Las hijas de Nestor 4
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por porqueria15.
Las hijas de Néstor 4.
(la escena se retorna a la casa de Néstor, el hombre se encuentra sentado a la orilla del sillón y con la boca abierta sigue con precisión la historia que está narrándole su compadre Gregorio)
– Y bueno, Néstor, el resto es historia, ahora ya lo sabes, Rosmary es una prepago, y yo soy su padre y su padrote.
– WOOW… compadre, estás hablando en serio? – le respondí.
– Muy en serio compadre, con eso no tengo porque mentirte, desde hace 6 años que mi nena ha estado forrándose de dinero y a mí también.
– Eso explica que no te afecte tanto las temporadas bajas del ganado.
– Bueno, si en parte.
– ¡En parte!, y … Rosmary … te la has cogido? – atine a preguntarle, más movido por el morbo de la respuesta que por mi sorpresa inicial.
– Pues ya que te estoy contando la verdad, pues … si, casi desde el principio, resulto que mi nena me llevaba ganas, pero eso te lo cuento otro día.
– me dijo recostándose en el sillón con una mirada como si recordara algo delicioso.
– Ahora tú me dirás – me dijo.
– ¿Qué? Yo no tengo nada que decir compadre.
– le respondí rehuyendo la intención clara de la pregunta.
– No te hagas el pendejo Néstor, me refiero a lo que platicamos al principio de que te contara todo, ¿estarías dispuesto a que tus hijas te ayuden?
– ¿Queeee? Ja ja ja, noooo, como vas a pensar… son mis nenas, ¡jamas las obligaría que hicieran algo como eso! – le respondí
– Mmm compadre….
Creo que no conoces bien a tu familia… – me dijo muy despacio.
En ese momento se abrió la puerta y entro Betania como una exhalación, corriendo saltando y se abalanzó sobre mi abrazándome, momento en el cual sus piernitas expuestas por el short de lona se quedaron en mi regazo.
Plantándome un beso sonoro en la mejilla me dijo – ¡Papito! Vengo recontenta, mi mami nos compró unas cositas hermosas… – mientras sus bracitos no me soltaban el cuello.
Detrás de ella entro Ariana y Beatriz, ambas cargando sendas bolsas con las compras y solo nos saludaron con sendos besos en las mejillas, en ese momento pude ver que Gregorio no quitaba la vista del espectáculo de piernas que ofrecía Betania en mi regazo.
Casi de inmediato entro mi mujer, con registrando su bolso y detrás de ella venían 3 personas más, mi esposa saco un montón de facturas que me tendió y al mismo tiempo me decía – bueno Néstor, aquí están las facturas de lo gastado por tus hijas, ah, y mira a quien me encontré en el Mall – señalando a la puerta, y pude ver que entraba su hermana y con ella mi sobrina Ana, una lindura de 15 años que había crecido junto con Betania e iban al mismo colegio, solo que ella era de recién ingreso y Betania ya estaba por salir.
Y de ultimo entro Rosmary.
– Ah Gregorio, también me encontré a tu hija, y como estabas aquí le dije que se viniera conmigo, así no tendría que pagar bus de regreso a su casa, que tacaño eres, ya deberías haberle comprado un carro a tu hija, viejo “codo” – termino de decir mi esposa mientras se dirigía a la cocina con Ariana, Beatriz y su hermana.
– Hola Papito, – le dijo Rosmary abrazando a Gregorio y dándole un beso en la mejilla, aunque desde mi posición me pareció que se lo daba casi en la boca.
– Hola mi princesa – le respondió Gregorio, dándole una palmada en su trasero, gesto que si hubiera sido ayer no me hubiera significado nada, pero ahora…
– Hola Tío, – oí una pequeña vocecita que me saco de mis pensamientos de mi ahijada y voltee a encontrarme la dulce carita de Anita, en todos aspectos una niña aún.
– Vamos Anita, te voy a enseñar lo que me compro mi mami – dijo Betania incorporándose de mi regazo y volviéndome a dar un beso sonoro en la mejilla – tú también Rosmary, vamos a mi habitación.
Y tomando a cada una con sus manitas, las condujo gradas arriba, pero no paso desapercibido para mí 3 cosas:
1.
La mirada cómplice entre Rosmary y Gregorio y que luego Rosemary me dirigió también a mi esbozando una sonrisa que me puso en alerta.
2.
La falda corta que llevaba Rosemary y que permitía ver todas sus bellas piernas al subir las escaleras.
3.
La licra pegada que llevaba Anita, que me dibujaba perfectamente su hermoso culito de niña.
– ¿Que estas mirando viejo verde? – fue la exclamación que me hizo volver a la realidad y sacarme de mi éxtasis, volteé a ver y vi la mirada lasciva de mi compadre con una sonrisa de complicidad.
– Nada – atine a decir, pero mi compadre solo soltó una carcajada que sonó por toda la sala.
– ¿Que paso? Que chiste verde se están contando viejos cochinos… – pregunto mi esposa dirigiéndose a nosotros y detrás su hermana.
– Nada, cosas de varones mi comadre – le dijo Gregorio, sobándose los bigotes.
– Bueno, pues mientras sigan contando sus porquerías, les encargo a las nenas, tengo ir a Cauquenes con mi hermana no creo que regresemos hoy, tu sabes Néstor por el tema aquel … – me dijo mi esposa, y yo sabía bien a que se refería, era al respecto de divorcio de su hermana del holgazán de mi concuño.
– No hay problema mujer, yo me hago cargo – le dije.
Y diciendo esto vi que mi mujer les daba un grito a las niñas – ¡Ya me voy nenas!, ¡por favor no le den dolores de cabeza a su papa y al compadre!
– Gracias cuñado, le encargo a mi nena ¿sí? – me dijo mi cuñada y me dio un beso en la mejilla, se parecía un resto a mi mujer, solo que era opuestas en carácter, la pobre era más sencilla y un pan de Dios, por eso nunca pudo poner en cintura a su marido.
Las nenas, en la cocina solo dijeron un “Hasta mañana mami” y las de arriba creo que ni se enteraron, a excepción de Anita que bajo corriendo y abrazo a su mami despidiéndose.
– Vamos Anita que no se está yendo al extranjero, mañana estamos de regreso después del mediodía.
Y diciendo esto, salieron las dos y tomando el la sub de mi mujer se fueron.
Anita subió nuevamente las escaleras y Ariana y Beatriz seguían en la cocina ordenándolo todo.
Nuevamente nos quedamos con el compadre solos en la sala, y mirándome como un lobo a su presa, me volvió a preguntar…
– Entonces compadre, ¿estarías dispuesto?
– Pero como Gregorio, las nenas jamás aceptarían esto – le dije cediendo terreno.
– Ja ja ja compadre… usted repite lo mismo que yo hace 6 años… vera, yo creía conocer a mi hija, pero nada más alejado de la realidad.
– Y bueno, asumiendo que ellas quisieran ¿cómo sería la jugada? – le pregunte.
– Bueno compadre… vera, yo con la Rosemary ya tenemos clientela establecida, son hombres de bien, nada de gente mala, yo me encargo de investigarlos antes de acceder a que la nena los atienda, y veras, algunos son amigos nuestros… – me dijo bajando un poco la vos.
– ¿Queeee? ¿Como así, que de los amigos nuestros has dejado que se cojan a tu hija? Como puedes permitirlo, y ¡cómo puedes verlos a la cara después!
– Ja ja ja, Néstor, veras en este medio muchas veces es mejor que sea alguien conocido, alguien que nunca diría nada porque tiene más que perder que vos si lo hace, además, los servicios de mi hija no son nada baratos, van desde US$ 500.
00 hasta los US$ 5,000.
00, y bueno, esas tarifas no todos pueden pagarlas.
– Ok, y entonces – le dije.
– Bueno, si accedes, pues tengo ya un cliente que está dispuesto a pagar US$ 2,000.
00 por cogerse a una de tus hijas, sabiendo que la nena no es aún una profesional, ¿me entiendes?
– ¿pero quién? y ¿Cuál de mis hijas? – pregunte tartamudeando.
– Eso no te lo diré, aun, sin embargo, sos mi compadre, y si todo sale bien, serás mi socio… así que déjame manejarlo a mi manera, ¿ok?
– Nooo, Gregorio, son mis hijas de quienes estas hablando, ¡Jamás las obligare a nada!
– ¿Tranquilo Néstor, que yo JAMAS obligaría a nadie a hacer nada, mucho menos a mis ahijadas, las quiero como a Rosmary, no te preocupes, solo necesito que aceptes mis condiciones, ok?
Miles de cosas pasaban por mi cabeza, ¿estaré soñando? ¿Seré tan monstruoso de aceptar?, ¿deberé sacar a patadas a Gregorio por proponerme esto?.
sentía que se me estallaba la cabeza.
– Ok, hagámoslo, pero debo estar seguro que ellas quieren hacerlo….
– dije, aunque parecía que era otro el que lo decía, nunca pensé que lo diría, pero lo dije.
– De acuerdo, entonces vamos a tu despacho, y te explicare que debemos hacer.
– Ok vamos – y nos dirigimos a mi despacho, que está en el otro extremo de la casa, alejado de las habitaciones.
Entramos en él, y vi que Gregorio marcaba en su móvil, solo alcance a escuchar – “si linda, acepto, procedamos como acordamos ….
Si ella … claro si tú quieres ….
” Y luego colgó.
– Bueno veras, ahora vendrá Rosmary, ella desea desde hace rato hacerlo con vos, sin costo no te preocupes, pero también vendrá el cliente y una de tus hijas, para no hacerlo demasiado impactante, Rosmary te vendará los ojos, y ella también los traerá vendados, así lo pidió el cliente.
– Que no entiendo, entonces no veré si ella quiere o no – le dije alarmado.
– Tranquilo, que la venda es para los ojos no para la boca, si ella no desea hacer algo lo podrás escuchar claramente, ¿ok?
Suspiré hondo y apretando los puños, dije – Ok.
Me deje caer en el sofá, el individual, ya que en mi estudio tengo un juego de sofás, un triple en el fondo, un loveseat de dos posiciones a la derecha y un sofá individual en la izquierda.
Estaba nervioso, no podía estarme quieto y en más de una ocasión estuve a punto de levantarme y mandar todo al carajo y echar a Gregorio y la puta de su hija de la casa.
Pero debo admitirlo, el morbo y la excitación fueron las dos cadenas que me mantenían atado al sofá.
A los 10 minutos tocaron a la puerta de mi estudio… ¿tan rápido vino ese hijo de puta? Me dije pensando quien de los cabrones de nuestros conocidos sería el que estaría detrás de una de mis hijas.
Cuando Gregorio abrió, era solo Rosmary, le dijo algo al oído a su papa, y luego el salió del estudio, cerrando la puerta detrás de él y entonces Rosmary se acercó lentamente hacia mí, la pude admirar completamente, era hermosa la hija de Gregorio, con casi 22 años cumplidos, era toda una mujer, no muy delgada, pero sin pancita, de piernas torneadas que se miraban fantásticas en esa minifalda, cuando estuvo de frente a mí, me dijo – Bueno padrino… (yo soy su padrino por cierto, :D) creo que mi papito o mejor dicho mi padrote le informo de lo que va a suceder ¿verdad?.
– Pues si mija, y aun no lo puedo creer.
– atine a responder.
– Pues créalo padrinito… – me dijo mientras se desabotonaba la blusita roja que llevaba, y casi de inmediato pude vislumbrar unos senos preciosos, pequeños, con unos pezones oscuros y bellos, bien puntuditos, se notaba excitada
.
– Le gustan padrinito – me dijo mientras sacaba su lengüita y se la pasaba por sus labios preciosos – ¿no quiere tocarlos?
Como si tuvieran vida propia, mis manos como resortes buscaron los pechos de mi ahijada, y los pude sentir, suaves, tersos, los acaparaba completamente con mi mano, – ummmmm – fue la única respuesta que tuve de ella, y ver caer su blusa, y pude ver toda la línea de su torso que se truncaba con su faldita.
Ya mi erección era mas que evidente, y ella al voltear a verme y mirar mas abajo, la noto, y callo lentamente de rodillas en la alfombra, delante de mi, y sobándome sobre el pantalón, me dijo – creo que tiene un regalito para mi verdad padrino – y acto seguido me desabrocho el pantalón y libero mi erección, la cual como agradeciendo el gesto, se cimbro apuntando hacia arriba.
De inmediato ella la capturo con su manitas y comenzó a realizar un delicioso masaje de arriba hacia abajo, y luego acerco sus labios a la cabeza de mi verga, dándole un sonoro beso para después engullirla, y devorarla.
-uffff, que rico la chupas mija… en serio que rico la chupas.
– lograba pronunciar en mi excitación, y abriendo y cerrando los ojos ya que el placer obtenido de los labios de esta hermosa nena, que yo había cargado en la pila bautismal, y que le había visto crecer y jugar con sus muñecas.
y ahora la veía devorando cada centímetro de verga que le estaba ofreciendo… era demasiado para mi cabeza… sentía que explotaría en cualquier momento…
– Que delicioso tiene su muñeco padrinito, lástima que no lo probé antes….
– me dijo la muy condenada, como si leyera mis pensamientos.
Pero en un momento se levantó, dejándome con la verga en ristre y los pantalones abajo, y pude ver que sacaba de la bolsa de su faldita una mascada, que preparo como una venda y acto seguido me dijo – bueno padrinito, vamos a seguir divirtiéndonos, pero ahora necesito que se quede a oscuras un ratito.
¿sí?
A estas alturas del partido yo le hubiera dicho que si a lo que quisiera con tal que siguiera con su trabajo mamatorio…
– Ok mija, dale – y entonces me vendo los ojos, y en segundo quede a oscuras, pero también casi de inmediato volví a sentir los cálidos labios de la nena, devorándome mi erección, succionándola, lamiéndome toda la extensión de la misma, chupándome los huevos, era increíble…
– Ufff nena, sigue, esta delicioso – le decía cuando de pronto escuche que se abría la puerta del despacho, y mi primer instinto fue llevarme la mano para quitarme la venda, pero me fue atrapada en el aire por Rosemary que no se despegaba de mi verga, y solo escuche que me dijo en voz baja, – aun no padrinito, aun no – y siguió mamándomela, lo cual entonces provoco que me importara un pepino lo que sucedía afuera de mi venda.
Escuche pasos, que luego se ahogaban en la alfombra, luego escuche el sonido familiar de cuerpos que se recuestan en el sofá doble que se encontraba frente al sofá donde estaba yo.
Luego entre los ruidos lujuriosos de mi ahijada que casi se ahoga ella misma con mi verga mintiéndosela hasta la campanilla, en serio que esta nena es una profesional, pude escuchar un poco más lejos, inequívocos sonidos de que alguien estaba haciendo exactamente lo mismo a otra persona… ¿Quién podrá ser?, ¿Quién de mis hijas estará ahorita mamando verga?
Eran las preguntas que tenía en ese momento cuando mi cerebro entro en crisis, mi ahijada estaba en una vertiginosa lucha pro extraerme la lecha, y mi cuerpo estaba en el momento justo para entregarla….
– Ohhhh, me vengo mija… me vengo….
– alcance a decirle y solo escuche abajo a mi ahijada – Dele padrinito, deme su lechita, que aquí estoy para recibirla…
Y diciendo y haciendo… sentí como lechazo tras lechazo iba parar a la boquita de Rosmary, que pude sentir que no se despegó en ningún momento de mi glande, tragándose completamente toda la ración de leche que le pude dar…
Fue fantástico…, sentí entonces que Rosmary se sentaba en el brazo del sofá donde estaba yo y me decía al oído… – bueno padrinito, ahora es momento de quitar la venda….
Y .
me la quito….
Continuara….
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