Las mujeres Monroy 3ra parte
Dan continúa explorando el cuerpo de Camila y no se detendrá hasta que la pequeña experimente algo único..
Camila estaba de rodillas sobre la cama mientras que Dan le tocaba su colita y sobaba su anito con mucho cariño.
Dan estaba nervioso, excitado y muy emocionado, tenía a una menor de la edad en su cuarto, la hija de una mujer que sería su amante.
Está combinación lo hizo pensar, debo asegurarme de que la pequeña la pase bien para que regrese y además no hable, así podré disfrutar de ambas mujeres sin problema.
Sumido en esos pensamientos sujeto con mucho amor a la pequeña Camila y la recostó en medio de su cama King Size, la sujeto del rostro con su mano en la mejilla y la beso reiteradas veces en su mejilla, frente nariz, mentón, oreja y cuello.
Para la pequeña Camila esto era algo nuevo, su anterior amigo solo le daba besos en los cachetes, labios (de piquito) y le sobaba en sus partes por encima de la ropa.
En esta ocasión podía sentir el calor de su amigo, sentía algo duro y caliente contra su pierna, los besos que sentía le daban un sentimiento de calma y satisfacción que nunca había experimentado.
La pequeña se dejaba hacer y se concentraba en todo lo que sentía, su respiración y corazón se aceleraron, inhalaba profundo y exhalaba con fuerza.
En todo este tiempo su pierna izquierda estaba doblada pues si amigo Dan seguía masajeando el agujero de su culito. Ese masaje le daba particular placer a la pequeña que se esforzaba en levantar un poco más su pierna para facilitar el acceso y labor a su amigo.
Por su parte Dan se sentía en el paraíso, estaba disfrutando darle amor a esta pequeña, poco a poco fue bajando su cuerpo y los besos pasaron de su rostro a cuello, hombros y pechos.
Cuando la pequeña Camila sintió el primer beso en su pezón un escalofrío recorrió su cuerpo, nació en el pezón, pasó a su garganta robándole el aliento, llegó a su cabeza nublado su juicio, brinco a sus ojos que apreto con fuerza, bajo a su boca donde de transformó en un gemido infantil de placer y desde ahí viajo hasta su vagina dónde se transformó en un unas dulces cosquillas las cuales la hicieron soltar algo de orina que bajó suavemente hacia su anito dónde el dedo de su amigo masageaba.
Para Dan esto fue un triunfo, aún cuando pensaba seguir dándole placer, se detuvo un momento para sentir los jugos de la nena en su dedo y pudo notar como era más fácil deslizar su dedo por el exterior de este rozado anito.
¿Te gustó mi amor?
Siiiiiiiii – Eso fue lo que contestó la pequeña entre jadeos y gemidos, ella no sabía que había tenido un orgasmo, solo se sentía bien, relajada y hambrienta, pero no de comida.
¿Continuamos mi amor?
Si, por favor señor Dan.
Dime Dan mi amor – Esas fueron mis últimas palabras antes de seguir besando ese infantil cuerpo que se me ofrecía.
Disfrute ambos pezones, su vientre plano, con mis manos sobaba el resto de su cuerpo, sus delgadas piernas de niña, sus nalguitas suavecitas, su culito color rosa que la pequeña se esforzaba en exponer cada vez le pasaba el dedo.
La pequeña Camila resoplaba en la cama, profería dulces e infantiles gemidos y pujidos de placer, su cuerpo ardía y se sentía como nunca, oleadas de placer la llevaban de nuevo al umbral y Dan lo notaba.
Sin dejar de tocarla y besarla, Dan se acomodó de tal forma que se acoplaron en un 69, pero Camila era en ese momento una niña pequeña, 120, que comparados con el 175 de Dan, la diferencia de cuerpos tambien era mucha mientras que Dan tenía un cuerpo robusto propio de su edad, la pequeña Camila era una varita que se perdía debajo de su amante.
Con mucho cuidado Dan puso su pene sobre la cabeza de la pequeña, no quería distraerla con su presencia, la pequeña tenía los ojos cerrados disfrutando de las experiencias nuevas tan placenteras, dejaba que se acumulará y se percató que lo de hace un rato tenía de nuevo, un calor intenso se acumulaba en su vaginita y la pequeña ponía toda su atención a ese lugar.
Una vez posicionado Dan comenzó a besar el interior de las piernas de la pequeña que gemía con fuerza ante estos nuevos placeres.
Aaaah, ahhhhh, hmmm, jhuuuum
Con esos sonidos la pequeña expresaba todo el placer que sentía, ella los hacía con toda su fuerza pero se trata a fin de cuentas de una niña.
Eso me tenía al filo del orgasmo, quería tallar mi miembro sobre su rostro, pedirle que lo metiera a su boca, pero no, hoy se trataba de darle placer a la pequeña Camila.
Sin mayor preámbulo y sabiendo que la pequeña está a punto de explotar, Dan posicionó su boca sobre la diminuta vagina y le dió un beso de lengua mientras hacía una pequeña succión.
Nada pudo haber preparado a la pequeña para lo que sintió, el aliento en su genital, la áspera lengua recorriendo sus labios y la succión, la mezcla de todo esto desenlazo en un potente orgasmo acompañado que llevó a Camila a abrir los ojos y emitir el grito de placer más suave que su inmadura garganta pudo.
Ese orgnasmo vino acompañado de fluidos vaginales que dan recibió en su boca gustoso, dulces, frescos, el néctar de la vida vertido en su boca, Dan bebió como hombre sentiendo perdido en el desierto y se tira a beber agua de un oasis.
Mientras la pequeña dejaba salir todo, Dan bebía y bebía, su rasposa lengua masajeaba, sus pulmones succionaban, el calor de su aliento avibaba el fuego de la pequeña que se vino una vez más con un orgasmo aún más potente.
Está vez el grito fue ahogado, la pequeña cerro sus ojos y gruño de placer mientras se aferra a las sábanas y disfrutaba todo lo que su nuevo amigo de ejercicio le hacía.
Dan recordó la vagina de la madre, eran idénticas, una versión miniatura a escala, por tal motivo, Dan estaba repitiendo la misma técnica que aplicó con la madre.
En los siguientes minutos en los que Dan devoró la tierna e inmadura vagina de Camila, sufrió otros tres deliciosos orgasmo, para un total de cinco.
Dan se incorporó y se recostó a un lado de la pequeña a quien abrazó y besaba en todo el rostro.
Cuando la pequeña se recuperó miro con ojos de amor a su amante quien la sujeto suavemente por su mandíbula e hizo un poco de presión.
La pequeña separó sus labios y mostró su interior espectante, Dan alcanzó a ver su lengua y chimuela dentadura Suavemente se apoyo sobre ella, cuando juntaron sus labios la pequeña cerro por instinto sus ojos y se concentró en el beso.
Un instante después algo invadía su cantidad bucal, era la lengua de dan que urgaba su interior, rozaba sus encías, dientes, espacios vacíos, paladar y al final, su lengua.
Camila sentía fuego en su boca y lo único que lo calmaba era la saliva de su amante.
La pequeña se entregó a esta nueva experiencia y abrazo a Dan por el cuello, al mismo tiempo Dana abrazo y la puso acostada sobre el mientras se fusionaban en un torpe primer beso de pasión.
Dos minutos después se besaban de todas las formas, la pequeña estaba muy contenta y agradecida con su amigo por mostrarle todo esto nuevo, necesitaba mostrar gratitud.
Dan seguía besando a la pequeña, pero el reloj marcaba las 6.
Es hora de que te vistas y te vayas a tu casa mi amor, otro día te sigo enseñando ¿De acuerdo?
Si Dan, ya me tengo que ir a mi casa.
La pequeña brincó cómo resorte y se cambió a gran velocidad.
Dan se puso un short holgado para disimular su erección y acompaño a la pequeña a la puerta.
Espera un segundo mi amor.
Con mucho disimulo Dan salió al jardín frontal de su casa y se aseguró que no había nadie.
Rápido mi amor, escondete en las plantas, me voy a meter a mi casa y en un ratito sales como si estuvieras jugando.
Muy bien Dan – dijo la pequeña mientras se fue a esconder entre los matorrales.
Cuando Dan ya no vió a la pequeña porque estaba escondida, ingreso a su casa y se sentó en la sala mientras la lavadora lavaba su uniforme.
Continuará…
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Se agradece.
Uff que rico poder darle placer a una nena con todo él amor que se merecen sigue contándonos mas
Excitante como siempre!
Muy excitante.