maduras de vacaciones
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Era un día caluroso en la Ciudad de Cartagena , así que me dirigí a la Alameda Central a refrescarme, además por ser zona turística y céntrica, el atractivo visual es variado, llevaba rato viendo a un grupo de chicas en su hora de almuerzo, había una gordita sentada distraída en la charla sin percatarse que enseñaba la entrepierna y dejaba ver claramente el calzón a su lado, una morenita con facha de putita cruzaba la pierna mostrando nalguita , la verdad el paisaje era cachondo, el intercambio de miradas con la morenita me prendió, aunque sabía que era la típica: moja braguetas.
Pero ese cuadro lo rompió una señora como de 55 años, alta, muy blanca, de ojos azules, lucía un vestido de manta blanca con bordados multicolores alrededor del escote, que por cierto era muy generoso y por el cual asomaban dos pechos enormes redondos que botaban con el paso firme de esta dama, era acinturada y con un culo enorme que se meneaba cadenciosamente, era ese tipo de gorda carnuda pero bien formada de piernas hermosas y con unas pantorrillas que lucían divinas, con esas alpargatas españolas de color blanco, no pude evitar hacerle un saludo y un guiño, por lo que se sonrojo y apresuro el paso, para mi deleite esas nalgas se menearon deliciosamente, así que decidí seguirla discretamente, me tenía hipnotizado con el bailar de sus carnes, se acercó a un puesto de artesanías y se probó una gargantilla de turquesa que le quedaba muy bien.
Me perdí en su escote, en su piel tan blanca, en esa textura que solo la edad puede darle a la piel de una mujer, imagine como caerían esos pechos al ser liberados de ese sostén de media copa que los hacían ver estupendos, pude ver fugazmente un pezón enorme cuando se agacho para tomar un anillo, percibí el aroma de su perfume tan discreto y suave, cruzó la avenida dirigiéndose al palacio de bellas artes al cual ingresó, al subir por esas escalinatas de mármol negro pude ver sus muslos gruesos y blancos que provocaron en mí una erección y una excitación tremenda.
Se dirigió al primer piso para contemplar los murales, mientras más la observaba más me calentaba, ella noto mi presencia y se turbó, se alejó de mí meneándose coqueta, no pude más me acerque a ella, y sin saber a ciencia cierta lo que decía murmure muy cerca de su oído:
– ¡Como quisiera volverme loco dentro de ti mamacita! – ella se sonrojo y asombrada volteo y dijo:
-Perdón?- sus grandes ojos azules se clavaron fijamente en mí y solo pude repetir
– Me encantaría volverme loco dentro de ti mamacita!!!! –
Después de unos segundos de tenso silencio sonrió suavemente aún sonrojada y replicó:
– Que cosas tan locas dices- se rompió el hielo y volví arremeter
– Entonces qué señora bonita? Nos tomamos una copa?
Ella tomó mi brazo aceptando implícitamente, cruzamos la Avenida San Martín dirigiéndonos a Sanborns, ordenamos unas bebidas y comenzó la plática, yo no dejaba de expresarle mis deseos de poseerla, ella exteriorizaba asombro e incredulidad, pero a la vez confesaba que esta situación la tenía excitada, la convencí y fuimos a su hotel, ella era española de vacaciones en Cartagena.
Llegamos a su cuarto en donde la desnude y recosté en su cama, estaba ansiosa de ser penetrada pero decidí llevar las cosas lento, comencé por besarla en la boca, esos ojos entrecerrados eran como un sueño, su cabello largo y ensortijado, se extendía sobre la cama y acaricie sus pechos enormes, mordí sus pezones erectos y esa aureola enorme rosada tan sensible.
Me pidió que hiciera chupetones en sus pechos, pues eso la excitaba, los mame hasta que se me cansó la boca, baje suavemente por su vientre, la textura de la piel de una mujer madura me prende, llegue al fin a su pubis que era una maraña de pelos largos y rubios, los mordí y jale con mis dientes cosa que la hacía curvar la espalda y pedirme a gritos que se la metiera, metí mi cara entre sus piernas y lamí sus labios y todo alrededor, ella jadeaba y suspiraba, abrí su pucha y lamí el interior de ese túnel rosa de sabor agridulce, el olor de su sexo nublo mis sentidos y empecé a mamársela frenéticamente, hasta lograr su orgasmo.
Seguía pidiéndome que se la metiera, levante sus piernas y vi expuesto totalmente su chocho y ese culo profundo que me miraban frente a frente, dirigí mi verga hacia su orificio, metí solo la cabecita y la saque, volví a meter solo la cabecita y sacarla de nuevo, ese momento en que entra la verga en un chocho cerrado es único, repetí este movimiento varias veces, ella intentaba moviendo su cadera tragársela toda, pero me mantuve firme, su chocho apretaba cada vez más, hasta que vino otro orgasmo y otro más seguidito.
Ella aflojo todo el cuerpo y parecía como desmayada, gemía suavemente y me abrazaba, me incorpore un poco para ver su culo y ahí estaba pulsando por la excitación, su pucha apretada escurría algo de líquido, con mis dedos lo tome y lo puse en su ano, y sin dar tiempo a nada recargué mi verga en su culo y empuje lento, pero decididamente hasta el tope, ella gimió, apretó el culo, arqueo la espalda y me dijo al oído:
-Párteme en dos cabrón !!-
Separe su piernas, abrí sus nalgas y comencé a meterla y sacarla vigorosamente, el sonido de mis muslos contra sus nalgas llenaba la habitación, sus tetas botaban como locas en dirección circular, ella las jalaba y apretaba frenéticamente, me encontraba al máximo, verla así, encuerada, abierta de piernas, la pucha escurriendo, el culo ensartado, las tetas botando y ella gritando como loca, unas veces de dolor y otras de placer, fueron varios minutos, su culo me apretaba hasta no poder moverla entonces la sacaba toda, veía como su culo quedaba abierto y se cerraba poco a poco, volvía a meterla de un solo golpe hasta el fondo, ella reparaba, gemía y pedía más, terminó varias veces hasta que ya no aguante más y me vine abundantemente, su culo apretó mi verga y saco la última gota de semen, caímos rendidos, nos abrazamos y quedamos dormidos, nuestra relación duro unos cuantos días pero quedo el recuerdo de la vieja más rica que me he cogido.
Si en alguna ocasión visitas Cartagena y quieres vivir una experiencia así conmigo, ¡Bienvenida!
Mujeres maduras rollizas culonas y chiconas con ganas de ser cogidas por un latino ardiente de Cartagena.
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