LIZETTE Y LA BICICLETA FOLLADORA
La imaginación y la morbosidad de esta nenita, me regresaron al grupo de los viejos pederastas, candidatos a la cadena perpetua…ufff, delicioso….
Luego del rico polvo con la vieja profesora, decidí ingresar al ambiente de amantes de las abuelas…busqué en Google “Abuela traga semen” y me salieron miles de videos de verdaderas ancianas, de hasta más de 90 años de edad, mamando vergas y tragando semen con gran maestría…golosas y reales especialistas…muy pronto comencé a sentir que el pre cum me humedecía el glande y la verga me picaba y se movía nerviosa…
De pronto, escuché voces y risas de niñas en la calle…me dije a mí mismo que no debía mirar, que debía concentrarme en mi nuevo mundo…una de las voces me pareció muy familiar y, como atraído por un imán, todo mi cuerpo se dirigió hacia la ventana…y allí estaba, era Lizette…habían pasado ya más de diez días que no la veía, que no la tocaba, que no la lamía, que no la penetraba, que no me deslechaba y agradecía el desayuno que le regalaba…pura leche de su abuelito sexual…
Traía puesto un vestido que yo no conocía, que le llegaba hasta un poco más abajo de las rodillas, amarillo con flores rojas…la parte superior pegadita…ufff…esos botoncitos seguían creciendo…la parte inferior muy ancha…se sentó en el piso, levantó las rodillas y la parte delantera del vestido subió hasta las rodillas, lo que dejó expuestas sus piernas, específicamente sus muslos y, en el centro, un calzón blanco que hacía notar sus labios vaginales y parte de sus redondas y grandes nalgas…no por gusto le dicen “La potona”…
Traté, juro que lo hice, de retirarme de la ventana, pero, automáticamente mi mano derecha cogió el cordón de la cortina y lo jaló…la cortina se abrió, Lizette levantó la vista, me miró, sonrió y estiró las piernas haciendo que el vestido las cubriera…me quedé mirándola…dijo algo a la niña con la que estaba, la que se retiró hacia su casa…ella se paró, me miró y se dirigió, lentamente, hacia el edificio en el que vivo…agarré las llaves, salí corriendo, bajé, abrí la puerta y subí a la carrera…ella entró, cerró la puerta, subió…entró a mi departamento, cerró, se acercó, me jaló para que me agache un poco, me dio un beso en la frente y me dijo:
– Hola, abuelito…aquí está tu nietecita, desnutrida y extrañándote…
– Hola, hijita, ya te dije que es muy peligroso que estén viniendo tantas niñas a mi casa, ya una vecina me dijo que me podían denunciar como a ese vecino…
– Ya, entiendo…por eso, lo mejor es que solamente venga yo y nadie más… pero, yo te conozco y estoy segura que te estás tirando a alguna chica y no me quieres decir.
– No, hijita, he vuelto a ser el abuelo super pajero, me masturbo, grabo mis pajas y las publico…
– A ver, enséñame un video para creerte…
La hice pasar a mi “oficina”, en la PC busqué el último video que había hecho, en el que me echo sobre dos sillas, boca abajo y meto la verga en el pico de un botellón vacío de 7 litros de agua, me muevo como culeando, mientras veo fotos de chiquillas en el televisor, conectado a la PC, hasta que me paro y, con la mano, me pajeo hasta eyacular… Lizette miró con mucha atención el video, me miró y pasando su manito por mi mejilla suavemente, me dijo:
– Ay, abuelito, lo que tienes que hacer…ven acá, ayúdame a mover estas sillas…
Puso las sillas una frente a la otra, como estaban en el video, tomó dos cojines, puso uno en cada silla y me dijo que me echara cara arriba…pero, antes, me quitó la camiseta, única prenda que, como sabes, uso en mi casa…me eché en las sillas, ella se desnudó, fue hacia el lado de mi cabeza, me dijo que ahora yo era su bicicleta, que la iba a limpiar y alistar para bicicletear. Los respaldares de las sillas estaban hacia un costado por lo que mi cabeza y pies quedaban libres…me jaló un poco para que mi cabeza quedara, digamos, colgando…la veía de cabeza y mi cara quedó a la altura de su vagina…abrió las piernas, dijo que esta bicicleta estaba muy sucia y tenía que limpiarla, puso mi cara entre sus piernas, se inclinó sobre mi pecho, con sus manos comenzó a “limpiar” mi pecho, mi estómago, mi vientre…sus tetitas se movían rozando mi cuerpo…saqué la lengua y comencé a lamer sus labios vaginales, quería agarrarle el culo, pero un brazo estaba atrapado por la cabecera de la silla. Con la mano izquierda, que estaba libre, le frotaba la pierna y llegaba a tocarle una de sus nalgotas… su vagina comenzó a producir fluido y yo a tragarlo, a morderle el clítoris…ella estiró un brazo, tocó mi verga que ya estaba dura, y retrocedió…
Caminó hacia el lado de mis pies, me abrió un poco las piernas, se puso entre ellas, me dijo que el asiento tenía un resorte salido, que había que arreglarlo, pero, como no tenía herramientas tenía que improvisar…me cogió los huevos con ambas manos, se inclinó y mordió suavemente mi glande ya húmedo…lo lamió, frotó mis huevos, y se metió mi verga en la boca…la apretaba, succionaba, con sus manos me frotaba el vientre, los muslos, gemía…yo también; subía y bajaba, se clavaba la verga hasta el fondo, me pellizcaba…la leche comenzó a tratar de salir…ella, conociéndome, se levantó, me dijo que era el momento de bicicletear…
Se trepó a la silla, se montó sobre mí, se introdujo la verga en la vagina me tomó de los brazos como si fuera el timón…y comenzó a pedalear…mmm…el movimiento de sus piernas creaba una sensación nunca antes sentida…¡Qué bestia!…le apretaba las tetitas, se las pellizcaba, ella gritaba, yo me moría de placer…aumentaba la velocidad, la disminuía, dejaba de pedalear y solamente se movía hacia adelante y hacia atrás en el “asiento”; le agarré fuerte las nalgas, le dije que no pare, que corra a toda velocidad…lo hizo, era un ruido tremendo, las sillas y nosotros crujíamos, nos movíamos, ya no aguantaba…yaaa…yaaa…aaahhhhh…
El semen saltó hacia sus profundidades, se echó sobre mí, nos chorreamos, nos mordíamos, nos pegábamos yo a ella en el culo, ella a mí en el pecho y la cara…con furia, con ganas, queríamos convertirnos en una sola masa de carne, de semen, de fluidos,…eso duró como diez minutos…luego, ella se bajó, se puso a un costado y me dijo que necesitaba su leche…me la comenzó a mamar, se tragó toda la mezcla que había y no paró hasta que la poca leche que me quedaba entró a su boca, a su garganta, a su completo interior…corrió hacia mi cabeza, puso su conchita en mi boca, me tragué todo lo que encontré, mientras ella tenía no sé cuántos orgasmos…
Me jaló de la mano, fuimos a mi cama, nos echamos, se volvió una niñita engreída, me daba besitos en mi mejilla, en la frente, piquitos, me acariciaba, yo hacía lo mismo con ella, nos abrazamos dulcemente, nos decíamos cosas bonitas, nada de palabras sucias, como en otras oportunidades, le decía que la amaba, ella que me extrañaba mucho, que soñaba conmigo, que no la dejara sola de nuevo…estuvimos así como una hora, hasta que nos dimos cuenta que ya era casi mediodía y su mamá debía llegar para almorzar.
Nos bañamos rápido, nos despedimos como una nietecita virgen con su abuelito engreído, bajamos, miré que no hubiera nadie en la calle, especialmente la profesora arrecha y chismosa…y se fue corriendo… y, ahora yo, mientras esto escribo, me vuelvo a ver encarcelado, violado por los presos y perseguido por la vieja que quiere más huevo…pero, la imaginación, el morbo, el fuego que emana Lizette, mi nietecita sexual de 10 años de edad, me atraparon de nuevo…
¿Qué pasará mañana?…
Ricky
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