La vida de Catalina tercera parte
Espero les guste .
La vida de Catalina parte 3
Despues de lo sucedido el día viernes y de la riquísima cogida y desvirgada que le dio el viejo José ala sabrosa colegiala.
Catalina se encontraba en su habitácion el día domingo descansando en su camita cuando escucho la voz de sus padres diciéndole que se dirija hacia el super hacer las compras del día para tener de todo en su casa. Ya regresamos hija te levantas y desyunas le dijeron sus padres o lo que Catalina les respondía esta bien ya lo hago, y así se fueron los padres de Catalina dejando a la colegiala sola en casa.
Catalina ya levantada En su cuarto, solo cubierta con una toalla que se atoraba a la altura de sus pechos peinaba cuidadosamente su cabello como cual princesa, algunas gotas de agua aun cubrían ese perfecto cuerpecito y resbalaban hasta perderse en medio de sus amamantables senos, veía sentada frente a su espejo la hermosura que la naturaleza le había regalado, admiraba como todo su cuerpecito era un claro ejemplo de la femineidad en toda su expresión, se levantó y desprendió de la toalla frente a su espejo quedando completamente desnuda, no sabía porque pero sentía la necesidad de admirarse desnuda, de estar desnuda, de caminar por todo su cuarto desnuda, veía ruborizada como su imponente cuerpo de hembra desarrollada era adornado con una carita de niña todavía, esta vez ponía especial atención a sus curvas, una por una eran repasadas por sus hermosos ojitos, miraba su cuerpo desde sus pies hasta su cabello y comprobaba que ya era toda una mujer y más después de lo que había vivido con anterioridad.
Entonces meditó un poco la situación, si ella que era tan hermosa porque se había entregado por primera vez a un viejo habiendo tantos galancitos detrás de ella “porque lo hice” se preguntaba la nena recordando que su sello de garantía ahora estaba roto y mirando alrededor de su cuarto veía como este era adornado por posters de grupos juveniles cuyos integrantes todos atractivos no tenían nada que ver con el viejo que robó su virginidad.
Se decía que esto no era normal, no era muy común que una jovencita como ella tuviera su primera relación con un hombre ya pasado en años y muy feo (pues la nena reconocía que el viejo estaba feo.
La siguiente semana resultó normal para esta niña, creía prudente el hecho de no acercarse mucho al viejo aunque ganas no le faltaban, y su conchita no se aplacaba cada que lo veía, así es, la conchita de Catalina increíblemente se mojaba al ver a ese viejo “¿Por qué me pasa esto” pensaba la nena, sin embargo las miraditas entre estos dos ya sea a la hora de entrada como de la salida eran constantes y cómplices, Don jose de vez en cuando le hacia la seña de silencio a la chiquilla mientras esta asentía con la cabeza, además era muy difícil que Catalina se pudiera acercar al viejo, siempre estaba acompañada de su amiguita o de alguna otra compañera sin mencionar la cantidad de mocosos atrás de ellas, sin embargo era esta primera amiguita la que también llamaba la atención del vejete.
Si bien tatiana la amiga de Catalina presentaba un cuerpo y rostro más infantiles que Catalina, su floreciente cuerpo auguraba unas buenas curvas que conformarían a futuro otro imponente cuerpo de hembra que nada envidiaría al de su desarrollada amiga, además de su rostro hermoso y risueño que ya empezaba adornar como toda una mujercita.
Fue hasta el jueves en la noche después de la práctica de basquetball que el viejo tuvo nuevamente la oportunidad de toparse con la nena, Catalina salía junto con el resto de sus compañeras sin embargo ella era la única que se desviaba hacia esa dirección ya que su casa se encontraba a lo largo de esa calle en donde también se encontraba la librería del viejo, caminaba muy nerviosa, sus suaves y delicadas manitas sudaban y fue cuando pasó enfrente del negócio que descubrió que esta se encontraba cerrada, la nena siguió en su camino pero apenas e iba a llegar a la esquina de la cuadra cuando alguien la abordó.
-hola Catalina a dónde vas tan solita?- era el viejo José nuevamente quien la estaba espiando cuando saliera y la había seguido hasta esa distancia.
-eeee, hola Don José , como ha estado?- respondió Colegiala quien retrasaba su andar, como si la nena quisiera que el viejo la alcanzara al tiempo que una risita traviesa adornaba su rostro y una sensación de nervios la invadió en todo su esplendoroso y sabroso cuerpecito.
El viejo la alcanzaba mientras se recargaba en la barda, se notaba terriblemente agotado, a pesar de que solo trotó media cuadra parecía como si hubiera logrado terminar algún maraton sin hacer mención de la humedad sudorosa que brotó de su cuerpo y se veía reflejada en su rostro, brazos y toda la zona de su pecho, empapando su camisa, venia vestido muy elegante para la ocasión, una vieja camisa, un pantalón arremangado hasta sus rodillas mostrando sus flacas canillas y unas chanclas de pata de gallo mostrando sus peludos pies y uñas amarillentas, contraria la nena quien enfundada en su apretado uniforme deportivo lucía esplendorosa.
Luego de tomar aire el viejo continuo su andar junto con la nena, caminaban sueltos como un par de conocidos mientras el viejo le preguntaba que como le había ido, Don José no pensaba tocar el tema del desvirgamiento por miedo a incomodar a la nena pero era la misma chiquilla quien se trataba de repegar al viejo, casi rozando su cuerpo con el del vejestorio, de no ser porque pasaba gente el viejo ai mismo le daría una buena culeada.
Don José me va a acompañar a mi casa?- preguntó la nena curiosa pues veía que el viejo ya se estaba alejando mucho de su zona de residencia.
-siii, mija, porque?, te regañan?- preguntó el viejo aunque a el poco le importaba, le valía verga si regañaban a la nena, el solo le interesaba aquello que llevaba pegado entre sus muslos.
-no,- dijo la nena al tiempo que fue tomada del brazo por el viejo lo que la hizo detenerse, la pareja había llegado a un lugar propicio para que el pervertido viejo pudiera realizar su obra negra, el lugar consistía en un estrecho callejón muy oscuro.
-Catalina quiero platicar contigo pero en privado- dijo el retorcido viejo, su rostro era enfermizamente morboso, teniendo que limpiar su barbilla ya que cada que hablaba esta era impregnada por sus asquerosas salivas.
-jijiji,- la nena muy coqueta solo se reía, pero ya sabía a qué se refería el viejo con eso de platicar en privado, muchas veces había escuchado lo mismo de sus compañeros con los cuales esta nena se negaba porque sabía lo mano largas que eran, pero algo en su cabecita la estaba haciendo dudar un poco sobre si aceptar la propuesta un viejo pervertido, aunque ella se sintiera segura con él.
-que de que te ríes?- preguntó el viejo ahora tomando un mechón de su hermoso cabello enrollándolo entre sus viejos dedos, la nena volteó su rostro en señas de pena, le resultaba algo acalorante estar en presencia del macho que la desvirgó, ese atractivo espécimen y ejemplar de hombre.
-es que no se, nos pueden ver- dijo la nena girándose un poco sobre su propio eje a la vez que también comenzó a jugar con los mechoncitos de su hermoso cabello, el viejo en cambio ya tenía la verga al máximo, esta casi hablaba por que la liberaran, el viejo comenzó a babear tanto de su boca como de su cochino aparato al escuchar que la nena se delataba de que ya sabía lo que él quería, ya que ese “nos pueden ver” sencillamente era la respuesta a cuando se hace algo que los demás no quieren que vean.
-jejeje, no nos ven, anda, un ratito, unos quince minutos,- dijo el viejo desesperado y muy pero muy caliente, una de sus manos bajó hasta la cintura de la colegiala ella notó esto pero no le dio importancia dejando que el viejo nuevamente pusiera sus pervertidas manos sobre su atractivo cuerpecito, una señora gorda que pasó por ahí cerca visualizó la escena, puso cara de consternada pero al ver que la nena se movía provocativamente y cediéndole terreno a un viejo solo pero solo siguió su camino decepcionándose de la juventud de hoy en día, afortunadamente para Catalina no era ninguna conocida.
-no Don José , no puedo,- dijo la nena apretando sus carnosos labios uno contra otro para después morderse ligeramente el inferior, siguiendo un ademán con sus manos quitándose el calor que la estaba empezando a envolver.
-ora, un ratito,- el viejo demostraba ahora si con total descaro que no solo quería tener una simple platica con la nena pues una de sus manos tomo el elástico del shorcito de ella y lo comenzó a estirar, de esta manera podía ver el color de la ropa interior de ella ya que asomaba con cinismo su descuidado rostro tratando de ver más allá de lo que cubría esa delgada tela color melón.
-jijijijiji, me da pena,- dijo la nena quien ya se estaba calentando por la escena tan descarada en la que ella también era protagonista, unas ricas punzadas comenzaron a cosquillearle su panochita al tiempo que sus pezones se pusieron muy duritos esto por la adrenalina de ser vistos por alguien que advirtiera como una nena tan bonita como ella se dejaba que un repugnante viejo morboso le viera los calzones.
El viejo se atrevió a tomar la prenda interior de la nena y estirarla, con desvergüenza asomó su pervertido rostro solo para observar como empezaba ese exquisito y leve aconchamiento que se formaba en los labios vaginales de la chiquilla, ella en vez de darle una cachetada o quitar la mano solo se sonrojó y volteó para todos lados cuidando que nadie se diera cuenta.
-Don José , nos van a ver,- la nena hizo un gesto de separarse cuando vieron a lo lejos la sombra de otra persona dirigirse a ellos, sin embargo la distancia y oscuridad les favorecía para hasta ese momento pasar desapercibidos.
La colegiala algo exitada recordó también que su padres no estaría en casa esta noche y llegaría hasta el siguiente día ya que le había informado que se iría aver su abuela ala mamá de su papá ya que se encontraba algo enferma.
Entonces pensó y le dijo a don José no quiere venir a mi casa no hay nadie en casa mis padres salieron el viejo casi se desmalla al escuchar ala nena invitándolo a su propia casa donde se sentirían más cómodos así que el viejo le contestó
si pero esperemos a que pase ese que viene atrás- el viejo se refería a la persona que se acercaba hacia ellos.
Una vez que el metiche se pasó de largo la inusual pareja siguió caminado, Catalina iba muy nerviosa mientras el viejo ardía de lo caliente y casi se iba saboreando en su apestosa boca los deliciosos sabores agridulces de los jugos vaginales de la nena.
Estos siguieron caminado por toda la acera, platicaban de cosas normales y gustos personales pero el viejo no ponía atención a la nena a menos que fueran sus redondos atributos que tenían un delicioso rebote en cada paso que esta chiquilla daba, así como ese formadito trasero completamente apretado en un shorcito marino y que parecía lucir más levantado cada día y ni que decir esos labios, dignos de una experta mamadora y que no necesitaban de lápiz labial para verse rojitos, a todo esto el viejo se iba imaginando cuanta porquería con ella y tenía que hacer verdaderos esfuerzos para no arrojársele encima y comérsela ahí mismo en plena banqueta.
Llegaron al lugar prometido, al viejo se le hizo una eternidad pero al fin estaban ahí
mire Don José , esa casa de dos pisos, la verde con el portón blanco, ahí es donde vivo, ese corredor que ve ahí- señalaba la nena, -por ahí también se puede uno meter y sale al patio trasero de mi casa, atrás hay una barda algo alta y tiene vidrios arriba, pero hasta la esquina tiene un boquete, por donde luego me meto para cortar vuelta o cuando me escondía cuando jugaba a las escondidas con mis amigos- el viejo escuchaba como la nena le revelaba todo sobre su casa.
Ya estando enfrente asu casa Catalina empezó a buscar las llaves en su mochila y abrió la casa luego vio por todos lados que nadien viera que estaba con un viejo y le dijo pase adelante don José el viejo como supuestamente caballero le dijo pasa tu primero lindura pero el viejo solo quería ver ese tremendo culazo que se va iba comer en momentos.
El viejo se adentro a la casa vio todas la cosas de lujo que había dentro de esa casa era muy bonita y estaba muy arreglada nada que ver a su casa de él donde tenía una cama y un sofá que apenas servían.
Catalina vamos don José le enseñaré mi habitación y subieron al segundo nivel
Catalina nunca se imagino meter un hombre en su casa y menos un viejo y feo y su padres tampoco se lo permitiría pero Catalina y su exitacion pudo más y dejó que el entrará.
Luego de entrar ala habitación los dos amantes.
El viejo se puso manos ala obra para agarrarla del brazo, para atraerla nuevamente hacia su asqueroso y gordo cuerpo, capturando la estrecha y suave cintura de la colegiala entre sus viejas manos. Don José Acercando su apestosa boca para poder besarla.
Por otro lado, como el uniforme de deporte que usaba la colegiala era bastante delgado, podía sentir las dimensiones del enorme instrumento de carne palpitante sobre su virginal pubis, emanando un calor que le produjo agradables sensaciones ahí, donde le comenzaba a rozar.
El viejo acariciando la cintura de la nena con delicadeza, como tanto le gustaba a ella. Catalina se estremeció al sentir nuevamente esas viejas manos hacer contacto con su voluptuoso cuerpo, dejando escapar un leve suspiro de placer.
Ella estaba consciente de lo húmeda que estaba, no entendía cómo podía sentir tales sensaciones en una situación así, pero estaba caliente por cómo la estaba tratando don José que se mostraba más pervertido y cariñoso que nunca.
Como me calientan sus nalgotas mi niña uhmm… – Bajando sus sucias manos hacía las enormes ancas de la joven, comenzó a manosearlas como tanto deseaba, apretando y estrujando con fuerza los prominentes glúteos. Catalina: aaaah… Don joseeee dijo la nena gimiendo. -débilmente al sentir las manos del viejo estrujando sus pompis de manera tan lujuriosa y apasionada, aumentando más aquellas sensaciones de sentirse a merced del placer que desbordaba don José, que la estaba manoseando pero a ella le facinaba. Don José arrebatado por la calentura de estar apretando tan soberbias nalgotas, le comenzó a chupar el cuello pasando su fétida lengua como viejo verde buscando acrecentar al máximo la excitación de ella. Catalina: Uhmmm dooon jo…. Seeeeee… uuuh…. Mmmmmm. Aaaahhh… – la colegiala cerró sus ojos por el placer que empezó a generar la babosa boca del viejo chupando su sensible cuello, mientras se agasajaba como un maniático con sus posaderas, ella sentía su concha acalambrarse por cómo la tocaba ese viejo, aparte de ponerla cada vez más inquieta de sentir su enorme vergota tan cerca de su concha. El viejo soltó las esculturales nalgas. Pará empezar a subirle la blusita de deporte que tenía la niña Catalina solo levantó los brazitos para así facilitar al viejo poder despojarle su primera prenda los deliciosos melones de la colegiala se veía muy mamábles y el viejo la dejo con su ajustado top blanco que mostraba su hermoso vientre descubierto. Con autoridad y determinación le subió el top hasta dejarlo por arriba de los pechos, donde tuvo acceso para soltar el sostén con maestría logrando desnudar los enormes y sabrosos senos de la colegiala, que se mostraban agitados por la evidente excitación que ese viejo le generaba al mirarla con ese insano deseo de estar dispuesto a todo por satisfacerse, aparte tenía algunas gotitas de sudor que la hacían ver más deseable, producto de las fuertes emociones a las que le había sometido don José , no pudo evitar que sus pezones se pusieran como rocas frente a los ojos del abusivo viejo. Don José : Tremendas tetas que te gastas mi niña tetona, mira esos pezones como piden ser mamados!! Catalina: Don José siiiiiii!… Aaaaah!… aaah!!… Uuhh! Siiiii mamamelossss ahhhhh-Gritó
No mas dijo eso la colegiala no mas sintió a don José lanzarse hacia sus desnudos senos como un goloso desquiciado, la boca del viejo comenzó a chupar con gula los melones de ella, pasando su apestosa lengua por la exquisita piel de sus pechos, llenándolos de su hedionda saliva por todos lados. El arrebatado viejo las devoraba e intentaba meterlas en su boca
Era un espectáculo ver como el viejo se estaba dando el festín de su vida con los melones de la colegiala, le chupaba los pezones como un bebé hambriento, succionando y mordiendo, no podía creer las tremendas tetas que estaba chupando, aparte de estar grandes, la joven las tenía bien puestas y duras. Catalina se estremecía de placer por la asquerosa boca que chupaba sus senos con tanto desenfreno, el viejo estaba como un demonio embelesado mamando sus senos, y bien agarrado a sus portentosos glúteos. Catalina: Uhmmm dooon… uhmm siiiiii… Uhmm don joseee!! Hayyy… queeee ricooooo.. Uhm siiiiii.. Papiiiiiiiii.. Aaahhh mmmmmmm.., ay ay, aaaah!…
Don jose: Que rico chuparle las tetas mi niña… Mire que enormes y duras son!! Catalina: siiiiiii verdad le gustannn…… Don José … aaaahhh. El viejo siguió deleitándose con los senos de la joven por cerca de un minuto, dándose cuenta como la chica daba una risita de excitación y felicidad al ver al viejo como le mira sus senos, Don José por la comida de tetas que le estaba poniendo, así la fue llevando hasta dejarla contra el mueble de su recamara donde tenía sus pinturas y el espejo don se veía todos los días…..
Catalina se estremecía de las increíbles sensaciones que atacaban su cuerpo estaba muy excitada y caliente. La pobre respiraba agitadamente viendo la pervertida sonrisa de Don José clavada en su entrepierna, apreciando como la calza marcaba su inmaculado triángulo. Don José : Que melones más sabrosos, no sabes como deseaba chuparte las tetas pendeja puta! Catalina se sorprendió internamente por como el viejo se estaba refiriendo a sus babeados senos que se sacudían ante su mirada, y más aún por cómo le estaba llamando jamás la había llamado así pero su excitación y calentura dejara que la llamara así como una simple ramera.
Catalina le generaban sensaciones aún más intensas y placenteras producto del morbo de sentirse atraída por ese repugnante viejo caliente, que jamás tendría oportunidad de estar con una joven con el cuerpo como ella.
Las manos del viejo se deslizaron nuevamente hacia sus posaderas para seguir manoseándolas con violentos agarrones, volviendo a atacar el cuello de la nena pasando su lengua para saborearla y hacerla estremecer. Catalina: Uhmmm D-don joseeeeeee… qieee ricooo me agaraaaaa mis nalgas siiiiiii mmmmmm así me gustaaaaa.. Yo… quiero.. Es-estar con usted uhmmm…
El viejo al escuchar como la niña se calentaba más y más por su manoseos y las lamidas de cuello que le estaba propinando.
Don José : Uhmm pendeja puta, déjame verte bien tu calzon que te pusiste para calentarme… El viejo la agarró del brazo para girarla y dejarla de espaldas, haciendo que ella se fuera hacia delante del brusco movimiento, obligándola a apoyar sus manos sobre su mueble para equilibrarse, momento que el viejo aprovechó para agarrarla fuerte de la cintura y como aquella vez que la tenía contra la pared de su casa donde la desvirgo por completo. le apoyó la panza sobre la espalda haciendo que las enormes nalgas se alzarán dentro de aquellas nalgas Catalina: aaaahhh doon jo…. Seeeeee… – Suspiro de placer al sentir como el viejo la apretaba fuerte de la cintura, mientras le incrustaba la verga entre sus nalgotas. Don José: Uhmm eso mi niña, como estábamos el otro día, se acuerda, cuando me la culie en mi casa … – Le dijo al oído con una sugestiva voz llena de provocación. Catalina se estremecía internamente de las cosas que le decía el viejo, mientras podía sentir la agitada respiración del vejete y el intenso calor que emanaba de su verga, que se había enterrado entre su short y su calzon se le había metido entre su Tremendas nalgotas haciéndole sentir toda la dimensión de esos 21 centímetros de carne gruesa llena de venas, que se empezaba a mover descaradamente entre sus abultadas pompis. Don José La apretaba deliciosamente de la cintura como tanto le prendía, retorciéndose entre las manos del vejete, mientras este apoyaba su escultural trasero que ella mantenía alzado para seguir sintiendo la vergota del viejo deslizarse por su canal trasero, que la deslizaba desde abajo hacia arriba, rozando cada vez más su empapada vagina. Ese hombre le estaba haciendo sentir cosas demasiado ricas para la joven Don José aprovechó que el top de la joven estaba arremangado por sobre sus pechos, para acercar su apestosa lengua a lamerle y chuparle la espalda, produciendo que la colegiala quebrara de placer. El viejo lamió su desnudez y se engolosino con la juventud y suavidad de la tersa piel, no pudiendo evitar morderla cuando se desesperaba. Catalina : Aaaaahhh!!! Uhm! Uhmmm..siiiii mmmmmm…. . Don José llevó sus manos a los macizos muslos de la joven para manosearlos con depravación, se los apretaba con toda la calentura que sentía de estar manoseando tremendas piernotas, pero sobre todo apoyar las enormes nalgotas, que tan caliente le ponían la verga. Catalina: Aaaaaay!! Uhmmm don joseeee … ay ay, uy, aaaahhh!!… – Esta vez la joven gimió más fuerte producto de los mordiscos que le propinaba el arrebatado viejo que estaba desbordando toda su lujuria sobre su cuerpo. Don José: Uhmmm mi niña… Tan tetona y nalgona que me salió, que ganas de adoptarla para emputecerla y hacerla adicta a mi verga. El viejo se movía como si se la estuviese culeando mientras no cesaba en atacar la desprotegida y desnuda espalda de la joven, sin cesar los apretones a sus robustas piernas, gozaba de sentir como Catalina le paraba aún más el culo cuando arremetía con su boca, llevando sus perversas manos hacia los bordes de la ajustado short que protegía su anatomía inferior. Catalina: Uhmm don joseeee ahhh ahhh .. Que ricooooooooo la joven movía más el culo con señal aque le bajara de una ves su short si poner resistencia alguna… Una corriente sacudió todo el cuerpo de la nena al sentir como el viejo empezaba a bajar la ajustada prenda buscando desnudar su trasero. Catalina Uhmm siiiii ahhjj aahhhhj me gusta como me domina ahhhhhj d-don J. Joseeee..
Don joseee con sus manos comenzó a bajar el short de la nena con algo de trabajo por lo ajustadas que estaban, lo hacía lento para disfrutar al máximo el momento de desnudar el enorme trasero, que se comenzaba a desbordar a medida que iba siendo descubierto, expandiendo las enormes proporciones de los glúteos de la chica, que parecían estar desnudos por el diminuto calzón que usaba. El viejo le bajó el short hasta las rodillas usando la elasticidad de la prenda para capturar los macizos muslos entre sí. La cara del viejo, era de depravación total, no podía creer el tremendo pedazo de culo que se gastaba, más aún por el clazon que estaba usando la muy puta, que si no fuera por los laterales parecía estar desnuda, ya que el hilo se perdía totalmente entre las enormes nalgas de la joven.
Ella por su parte no se aguantó las ganas de voltear su cara para observar el pervertido rostro del vejete mirando su enorme trasero con insano deseo, con esa calentura enfermiza que tanto la provocaba, podía sentir la lujuria del viejo quemado su piel. Don José: Pero si esto no te cubre nada puta de mierdaa!!… – Agarrando el hilo entre sus dedos lo jalo hacia arriba, haciendo que se le incrustara de manera vulgar en sus pompis, pero sobre todo en la concha.
El viejo cada ves más la empezaba a tratar como una puta cualquiera ala joven como que no le importara nada de eso ella disfrutaba mucho como él viejo se refería a ella ese trato de macho alfa.
El viejo llevó una de sus manos, pasando sus viejos y toscos dedos por los babosos y delicados labios vaginales, donde comprobó que la joven tenía la concha completamente empapada. Catalina: aaahhh que ricolooo D-don joseeeee!! Uhmmm siiiiii… Aaaaahhh!! Uhmmm!! -Estremeciéndose completa al sentir los agrietados dedos hacer contacto directo con su escarchada vagina, el viejo había pasado los dedos por debajo del hilo, enredando sus asquerosos dedos entre los viscosos labios vaginales, palpando la humedad que ahí reinaba. Don José: Uhmmm que ricooo mamiiii te gusta estar conmigo!? Mira cómo estás de mojada pendeja puta!!! ahora sí te voy a culear toda. – El viejo no podía creer que Catalina estuviese tan mojada, la siguió pajeando con más ganas, mientras su otra mano comenzaba a sobar el desnudo trasero, Catalina : Aaaah!!! Uhmmm!!! Ay!! Uy! Don J-joseee!! Aaaaahhh!! – Ella no podía más, gimió cerrando sus ojos con su boca entreabierta, para disfrutar el enorme placer que le estaba haciendo sentir el viejo con sus asquerosas manos, nunca la había masturbado un hombre, era un placer descomunal, que sentía. Angie apretaba sus muslos entre sí de la desesperación, parando aún más su soberbio trasero para el deleite del viejo, que pudo sentir cómo las enormes nalgotas se abrazaron a su vergota, quedando totalmente atrapada entre esas montañas de carne.
el viejo tomó el hilo de la joven y se lo fue bajando hasta llegar donde estaba su short de deporte.
Ella apoyó sus manos sobre el mueble empujando su enorme trasero con fuerza contra el cuerpo de Don José , logrando que este se fuese un poco hacia atrás del brusco movimiento, y que el dedo que la penetraba quedará totalmente incrustado en la profundidad de sus glúteos. Don José Uhmmm… te voy hacer mi puta pendeja culona!! Catalina: aaaahhh!! Aaaahhhh!! D-doon J-joseeee!!!. Aaaahhh!!! Si! Si! Uhmmm quiero ser suya! Otra vez zzz Quiero ser su PUTA DON JOSEEEE!!!! Aaaahh!!!… Aaaahhhh!!… Uhmmm p-paaapi me vengoo!! ni ella sabia lo que decía hasta ella misma se trataba como una puta-
Ella comenzó a venirse en un bestial orgasmo que la sacudió llenándola de poderosos estremecimientos, que le hicieron arquear su espalda y menear su enorme trasero de manera endemoniada. Don José sonrió placenteramente por las palabras y movimientos de la joven sin dejar de meterle el dedo con fuerza por el culo, llevó la mano que manoseaba la empapada concha, para acercar su dedo índice a la boca de la. Colegiala, que se encontraba entreabierta por los gemidos que lanzaba. Ella que se estaba viniendo deliciosamente con los ojos cerrados sintió el regordete dedo en la entrada de sus labios, esta vez no se lo pensó y abrió su boca para comérselo completo, sintiendo la textura del agrietado dedo con sabores de su propia concha en el paladar. Catalina : Uhmmhh!!! Uhmmmhh!! Ummmmm!!!… -Se enardeció tanto que no dudo en comenzar a chupárselo de manera ansiosa apretando sus labios entre fuertes gemidos que se ahogaban en su propia boca. La joven se desplomó sobre el mueble haciendo a una lado todas sus pinturas y cremas después del brutal orgasmo, el viejo dándose cuenta que era el momento para culeársela, retiró sus dedos de los respectivos orificios que penetraban, para agarrarle los cachetes y abrirlos con fuerza apreciando el dilatado y enrojecido ano.
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