Las mujeres Monroy 2da parte

Dan tiene una conversación oscura con una menor..
– ¡Yo Vi!

Esa frase retumbaba en mi cabeza.

Apenas han pasado dos días de mi encuentro con la señora Monroy y mi pene se niega a perder su firmeza del todo.

Media hasta, así tenía mi miembro todo el día desde el encuentro, intentaba masturbarme recordando ese dulce momento en que probé la miel de lo prohibido por partida doble, pero las palabras de la pequeña niña Monroy resonaban en mi cabeza.

¡Yo Vi!

Estaba en la sala de mi casa bebiendo café con la televisión encendida en algún canal que no recuerdo y no ponía atención.

En el cuarto de lavado se escuchaba la lavadora trabajando, miraba constantemente hacia esa parte de mi casa como intentando apurar el proceso, obviamente nada pasaba, pero en una de tantas veces que gire mi cabeza algo captó mi atención, había un pequeño agujero que antes había notado.

Consternado salí de mi casa y me dirigí a la parte de atrás, este muro da directo a un pequeño terreno baldío al cual me costó trabajo entrar.

Superé el obstáculo y comencé a buscar la pared de mi casa, es la primera vez que me metía en este lugar, por tal motivo no me había percatado que es un lugar ideneo para los niños que juegan en los alrededores, un magnífico escondite pensé, pero además, el agujero permitía ver el interior de mi sala, podía ver perfectamente mi sillón, el televisor encendido y seguramente sería muy fácil contemplar a dos personas copular desde esta distancia.

¡Maldita sea! ¡Dónde esa niña hablé se acabó! No más sexo prohibido, no podré deleitarme con sus senos que no había ni tocado, no podría beber de su miel, mucho menos perforar esa flor que me ha tenido idiotizado por dos días.

¿Y si lo tapo? Sí, esa es la solución, pero si ya habló de nada servirá ¡Maldición!

Con mi cabeza hecha un caos regresé a mi casa, al salir del baldío rasgue mi short y se mete veían los genitales ¡Lo que me faltaba! Grité molesto.

De la nada salió una vocecilla ¡No sé enojé! Mi mami dice que hace daño.

Giré colérico dispuesto a insultar a quién fuera que sea la dueña de esa voz, pero me detuve de golpe al ver que era la pequeña niña Monroy.

Hola señor Dan ¿Cómo está?

La pequeña sabía mi nombre, la maldita actuaba con tal naturalidad que me dió pavor.

Ho, ho, hola pequeña, estoy bien ¿Y tú?

¡Bieéen Grácias!

¿Cómo una cosa tan pequeña podía difuminar toda mi cólera con una pequeña frase entonada?

Me da gusto pequeña, por cierto ¿Cómo sabes mi nombre?

Mi mami nos lo dijo ayer mientras cenabamos, dijo que era un hombre muuuuuuuy amable, alegre y caballeroso que vive a 2 casas de nuestra casa, mi mami nos contó que pasó a visitarlo porque ve que corre todos los días y está buscando un compañero para ir a correr juntos.

Menuda historia se monto la señora Monroy, y además me puso en un buen papel frente a su familia, en particular frente a su hija.

Así es pequeña, yo soy el señor Dan, tu vecino de 2 casas y tal vez sea compañero de ejercicio de tu mami.

¿Eeén seeeeeerioooo? Mi mami hace mucho ejercicio, corre mucho y tiene amigos que la visitan en casa para hacer ejercicio, mi papi dice que a mi mami le gusta hacer ejercicio porque se mantiene hermosa, y a mi papi le gusta que mami sea hermosa, pero yo veo cosas, a veces, veo a cosas hacer ejercicio con hombres como el ejercicio que hace contigo ¿Tu también vas a hacer mucho ejercicio con mi mami?

La pequeña lo vio, mi pene perdió por primera vez la «media hasta» constante que tenía y se puso flácido en mi cabeza me montaba todo un drama, pensé que todo se fue a la mierda, está niña nos vió y va a hablar, debo apurarme a tener sexo una vez con esa mujer antes de que todo acabe, ¡las cosas no pueden terminar así!

Sabe señor Dan, mi mami hacia ejercicio con un vecino de nuestra otra casa, muuuuuucho ejercicio, casi todos los días, mi mami no sabía pero siempre los veía.

El amigo de mamá si sabía, a veces, el llegaba iba al parque de mi otra cosa cuando yo salía a jugar y platicábamos, me decía cosas bonitas y le tocaba mi cuerpo… Hasta que un día papá nos vió e intentó golpearlo, el amigo de mamá era más fuerte y golpeó a mi papá, después de eso se fue corriendo y nunca lo volví a ver… Lo extraño mucho.

Después de eso, se llevaron a mi papá al hospital, en todo ese tiempo mi mamá hacia ejercicio con muchos amigos, a veces dos al mismo tiempo, yo siempre los observaba, hasta que mi mamá me descubrió.

Cuando papá salió del hospital mamá le aconsejó cambiarnos de casa, mi papi aceptó y nos cambiamos aquí.

Mi mami siempre habla conmigo de los ejercicios que hace, me dice que no puede decirle nada a papi, porque si no mi papi se va a enojar y se va a ir.

A mí me da mucho miedo eso, por eso, yo no digo nada, pero yo también quiero tener un amigo para hacer ejercicio, un amigo que me diga cosas bonitas y me toque, pero tiene que ser un secreto, si mi mami se entera nos cambiamos de casa, si mi papi se entera se va a querer pelear y a mi todo eso me pone muy triste.

Que historia acababa de escuchar, mi pene estaba duro como piedra, mi cabeza producía Miles de escenarios, en muchos de ellos terminaba en prisión, en otros, terminaba copulando con las mujeres Monroy.

Piensa Dan piensa ¿Qué le digo a la zorrita? ¿Cómo la convenzo que yo puedo ser su amigo y el se su mami? Venga Dan, eres un vendedor muy hábil, seguro sabrás envolver a esta niña que pide a gritos un hombre que la enseñe.

Mi cabeza y boca no se ponían de acuerdo, las palabras no salían y el tiempo se acababa.

Presionado por la situación decidí cambiar el tema y llevarlo a un lugar más cómodo.

¿Cómo te llamas pequeña?

Camilaaaaaaa

¿Qué edad tienes Camila?

¡Acábo de cumplir ooóchó!

Sabes Camila, yo podría ser tu amigo para hacer ejercicio, decirte cosas bonitas al oído, tocarte tus partes y hacerte sentir rico. Pero tenemos un problema Camila, si algún se entera, ya no podremos ser amigos mi amor.

¿Mi amooooooor? Jajajaja que chistoso, así me dice mi papi, mi amoooooor

Si Camila, es porque tú papi te quiere mucho y creo que yo también te quiero mucho.

¿De verdad?

Si, por eso, si no dices nada de nada, yo voy a ser tu amigo y el de tu mami, pero para eso, me tienes que prometer que vas a hacer todo lo que yo te diga.

¿Tooo doooo?

Si mi amor, tooo doooo, si lo hacer, nadie se va a enterar y podremos hacer ejercicio por muuuucho tiempo.

Wooooooooo ¿Muuuucho tieeeeempo?

Si mi amor ¿Quieres?

¡Siiiiiiiiiii!

Muy bien, la primero que tienes que hacer es irte a tu casa y venir mañana a la mía cuando sea tu hora de salir a jugar con tus amiguitos.

Pero, yo no tengo amiguitos, soy nueva y dicen que soy rara.

No mi amor, no eres rara, eres hermosa y yo te lo voy a demostrar mañana ¿De acuerdo?

¡Sí! Me voy ¡Adiós!

Esa fue la conversación más morbosa que he tenido en mi vida, me regresé a casa en el sentido contrario de la nena y entré a mi domicilio a tender mi uniforme.

Al otro día me regresé corriendo a casa, el recorrido que hago en 30 minutos lo hice en 10.

Llegando a la colonia lo primero que veo son niños jugando pero sin señal de Camila, decepcionado entre a mi jardín frontal y mi día se volvió brillante de manera inesperada al ver a Camila con un vestido de flores sentada detrás de mis plantas.

Hoooooooooola ¡Tardaste mucho!

Sin decir nada abrí la puerta y me regresé a la entrada del jardín, quería asegurarme de que nadie nos viera y le dije a la pequeña, entra rápido.

Muy obediente ingresó a mi domicilio y unos segundos después entre yo cerrando la puerta detrás de mi.

Eres hermosa Camila, te deseo pequeña, al mismo tiempo la cargué en brazos y la deposité a la altura de mi abdomen, si darle tiempo a reaccionar intenté besarla a lo que ella respondió con un beso de piquito, así cargada y besándola la llevé hasta mi cuarto, una vez dentro cerré la puerta con seguro y deposite con cuidado al angelito que estaba a punto de comerme sobre mi cama.

Camila estaba nerviosa, nunca había llegado tan lejos, todo eran besitos y caricias escondidos en el parque y ahora estaba encerrada en la habitación con un hombre que ya había tenido sexo con su madre.

Tranquila mi amor, te voy a hacer sentir rico igual que hice con tu mami, relájate pequeña te va a gustar mucho más que el otro amigo que tenías, vas a tener placer y quizá un orgasmo.

Ante mis palabras Camila estaba estática, sonriendo nerviosa mientras retiraba con cuidado su calzoncito de corazones y sacaba su vestido de flores por su cabeza.

La niña confundida no sabía que pasaba, a ella le hablaban bonito y le tocaban por encima de la ropa, lo que estaba pasando era algo fiera de su liga, pero ella sabía de qué se trataba, había visto a su mamá hacer lo mismo con sus amigos y se dejaba hacer, nerviosa, pero era un muñeco de trapo manejable en las manos de ese hombre que ahora tocaba sus nalgas y pasaba su dedo sobre su ano mientras le repetia una y otra vez que era hermosa y que se la pasarían muy bien juntos.

Para mí era la Gloria, tenía a una nena que se dejaba hacer de todo, ya la había desnudado por completo, incluso las calcetas y olía el olor a niña sudada de todo su cuerpo.

Estaba a punto de besarla a profundidad, estaba a nada de rozar mis labios las partes más erógenas del cuerpo y este sería el momento decisivo…

Continuará.

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