Me calientan los albañiles
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Yohannita.
Nos mudamos hace poco a una nueva casa muy bonita aunque tiene que hacerse algunos arreglos aún, y siempre contamos con Don Alberto, que hace muchos años trabaja para nosotros, siempre atento, amable y muy responsable.
Su esposa, Dona Juanita, fue mi niñera cuando era bebé.
Con el tiempo empecé a ver a Don Alberto con cierto cariño, siempre me traía golosinas, y para mí cumple siempre me compraba una muñeca como regalo, con el paso de los años comencé a mirarlo de otra manera siempre cuando se aseaba en el tocador yo trataba de espiarlo, en ocasiones, hasta me animaba a entrar donde él se cambiaba antes de marcharse y lo veía sin camisa, le sonreía y le decía hola y salia.
A veces lo llegaba a ver en boxer pero de ahí no pasaba.
Hasta que un día llego del cole y mis padres no estaban y él estaba haciendo unos arreglos en el patio trasero, llegaba las 15 horas y el se alistaba para irse y yo, como siempre, mi tarea de espiarlo, pero ese día era diferente, estaba hecha un manojo de nervios, no me pregunten porque, pero sentía la necesidad de ir un poco más alla, volví a repetir la rutina de entrar a espiarlo, solo que esta vez quería algo más, estaba sin su camisa, apoye mis manos en su pecho y lo bese apasionadamente, el me saco de inmediato y solo le sonreía, entonces entendió y sin decir nada me acerco a su cuerpo y me besó de una forma increíble, nuestras lenguas jugaban y yo estaba muy caliente, en eso se escucha ladrar a princesa, nuestra perrita, era mamá que volvía de una diligencia, así que ahí tuvimos que parar, obvio que juramos guardar el secreto y que no iba a terminar ahi.
Paso una semana después de esto, mi mamá no se iba, por lo tanto, no podía acercarme hasta Don Alberto así que conformaba con espiarlo como siempre.
Hasta que tuve una idea, se acercaba el cumple de mi tía, hermana de mi mamá y como es costumbre, mamá hacia la torta de cumpleaños y otras cosas ricas, entonces ese fin de semana, día sábado, me hice la enferma, tenía mucho dolor de cabeza y necesitaba descansar.
Mi mamá no tuvo problemas pero si me llegaba a sentir peor que la llame, le dije que sí que no se preocupe.
Igual estaba Don Alberto y ante cualquier urgencia podía contar con el.
Y una vez que mi mamá se fue, salí de la cama y antes que nada me aseguré que se fuera y después si ya podía ir hasta donde estaba Don Alberto.
Para mí sorpresa él estaba en la cocina, sentado y me saluda dulcemente, solo me acerco y comienzo a besarlo, en eso me confiesa que desde hace rato que se masturba pensando en mí, yo le pido que me muestre como se masturba, sacó su pija y comenzó a tocarla hasta ponerse dura, yo me relamiay ya quería probarla estaba toda sudada, no doy más y me arrodilló frente de el, comienzo a chuparla, el gemía y gozaba era un macho en celo y quería ser su hermbra, chupe durante un buen rato hasta que un grito ahogado me anuncia que se venía en mi boca,,,
Mmmmmmm que rico – decía yo – quiero más macho, dame más
Mis ruegos por tomar más esperma lo pusieron más loco y su verga se puso de nuevo dura quería que se sacará toda la leche en mi boca pero él quería cogerme.
Como buena y obediente que soy me abro de piernas en el sofá dejando mi sexo para q el se sirva a su gusto, empezó a jugar en punta de su verga en la entrada de mi conchita caliente y AHHHHHHHHH la metió de una empezó a moverse como un animal frenetico,
Ahhhhhhh asiiiiiiiii más papi más asiiiiiii hijo de puta cogemeeeeeee
Yo estaba en la gloria y llegué a un orgasmo que hizo que mi cuerpo se estremeciera, y él seguía gozando de su perrita gimiendo y moviendo su verga, estuvo así durante unos 15 minutos y yo tuve varios orgasmos más, no quería que saliera de dentro mío hasta que las saco y acabo en mis tetas y boca yo tomaba su leche espesa como si fuera una muerta de hambre, quería más pero él ya estaba agotado lo deje descansar y cuando estaba por volver a comer su verga recibe un llamado de su mujer, preocupada porque no había vuelto a su casa aún, se dio un baño, me besó y nos despedimos hasta el lunes.
Ahora y así estuvimos un par de veces más cogiendo escondidos en la casa cuando mamá salía me trata como su hembra y yo contenta de tener un macho como el para que se saque las ganas.
Un día vino con un ayudante porque tenía que subir ladrillos a la terraza y en un momento me lo presenta, a juzgar por la forma en que me miraba sabía que yo y mi macho teníamos algo, pero eso es algo que voy a contar en otra ocasión, solo les adelanto que seguramente tenga otro macho en un tiempo no muy lejano jejeje
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!