por los dos lados!!- diciendo eso y acostándose boca arriba, Jimy se la sacó del culo para que ella se montara a pedido de Alberto, la profe se montó sobre él y se clavó la verga en su raja, luego Jimy se puso por atrás, yo viendo toda la maniobra, y él la metió en el culo de nuevo, la profe Julia estaba clavada por ambos orificios, solo en videos porno había visto eso, y era excitante. Me masajee la verga viendo aquel cuadro. Ahora fui yo quien casi empujó a Jimy para que me dejara participar en esa doble penetración, el culo de la profe estaba dilatadisimo, fue fácil metersela ahora, me sujeté de sus nalgas y se la metí hasta el fondo. Asi estuvimos gimiendo y quejándonos en esta brutal penetración.
Al rato, nos cambiamos de lugares, Ahora me tocó estar abajo y la profe se metió mi verga en su gruta mojadisima, y fueron Alberto y Jimy quienes se turnaban para cogerla por el culo, esta vez Jimy fue el primero que se vino a chorros, y fue dentro del culo de la profe, Albeto le increpó porque lo había hecho, ya que le daba asco meter su verga en un culo con semen. Asi que fue para que la profe se lo mamara, yo ya estaba por terminar también, emití un quejido y un chorro de esperma fue depositado por mi en la raja de la profe Julia. Me quedé siempre abajo esperando que Alberto terminara a través de la felación que le daba la profe, por fin ella lo hizo terminar y su venida fue en su boca y en sus senos. Todos estabamos sudados, empapados, mojados, satisfechos.
Todos nos acostamos en la cama, en eso la profe se levantó para ir la tocador, cuando caminó delante de nosotros nos mostró de nuevo todos sus atributos femeninos, un gran trasero adornado por buenas nalgas, su caminado era un poco desbalanceado, su figura casi atletica se desapareció cuando cerró la puerta. –Larguemonos de aquí!!- fue lo que dijo Alberto, -alguien puede venir y nos va a joder!- nos vestimos a cien por hora, antes de que saliera del baño la profe. Corrimos al auto, aún vistiendonos, Alberto puso el motor en marcha y salimos de allí. Mientras nos alejabamos, alguien mencionó que nadie podia decirnos nada, ya que eramos graduados y ya no veriamos de nuevo en el cole a la profe.
Dos meses después, vi a la profesora Julia de la mano de su marido en un centro comercial, llevaba puesto un pantalón blanco apretado que resaltaba su buen trasero. La saludé, pero ella volteo su cara al verme, su marido se me quedó viendo un momento con desprecio. Pensé que él no se imaginaba que su mujercita se tragó cinco vergas la noche de graduación del año anterior y que yo probé su raja y su rico culo hasta en cansancio. –Idiota cornudo!-.
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