Mi primera hembra (capitulo I)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Crecí enamorado de Berta. Ya cuando tenía diez años me imaginaba a Berta chupándomelo. Ella era una señora de unos cuarenta años cuando yo tenía diez. Nos ayudaba en la casa todos los días. Mientras me bañaba ella pasaba a revisarme y a secarme casi todos los días. Mientras preparaba la merienda que llevaría para la escuela se cambiaba en la cocina y muchas veces pude verla en sujetadores con unos senos preciosos que buscaban salirse de ellos.
Berta era bien formada, casada y con dos hijos con quienes jugaba muchas veces. Su esposo era taxista y la traía y la buscaba todos los días. Era un moreno alto y muy bien formado. Berta en cambio era blanca con cabellos rubios y ojos verdes. Tenía un cabello largo que siempre se recogía.
Mi mamá confiaba mucho en ella. Vivían a pocos minutos en carro de mi casa en una humilde pero siempre limpia casa. Mas de una vez me quedé en esa casa en los viajes que mis padres hacían para tratar una enfermedad que ya mi hermana menor no padece.
Diez años cuando tuve mi primer acercamiento sexual y fue Berta, mi recordada Berta quien felizmente lo protagonizó conmigo.
Ese día mis padres como siempre trabajando y yo había llegado de la escuela. Mi hermana menor dormía pues era costumbre que después de comer nos íbamos a la cama para una siesta. Al llegar me fui al baño como era habitual. Berta estaba extraña, recuerdo que cantaba con voz suave una melodía que no lograba entender. Mientras me bañaba me acorde de ella y tuve una erección en mi pequeño miembro.
Estaba con los ojos cerrados soñando como lo hacemos a esa edad mientras el agua caía sobre mi espalda y no me día cuenta que ya ella había entrado y me veía. Cuando me dí cuenta me asuste y reaccionando tapándome y ella suavemente con ojos que parecían dos soles se me acercó y me susurró al oído que no sintiera vergüenza, que era normal y entonces me deslizó suavemente los apretados senos por todo el rostro mientras se levantaba para irse. Fue algo realmente excitante ese momento.
A los dos días estábamos en una situación parecida, mis padres trabajando y mi hermana descansando cuando me dispuse yo también, luego de comer a irme a la habitación para la acostumbrada siesta. Ella se fue conmigo, se sentó a un lado de la cama y me pregunto sobre lo que yo estaba pensando ese día que estaba excitado. Yo estaba asustado realmente. No sabía que decir y ella entonces me dijo que podía contar con ella, que con mis padres no iba a tener esa oportunidad que se lo dijera.
En vista que yo no contestaba, ella comenzó a sugerirme respuestas. Comenzó en general por una mujer y yo die que sí, por una amiga y yo dije que si, alguien que era especial y yo dije que sí…me nombro a una prima y yo dije que no, a mi hermana y yo dije que no, a una de sus hijas y yo dije que no y me dijo que si sería ella y yo me quede callado. Entonces me abrazó y me beso! Me metía la lengua en mi boca y gemía. Se quitaba la blusa y sacó una teta del sujetador y me acariciaba con ella, se tocaba entre las piernas con su otra mano hasta que tomo la mía y me la mojaba en su calentura y así estuvo unos minutos que me parecían increíbles hasta que bajo sus labios hasta mi pequeño miembro erecto y lo chupo. Y gemía tanto que pensaba que en cualquier momento se despertaría mi hermana pero así estuvimos no se cuanto tiempo pero fue algo que jamás olvidare. Su último gemido fue largo y se movía incontrolablemente.
Esa tarde no se despidió de mí como siempre lo hacía pero ya antes me había indicado que nadie podía saber eso porque de otra manera estaríamos en problemas y nunca más lo volveríamos a hacer.
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