Los maduros y sus placeres – IV
La experiencia es la madre de la ciencia.
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Relatos cortos nº 4: REBECA – IV
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Me sentía como un maldito adolescente esperando a su virgen novia por primera vez. Solo que la maldita cría Rebeca, aunque todavía con 12 años, era la más puta de las gallinas del planeta. Casi la había convencido a ella y su amiguita Yoli que no drogasen a sus madres para pasar la noche follando conmigo, pero… Esta tarde vino Rebeca y me dijo que ¡por cojones!, dejase la ventana abierta, o golpearía la puerta y lo oirían todos los vecinos… así que dejé la ventana abierta para nuestra primera noche juntos.
Ya eran más de las 11 de la noche. Yo llevaba dos buenos vasos de coñac bebidos, sentado en el sofá frente a la tele, y casi me había comido parte del puro que en teoría, me estaba fumando, cuando desde atrás mío, un brazo se puso frente a mi rostro sujetando una botella de vodka, Y como sorprenderse de lo que haga Rebeca es cosa de idiotas, pues eso, no me sorprendí. Dio la niña la vuelta al sofá ¡y estaba totalmente desnuda!
¡Y ahí si me asusté!
–Pero joder Rebeca ¿has venido desnuda desde tu casa?
–Pero vamos a ver Fernando ¿tú eres gilipollas o te lo haces? ¿Cómo coño quieres que venga desnuda desde mi casa? Estoy loca… pero no del todo, Jajaja. He entrado por la ventana y como estabas entretenido viendo la tele, he entrado en el dormitorio, me he desnudado y aquí estoy, dispuesta a pasar toda la noche contigo follando sin parar. Por cierto, tienes que arreglar lo de la ventana, que está muy alta para saltar y he tenido que poner una piedra grande.
Y cogiéndome el puro como siempre hacía, se lo puso a fumar tragándose el humo hasta lo más profundo de sus pulmones. No pude evitar mirarla y desearla intensamente. Mi polla se endureció con una rapidez sorprendente. No entendía como a mis 59 años, Rebeca y su amiga Yolanda, las dos de 12 años, me ponían tan caliente y siempre me mantenían empalmado, aunque me corriese varias veces dentro de ellas. Eran adultas, muy mentalmente adultas para su edad, porque la vida había sido dura con ellas.
Era como follarse unos cuerpos de niñas con deseos y formas de mujeres profesionales. Eran altitas para su edad, delgadas, de rostros perfectamente normales pero,,, las tetas de las dos, que ya no tetitas, eran preciosas naranjas para exprimir y beber. Y sus vulvas eran preciosas colinas invertidas entre sus piernas, con un pequeño y estrechísimo cráter por donde les metía mi polla, aún con dificultades, con enormes deseos de gozar y de hacerlas gozar.
Aunque en realidad, lo que ellas querían era follar por dinero con adultos, muchos adultos, prostituirse, ganar dinero follando y ser las mejores putas del barrio, Y encima, Rebeca quería ser mi novia y venirse a vivir conmigo en plan marital, siendo mi pareja de cama y de vida ¡Ojalá Dios mío! Era una maravilla, pero a la vez un auténtico peligro. No tenía miedo de nada. Era mucho más adulta y madura que una mujer casada. Su vida no había sido fácil… como a la mayoría de los habitantes de nuestro barrio.
Y allí la tenía, delante de mi. Desnuda, fumando sin parar de mi masticado puro y con la botella de vodka en la mano. Cuando se dio cuenta que yo ya había mirado y admirado su cuerpo bastante, dejó el puro, se acercó a mí, me dio la botella, agarró con sus dos manos mi pollón, empezó a jugar con él, y así, como quien no dice nada me suelta:
–Toma Fernando, esta botella la he robado del Super para ti. Ya ves, es la primera vez que robo por ti ¿no me merezco ser tu novia? Además, mira como está de dura tu polla ¡estás loco por follarme! Así que ¿A qué esperamos? Yo quiero que esa polla me folle y llene mi coño de leche, y tú quieres vaciarte ahí dentro ¿o no?
–Sabes mi amor que estoy loco por ti y me pasaría el día follándote ¡pero eres una cría de 12 putos años, y yo un camionero pensionista de 59 y con mucho miedo!
–Vale, pero ya quisieran muchos tipos de 20 años tener la polla y el aguante que tienes tú ¡hasta Yoli lo dice que estás muy bueno! Y además, antes cumpliré yo los 13 que tú los 60. Y otra cosa Fernando, tú no tienes a nadie, estás solo, y yo tampoco tengo a nadie, solo una madre borracha, drogata y puta. Si me vengo a vivir contigo mi madre no se entera. Ahora está borracha y con sus pastillas de dormir.
–A mí no me importa la puta de tu madre. La policía y los jueces si me importan. Son ellos los que me pueden meter en la cárcel.
–Pues di a los vecinos que Yoli y yo somos sobrinas tuyas y nos venimos contigo ¡en este barrio no nos conocemos nadie! Si nos puteas a las dos ganarás más de 300€ diarios y como dicen las amigas de mi madre ¡Euros libres de impuestos! Aunque no tengo muy claro que es realmente eso. Y ahora voy a hacerte una mamada de verdadera novia ¡ya verás que pronto me tragaré toda tu polla… practico con plátanos gruesos metiéndoles un condón… y hasta con un pepino no muy grueso!
Y se arrodilló a mis pies, su boca cogía mi polla y poco a poco se la iba tragando. En menos de dos meses mi Rebeca se estaba haciendo una mamona increíble y ella misma le enseñaba a Yoli ¡y las dos me hacían muy felices a mí! ¡Eran tan estrechas y encantadoras! Sus boquitas se abrían increíblemente para poder meterse la polla. Sus lenguas rodeaban constantemente mi glande, sus manos masajeaban sin parar mis huevos, y de vez en cuando, alguno de sus dedos penetraban en mi culo, doblaban un poco el dedo tal y como les enseñé para darme placer en mis esfínteres… y pocos minutos más tarde, mis huevos se descargaban violentamente en sus boquitas hasta dejarlos vacíos.
Jamás les advertía de que iba a correrme, aunque ya las niñas empezaban a detectarlo por el estremecimiento de mi mástil. Pero yo disfrutaba como un enano, viendo cómo se volvían locas para tragarse todo mi semen y que no se desperdiciase nada. Mi polla les llenaba toda la boca, y mi semen salía como disparos con fuerza en varias descargas ¡increíble verlas como intentaban complacerme tragándoselo todo!, haciendo muecas y con los ojos brillantes clavados en los míos como pidiéndome ayuda o comprensión. Dioses del Olimpo ¡ya eran mías… las estaba convirtiendo en mis sumisas juveniles!
De repente, Rebeca dejó de mamar mi polla, se levantó, y me dice:
–Fernando, mamándote la polla así, quien se divierte eres tú, vamos a cambiar varias cosas. Te la voy a mamar de otra manera que he visto en una porno. Estaré de pié inclinada sobre ti, y mientras te mamo la polla tú agarras mis tetas y las ordeñas como si estuviesen llenas de leche, como si yo fuese una vaca lechera. No te olvides de jugar y pellizcar mis pezones y así nos correremos los dos, porque supongo que no serás tú uno de esos cabrones machistas que solo quieren correrse ellos ¿o si eres un cerdo machista?
–No, no, no lo soy ni lo he sido nunca. Ya sabes que me gusta satisfacerte, quiero satisfaceros a las dos.
–Entonces… ¿por qué me das tantas largas para que viva contigo, y por qué te niegas a ser mi novio si eres soltero y sin compromiso?
Joder, joder, y joder, con la puta de Rebeca! Esa cría no tenía 12 años. Era más adulta que yo y bastante más madura. Con una amplia sonrisa en la boca y en sus brillantes ojos, se puso de pie, se espatarró ligeramente frente a mí y tal y como me dijo, dobló su cintura, apoyó sus manos en mis rodillas y mi polla volvió a entrar en su boca. Tal y como ella quería le agarré sus tetas. Dios… ¡que preciosas naranjitas tenía ya! Tan desarrolladas y tan duras. Se las aplasté, se las retorcí, noté el dolor que le provocaba cuando sus dientes en dos ocasiones casi mordieron mi polla mamada.
Pero esa puta niña sabía lo que quería. Era orgullosa, prepotente, mandona, maleducada… pero quería ser puta. Una puta depravada, guarra, cerda. La vida había sido y era muy dura para ella, y de alguna manera quería adaptarse a esa vida… o hacer que la vida se adaptase a sus deseos. Pero lo peor de todo o quién sabe si lo mejor, es que había decidido que yo podría formar parte de esa vida ¿yo su novio con 59 años?
Aunque debo reconocer que, a pesar de su rara postura para mamar mi polla, el estar ella de pie ante mi mamando mi polla desde lo alto, me estaba dando un gusto terrible y hasta ahora desconocido. Nunca nadie me la había mamado así, y en mi vida de camionero me la habían mamado miles de veces. El roce de mi polla dentro de su boca pero no horizontal con su lengua, sino casi vertical, hacía que mi capullo llegase a su garganta, pero no penetrase dentro de ella porque era demasiado grueso, o su garganta de niña demasiado estrecha. Pero el chocar constantemente contra ese fondo, no solo me daba un gran placer, sino que me excitaba tanto el imaginar esa escena dentro de mi boca, que en pocos minutos mis huevos se vaciaron en ella.
Rebeca, que casi se había aprendido el funcionamiento de mi polla, nada más notar mis primeros estremecimientos pre-descarga, con su mano izquierda agarró mis huevos y jugó con ellos sin apretarlos demasiado. Pero para mí si fue demasiado. La excitación primera del dedo en mi culo. La excitación de mi polla al estar en la boca de la niña en una posición tan inverosímil. Y ahora el jugar con mis cojones mientras se vaciaban en su boca, me produjo tal excitación y me puso tan a parir, que no entiendo como no le arranqué las tetas a mi amada niña, pero si le arranqué el posiblemente mejor orgasmo de su puta vida.
Los dos nos corrimos en menos de un minuto de diferencia. Y si yo me quedé un pequeño rato quieto saboreando mis placeres y relajándome, Rebeca se tumbó en el sofá, se apoyó en mí, cerró los ojos, y su respiración agitada se fue rebajando muy despacio, hasta que los dos nos quedamos abrazados, recuperados, y en silencio. Cogí el resto del puro, lo encendí nuevamente y apenas le di dos o tres chupadas, mi niña fumadora de puros me lo quitó, y a pesar del intenso sabor de cualquier cigarro nuevamente encendido, lo fumó, y se tragó el humo como si la camionera fuese ella.
Instantes después, y mientras exhalaba una gran cantidad de humo directa a mi rostro, dijo:
–Bien Fernando. Esta es nuestra noche de bodas. Eres mi novio y esta es nuestra primera noche entera juntos, y te vas a enterar de lo puta que puedo ser si tú me ayudas. He robado una botella de vodka para celebrar nuestro compromiso ¿qué quieres que haga, me quedo contigo, o me voy con mi madre para no volver nunca más a verte?
Miré profundamente a sus ojos y odié como nunca su maldita sonrisa prepotente. La aparté de mi lado, me levanté, cogí la botella de vodka… ¡y también la agarré a ella en mis brazos! Y mientras la muy puta daba alegres patadas al aire, se reía, me besaba y hacía locuras, la llevé al dormitorio, la tiré sobre la cama, me desnudé… y me casé con mi novia.
Mientras yo me desnudaba, miraba su cuerpecito desnudo de niña de 12 años ¡o de puta de 12 años!, que en esos momentos daba saltos de alegría mientras abría la botella de vodka y empezaba a beber glotonamente de ella, y pensé que si la tenía que hacer puta, la iba a hacer puta de verdad. No solo la llenarían de semen, sino de alcohol, drogas, y toda clase de vicios de los que no saldría jamás. Posiblemente tampoco yo saldría jamás de la cárcel si me detenían, pero ella sería su propia carcelera, por los vicios y depravaciones que ella deseaba y en los que yo la iba a emputecer.
Rebeca, mi Rebeca, mi niña ¡qué puta, viciosa y pervertida, te voy a hacer!
Le quité la botella ya medio vacía. Me tumbé sobre ella como misionero. Separé sus piernas y como puta que decía ser y no como niña, la traté. Arqueé un poco mis caderas, apoyé mi glande sobre la pequeña grieta de su vulva, y me dejé caer sobre ella con todo mi peso. Al ser tan tarde en la noche y para no despertar a los vecinos, mi mano tapó su boca e hice bien, porque el aterrador grito que lanzó ella fue el más fuerte y brutal de los muchos que conmigo había lanzado. Mi polla se hundió profundamente en su grieta haciéndola volcán. Un volcán del que no saldría lava, sino que entraría una poderosa ración de puto semen de macho, hambriento de sexo y lujuria depravada.
Durante bastante tiempo y mientras la follaba duramente, mi mano tapó su boca. Sus lágrimas y sus mocos no dejaban de salir, y sus piernas pateaban en el aire o sobre la cama, mientras sus brazos y sus manos golpeaban mi cuerpo con fuerza. Pero ella quería ser mi novia y ser puta y ¡maldita sea… yo la deseaba con locura! ¡Nada me gustaría más que hacer de ella una viciosa puta y verla mil veces preñada! Y la penetré con fuerza, con toda fuerza de camionero, una y mil veces, mientras le susurraba:
–Rebeca, mi amor, mi niña… ¿no quieres ser puta… no quieres ser mi novia…! Aprende pues a sufrir en mis brazos, Cuanto antes te dilate yo, menos daño te harán los siguientes folladores tuyos, porque ellos te follarán por dinero y no les importarás tú. Tus agujeros infantiles estarán ya abiertos por mí y ellos no tendrán que dilatarte, eso lo está haciendo tu novio, tu macho, tu semental ¿no es eso lo que quieres que te haga yo, y lo que le dices a tu amiga Yoli que os pasará? Sufre pues y disfruta de esta follada nupcial ¿O acaso no la deseas?
Sus ojos se abrieron y adiviné bajo mi mano una ligera sonrisa. Aparté mi mano de su boca y su rostro, y seguí follándola sin parar, pero de repente me dice:
–Fóllame duro mi amor, mi chulo, préñame de una puta vez. No pares, sé duro.
Joder ¿cómo no iba a ser duro si me estaba follando a una cría como si fuese una puta del polígono? Mi gruesa polla entraba muy apretada y se movía en ese coñito como el más perfecto taladro. Mis embates hacían que su cuerpo se moviese sin parar en ningún instante ¡Y de repente, explotó y se estremeció de tal manera por el orgasmo que tuvo, que ella misma, para no gritar, aplastó sus labios sobre los míos, mientras sus brazos intentaban abrazarme con sus fuerzas ya menguadas.
Durante unos instantes, paralicé mi follada sin sacar la polla de su precioso coñito para que se relajase un poco, mientras pensaba en cómo no iba a preñarla si me la estaba follando casi dos meses sin protección de ninguna clase. Joder, ¿sería capaz de preñar a esta puta cría? Y a Yolanda?
Cuando noté que estaba bastante relajada y a pesar de su cuerpo inclinado abrazándome todavía, la seguí follando con insistencia, y la muy puta me decía:
–¡Más fuerte Fernando, más fuerte! Tienes que dilatarme, tienes que preñarme, tienes que hacerme puta… Soy tu novia ¡no lo olvides! Tengo que ser la mejor de tus putas.
Y yo se la metía y se la sacaba con fuerza. Notaba como su cuerpo, totalmente aplastado por el mío, se relajaba demasiado. La niña empezaba a perder fuerzas, y sin parar de follarla, cogí la botella del vodka, se la di y bebió bastante, pero ya no como otras veces. Esta follada, bastante más bestia que todas las anteriores, en que yo la trataba como lo que es ¡una niña!, la estaba dejando hecha polvo. Un nuevo orgasmo la hizo vibrar. Sus ojos brillaron más, y una nueva sonrisa se abrió en su boquita mientras decía:
–Así Fernando así. Hazme mujer ¡tu mujer! Te quiero. Lo creas o no, sabes que eres mi hombre, y lo serás para siempre porque te quiero, y te enseñaré a quererme y desearme.
Y ese rostro sonriente, y ese cuerpecito que se entregaba constantemente a mí, y esas palabras tan cariñosas y llenas de promesas divinas, me cegaron del todo, me volvieron loco de pasión. Aceleré mi follada. La follé a lo bestia, con dureza, para demostrarle que sí podría ser su semental, su macho ¡y me corrí! Y ahora el que gritó fui yo. De alegría de satisfacción… y aunque a mi edad parezca increíble, ¡de felicidad!
Si amigas y amigos, aunque parezca increíble y hasta vergonzoso, me sentía extrañamente feliz, pero plenamente feliz al lado de esa cría, que quería ser puta y que iba a ser una puta extraordinaria ¡os lo juro!
Los dos estuvimos un rato abrazados, relajados, pero sin dejar de besarnos y de acariciar nuestros cuerpos. Me levanté, le di el vodka que se bebió todo el resto que había en la botella, y traje otra que compartimos en la cama. Como compartimos unos porros muy bien cargados. Y cuando terminamos los porros y la botella y yo creí que por fin íbamos a dormir, la muy sinvergüenza de la niña me dice:
–Pero cariño ¿qué clase de noche de bodas va a ser esta si no me has follado el culo? Anda, ven que tu novia te la menee, te la ponga más dura de lo que está, y me follas el culo tan fuerte o más como me has follado el coño.
Se tumbó boca abajo, se puso la almohada bajo su vientre, se dio un par de palmadas en sus glúteos, y ella misma se los separó mostrándome su agujero infantil muchas veces profanado por mí. Y entre lo cansado y medio borracho que ya estaba yo, y esa atracción de poder follarme ese estrecho agujerito, hice lo mismo que con el coño antes. Apoyé mi polla sobre el agujero anal y me dejé caer con todo mi peso.
Más de media polla entró en sus intestinos, pero ahora no gritó. Solo apretó los puños con tanta fuerza, que creí que sus blanquísimos nudillos atravesarían su carne y su piel. Volví a sacar la polla y volví a meterla como antes, dejándome caer sobre la niña. Y no satisfecho del todo y a pesar de oírla llorar, lo hice por tercera vez… y en esta ocasión se la clavé hasta los huevos. Y así empecé a follarla. Noté como unas veces se masturbaba ella y tenía algún orgasmo, pero hasta que no me corrí dentro de sus intestinos y a muy buena profundidad, no dejé de follarla. Y al correrme, me dejé caer encima de ella, o a su lado, y me dormí.
Unos empujones me despertaron y noté un fuerte olor a huevos y a panceta fritos. Era Rebeca, desnuda, pero duchada y con el pelo arreglado, que me dice riéndose con fuerza:
–Vamos gigantón, que tu novia te acaba de preparar nuestro primer desayuno de casados. Por cierto, a partir de hoy, cada vez que yo folle con Yoli o con quien sea, serás un cornudo ¿Te has dado cuenta que cada cliente que me traigas para que me folle, aumentará el tamaña de tus cuernos? Mientras yo follo, tú mismo te los aumentarás.
Y mientras me levantaba con hambre, pensé lo puta que es la vida ¡mis primeros cuernos me los iba a poner una cría de 12 años! ¡Si amigos, qué puta es la vida… a veces!
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Libre95***[email protected]
no manches te pasas jejejeje buen relato y sigue contando mas saludos…. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
Este relato es hermoso y mi sueño al revés. Yo quiero unos ricos huevos cargados de 12 años, chocándome el ojete y el mentón 😋