Lina
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por culeonardo.
Soy profesor de filosofía en la universidad, pero también doy clases en la enseñanza media. Mis horas en el colegio son pocas y nunca había sido profesor jefe de un curso. Solamente doy filosofía. Resuslta que se enfermaron dos profesores y una entró después de su parto en vacaciones de mamá. En esta situación me preguntaron si puedo remplazar historia y tomar la jefatura de un cuarto medio por los últimos cuatro meses que quedaron. Cómo justo estaba un poco más libre en la universidad acepté.
Lina era una de las alumnas de mi curso. Ella era toda una belleza: 1, 60m, una figura de infarto y un rostro que era una mezcla entre inocencia, lascivia y pasión. En realidad no me fijé en esto, la ví como alumna, mi fantasía estaba ocupada por otras mujeres. Había escuchado de los problemas que había con ella, pero nunca me había importado. Mas ahora era profesor jefe. Ella tenía una acumulación de anotaciones negativas y conductas por tareas no hechas, faltas de disciplina, falta de respeto ante los profesores … que a pesar de que era muy inteligente y tenía buenas notas se empezó a discutir de advertirle de echarla del colegio porque echó perder el clima en su clase. Todo esto se había acumulado antes de que tomé el curso. Yo, en mis clases no tenía problemas con ella, o, mejor dicho, me dejaban indiferente. Mas ahora era mi tarea de hablar con los padres. A ellos los habían citados en muchas ocaciones y nunca aparecían. Por eso cambié la política y avisé por una carta que yo les iba a visitar en casa.
Llegó el día de la visita. Toqué el timbre de la casa y me abrió Lina. Estaba con la minifalda y la blusa del colegio, pero sin zapatos y sin calzetas. Se vio como más chica y sin embargo tan erótica. Quedé atónito. Menos que un secundo no más. Aparté mi mirada de sus lindas piernas y de la blusa por la que se traslucían las mamilares. Eché de mi mente la pregunta si ella tenía un slip bajo la falda o no. – Hola Lina, vengo a visitar tus padres- dije.
-Si, entre no más. Ellos vienen pronto. Recién llamaron que se atrasan un poco porque quedaron en un atasco.-
Me pareció raro, pero entré.
-¿Puedo ofrecerle un café?-
-En verdad prefiero un jugo o una bebida- respondí.
Ella se dirigió a la cocina y regresó con un vaso de jugo. De repente tropezó, cayó y derramó el jugo sobre mi pantalón, justo en la area más interesante. -¡Oh, perdón, perdón!- empezó a llorar, -No era mi intención, lo voy a arreglar.- No sé de donde sacó tan rápido una toalla. Con ella se inclinó sobre mis piernas entregando a mis ojos sorprendidos una vista directa en la blusa a unos lindísimos pechos firmes. Con la toalla empezó a frotar mi regazo mojado estimulando así mi verga. Mi pene se levantó en uno, dejando un bulto enorme en el pantalón. En este momento sacó su celular de un estuche de la mesa (no lo había escuchado soñar) y dijo -Hola papá. El profesor está ya aquí… Sí, se lo voy a decir.-
-Lamento-, dijo – Es que mis padres quedaron en pana. Fueron chocados en el atasco.-
Diciendo esto seguía frotando mi regazo y dandome la vista a sus pechos. Empezó preocuparse especialmente del bulto, frotandolo lento, agarrando mi pene por la toalla y el pantalón. Por nada estaba acostumbrado en algo así. No tenía la fuerza de parar el asunto ni el valor de aprovecharlo.
-¿Te gusta?- me preguntó. Y ante de que pudiera responder me dio un beso. Sus labios eran suaves y sin embargo fuertes. Nuestras lenguas empezaron a bailar juntos. Toda resistencia se me fue. La saqué la blusa y empezé a chupar sus pechos. Mi lengua rondó sus mamilares, suavemente empecé a morderlas, me bajé y besé todo su cuerpo. Realmente no tenía slip. Ella se liberó y me sacó el pantalón. Creo que desde años mi verga nunca había estado tan dura como ahora. Me dio una mamada de sueño y debido a lo sorprendiente y excitante de la situación no pude dominarme mucho y exploté en su boca. No me recuerdo cuando antes había chorreado tanta leche.
Pero ella seguía y mi pene pronto se puso duro otra vez. Nos pusimos en 69. Laminaba su clitoris moviendo dos dedos en su coño y uno en su cola. Ella gimió a gritos y terminó en un orgasmo como nunca lo había visto. La puse en cuatro y introduje mi verga hasta el fondo, moviéndome como loco. Uno tras otro orgasmo se desató. -Folla mi culo- gritó. Esto no era necesario pedirme dos veces. Ya estaba lubricado y dilatado. Entonces, adentro no más, pero con cuidado. Por un momento estaba ella más tranquila y yo me movía lento dentro de su culo. Pero aumenté la velocidad y de nuevo empezó a gemir y gritar. No pude creerlo pero tiré otra vez una enorme cantidad de leche. El último orgasmo de ella era como la explosión de una bomba atómica.
De repente sentí mi pene tan apretado que me dolió y me dói miedo. Pero ella se relajó y se dejó a caer en el suelo. Yo caí al lado de ella. -Si te preocupas que siempre tenga buen sexo- me dijo -me voy a portar mejor en el colegio. Pero por favor no digas nada a mis padres.-
-¿Entonces no saben nada?-
-No. Me preocupé de alejar toda información de ellos. Firmé y respondí yo las notas del colegio.-
-¿Y la llamada recién?-
-Fingida… ¿Qué pasa? Si me lo prometes me voy a portar bien el resto del año. Solo mis padres no deben saber nada hasta que termine el año y necesito sexo, mucho sexo.- Diciendo esto acarició me verga que de nuevo se puso duro.
-Trato hecho.-
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