mi deseada y culona vecina madura
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por GorditoSexual1994.
Luisa es una mujer madura de aproximadamente de cincuenta años y desde hace como nueve años que vive en el mismo edificio que yo, al principio cuando la conocí, no sentía atracción por ella hasta que en el cumpleaños numero dieciséis de su hijo menor, pues ella me invito a la reunión que tenían en su departamento y pues ella me saco a bailar y fue allí donde me fije del despampanante trasero que tenia, desde ese momento me empezó a atraer, pero bueno antes de continuar les describiré como es ella, ella es una señora un tanto pequeña de tamaño y algo gorda (bueno mas bien rellenita) de cabello rizado y corto con nariz pequeña, boca ligeramente carnosa, ojos castaños claros, piel morena bronceada y pecas de espalda, además con tetas medianas, se podría decir que es una señora algo atractiva, ahora volviendo al relato, como dije ella me atraía mucho, siempre le dedicaba muchos pajazos pensando en ella y en ese culo que me volvía loco, tanto que cuando le veía y usaba esos pantalones apretados era inevitable que la viera además que de vez en cuando ella pedía alguna cosa a mi mama, (algo de comida que ella necesitaba) pues ella andaba con una dormilona amarilla, que daba al descubierto las pecas que tenia en la espalda, en si era una vieja tentadora y su familia estaba conformada por cuatro persona, ella, el hijo mayor, el menor y su novio (que pues se casaron hace poco) y pues ella era tan despampanante que según escuche tenia admiradores y uno de ellos vive en el mismo edificio que yo.
Cuando Luisa se casa con el novio, su conducta drásticamente, antes era muy fiestera y le gustaba hacer chistes, además siempre se reía y siempre se ponía hablar con varios minutos con quien sea, pero ahora cambio, ahora siempre se pone con cara de seria, apenas y saluda cuando ve a alguien y rara vez se ríe y cuando lo hace es mas una risa forzada.
Entonces un día se me ocurrió tratar de dejarle claro que yo quería coger con ella, ya que no tenia nada que perder, por ella apenas me saludaba y además si veía algún síntoma de molestia de ella, le diría que todo fue en plan broma (aunque igual quedaría como un pervertido pero eso no me importaba, mi objetivo era gozármela).
Se me ocurrió insinuarme con ella, cuando estábamos solos, ya sea esperando el ascensor o cuando ella viniera a donde vivo a pedir algún favor o en general cuando pedía algo (como solía hacerlo) en todos los casos, tanto cuando subíamos juntos en el ascensor como cuando iba a mi casa, hablábamos normal de todo un poco pero yo aprovechaba la oportunidad para recostarle el pene en esas grandes nalgas, a lo que ella se sentía incomoda pero no me decía nada, no se movía de sitio ni tampoco me decía que no lo hiciera mas, mucho menos que me apartaba, solo se quedaba allí parada mientras mi pene le rozaba el trasero y así pase con ella varias veces.
Cuando pensaba que lo único que podía tener de ella seria solo rozarle el pene entre las nalgas por enzima del pantalón, ocurrió lo que tanto quería.
Un buen día ella toca a mi puerta y pide algo de azúcar que según ella era para hacer un jugo para el almuerzo, mi padre fue a su trabajo y mi madre avía ido con mi hermano al medico, ella estaba vestida con su dormilona amarilla (que en lo particular me encantaba) sin nada por debajo de ella, accedí a abrirle la puerta del departamento y la llevé a la cocina, le saque el pote donde tenia el azúcar y le dije que se sirviera lo que necesitara, así ella empero a servirse de cucharada a cucharada lo que según necesitaba, votándolo en la taza que ella avía traído.
Mientras ella se servia, yo me le puse atrás y le hacia mi típica recostada, en sus nalgas por encima de la ropa como siempre, cosa que me excitaba mas que antes ya que como la tela de la dormilona es muy fina y suelta, paresia como si estaba completamente desnuda, mientras asía esto le empezaba a dar besos en la nuca, en un principio ella opuso resistencia, pero poco a poco por la expresión de su rostro fue sediento poco a poco.
Cuando notaba que ya no ponía ninguna resistencia, le subí la parte de debajo de la dormilona y deje expuesto su trasero, aquel trasero que durante años me volvía loco, por fin estaba ante mis ojos en todo su esplendor, lo que hice fue bajarme lo pantalones en conjunto con los boxers y seguir rozándole mi verga expuesta en su trasero, mientras con una de las manos le tocaba la nalga la cual era muy suave, ella aceleraba la respiración, y me dijo en plan excitada lo preocupada que estaba por si alguien de la familia nos veía, pero yo sabia que (sobretodo mi madre y mi hermano) se iban a demorar, por lo que le respondí que no se preocupara y siguiéramos con lo que estábamos haciendo.
Fuimos a mi habitación, ella se sentó en mi cama (que es una matrimonial) y yo estaba parado frente a ella con mi pene super emocionado, en ese momento ni mas ni menos ella me empezó a dar una mamada, la manera como movía la lengua y a veces hasta se la metía toda en la boca que hasta se medio ahogaba, me encantaba y según parecía era toda una experta, después se acostó en mi cama y yo me puse debajo de ella, para ver en primera fila su hermosa, afeitada y medio mojada vagina empecé a mover mi lengua que rozaba con su clítoris, ella se gozaba cada lametón, no notaba en su respiración acelerada y en alguno que otro gemidito.
Luego ella se puso en cuatro en mi cama y yo empezó a penetrarla, sentir esa vagina jugosa , caliente y posiblemente llena de experiencia por los que la han cogido me llenaba de full morbo, luego yo me acuesto y ella se me pone enzima, empezando a cabalgarla, la cara de caliente que tenia era magistral, hasta soltaba alguna que otra sonrisa picarona, sin contar que se movía muy bien las caderas, mientras me cabalgaba no dejaba de darle nalgadas y de apretar también sus nalgas, lo que ella disfrutaba a full, después ella se recuesta y yo voy encima de ella para hacer la del misionero, le avise que ya iba a venirme, ella me respondió toda excitada que quería que le acabara dentro por que tenia mucho tiempo que no sentía el semen de un hombre recorrer su vagina, le acabe dentro y salio tanto que hasta se derramo semen fuera de su vagina,
Después de eso, descansamos unos minutos ambos recostados en la cama para recuperar un poco el aliento de ese intenso acto sexual que acabábamos de tener y ella se arregló su dormilona, mientras yo iba al baño a para darle algo de papel higiénico, para que se limpiara la vagina.
Entonces le pregunte que desde cuando no lo hacia, y ella me confeso que desde hace años, aunque ella siempre quería su esposo por causa del trabajo siempre terminaba agotado y no hacían nada de nada, hasta que ella le dejo de insistir, también me dijo,que en la luna de miel no hicieron mucho, el solo se la clavaba y le daba hasta acabar que según lo que ella me contó duraba 5 minutos, por ello que estaba algo amargada, ya que aunque cuando estaba sola se masturbaba, quería sentir el calor de un hombre, por ello cuando empecé a insinuarle que quería algo sexual con ella se lo pensó varias veces antes de ceder, desde ese momento le dije que si quería repetirlo me avisara que yo estaba encantado de hacérselo de nuevo.
Después de esa tarde candente tuvimos algunos encuentros, en su mayoría rapiditos por las zonas del edificio pero espero que en algún día volvamos a tener tiempo para tener otro encontronazo sexual intenso como aquella vez.
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