LOS VIAJES DE ALEIDITA SOLITA. 3ª. PARTE.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por sexigaleno.
2º.
Relato.
“Mi Segundo Viajecito Solita y mi primer cum”
Saludos a mis buenos lectores, comunidad y visitantes a la página, vengo con esta tercera parte del relato, el cual está poniéndose cada vez más intenso cuanto a morbo y caliente para quienes lo lean, por lo que espero sea del beneplácito común, paso a darle la escritura siguiente:
Ya en plena primavera y con los sofocantes calores de la época, un día después de salir de sus clases Aleidita, fue a la dirección de su escuela a pedimento de la maestra de su grupo, con el fin de pedir autorización, para que la jefa de grupo Aleidita se trasladara a la capital a comprar la requisición de papelería para su salón, por lo que acatando las indicaciones que le daban y después de tener una lista en mano, se retiró a su casa y le comunicó a su madre de la necesidad de ir a buscar un encargo escolar a las papelerías de la capital, ya que eran necesarias para las enseñanzas diarias, por lo que se cambió su uniforme escolar, por ropa de calle, el cual constaba de una blusa de tirantes, los que simulaban el elástico del brasier, una faldita de tablones un poco arriba de sus rodillas, zapatitos de tacón ancho un poco altos y calcetas para salir a la espera del autobús de traslado a la capital, el cual pasó casi al instante, el que abordó para llevarla al lugar indicado.
Ya dentro de la unidad de pasaje y cómo era una hora de salida de muchos trabajadores de la construcción que hacían trabajos de reacondicionamiento a un camino rural de ese lugar, la mayor parte iban de pie, ya que los asientos iban ocupados por los primeros en abordar en la terminal, y conforme avanzaba el camión rumbo a la salida de ese lugar, y las paradas continuas para subir pasaje, el cual se iba llenando a su máxima capacidad el interior y tocó a Aleidita ir sujetada en el pasamanos de un asiento casi a la mitad del camión que avanzaba lentamente y un calor sofocante se sentía por la cantidad de personas que en ese momento iban de pasajeros incluyendo a Aleidita, la tarde era calurosa, por lo que era insuficiente el aire que entraba por las ventanillas laterales, pero hacinados todos viajaban a sus destinos.
Cuando una mano se dio con delicadeza a rosar una nalguita de Aleidita, la cual por un momento ella no hizo caso, ya que pareciera que era por falta de espacio, y la mano quedó ahí quieta y sin moverse, de momento sentía que esa mano presionaba con el dorso de la misma su maciza carne, por lo que en un movimiento entre la multitud que era rodeada la mano se retiró de su nalguita, para que el dueño de ese tocamiento se diera vuelta a estar a la par de Aleidita, el cual era un hombre de baja estatura oloroso a sudor de su trabajo bajo los rayos del sol, quien le esbozo una sonrisa, la cual fue devuelta por Aleidita de una manera inocente, a medida que avanzaba el autobús, más gente abordaba en el camino y nadie se bajaba, por lo que el conductor les dijo a los que iban parados, “”háganse para atrás, hay lugar, si se acomodan bien””, por lo que algunos se movieron a la ordenanza del sujeto que manejaba la unidad, el hombre que iba a un lado de Aleidita hizo el intento de pasar atrás, pero era imposible la gente se había recorrido y al moverse de su sitio una señora con un bebé de brazos ocupó el lugar vacante, por lo que el sujeto no le quedo de otra que sujetarse del pasamanos de otro asiento y quedar pegado al cuerpo de Aleidita.
No pasaría más de un par de minutos, cuando el hombrecillo oloroso se pegó a la nalguita derecha de Aleidita y con el movimiento de la gente y del autobús, se dio a untarse en esa carnita firme que posee hasta el día hoy esta muñeca de carne y hueso, quien al sentir el vaivén que le hacía su compañero de viaje, opto por poner su mano entre la nalga y la bragueta de ese hombre, quien el mismo intuyo que se trataba de un movimiento natural de ella, por lo que siguió pasando con ropa su pene ya erecto en la manita tierna por unos minutos, pero cómo no veía reacción alguna de molestia, pero en ese momento un enfrenón brusco se dio y la gente por inercia se movió, para suerte de ese tipo quedó exactamente atrás de Aleidita, que al sentir por la tela de la falda que llevaba y acomodarse bien en la zanja que divide esa nalguitas carnudas y de cola respingona, se quedó un momento quieto atrás pero bien pegado y conforme iba avanzando ese mencionado autobús, él se dio a frotarse libremente de una manera muy suave, sabía ese hombre, que gozaba de una carne tierna, por lo que con calma sin que se notara entre la gente punteaba con delicadeza esa masa firme, la faldita se prestaba ya que entraba y salía libremente de entre los cachetes traseros de Aleidita.
La excitación de ese hombre ya era notoria, ya que Aleidita percibía el aliento en su espalda, ya que cómo los dos estaban a casi misma altura el aliento lo sentía en el inicio de su occipital el cual traspasaba los cabellos negros azabache de ella, para comenzarle a recorrer un calorcito excitante a ella también, quien cooperativamente opto por levantar aún más esa cola de infarto que tiene, para dejar hacer la travesura a su encoxador, el cual también y por la calentura se hizo a un lado y discretamente bajo el cierre de la bragueta e hizo a un lado su interior para sacarse su miembro masculino y ponerlo directamente entre la tela de la falda y la cola respingadita que esperaba de nuevo en la posición que la dejo por unos instantes, las estocadas de ese miembro viril que ya manaba precum, mismo que impregnaba la tela que entraba dividiendo esos globos que pegados a la pelvis masculina hacia que el caliente momento fuera cómo de fantasía, ya que él se movía entrando y saliendo y ella suavemente hacia movimiento casi imperceptibles para la gente, pero para su atacante eran movimientos lujuriosos que lo invitaban a dar más.
Por lo que sin despegarse y quieto por un momento se dio a subir por la parte de atrás, la faldita que por el vuelo de los tablones no se veía que estaba levantada, se despegó por un momento y se acomodó ahora entre el calzoncito tipo bóxer que ese día llevaba de color rosa pastel, le enfundo perfectamente el glande hasta sentir el calor que emanaba ese anito virgen, para dar rienda a movimientos coitales sin penetración, ella a la vez alzaba y bajaba, paraba y sumía su potito que era embestido lujuriosamente, una mano de ese hombre tomó la cinturita breve y la jaló hacia él, para que casi al momento ese hombre eyaculara potentemente la prenda interior de Aleidita, quien al sentir la humedad caliente traspasar su lencería, ella también y por primera vez sintió que se orinaba con ciertas ganas en espasmos, los cuales y para su sorpresa bajó su rostro al piso y observó que no había señales de orina de ella, discretamente bajó su mano cubriéndose con una bolsa que llevaba, para cargar los útiles, tocándose su pequeña intimidad, la cual sintió mojadita de fluidos femeninos, los cuales no conocía y que ella emanaba en punto de excitación ya que las anteriores veces que le había pasado eso, fue orina la que botaba en gotas o chorritos intermitentes, pero ahora fue su lubricación coital la misma que desconocía, pero que le había gustado sentir en ese momento y por un desconocido.
Todavía faltaba mucho para llegar a la capital y la gente seguía amontonada, el hombre al ver que Aleidita había dejado la bolsa cubriéndose el frente, opto por meter la mano por la parte de atrás de la falda e irla encaminado por la parte de la costura lateral derecha de ese boxercito y hacia arriba la mano se deslizaba lentamente, hasta llegar por momentos a sentir el monte de venus que alzadito y caliente esperaba ser acariciado, hasta que encamino los dedos y fueron a parar a la breve rajita que divide sus labios vaginales, a los que les dio un masaje encima de esa prendita humedecida por ella, la cual no opuso resistencia y cooperando abrió el ángulo de sus piernas, para que un dedo diera masajes al botoncito de placer, que así le llama ella, y sentir de nuevo sensaciones de orinarse, a lo que en un par de minutos otra vez la sensación le llegó y otros fluidos impregnaban más la intimidad que traspasaba juguitos a los dedos violadores de ese individuo, quien al ver lo cooperadora que era esa niña y por la parte de arriba y abajo del ombliguito metió su mano, entre la pielecita y telita íntima, para palpar directamente la carne caliente y nuevamente a encaminar su dedo medio derecho y calloso a la rajita que esperaba esa maniobra y que al sentir esos dedos auscultadores, el calor y lo manado por ese pequeño conejito, lo masajeo sin obstáculo alguno, sacaba su mano y la llevaba a su boca, por varias veces, sin que se notara esos atrevimientos que estaban ocultos entre los dos, el aroma suave de Aleidita, el calor que pasaba a esos dedos, el sabor que se estaba llevando esa tarde ese hombre en su sentido gustoso, le volvió la erección de inmediato, pero cómo no se había retirado de esa colita carnudita, otra vez se dio a darle otras estocadas, pero ahora con los dedos frotando esa vaginita infantil que en esos instantes y por estarla frotando el botoncito de placer (clítoris), estaba erecto ya que ella sentía que entre los dedos invasores le era apretado con el pulgar y el índice, hasta arrancarle otra serie de espasmos que la hicieron que le temblara sus piernas, y un leve casi imperceptible gemidito se escapó de su boca, el que fue escuchado por la señora que en brazos llevaba a su bebé, su dador de placer que atrás de ella se vaciaba abundantemente por segunda ocasión en su ojito trasero y otros que ni se enteraron de lo que pasaba, ya una vez pasado los espasmos de ambos y sin sentir Aleidita, la misma mano puso un colchoncito de papel sanitario en el elástico del bóxer de ella, cómo señal de que era para que se lo pusiera en el puente de su prenda y por atrás un pañuelo limpiaba discretamente la zanjita lo más que se podía, ya que las eyaculaciones vertidas habían sido en abundancia, ya que hasta las partes internas de sus piernas se vieron comprometidas por la bajada de semen, las cuales también fueron limpiadas con ese pañuelo.
Llegando a la capital, el hombre no se despegó de ella y a un lado estuvo hasta que llegaron a la terminal, se bajaron sin hablar cada quien por su lado, pero Aleidita pasó antes al sanitario a asearse un poco o secarse más, ya que su bóxer era una sopa de fluidos tanto de ella, como de sujeto eyaculador, que le dio un placer desconocido por unos minutos, se quitó el bóxer y en una bolsa de nailon lo metió lo puso en la bolsa que llevaba para los útiles y salió con rumbo a las papelerías a surtirse del pedimento que le habían hecho, pero al cruzar una de las calles de la capital, y fuera de una tienda, el sujeto estaba tomándose una soda afuera de ese negocio, cuando Aleidita pasó, el tipo apuró su gaseosa, para seguirla, hasta que le dio alcance y le hablo.
Hombre.
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Hola nena, gracias por lo de hace rato, ¡te portaste muy bien!, eh.
Aleidita.
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Ah, perdón, ¿es usted el que me hizo eso, de tocarme en el camión?
Hombre.
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Sí nena, pues ya vez cómo veníamos de apretados y pues yo quise hacerme para atrás, pero la gente me empujo y quedé atrás de ti, y pues, ¡perdóname pero estas muy buena! y me pusiste tu cola en mi verga y que quieres, ¡me dieron ganas de hacerte rico!
Aleidita.
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Sí, ¿pero se pasó?, yo creí que nada más me estaba empujando, para acomodarse, pero me puso su cosote en mi colita, y ya no me pude mover.
Hombre.
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Pues sí, pero ya te pedí perdón nena, ya paso es más dónde vas, ¿te puedo acompañar?, y sirve que platicamos un poco.
Aleidita.
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Pero es que voy a la papelería y ya llevo prisa, ¡pero está bien acompáñeme!, ya que me tengo que regresar al pueblo, así usted me dice por dónde llegar más rápido.
Hombre.
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Seguro que sí, es más tomamos un taxi de regreso a la terminal, así te vengo a dejar hasta aquí, ¡mientras nos vamos platicando de los que nos pasó!, ¿quieres?
Aleidita.
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Bueno, pues acompáñeme, ¡pero me viene a dejar eh!, ya que no conozco muy bien la ciudad y me vaya a dejar el último camión para irme.
Hombre.
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Orale pues, ¿Cómo te llamas nena?, ¡estás muy hermosa!, ¿te gustó lo que hicimos en el camión hace rato?, o te da pena decírmelo, ¡anda dímelo!
Aleidita.
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Ay señor, al principio no me gustó, ya que nunca me había pasado esto, pero ya después que se acomodó en mi cola, ¡sentía bonito, y más cuando se movía metiéndome su coso entre mis nalguitas!
Hombre.
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¿Y qué sentías?, yo sentí que te quedaste quieta, ¡pero en eso sentí que tú también te estabas moviendo despacito!, pero lo hacías muy suavecito.
Aleidita.
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¿Pues no sé qué me pasó?, pero sentía algo que me estaba gustando, y más cuando usted me alzó la faldita de atrás y luego se me puso a picarme la cola sobre mi bóxer.
En eso llegaron a la papelería, el hombre acompañó dentro a Aleidita, quien se surtió de la lista que llevaba, después de perder más de una hora, ya que había mucha gente, y una vez con los productos en sus manos, pasó al área de cajas a hacer el pago del consumo, vio la hora, pero sintió que no llegaba a tiempo a la terminal de autobuses, y el corazón se le agolpo de pensar sí no alcanzaba a tiempo llegar, ¿qué iba a hacer?, en eso un taxi pasó, y el hombre pidió los llevará a la terminal X, rápido, pero el tráfico vehicular, los semáforos y una marcha de gente se interpuso en el camino, por lo que los nervios ya la invadían por llegar, en eso el taxista tomó un atajo, pero fue en vano, el autobús había partido.
Se bajaron del taxi, y pensó el hombre ese; oye y no hay manera de que te comuniques a tu casa o a la de alguna vecina y que le digan a tu madre, que te dejó el camión, >>> pues sí hay un teléfono de esos ladafón que está a un lado de mi casa en una tiendita, pero no traigo la tarjeta, >>> bueno ese no es problema, compramos una y te comunicas, ¿sabes el número de ese teléfono? >>> Si lo traigo anotado en la libreta, por cualquier cosa, >>> pues ven vamos a conseguir una y llamas, y le dices que te tendrás que quedar hoy aquí en la capital, y que temprano en el primero de la mañana te vas para allá, >>> sí, ¿pero donde me voy a quedar?, ¡aquí no tengo familia!, >>> ese no es problema nena, yo traigo aquí unos centavos y te quedas en un hotelito por esta noche, y te llevo a que cenemos juntos, ¿quieres?, >>> está bien pero antes hablo, ¿no vaya a pensar mi mamá que me quedaré en la calle?, >>> bueno le dices que te quedarás en una iglesia de monjas, así estará tranquila y no pensará mucho, >>> cierto tiene razón así estará tranquila y mañana temprano me voy en el primero de la mañana, >>>, pues andando Aleidita, vamos a comprar esa tarjeta y hablas, y ya nos vamos a cenar, para después ir a buscar un hotelito cercano aquí a la terminal.
Ya una vez que Aleidita se comunicó con su madre, y decirle que la había dejado el ultimo camión, y decirle donde se quedaría, la chiquilla y ese hombre se fueron a cenar unas hamburguesa en un restaurant, de ahí salieron y encontraron un modesto hotel económico el cual estaba a una cuadra de la terminal de autobuses, pagó ese hombre la noche y se dirigieron al interior de la habitación asignada por el administrador, quien los dotó en ese momento de dos toallas, dos jaboncitos hoteleros y un rollo de papel sanitario, les dio la llave y subieron, ya una vez dentro la chiquilla se tendió en la cama boca arriba, alzando una pierna, mientras el hombre le daba la espalda, pero la inexperiencia de Aleidita y la pose que tenía, él por el espejo observo, que la faldita de Aleidita se le subió a media pierna y la otra semi-abierta, y vio que Aleidita no llevaba puesto nada abajo, la observó detenidamente sin que ella sospechara ser vista, hasta que hablo ese hombre, >>> Aleidita ¿no te gustaría darte un bañito antes de que duermas?, has de estar olorosa de lo que hicimos en el camión, ¡mejor báñate!, para que no llegues mañana a tu casa oliendo raro, >>> ha, sí tiene razón, y así se me seca el pelo y llego normal, >>> mira mientras te bañas voy a la tienda a traer unos refrescos y unas golosinas para ti, me llevo la llave, no abras a nadie, no tardo, >>> sí está bien, así me baño con calma, mientras regresa, >>> en eso salió ese hombre y se acordó que a unas cuadras había una tienda de ropa de lencería y corsetería, por la que habían pasado antes de ir a cenar, entró y pidió a la dependiente un bóxer para niña de 12 años en un color pastel, el cual le mostraron, pero lo vio chico, ya que había notado que Aleidita es culoncita y ese bóxer le apretaría, o simplemente no le entraría y pidió otro de una medida más, el cual lo vio, pero no le convenció, hasta que le mostraron uno para dama en talla chica, el cual observó bien y pidió ese, el cual pagó, se lo dieron en una bolsita y se retiró, paso a comprar unos refrescos y unas golosinas, y se fue al encuentro de Aleidita que ya se había bañado y estaba acostada tapada viendo la televisión.
En eso llegó ese hombre con las cosas en la mano, y en su bolsa del pantalón esa prendita intima, que le daría, cómo una sorpresa, le dijo.
– >>> ¡qué rápido te bañaste Aleidita!, bueno mira te traje un refresco y bolsitas de papas y otras cosas, para que comas mientras ves la televisión, mientras yo también me daré un bañito y regreso ¡te traje una sorpresa!, >>> ¿Qué es, démelo?, >>> no ahorita que regrese de bañarme te la daré mientras mira la televisión comiendo tus chatarras, ¡regreso!
Ya una vez de regreso ese hombre, le dijo que si ya se había comido sus golosinas, el cubierto con la toalla a la cintura, y a un lado de Aleidita, pasó y apagó la luz para sentarse a un lado de ella que embelesada veía una serie de dibujos animados, en eso le pregunta Aleidita, ¿Qué, no se va a ir a su casa?, y el hombre contesta ¡no!, me quedo contigo ya que no quiero dejarte solita, ¿no sea que te vaya a pasar algo?, >>> pero es que yo nunca me he quedado con nadie desconocido, me da miedo y pena también, >>> bueno pena ya no debe de haber, ya que después de lo que hicimos en el camión ya no debes de sentirla y ¿miedo de que, no te haré nada malo?, y menos lo que tú no quieras, yo te cuidaré esta noche, ya veraz que seremos buenos amigos mañana, >>> bueno pero no me vaya a hacer nada, yo estoy chica y además nunca he estado con un hombre solita y menos en un hotel, esto es secreto entre usted y yo, no vaya a andar contando nada, ya que me vaya a pegar mi mamá sí sabe, además en la escuela se pueden enterar si usted habla algo, >>> no te preocupes Aleidita, yo no conozco a nadie de tu pueblo, yo me la paso en los caminos que estamos remodelando, yo traigo una retroexcavadora y plancho el asfalto con una aplanadora, soy el capataz del grupo que trabaja, yo no vengo al pueblo, sólo a tomar el autobús de regreso, pero no digo nada, >>> bueno sí es así, y me da su palabra, ¡quédese!, así me siento segura con usted, >>> bueno Aleidita yo tengo frío por el clima, ¡qué te parece sí compartimos la cobija!, >>> uy no, eso no, ando desnuda que no ve que me mojo de leche mi bóxer y está sucio, ¡por eso no traigo nada abajo!, >>> ah sí cierto, le eche mis moquitos en tu colita, no me acordaba, ¡pero mira lo que te traje!, >>> ¡oh, qué bonito bóxer!, ¿dónde lo compró, es para mí?, >>> ¡claro Aleidita quiero vértelo puesto!, ¡a ver si le atiné a tu talla!, >>> haber deje que me lo ponga debajo de la cobija, mmm, ha, esta apretado, pero si me queda, se ha de estirar en la primera lavada, pero sí me quedó, uy esta suavecito, >>> ¿me lo enseñas puesto?, quiero verlo en tu colita, para ver si le di a tu medida, >>> bueno sí, pero aquí debajo de la cobija, ¡vea!,,,,,, ¿ya vio como si me queda?, >>> sí, se te ve bien pegadito, pero no vi bien ya que esta oscuro dentro de la cobija, ¿párate en la cama?, >>> está bien vea mire por atrás como me quedan de ajustaditos, y mire por delante bien apretaditos, ¿ya vio?, >>> sí Aleidita, se te ven muy bonitos, ¿oye te digo algo?, sin que te molestes, ¡qué hermosa puchita marcas eh!, la tienes bien alzadita o ¡es carnita?, >>> es mi conejito siempre ha sido así desde que me acuerdo, ¡desde mi kínder la tengo así paradita!, y no está gordita, es carnudita, >>> ¡oye pues que linda se te ve! , hasta dan ganas de darle muchos besitos, ¿me dejas darle unos?,>>> me da pena, ¡no sé que vaya a pensar de mí!, >>> yo no pienso nada, y yo no diría nada de esto, lo mantendría en un secreto total, sólo tú y yo, ¿me dejas?, >>> no sé, deje que termine las caricaturas y veo, ¡mientras sí quiere arrímese conmigo y me abraza un poco!
Serían las 9:50 de la noche, cuando esas caricaturas estaban por acabar, para dar paso a los noticieros, el hombre tenía abrazada esa silueta infantil y de vez en cuando le pegaba su paquete a la colita, que entretenida veía pasar las animaciones y las risitas se escuchaban de ella, sin que se percatara que empezaba a ser punteada, como en la tarde que venía en el camión, sus pechos no muy grandes pero si de un tamaño ya de una pre adolecente se veían que exhalaban e inhalaban aire de una manera más rápida, en eso terminaron las mencionadas caricaturas, y se encamino al baño, para regresar y coquetamente caminaba de un lado a otro dentro de la habitación, hasta que sola se subió a la cama y le dijo a ese hombre.
¿Cómo que ya hace sueñito, no?, ya quiero dormirme, sino, no me levanto temprano para tomar el primer camión, para el pueblo, >>> sí Aleidita ya hay que dormirnos lo bueno que yo, mañana no voy a los caminos, es día de nómina y tengo que ir a cobrar, para llevarles dinero a los peones, pero te llevo temprano a la terminal, >>> sí lléveme ya ve que pesa la bolsa de los útiles y así ahí agarro asiento, ya que se llena rápido, >>> ok, está bien, ¿oye me dejas abrazarte un poquito para dormir?, >>> bueno, pero no se vaya a dormir temprano, para despertarme, yo soy muy dormilona, >>> no, cómo crees, yo me levantaré para hablarte y llegar a tiempo, es más ya apagamos la luz, >>> bueno sí, ¡uy que oscuro esta este cuarto!, mejor préndala me da miedo estar a oscuras, sí, >>> no tengas miedo Aleidita, no pasa nada yo estoy aquí, para cuidarte, >>> ah sí, pero me da miedo lo oscuro, en mi casa duermo con un foquito chiquito de esos de las guías de navidad y alumbra lo oscuro de mi cuartito, >>> bueno pero aquí no hay de esos, así que mejor voltéate de lado y me das la espalda y yo te abrazo, y veraz que no pasa nada, >>> ahora sí quieres te platico un cuento de espantos, ¿quieres?, >>> ah, pero me va a dar más miedo, bueno sí, platíquemelo, pero abráceme no sea que me ponga a llorar por lo que me va a platicar, >>> ¡claro nena arrima la colita a mí!, te abrazo, te platico ese cuento de allá de tu pueblo y me dices si es cierto, >>> ah, ¿de mi pueblo?, >>> sí de tu pueblo es de una señora que se aparece en el arroyo que pasa por unas fincas de café, cerca de tu casa, >>> uy me va a dar miedo oírlo, pero dele a la plática, >>> bueno verás en el monte al anochecer, cuando los murciélagos salen de las cuevas y se escucha el sonido de los búhos, aparece esa señora de blanco por esos lugares, en busca de sus hijos y grita fuerte así “””ayyyyy mis hijossssssssssssssss”, y la gente la ha escuchado cerca de tu casa, ¿tú no la has escuchado?, >>> noo, pero sí, mi mami, sí la ha escuchado, oiga me da miedo, pero sígale contando, pero abráceme no sea que la vaya yo a escuchar aquí en lo oscuro y me vaya a espantar, >>> sí Aleidita arrímate bien y así pegaditos yo te protejo, no tengas miedo, a ver le sigo, “”” >>> >>> >>> >>> >>> >>> >>> >>> “””””””.
Una vez casi terminado el cuento de espantos, Aleidita estaba debajo de ese hombre, que según la estaba protegiendo en la oscuridad de esa habitación y platicándole más espantosamente, por lo que el contacto de los cuerpos estaba en ese momento caliente bajo una colcha hotelera, el vaivén que le hacía ese hombre al posar su miembro en el montecito de venus de ella, era más que lujurioso, los movimientos que le hacía eran encimita de esa colina de carnita, con sus piernas cerradas ella aceptaba esa fricción sin reproche alguno, para que de pronto una de las piernas de ese hombre forzó las de ella y hacerlas abrir sin resistencia alguna, y colocarse entre medio de ellas, y pasar el glande con interiores puestos de los dos en la rajita que separaba la tela de ese recién estrenado bóxer, haciendo ya presión entre los labios mayores que separaban la telita de la vaginita cálida, lentamente ese hombre con una mano se descubrió el pene y lo puso directamente al calor que emanaba la intimidad que forzaba con el bóxer puesto de ella, para ubicarlo en el centro de calor y lo punteaba hasta que llegó a meter el glande entre la telita y los carnosos labiecitos exteriores que ya estaban lubricados, porque la humedad anunciaba una excitación de esa flor que se abría antecediendo la suave tela, para recibir el tallo sin penetración, por lo que la excitación del momento lo hizo incorporar y con sus manos bajó la prenda íntima hasta sacar una de sus piernas y volverse a poner encima, a seguir punteando, pero ahora era de piel a piel, Aleidita excitada se retorcía y a la vez ondulaba un poco su cadera, su cintura, sus senos duros estaban en excitación total, ya que sus pezoncitos estaban siendo sometidos a largas lengüeteadas y estaban erectos, una de las manos de ese hombre la bajo a encontrar su pene, el cual pasándolo varias veces de arriba hacia abajo logro encontrar la puerta del paraíso núbil de Aleidita, por lo que se acomodó encima de ella y con los codos sosteniéndose, para no aplastar a esa ninfa, que de lado su cabeza y la boquita abierta se daba a lanzar unos gemiditos muy eróticos, que invadían el ambiente, el glande ubicado en el camino a seguir estaba siendo sometido a un tratamiento desconocido por Aleidita que en contracciones vulvares estaba haciendo terminar en su puerta sexual delantera a ese hombre que copiosamente vertía abundante semen dejando impregnada esa vaginita en su exterior sin llegar a desvirgarla, por lo que pasados los momentos excitantes, se bajó de ella y fue por el papel sanitario, para limpiarle su fechoría y así en la oscuridad Aleidita abriendo sus piernas era limpiada de su hermosa intimidad, por una mano que aprovechaba el momento y tocaba de más esa parte prohibida.
Al día siguiente y muy temprano, se levantó ese hombre para despertar a Aleidita, pero sin encontrar respuesta, por lo que la volteó y se volvió a encimar en ella, le saco el bóxer sin que despertara y se ubicó nuevamente entre esas frondosas piernas a las que levanto a sus hombros dirigiendo su pene al encuentro con esa vaginita que, a la que le ubico con cuidado el glande, para tratar de deslizarse dentro, pero sintió que esa vulva estaba pequeña, empujó sin resultados de penetración y se quedó ahí, hasta que sintió las ganas de volverse a vaciar en esa muñeca dormida a la cual otro torrente de semen vertía encima de su monte de venus que sin vello alguno por su edad, el semen se escurría por un lado hasta mojar la sábana, la limpio y se dio a despertarla, para llevarla a la terminal y abordará su autobús con dirección a su pueblo.
Espero haya agradado la lectura realizada por ustedes a este parte de la corta vida de esta chica, que ahora es más hermosa que en ese tiempo, es una ternura y dulzura juntas, a la que yo en lo personal la admiro por ser muy estudiosa e inteligente, ella es la que confecciona estos relatos propios, yo sólo los corrijo y les doy la calidad que ella me pide, para enviarlos a su respectiva publicación en esta comunidad, saludos.
Próximamente:
“Los primeros Cameltoes de Aleidita”, en una fiesta disco de la primaria a sus 13 añitos, lo recomiendo, cómo un buen relato continuación de este, que será la cuarta parte de su segundo relato, hasta pronto.
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