Las mujeres Monroy VI
2do encuentro de Camila con Dan..
R:
Samantha Alcantar y Dan se besan en la sala, es un beso profundo de despedida hasta su próximo encuentro furtivo como amantes. Ahora que Dan conoce la historia de Manta está decidido a “robarsela” a su esposo, considera que no la merece, pero ese fue el primer acuerdo de su relación “no voy a dejar a mi esposo”.
Dan va a trabajar como todos los días, salvo que esta vez, él no fue quien lavó y planchó su uniforme, su nueva amante, Manta, se encargó de eso muy temprano. Las cosas fluyeron como siempre para Dan, otro día exitoso para el mejor vendedor de la ciudad.
Al volver a casa Dan se encontró con la pequeña Camila detrás de los matorrales, jugaba sola, como siempre. Un vestido de tela blanco casi transparente y unas sandalias, es todo lo que la nena tenía puesto, debajo estaba desnuda, venía con ganas de hacer “ejercicio” para beneplácito de Dan.
– ¿Cómo estás mi amor? Llegaste temprano.
Dan estaba sorprendido, pero al mismo tiempo satisfecho, su madre no vendría, el lo sabía, en la mañana que se vieron se lo confirmó, y con eso en mente pensaba volver a pasarlo bien con la pequeña.
– Estoy sola con mis hermanos en casa, no me caen bien, juegan entre ellos y a mí me ignoran.
Con el propósito de divertirse con el cuerpo de la pequeña dan la invitó a pasar. La pequeña entró como un rayo directo a la recámara de Dan. Dentro de su casa las cosas eran diferentes, todo estaba limpio, comida hecha, su uniforme lavado y planchado, olía diferente, se sentía diferente y la pequeña Camila lo notó.
– Tú casa huele como mi casa ¿La limpiaaaaaste?
Dan no deja de maravillase y divertirse con la forma de ser de la pequeña Camila, se maravilla por todo, lo notas en su forma de hablar, estira las palabras, mete un tono diferente y canta, seguramente por eso los niños considerar que es rara, pero para un adulto como él, es solo una niña que se divierte. Pero Camila tiene razón, la casa es diferente, huele bien y se ve bien, hay un aroma agradable, hay comida preparada, cosa rara en su casa.
Sin perder mucho tiempo Dan paso directo a la acción, se desnuda delante de Camila que pude ver el erecto miembro del hombre.
– ¿Ya vamos a hacer ejercicio?
– Si mi amor, ven, la vez pasada no hiciste ejercicio, te toca.
Tomando de la mano a la pequeña la subió a su cama y la desnudó, extasiado Dan contempla
el cuerpo de la menor que no tenía nada debajo del vestido. Su cuerpo es hermoso, sin vello, plano en el pecho, pero sus nalguitas ya paradas augurando la herencia materna. Hablando de herencia materna, la pequeña tiene todo el rostro de su madre, eso incluye un hermoso par de labios que invitan a ser besados y ese era el plan de esta sesión.
No es que Dan planificara nada, él simplemente improvisa, pero siempre tiene en mente una cosa, el placer de la pequeña a la que espera poder comerse por muchos años.
La pareja se acostó en la cama, Camila acostada encima de Dan con sus nalguitas a la altura de su miembro que pasaba justo por su vagina, Dan tallaba su pene entre las piernas, sostenía a la pequeña desde atrás tocando sus senos. A excepción de la ausencia de penetración, era una escena coital.
- Aaaah, se siente rico.
La pequeña Camila experimentaba un nuevo placer, el contacto genital a genital.
Los pequeños labios vaginales se abrian al intruso que recorría todo el exterior con su largo. La chiquilla no dejaba de gemir y lanzar sonidos de placer embriagada con la caliente barra de carne que la estimulaba.
Hablando de estimulación, Dan estaba en el cielo, el calor de la nena lo confortaba, los jugos vaginales de la ardiente chiquilla mojaban su verga facilitando el desplazamiento y reduciendo la fricción.
En esa posición tan cómoda Dan se inclinó para besar a su pequeña amante la cuál respondió torpemente.
- Espera mi amor te voy a enseñar a besar, separa un poco tus labios, también tu boquita mi amor, tu lengua tiene que salir un poco para chocar la mía.
La no tan inocente nena acató las instrucciones, si bien no había besado nunca, había visto a su madre hacerlo, con un poco de práctica y detalles adicionales, la nena será una experta besando, cómo Dan comprobó en ese primero beso de lengua.
Sus lenguas jugaban, especialmente la de Camila que se movía como tornado. De la boca de la niña salían sonidos de placer, movía sus caderas buscando el roce con el miembro de Dan que talla a su vagina.
Con una mano Dan guiaba el camino de su miembro, se aseguraba que el pequeño y duro clítoris que se asomaba discreto fuera estimulado por su pene, pero cuidaba de no penetrar a la niña.
Camila se dejaba hacer, se concentraba en su placer, herencia genética, lleva el erotismo en la sangre, y gracias a la experiencia con su madre, Dan estaba preparado para explotarlo.
«Igual de caliente y fogosa que su madre» piensa Dan con la mano mojada con los jugos de la niña de 8 años.
- ¿Te gusta mi amor?
- Sí, si, sí, me gusta mucho ¿Por qué?
- Para eso es tu puchita mi amor, para recibir penes, cuando seas grande, vas a recibir todos los penes que quieras y vas a sentir muy rico.
La pequeña Camila de 8 años escuchaba a Dan, intenta poner atención pero el placer le nubla la mente, el único sentido que le queda es el del tacto que le manda señales a su pequeño cerebro a través de su espina dorsal provenientes de sus pezones diminutos que son estimulados por una mano de Dan.
Hace rato que dejó de besar, la neta quiera recibe las atenciones de su amante que le mete la lengua degustando el sabor de su saliva y aliento.
En contraparte Dan disfruta de la nena sin perder su objetivo, darle placer, la respiración agitada y gemidos cada vez más agudos le anuncian que la nena tendrá un orgasmo, el primero de la tarde y quiere recibirlo directo en su pene.
- Aah, aah, aah, aaah, ¡aaaaaaah!
Camila gime de placer presa de su primer orgasmo de su vida en contacto directo con un pene en su tierna vagina.
Dan está en el cielo, con el glande atorado en los labios de la nena puede sentir perfectamente las contracciones y pulsaciones de la inmadura y tierna puchita, el calor de sus jugos y como su glande se aloja cómodamente en la entrada de la vulvita de 8 años.
El orgasmo de la pequeña fue intenso, tanto que quedó agotada en los brazos de su amante de 40 años que la mima.
- Quiero más.
Y Dan se lo dió.
La pequeña mira hipnotizada el pene sobre su cara, totalmente erecto y con un hilo de pre seminal que conectado a su barbilla. La nena de 8 años no sabía que hacer, el trance del sexo oral recetado por su amante, sus ojos no se apartan de esas pesadas bolas peludas que se balancean y ese tubo de carne que gotea y a veces roza su boquita entreabierta.
El líquido presemilar ya invadió su interior, la chiquilla de 8 años retiene el lubricante natural en su boca, puede sentir como se desliza por su lengua hasta su garganta y lo trago.
Dan se mueve de manera sigilosa bajando su cadera, apunta a la boca entre abierta de la chiquilla. Al contacto Camila rechazó al invasor empujando su cabeza hacía atrás, pero Dan es astuto, bajó más su cadera a la aún abierta boca de la nena y consigue su objetivo.
Camila abre su boquita dejando entrar al invasor, el glande de Dan está en su interior, presiona su lengua y paladar, Camila siente el lubricante de pene en su boca, puede saborearlo, sin querer, comienza a chupar el glande. La nena succiona el glande extrayendo el líquido.
La inexperta mamadora debía dividir su atención en dos partes de su cuerpo, lo que Dan me hacía era conocido pero no por ello menos delicioso, por otra parte, la barra de carne en su boca le parecía atractiva, sabe raro, pero no desagradable. Cómo pudo se fue comiendo ese pene apenas ensartado en su boquita que lamía y chupaba, emocionada de sacar el jugo que de ahí brota.
Dan permitía a la nena explorar su verga, se controlaba disfrutando de los jugos producto de la pequeña vagina que degusta, ese sabor a virgen que emana, en el fondo lucha con el impulso de mover sus caderas, pero no quiere asustar a la nena si su verga va demasiado profundo, prefiere dejar que sea ella quien le pone creatividad a la mamada.
Camila gira su cabeza sobre su propio eje, izquierda y derecha, chupando y jugando con su lengua, la nena no sabe el enorme placer que le brinda a su amante, ella solo está probando y degustando la verga imitando a su mamá.
Flashasos vienen a su mente, recuerda a su mamá meter y sacar los penes de sus amantes de su boca y decide invitarla torpemente.
Unos cuantos centímetros entran en su boca, los suficientes para darle la sensación de una mamada real a Dan.
El intenso 69 entre un hombre de 40 años y una nena de 8 sucede en la cama del cuarto del hombre.
Gemidos resuenan en la boca de la nena, imposibilitada para expresar libremente el enorme placer que su amante le receta mientras chupa su clítoris y con su pulgar masajea su vulva.
Más experimentado que ella, Dan mantiene el control y se concentra en el oral para la nena que ahora mueve sus caderas, Dan sabe que viene un orgasmo y arrecia el asalto al inmaduro clítoris y los tiernos labios que se expanden con la presión circular del dedo gordo.
Dan degusta una vez más los jugos de la nena que con su verga en la boca gime por el placer alcanzado. La nena saca la barra de carne de su boca y respira agitada recuperando el aliento. A diferencia de su madre, la nena necesita 2 orgasmos para llegar al «fin», esto deja a Dan con la verga bien parada y los huevos llenos de leche, evaluando la situación, masturbarse y eyacular o sobre estimular a la nena hasta alcanzar si propio placer.
Dulcemente Dan carga y acuesta sobre su regazo a la nena, acaricia su infantil cuerpo de manera paternal, la niña sonríe y deja a su amante disfrutar su cuerpo mientras recupera su aliento.
- Siempre siento muy rico contigo, me gusta venir.
La nena es honesta y directa, su inocencia le impide dar muchas vueltas a la situación, se siente cómoda, amada y dichosa con la experiencia, su nuevo amante es por mucho mejor que el anterior. Curiosa, la nena repega sus nalguitas a la verga que tiene incrustada.
- Tu cosa sabe rico, raaaaaara, pero ríi-có.
Con movimientos circulares la nena estimula la verga de Dan que solo disfruta la atención.
- ¿Te gustó verdad mi amor?
- Siiiií, mu-chó. Las cosquillas fueron más ricas, el juguito de tu coso ese me hacía cosquillitas en la boca, está muuúy caliente, pensé que me quemaaaaaaah-bá.
El orgasmo de Dan está cerca, el movimiento de la nena, su aroma y el sabor de sus jugos en su boca embriagan a Dan, quiere acabar pero quiere hacerlo especial.
- Mi amor… Estoy a punto de aventar lechita de hombre… Es caliente… Rica… Si te la tomas… ¡Oh dios!… Si te la tomas vas a crecer… Grande y hermosa… Quiero… Quiero que te la metas… En tu boquita… Y la chupes rico… Cómo hace rato.
Para Camila todo esto es un juego, uno rico, pero un juego. No entiende a qué se refie Dan, «leche ¿Cuál leche?», todo es más o menos nuevo para ella, ha visto a su mamá hacer ejercicio, pero nunca a visto esa leche, pero ella quiere verla, probarla.
- Sí, ¡Quiero leche!
Dan reaccionó rápido, cargó a la nena, sentado en la cama la puso de rodillas frente a él y la invitó a mamar verga.
- Métela en tu boca como hace rato, chupala, usa tu lengua y haz esto.
Caliente y con ganas de acabar, Dan guía a Camila en la mamada.
La nena tomo ritmo rápidamente, se metía la verga de Dan poco más que hace rato, él está en el paraíso, pero sabía que acabaría pronto.
- Muy bien amor, estoy sintiendo muy rico, tanto que te voy a dar lechita, va a salir mucha, no te asustes, si no te cabe la puedes tirar, si o te gusta, la puedes tirar, pero me haría muy feliz si te la tomas mi amor.
La nena miraba a Dan fijamente mientras mama si verga, pone atención a cada palabra ignorante del placer que le da a su amante.
Una diminuta lengua mama la verga de un hombre adulto, una verga que ha estado en cada agujero de su madre, que ahora la profana por su boquita y que le dará su primera ración de leche de hombre en su boquita.
Curiosa, terca y obstinada cómo es, Camila se había decidido, se va a tomar toda la leche, quiere crecer grande y hermosa como su mamá.
Una mano sobre su cabeza acaricia su cabellera y la guía en la mamada, la primera de su vida, una mamada que no le desagrada, al contrario, le gusta, se siente agradecida con su amante que le dió tanto placer y tiene el compromiso de devolver el favor, justo como su mami le enseño.
- Aquí va mi amor, tu lechita, bebala toda mi amor, por favor ¡Hazme feliz! ¡Aaaaaaah dios que placer!
Chorro a chorro la nena recibió la descarga del macho, bebió cuánto pudo, bebió todo, le dió placer a su hombre y no derramó ni una sola gota.
La nena de 8 años, Camila, saco la verga de su boca, degusta el sabor del semen que le quedó, extraño, pero interesante. Su pancita está llena de leche de macho, igual que su madre, se irá a casa saciada.
Apenas recupero fuerza, Dan cargo a su pequeña amante, la sentó en sus piernas y se la comió a besos. En su boca el sabor a su propio semen le supo dulce.
Camila feliz entrega su boquita al hombre que la instruye, piensa en su mami y entiende por qué le gusta hacer ejercicio con Dan «ojalá que mi papi no se entere, para quedarnos siempre con Dan» pensó la chiquilla feliz.
Un hombre de 40 años sale de su casa a ver el panorama, detrás de él una niña de 8 años se sienta entre los matorrales esperando la señal.
Camila camina a su casa dejando atrás a un Dan que tiene una nueva erección.
El teléfono de Samantha vibra, ve el remitente y sonríe.
Una mujer de 30 años se masturba en los baños del supermercado con una fotografía, el pene erecto de su amante.
Continuará.
Muy bueno, me gustó, esperare la siguiente entrega con impaciencia.👍🏼
Woooowww!