Los secretos de mi profesora Maribel
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Esta historia es completamente real. En aquel entonces yo contaba con 17 años, ahora tengo 32. Se que es mucho tiempo, pero en ese entonces no se tenía internet y la informática aún estaba en pañales. Yo provengo de un pueblo del área rural, por eso a los 17 aún estaba en séptimo año, ya que las alternativas para estudiar eran precarias en el área rural de mi país.
Por un comité que se formó en mi comunidad, crearon un establecimiento educativo que tenía de séptimo año hacia adelante. Mis padres me inscribieron y poco a poco fueron asignando maestros por parte del Estado, fue asi que un mes de abril llegó la maestra Maribel, aparentaba entre 33 y 38 años, delgada, pero con un generoso busto, linda cintura pequeña, culito paradito y dos largas piernas. Desde que llegó se le notaba molesta por algo, no sé si porque la habían mandado lejos de su casa (estaba a cuatro horas en vehículo colectivo) o por algo más. En esa época es el verano más fuerte en ésta parte del país, por lo que a diario la veíamos con unas blusitas (aveces sin bra) muy atrevidas, sus pezones se marcaban muy bien y agregado a ello, usaba unas faldas bastante pegadas y cortas. No creo que algún estudiante hombre de mi clase no se haya pajeado pensando en la maestra Maribel.
En ese entonces existía un comité de Padres de Familia del establecimiento educativo. Nos pedían apoyar a los maestros a instalarse, ayudarles con sus cosas y otras cosas. A la maestra Marible le ofrecieron una pequeña casa en donde permanecía de Lunes a Viernes, ella regresaba a su lugar de origen el sábado bien temprano.
En una de esas veces que yo fui a su casa ayudarla (cargaba cosas, pintaba, componía cosas, etc), noté que ella había bebido un poco, pues se portaba diferente. De pronto me dijo que dejara de hacer lo que estaba haciendo y que me sentara en un sofá cómodo que ella había traído en transporte. Me senté y me preguntó edad, hermanos, padres, novías, bueno de todo!. Ella luego me dijo que me aconsejaba que nunca me casara, que mejor disfrutara la vida, que ella había llegado a esa conclusión. Luego ella tocó el tema sexual. En pueblos como el mio eso era un tabu, hablar de sexo, pero en mi caso yo había vivido un par de años con unos mis tíos en la ciudad y el tema no me era desconocido. –Tienes novia?- -Ya lo han hecho?- eran algunas de sus preguntas.
Luego de platicar temas prohibidos, me preguntó si me parecía atractiva ella. Yo le dije que toda mi aula estaba enamorada de ella, ella pegó una carcajada grotesca. Luego me miró y me dijo si yo también estaba enamorado de ella, eso me sonrojó, le dije que si, un poco.
Ella que tenia pantuflas en sus pies , se quitó una y me puso un pie en mi regazo, me dijo que le acariciara el pie, yo inocentemente, lo comencé a acariciar, ella tenia unos pies muy sexys. El solo acariciar sus dedos y pie, me fue erectándo la pija. Luego subió su pie a mis labios y me pidió que se los besara, eso no tenía que pedírmelo, comencé a besarle y lamerle el pie, al rato puso su otro pie para que le hiciera lo mismo, mi pija casi estallaba en mis pantalones. Además mientras subía sus pies podía verle ampliamente su corta braguita que tenía puesta debajo de su falda, y que decir de sus bellas piernas.
Yo no era el único excitado, pude ver que ella cerraba los ojos mientras yo le lamia sus pies y sus pequeños deditos. De pronto ella me pide que me saque la pija de los pantalones y pone una cara de puta contenta cuando ve que la tengo bien erecta y de buen tamaño según ella. Me pide que me pajee con sus pies, no lo tiene de pedir mucho, aunque no lo había hecho nunca, lo había visto en un VHS porno de mis primos y lo hice como en la película, dejando mi pija entre sus pies y frotándomela con ellos. Oi gemir a la profesora solo con lo hacíamos, realmente se notaba que era una mujer muy cachonda.
Ella me arrebató sus pies y tomando mi pija con sus manos comenzó a darme una tremenda felación. Me mamó la verga con paciencia y riéndose, metiendo y sacando mi carne en su garganta, chupándola, hechándole saliva. Hacía ruido como si de verdad se la estuviera comiendo toda. Dada mi inexperiencia de ese tipo de mamadas profundas y húmedas, no pude evitar correrme, le avisé dándo un gemido segundos antes, lejos de quitarse mi pija de su boca, la mantuvo adentro y mi semen le baño toda su cavidad bucal, luego la degustó como si estuviera tragando una rica miel.
Yo me puse apenado por haberme venido tan rápido, pero lejos de molestarse, ella sonrió y me tomó de la mano y me llevó a su recamara, allí me acostó boca arriba, ella se paró sobre la cama y me comenzó a dar un streaptease, quitándose lentamente la ropa, ella me dijo que con eso mi pija volvería a crecer. Me bailó eróticamente y se fue quitando la ropa, hasta quedarse solo en sus bragas, sus tetas eran maravillosas, luego ella me comenzó a devestir a mi. Pantalón, camisa y por último mis calzoncillos, con sus manos frotó mi pija que aún estaba semierecta. En segundos ya estaba dura de nuevo. Luego se subió sobre mi, siempre de pie y se fue quitando su braga, tenía una rajita casi depilada con pocos vellos púbicos. Luego lentamente se fue sentando en mi rostro, colocándome su sexo en los labios, instantáneamente comencé a lamer y chupar su rajita, no tenía control de mi excitación, chupé y mamé desordenadamente, ella me decía –tranquilo!!, tranquilo!!- no me voy a ir de aquí, dame despacio, chupa todo y usa tu lengua para tocarme.
Pronto comencé a hacerlo mejor, le pasaba la lengua desde su clítoris hasta hacerle pequeños círculos a su ano, era delicioso todo eso. Ella empezó a excitarse y me decía –asi, asi nene, asi!!-, señal que yo se la estaba comiendo bastante bien. Luego con sus dedos abrió sus labios vaginales y mi lengua entró a su sexo, en ese momento sentí el sabor dulce-amargo de sus líquidos lubricantes vaginales. Lo bebí todo y seguí comiéndole su sexo. A los pocos minutos después, ella aullaba de placer, sus líquidos vaginales inundaba a cada momento su rajita, en eso la oí quejarse fuertemente –me corro, me cooorro!- decía la profesora.
Después de mover su sexo sobre mi boca para aplacar su orgasmo. La profesora levantó su trasero de mi cavidad bucal y fue colocando lentamente su rajita sobre mi verga. Tomándola con la mano la puso en posición vertical y ella se la clavó toda hasta que solo mis huevos quedaron afuera. –ayy nene, que rica la tienes!- me dijo mientras se acomodaba sobre mi cuerpo. Luego inició a cabalgarme lentamente, moviendo su cintura hacia delante y hacia atrás. Tomó sus tetas con sus manos y acercándomelas a los labios me las ofreció para mamarlas, lamí y apreté sus pezones con los labios, cosa que la hizo cerrar los ojos y exclamar gemidos de placer. Asi mientras me comía sus deliciosas mamas, ella se movía sobre mi pija.
Sus movimientos de cadera eran cada vez más fuertes, de pronto se puso a saltar sobre mi pija, la sacaba hasta la cabeza y luego se la hundía, y cada vez que lo hacía, gemía a alto tono.
De pronto comenzó a moverse frenéticamente sobre mi pija, hacia cualquier lado, la oí que estaba por venirse, -nene!, me corro!- me gritó y luego se hizo para atrás quejándose, sentí su rajita volverse una ciénaga de agua. Yo no aguanté más también y detrás de ella me vine adentro de su vagina, era interminable, parecía que estaba yo orinando. Acabamos sudados y cansados.
Me pidió que me vistiera y que me fuera, que mis padres podían buscarme, le dije buenas noches y salí de su casa aún sudado. En mi casa me dijo mi madre que porque esta sudando tanto y le dije que había corrido para llegar a casa.
A los dos días, estando en clase, la profesora Maribel me pidió que llegara a su casa a ayudarla, la sonrisa que hizo me indicó que ella quería más acción, y asi fue. Me la cogí desde que llegué, le besé todo el cuerpo en la cama a pedido de ella, le lamí desde los pies a la cabeza, ella me enseño algunas poses sexuales y le eché dos polvos esa segunda vez. La profesora Maribel era incansable, era una mujer muy caliente.
La época estudiantil, dura de febrero a octubre en este país, me la cogí por primera vez a finales de abril, desde esa fecha, al menos cogíamos una vez por semana, aunque hubo semanas que follabamos tres veces. Me hizo poseerla por el culito, cosa que para mi era nueva, pero a ella le encantaba tener mi pija dentro de su agujerito estrecho. Me volví amante de mi profesora. Aunque yo no pensaba en eso en ese momento. Confieso que me enamoré de mi profesora, quien era casada. Sentía celos que se fuera a su casa, porque sabía que allí lo haría con su marido.
Llegaron las vacaciones, ella me dejó un teléfono para contactarla durante esos meses, pero nunca respondió mis llamadas. Al otro año, ella ya no llegó, la habían trasladado a otro lugar. En mi caso que no trabajaba más que ayudando a mi papa en el taller, me era imposible buscarla, y buscarla para qué si ella tenía una familia allá.
Hoy me masturbó aún pensando en los varios momentos que nos amamos.
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