La vieja
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Checho.
Era una noche de verano y me encontraba tomando una copa, solo, en un bar donde el levante era habitual y las edades oscilaban de 20 a 50 años. En esa epoca vivia con 2 amigos en una vieja casa, donde todas las habitaciones daban a un patio en comun.
Esa noche estaba sentado en la barra tomando un Gancia y una mujer de unos 45 años se sento a mi lado. Sus ojos estaban llorosos y no se la veia bien. Con ropa un tanto suelta, la blusa dejaba ver sus pechos, que eran grandes y tostados por el sol. Su pelo era dorado y tenia una boca muy sensual.
Al rato de estar sentados juntos le pregunte si se sentia bien, a lo que contesto que estaba aburrida y harta de estar sola. Tal confesion me dejo atonito y le pregunte si me queria contar lo que le sucedia con mas lujo de detalles, a lo cual accedio. Me dijo: "Estoy cansada de que mi marido salga por las noches con sus amigos y me deje sola en casa como un trapo viejo. Por eso estoy aca tratando de distraerme un poco. Creo que estoy bastante bien como para que me esten cambiando por mujeres mas jovenes que no saben nada de la vida".
Ahora si quede paralizado sin saber que decir, pero al instante se me ocurrio algo y le dije que era una mujer muy hermosa y que no merecia eso, que yo le proponia una noche mejor y que si queria nos podiamos ir de alli para charlar mas tranquilos. Ella accedio.
Como se pueden imaginar, con mis 22 años no tenia auto pero ella si. Salimos del bar y nos dirigimos a un Mercedes de pelicula. Cuando llegamos me dio las llaves y me dijo "Manejas vos". "¿Donde queres que te lleve?", le pregunte."Adonde quieras", dijo. Y encare para mi casa.
En el camino podia ver sus piernas perfectas a traves de una pollera muy corta que dejaba ver el final de unas medias caladas de color negro que solo se sostenian por un portaligas. Para ese momento estaba al palo y ella lo noto. Comenzo a acariciarme la cabeza con sus finas manos, que terminaban en unas uñas de color violeta, y en un momento se acerco a mi oreja y la comenzo a lamer con una pasion descontrolada. Eso me puso doblemente al palo. Con la otra mano comenzo a tocarme el bulto, masajeandolo con la palma de arriba hacia abajo. Yo ya estaba enloquecido y trataba de manejar y no perderme nada al mismo tiempo.
Mi mano llego hasta sus faldas. Acariciando las piernas llegue hasta la concha, que estaba jugosa y caliente. Mientras me violaba la oreja con su lengua, su mano abrio el cierre de mi pantalon y extrajo mi verga, acariciandola con una suavidad que a punto estuvo de hacerme eyacular. De repente bajo su cabeza y comenzo a chuparme la pija lentamente, acariciandola con su lengua, hasta que no pude mas y la acabe en la boca llenandola de leche. Ella, en ese momento, saboreo mis jugos y se los trago sin decir nada mas que gemidos de placer.
Mientras acababa y ella me limpiaba con su lengua , apreto mi mano, que estaba en su entrepierna, con tal fuerza que pense que me la rompia al mismo tiempo que frotaba sus piernas descontroladamente. Guardo mi pija, se incorporo, saco de la cartera un pañuelo y se limpio. Luego se acerco y me beso, dejandome el mismo gusto a leche que ella tenia en su boca.
Me pregunto cuando llegabamos porque tenia ganas de cogerme toda la noche y no aguantaba mas. Dijo que esto solo era una muestra gratis de lo que su marido se perdia por no estar con ella. Me pregunto si vivia solo, a lo cual respondi que eramos tres y que los otros estaban de joda. Momentos despues llegamos a mi casa. Me fije que estuvieramos solos y entramos.
Ya adentro, ella paso al baño y yo me puse a preparar un ron con hielo para entonar aun mas la noche. Cuando salio, tenia la blusa desprendida y se confirmaba lo que habia visto: dos pechos enormes que rebasaban el corpiño de lo apretado que estaba. Se acerco y me beso, metiendo su lengua hasta la garganta. Tomamos el ron de un trago y nos fuimos a mi habitacion, que era la primera de las tres, llevandonos la bebida espirituosa.
Puse musica suave y bailamos lentamente, manoseandonos sin dejar ni un lugar por explorar. Comenzamos a desvestirnos y la puse de cara a la pared dejando su espalda al descubierto, la cual terminaba en una bombacha de encaje muy pequeña que dejaba ver sus muslos firmes y su piel tostada.
Mi lengua hizo todo el trabajo, desde la nuca hasta su culo la chupe por todos lados. Cada vez que cambiaba de direccion la lengua, ella gemia y se estremecia mostrando lo excitada que estaba. El espasmo mayor llego cuando baje su diminuta bombacha de encaje y le comence a chupar la raya del culo alternando con mordiscones y pequeños golpeteos en sus muslos. Estaba entregada y en su maximo relajo. Cualquier cosa que hiciera se dejaria, y eso era una ventaja.
Me pare detras de ella y comence a frotar la raya de su culo con mi pija y a decirle cosas como "tu marido ahora esta con otra pendeja que le chupa la pija y se deja coger por todos lados, le chupa las tetas y…". Eso la puso mas loca, se dio la vuelta y comenzo a chuparme la pija enloquecida, apretando mis nalgas y gimiendo hasta que se paro y me pidio por favor que la cogiera porque no podia mas, que queria ser como esa pendeja que se estaba cogiendo a su marido y que no le importaba lo que le pudiera hacer esa noche.
En ese momento la puse en cuatro patas sobre la cama y la penetre con toda mi fuerza, cabalgandola descontroladamente. Ella me pedia mas y en cada embestida la metia hasta el fondo, chocando contra el final de la vagina, a lo cual ella respondia con gritos de dolor y gemidos de placer.
Cuando estaba a punto de llenarla de leche se la saque, le chupe la concha, que estaba toda mojada, y la puse boca arriba pidiendole que me mirara a los ojos. Cuando la penetre vi su cara de placer, y su boca me susurraba "mas, mas". La cara de puta que ponia me llevo a lo maximo y le llene la concha de leche al mismo tiempo que gritabamos y ella tenia otro de los tantos orgasmos.
Despues de ese momento cumbre nos tiramos en la cama y nos manoseamos mutuamente. Sus tetas eran perfectas. Se notaba que hacia top less porque estaban tostadas por igual. Sus pezones eran enormes y duros.
Prepare otro ron y continuamos bebiendo y hablando de boludeces. Por el cuarto ron ella ya estaba bastante mareada y comenzamos el acto sexual nuevamente, pero… ya no estabamos solos. Mis dos colegas habian llegado y ella no lo habia notado. Se fue para el baño y tuve la oportunidad de hablar con mis amigos y contarles lo ocurrido.
Cuando regreso en estado de ebriedad le propuse un juego: hacerlo con la luz apagada. Y ella accedio. Nos tiramos sobre la cama y comenzamos a manosearnos. Nuestros cuerpos comenzaron a transpirar y eso hacia que el placer aumentara. De repente, sin que los viera, mis amigos entraron y apoyaron lentamente sus manos sobre su cuerpo, estremeciendolo, y ella, en su borrachera, solo se excito mas y no dijo nada.
Despues de varios segundos de franeleo susurro "me gusta cuando somos mas de dos" y esa fue la gota de leche que reboso nuestra calentura. Los tres sobre ella la toqueteabamos y solo decia "mas, mas" gemidos. En ese momento, uno de mis amigos, Juan, le ofrecio la pija y ella se la comenzo a chupar de una forma brutal, con largos movimientos de cabeza que recorrian toda su ereccion.
Martin, por su parte, la giro, la puso a cuatro patas y comenzo a chuparle el culo y la concha, empapando toda la zona con su saliva. Yo me dedique a mirar como mis amigos la tenian en jaque por todos lados y asi pude descansar un poco para poder continuar esta noche de sexo.
Despues de ensalivarle bien el culo, Martin la puerteo con sus dedos y ella se quejo y le pidio que lo hiciera despacio, que era estrecha, a lo cual el replico con dos dedos que entraban apretados y taladraban su oscuro agujero. Habiendo abierto camino, la tomo por las ancas, le afirmo la pija en el agujero y, de un solo empujon, la penetro sin piedad. Ella grito de dolor y de placer a la vez y pedia mas mientras chupaba la pija de Juan con una habilidad inusual.
Embestida tras embestida, estaba siendo ensartada como brocheta por todos lados, hasta que Juan, en su punto maximo, grito de placer y acabo en su boca, como hacia un rato habia hecho yo. Sin dejar caer una gota, ella se trago toda la leche y le lamio la pija hasta dejarla seca. Exhausto, Juan cayo sobre la cama. Ella me miro y me dijo "quiero que me cojas por el culo", y no tuve mas remedio que aceptar.
Martin saco la pija y se puso de espaldas en la cama. Ella se monto sobre el y se metio la pija en la concha a la vez que, con la mano, me llamaba para que la penetrara. Esta era una sensacion nueva para todos ya que nunca nos habia pasado esto de coger por el culo y la concha a la vez. Pero parece que para ella no era la primera vez.
Me monte como un perro y la comenzamos a coger. Estabamos como locos. Ella gritaba y nosotros tambien, hasta el punto de que nos descontrolamos y ella pedia mas fuerte. Yo la tenia metida hasta el fondo y no la tengo muy chica que digamos, y Martin la metio hasta el fondo y no se la sacaba. Juan, que miraba, comenzo a chuparle las tetas y a morderle los pezones. Era toda una maraña de cueros hasta que, entre gritos y espasmos, acabamos casi todos juntos llenandola de leche por todos lados.
Exhaustos y tirados en la cama, los tres nos quedamos quietos mientras ella se chupaba la leche que tenia por todo el cuerpo, hasta que nos quedamos dormidos en la cama. Cuando me desperte, casi de dia, solo eramos tres y ella ya no estaba. Digo ella porque nunca supe su nombre y jamas la volvi a ver. Siempre que cuento esta historia la nombro como "La vieja".
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