mi niño consentido
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola a todos, soy una mujer colombiana, casada, tengo tres hijos, y dos nietos, tengo 62 años, y el cuerpo de una mujer de mi edad, no soy de esas que se pasan la vida operándose para que no se les note la edad, yo me siento orgullosa de mi edad y de como soy, tetas grandes y caídas, nalgas un poco grandes, bastantes flácidas, pero mi época de mujer despampanante ya paso.
Yo hace muchos años que trabajo con esta gente, un matrimonio de profesionales, mas dedicados a sus carreras que a su hijo, al cual crié desde la mas tierna edad. Empecé por horas y terminé de interna, me costó mucho convencer a mi marido, pero por el sueldo que me ofrecieron, él accedió. Así pasaron los años, el niño fue creciendo, se notaban los cambios, yo de toda la vida lo bañe, a medida que pasaba el tiempo se notaba que iba a ser terrible, ya que desde los 9 años, cuando lo bañaba y enjabonaba sus partes, su pequeña verga se ponía dura en mis manos, y yo como un juego siempre le di un beso en la punta, pasábamos casi la mayoría del tiempo solos. Un día vino la señora y me dijo que ya no lo bañe mas a Jorge, que así se llama el niño, y yo me llamo Delia. Bueno, como el que paga manda, se lo dije a mi niño consentido y él se puso muy triste. Pero como dije, los padres casi nunca estaban y cuando estábamos solos, Jorge me pedía que lo bañe, y así a escondidas lo bañaba y le daba el beso sobre la cabeza de su verga cuando estaba dura en mis manos, ya no era la pequeña verga del niño que había conocido, estaba creciendo.
Un día en que estaba su madre en el despacho con su socio, Jorge me llama a su habitación y estaba desnudo con su verga dura, "que quieres mi niño?", le dije, "el besito que siempre me das", me dijo mostrándome su verga dura, "pero oye, eso era cuando eras pequeño, ahora mira el tamaño de tu verga", le dije mirándola, "te doy uno y ya basta", le dije, sentándome en el borde su cama y agaché la cabeza para darle el beso que siempre le daba, pero el muy pícaro, me cogió de la cabeza y me metió su verga dentro de mi boca, "pero que haces mal criado?", le dije, levantándome de inmediato y lo miré con cara de enfado, "es que he visto a mi madre haciendo esto con su socio y parece que a ella le gusta y pensé que a ti también te iba a gustar", me dijo, rojo como tomate, "cuando has visto eso, muchacho", le dije sorprendida, "por el ojo de la cerradura, le he visto arrodillada entra las piernas del socio, metiéndose esto en su boca, o desnuda sentándose sobre él", me dijo, mirando el suelo, "con razón cuando se encerraba en su despacho con el socio, me decía que por nada la molestaran", pensaba, "así que la pundorsa señora, le mete los cuernos al marido", seguí pensando, sin darme cuanta que seguía con la verga de Jorge en mi mano
"mira hijo, eso que haces esta mal, a mamá no se la debe espiar, si se da cuenta, seguro que te castiga, ahora te vistes y ven fuera" , le dije, saliendo a la cocina a seguir con mis quehaceres, al ratico me llama Jorge, haciéndome señas, "ven Delia, mira por el ojo de la cerradura", me dijo, yo vencida por la curiosidad, me agacho y vi a la madre de Jorge mamando la verga de su socio mientras el jugaba con sus tetas, nos fuimos a la cocina, "ahora vez porque hice lo que hice, pensé a las mujeres les gusta tener lo que tiene el hombre en su boca", me dijo Jorge como queriendo darme una explicación de porque había metido su verga en mi boca cuando le iba a dar un beso, "bueno mi niño, como te explico, si a las mujeres nos gusta meternos en la boca la verga del hombre al que amamos o por lo menos nos gusta, pero no vamos por ahí metiéndonos todas las vergas", intentaba explicarle, "yo pensé que te gustaba", me dijo el niño mirando el suelo, se lo veía tan tierno, "claro que me gustas, pero eres un niño, como piensas que me voy a meter tu verga en mi boca", le decía, tratando de que entienda, hasta que la señora sale de su despacho, me llama y me dice que el señor y ella van a salir, que no sabe a que hora va a regresar, cuando se marcha, Jorge volvió a insistir sobre lo mismo, "vamos Delia, aunque sea una sola vez, mis padres nunca están, nadie me habla de estos temas, quiero saber que es estar con una mujer", me dijo con los ojos llenos de lagrimas, me dio mucha lastima, lo vi solo, desamparado por sus padres, "hay mi niño, que consentido que te tengo", le dije abrazándolo contra mi pecho y se puso a llorar, realmente era eso, un niño en una jaula de oro. "Pero mi niño, y si lo hacemos, tu no se lo cuentas a nadie verdad?", le dije, mirándolo a los ojos, "no Delia, eso va a ser nuestro secreto", me dijo dando saltos de alegría
Yo pensaba en mi esposo, que le iba a meter los cuernos con un niño de 12 años, "pero si yo no voy a gozar, simplemente le voy a mostrar como es estar con una mujer", me decía a mi misma, mientras nos íbamos a mi habitación para su primer clase de sexo, entramos, le dije que se desnude mientras yo me sacaba la ropa también, quedamos los dos desnudos, él me miraba con los ojos muy abiertos, "mi mamá no tiene pelos entre las piernas como tu", me dijo mirando mi cuca, "es que yo soy una vieja al lado de tu mamá", le dije, echándome boca arriba en la cama, lo hice acostar a mi lado y le dije que me acaricie la cuca, y como debía hacerlo, le dije como debía chupar el pezón de una mujer para darle placer y mientras el acariciaba mi cuca y chupaba mi teta, yo acariciaba su verga que estaba dura, sentía que a mi pesar me estaba mojando, me estaba excitando la inexperiencia del niño, yo con todos los hombres que me había acostado eran zorros viejos en esto de estar en la cama con una mujer, pero estar con un niño, me estaba haciendo poner muy caliente, le dije que meta sus dedos en mi cuca, "Delia, la tienes mojada", me dijo, "si mi niño, eso cuando la mujer esta disfrutando", le dije, y estaba disfrutando realmente, lo acosté boca arriba y baje entre sus piernas y le empecé a mamar su verga, a lamer todo lo largo, la metía toda en mi boca, era una verga grande para un niño de 12 años, mientras yo con mi mano no dejaba de acariciar mi cuca
Jorge gemía de placer, era su debut sexual, y como casi la mayoría de los chicos con dinero, lo estaba haciendo con su chacha, yo le estaba mamando con placer su verga, me acuesto a su lado, le digo que se acomode entre mis piernas y con mi mano la dirijo a la entrada de mi cuca, diciéndole que empuje hacia adelante, yo estaba con mis piernas abiertas y levantadas, y empecé a sentir como la verga de ese niño empezó a entrar en mi cuca, como me estaba dejando coger con un niño de 12 años, lo envolví con mi piernas haciendo que meta toda la verga dentro mio, me dio muchísimo placer sentir esa verga, que para las que yo estaba acostumbrada antes de casarme, era pequeña, pero la sentía, sentía su verga en mi cuca, le dije como se tenía que mover, como debía hacer que entre y salga y mientras él hacía lo que yo le había dicho, lo acompañaba con movimientos de mis caderas, me sorprendí a mi misma de estar disfrutando de como un niño me estaba cogiendo, le dije que me chupe las tetas, con su torpeza para moverse, había echo que se salga dos o tres veces, que yo de inmediato con mi mano la dirigía de nuevo al lugar donde debía estar, "cariño, quieres probar otra cosa?", le dije con los ojos cerrados, disfrutando de la verga de ese niño entrar y salir de mi cuca, "si Delia, lo que tu me digas, pero que es?", me dijo, levantando su cara de mis tetas, "deja que me de vuelta, así la metes en mi culo", le dije, ya que el sexo anal es mi delirio
Jorge se bajo de encima mio y yo me dí la vuelta, quedando con mi culo para arriba, abriendo mis nalgas con las manos, le mostraba mi ojete, "es enorme, todas las mujeres lo tienen así de grande?", me preguntó con toda inocencia, "solo a las mujeres que nos gustan que nos cojan por el culo", le dije moviendo mi culo, dejando que ese niño me vea bien el ojete, ese ojete que en nada iba a tener esa verga metida hasta los huevos dentro, yo me pongo una almohada debajo de mi barriga, levantando mas mi culo, le digo que se acomode sobre mi, y con mi mano dirijo la verga de ese niño a mi ojete, "empuja Jorge, empuja así entra tu verga en mi culo", le dije, sin soltar su verga que estaba apoyada contra mi ojete, él chico por su falta de experiencia empujo muy fuerte haciendo que me duela un poco cuando entró, y le explique que cuando una mujer se deja coger por el culo, hay que ir metiendo despacio, para que no sufra mas de lo debido
Aunque en mi juventud me había comido cada vergónes por el culo, que me hicieron llorar, hasta mas de una vez me había cagado y ahora sentir la verga de ese niño, me resultaba muy placentero, la sentía, sentía bien su verga en mi culo, pero no me dolía, me gustaba, la estaba disfrutando, yo tenía mis nalgas abiertas, le dije que se mueva como cuando me estaba cogiendo la cuca, y disfrutaba sentir su verga entrar y salir de mi ojete, "te gusta mi niño?", le dije moviendo mi culo para los costados mientras él hacía entrar y salir su verga de mi ojete, "si Delia, es maravilloso esto, quiero seguir haciéndolo siempre", me decía, moviéndose con mucha torpeza, "si mi niño, lo vamos a seguir haciendo siempre que podamos", le dije, apoyando mi cara en la cama dejando que mi pequeño Jorge me siga cogiendo por el culo, que aguante tenía ese niño, me tenía sorprendida
Yo pensaba que se iba a escurrir muy pronto, pero me estaba dando una buena cogida, de echo me había escurrido yo hacía un buen rato, mientras él seguía martilleando mi ojete con su verga, "Delia, tengo una sensación extraña, siento como si algo quiere salir de mi polla", me dijo, "si hijo, deja que salga todo, esa es tu leche que me vas a dejar en el culo, deja que salga y llena bien mi culo con tu leche", le dije abriendo mas mis nalgas dejando que mi pequeño Jorge que ahora se estaba convirtiendo en hombre se escurra bien adentro de mis intestinos, tuve que morder las sábanas para no gritar cuando empecé a sentir su leche caliente dentro de mi culo, los chorros fuertes, los quejidos de ese niño que me estaba haciendo disfrutar tanto, él estaba pegado a mi espalda, sentía su verga latir dentro de mi culo, su respiración agitada, el cansancio de su primer polvo, que lo había echado dentro del culo de su chacha.
Qué relato tan excitante; me hubiese gustado tener una nana como la de Jorge.