Las hijas de Nestor 5
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por porqueria15.
Las Hijas de Néstor… 5
La venda cayo de mis ojos… y mi visión al inicio borrosa se fue aclarando rápidamente, al principio solo veía una silueta gruesa sentada frente a mí, y una silueta más pequeña y delgada arrodillada frente a la silueta gruesa haciendo movimiento con su cabeza de arriba hacia abajo.
Cuando se aclaró mi visión, pude apreciar una espalda desnuda así como un culito desnudo y bronceado, el tono de cabello de las tres de mis hijas son iguales, pero no así su forma y cuerpo, Ariana tiene el cabello de su madre, largo y ondulado, Beatriz lo tiene más corto a la altura de los hombros y Bethany lo tiene más lacio… así que cuando pude ver ese cabello lacio bajando y subiendo entre las piernas del hombre… los supe… Bethany estaba mamando la verga del hombre… ¿pero quién es ese hombre? Y mi vista de inmediato se dirigió a la cara del tipo que estaba recibiendo esa hermosa mamada de mi hija más pequeña… y lo vi… esos bigotes y esa mirada lasciva que había visto hace poco era inconfundible.
– Gregorio, vos eras el cliente? – exclame sorprendido.
– Pues que te diré Néstor, ya le llevaba ganas a tu niña de hace rato y bueno, no se había presentado la oportunidad
– me decía el muy cabron sobándole la cabeza a mi hijita que se notaba que estaba haciendo un gran trabajo con su boquita.
Me levante del sillón y casi me voy de bruces debido a que no me había quitado aun los pantalones, Rosemary solo me los había bajado a los tobillos, – Cuidado padrinito, no se nos vaya a golpear – me dijo la nena que hacendosamente me ayudo a quitarme completamente el pantalón.
Camine hacia la pareja que estaba delante de mí, desnudo de la cintura hacia abajo, y me coloque a un lado de ellos, pude entonces ver la carita de mi hija Bethany con sus ojitos cerrados engullendo la verga de Gregorio, lo hacía de manera muy vertiginosa, como si la vida le fuera en ello, y en un momento que se sacó la verga de la boca haciendo un sonido como descorchándose de la cabeza del pene, me dirijo una mirada preciosa con sus lindos ojitos y me regalo una sonrisa hermosa que siempre me ha cautivado – Hola papi! Que bien que me dejas ayudarte un poco con deudas – diciendo eso, se volvió a clavar la verga de Gregorio y siguió chupándole el falo, mientras no dejaba de verme, eso me provoco un subidón increíble, ver su hermosa boquita abierta lo más posible para dar cabida al tolete de Gregorio, que se encontraba en el quinto cielo, su cara lo indicaba, ya que con una mueca de gozo cerraba los ojos y mantenía una mano sobre la cabeza de mi nena, que hacía grandes esfuerzos por meterse toda la verga en su boca.
Rosmary se había colocado atrás de Bethany y le había levantado de sus caderitas, dejándola en 4 patas, y se estaba dedicando a chuparle su conchita, eso tenía que verlo más de cerca.
Así que me aproximé por su lado izquierdo de Rosmary y sobre su hombro pude apreciar como la nena viciosa le lamia toda la cuquita de mi hija, que sorprendentemente tenía apenas unos vellitos hermosos muy suavecitos, seña de que nunca se había rasurado, pero la visión era maravillosa al alejarse un poco Rosemary y dejar a mi vista completamente húmeda la cuevita de mi nena, brillante por la mescla de jugos y saliva.
– Creo que ya está lista papi – dijo Rosemary y dándole una nalgada a Bethany, esta se incorporó, y volteándose, quedo dando la espalda a Gregorio y de frente a nosotros con Rosemary, se abrió de piernas, Gregorio con una mano sostenía su palo y con la otra guiando a mi hermosa niña hacia su tolete, y ella obediente si iba sentando, hasta que la cabeza empezó a introducirse dentro de su preciosa conchita que ya estaba más que lubricada por la saliva de Rosmary y los jugos propios.
– Ahhh… despacito padrino… ahgggg, ahggg.
– decía mi hermosa nena, mientras se estaba solita empalando en el falo de mi compadre.
– Uffff, mija, que rico tienes el coño en serio, que calientito y apretadito… ufff, no mi compadre… con esta nena vamos a ser muy ricos… ja ja – Decía el cabron de mi compadre mientras llegaba hasta el fondo de su vaginita y sus huevos toparon con su entradita.
– Ahhh, esta dentroooooo… padrinito… esta … dentro… toda… mira papito, mi padrinito me ….
la metió … toda…- decía mi nena con una mirada de gozo increíble, sus pechitos rebotaban con cada pistoneada que estaba dándole Gregorio, la escena era increíble, Bethany rebotaba cual muñequita de trapo encima de la verga de mi compadre, y mi visión fue levemente interrumpida cuando unas manitas me jalaban de la cintura y me acercaban a la feliz pareja.
– Venga padrinito, que la Bethany puede con los dos… – me decía Rosemary mientras que me acercaba a mi hija que pronta y dispuestas me alcanzo con sus manitos me atrapo mi pene que ya se estaba empezando a recuperar de la vaciada que hace poco le había dado la hija de mi compadre.
– Oh, papito, hace rato que te queríamos hacer esto – me dijo mi hijita mientras se inclinaba y se metía mi verga en su boquita.
¿Queríamos? ¿A que se referirá? ¿a ella y Rosemary? ¿a mis otras hijas? Varias preguntas se agolparon en mi cabeza, pero todas se evaporaron cuando sentí como la cabeza de mi verga topaba en la campanilla de la boca de mi hija.
– Uffff, wow, mija, que bien la chupas… – alcance a decir, olvidándome que era mi hija menor la que me estaba realizando una fenomenal mamada en ese momento.
Nos mantuvimos así durante más de 5 minutos, y luego mi hija me soltó y se levantó del pene de Gregorio para parase de puntitas y estamparme un beso largo y delicioso.
Mi hija entonces me empujó hacia atrás, hacia el sillón de uno, y ya sentado se abrió de piernas buscando mi pene y con sus manitas los guio hacia su vaginita, la cual me recibió gustosa, calientita y apretadita, y entendí lo que mi compadre describió hacia poco, una cuevita deliciosa y apretadita, puede ver la carita de mija al empezar la penetración, y pude ver como abría un poco su boquita como buscando aire, la comprendía, ya que soy un poco más grueso que mi compadre, y pues… me imagino que la estaba estirando mientras iba entrando.
– Ahhhhhggggg, papito… que gruesa la tienesssssss, aaah, que rico….
– me decía mi niña mientras llegaba hasta el fondo de su vaginita, tocando casi su útero, y mis huevos toparon en sus nalguitas, y comenzó un sube y baja delicioso que ella marcaba al ritmo que quería.
Mientras yo me entretenía chupando y apretando sus pechitos, los más pequeños de las tres de mis hijas, y bueno… me parecían fabulosos, me cabían casi completamente la boca, así que los chupaba y los lamia con ansiedad y hambre, a lo cual mi hija respondía con profundos suspiros y jadeos.
Por un momento me olvide que no estábamos solos, ya que el cuerpo de mi hija no me dejaba ver a mi compadre en el otro sillón, pero imagine que se estaba agasajando a su hija, ya que oía como bufaba como si le estuvieran exprimiendo el pene nuevamente, y bueno Rosemary se ve que es una experta.
Pero entonces pude sentir las manitas de Rosemary acariciando también los pechos de Bethany y su carita buscando la mía para estampar un beso delicioso, en ese momento reaccioné, si Rosemary estaba besándose conmigo y Bethany esta clavada en mi pene… quien le está mamando la verga a Gregorio entonces.
Abrace a Bethany para hundirle mi verga hasta el fondo y aproveche para ver sobre su hombre y pude ver nuevamente a Gregorio sentado en el sofá, no se había movido, pero ahora la silueta desnuda que estaba de rodillas ante él realizándole otra mamada, no era otra que mi hermosa hija mayor… Ariana, su pelo suelto llegándole hasta el final de su espalda era inconfundible.
– Que… ¿ahora tu Arianita? – alcance a decirle, y mi hija volteo a verme, con su carita preciosa pero ahora con la boca derramándose en saliva, me sonrió y me dijo.
– Si papito, aquí ahora ayudándote… te lo mereces – y nuevamente volteo su carita para continuar con la mamada que le daba a Gregorio.
Este a todas luces se veía que no aguantaría mucho.
así que le dijo a Adriana que se levantara, y la coloco en cuatro patas sobre el sillón, ella se apoyó en uno de los brazos del mismo y mi compadre se colocó detrás de ella, apuntando con su falo hacia su conchita, su verga aun rezumaba saliva de la mamada que le acababa de dar mi hijita y de un solo le dejo ir la verga hasta el fondo.
Ariana acuso el embiste solo con un – Aggg – y un suspiro largo mientras mi compadre se aferraba a sus caderas en un vertiginoso pistoneo de caderas, era obvio que la corrida era inminente.
Mientras tanto, Bethany exclamaba – Ahhhhaaaagggg, aggg papito me vengo, me vengo… haaaa, que ricoooooo – y se aferraba a mis hombros para introducirse más si pudiese mi verga dentro de ella hasta que sentí que toda la tensión en sus brazos se disipo y cayo como destruida sobre mí, fue un orgasmo intenso el que recibí de mi hijita, pero yo estaba aún potente, y firme, debido a que ya me había vaciado en la boca de Rosemary previamente.
– Agggg, me vengo… ven mija recibe la lechita – alcanzo a decir mi compadre mientras se desconectaba de Ariana y Rosemary pronta y ágil se abalanzó sobre la verga de su papito y de un par de chupones empezó a recibir los lechazos que Gregorio empezó a darle, uno tras otro la golosa se los trago sin desperdiciar uno solo.
Gregorio cayo desarmado sobre el sillón, y Bethany se desenchufo de mi verga, dejándola a la vista, firme, inhiesta, como preparada para lo que continuaría.
Y obviamente mi hijita Ariana no había llegado a su orgasmo, así que pude ver cual gata tras su presa, no perdía de vista mi verga, se levantó del sillón, y mirándome a los ojos, se sentó a horcajadas sobre mí, tomando el puesto de Bethany y clavándose de un solo envión mi falo completamente.
– Aaaagggg, que rico tienes este palito papaíto… que rica es tu verga… ufff, que egoísta mi mami de tenerte solito para ella, pero eso cambio… aggg, agaa, ufff, ahora nos cojeras a todas.
papito… y ….
Aggg, ufff, aaggg, Ohhhh, veras como te….
ayudaremos… ahhh, ahhh que rico papi… ahhh.
Me decía mi nena mientras se clavaba en un movimiento más calmado y con profundidad, menos arrebatada que su hermana…
– Gracias mijas, en seriooooo, ufff, que se … uffff, se los agradezco – atinaba a decir mientras le tomaba sus senos preciosos, muy turgentes como los de su madre cuando nos conocimos, los chupaba y los acariciaba.
– Aggg, me vengo papito… me vengo… estaba muy caliente viéndolos desde la puerta… papaíto… me vengooooo – grito mi nena mientras se abrazaba a mí, y yo profundizaba cada estocada.
Pude sentir como su cuerpo se relajó, y poco a poco se dejó caer hacia un lado, pero me tenía un beso estampado en mi boca que no me soltaba, por lo que solo pude sentir un boquita que se puso a ordeñarme mi verga que aún no había disparado su carga, Arianita no me soltaba la cara y seguía besándome como si fuéramos novios que no se han visto en semanas, besa muy parecido a su mama, así que solo podía sentir como la boquita que me ordeñaba mi verga lo hacía de forma muy tímida, por lo que pensé que sería Bethany ya que Rosemary lo hace más fuerte y más decidida, aunque tenía los ojos cerrados por el beso con Ariana, me puse a pensar que no podía ser Bethany, ya la había visto mamarle la verga a Gregorio y no lo hacia así, así que tome con mis manos la carita de Ariana y la separe de mí, y entonces pude ver quien era la dueña de la boquita que me estaba devorando la verga.
– Hola papito… ¿te gusta como lo hago? – era la vocecita tímida de mi bella Beatriz que arrodillada entre mis piernas luchaba por engullir toda mi verga, lo cual en pocos minutos me provoco un choque eléctrico en pelotas y la inminente carga se liberó.
– Aggg, me vengo mija … me vengooooo… – atine a decir,
Y de repente sentí varias manos que se intentaban apoderar de mi verga y pude sentir tres boquitas besando mi verga, baje la mirada y las tres bellas hijas mías se disputaban mi tolete, el cual empezó a disparar lechazos los cuales fueron a impactar de formas diversas en los tres rostros que más he amado después de su madre.
Todas comenzaron a reírse y a intentar quitarse mutuamente mi semen de sus rostros con manos y lenguas para devorárselo.
Era una escena de lo más deliciosa ver como las tres se disputaban mis lechazos.
Levante la mirada y pude ver a mi compadre con su hija sentados y abrazados contemplando la escena con una sonrisa de satisfacción, como diciendo … “misión cumplida”
– Bueno compa… creo que ahora ya podemos hablar de negocios… ¿no? – me decía Gregorio, con una amplia sonrisa.
Continuara…
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!