Mi sumisa Leylah
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Conoci a mi sumisa Leylah en un chat, quizas una manera aparentemente vulgar de conocer a la sumisa de tus sueños, pero seguramente la mas certera, y quizas la unica (no se van conociendo sumisas por la calle o haciendo encuestas), en definitiva que mejor manera de conocer a alguien que a traves de este nuevo invento del siglo, el embrujo cibernetico cautiva y saca lo mejor, lo peor, lo mas oculto y nuestras mayores pasiones y fantasias, y las convierte en reales, al menos durante ese tiempo indefinido que permanecemos hipnotizados con los que nos llega del otro lado de la pantalla( sabemos, pensamos que nuestro sueño esta ahi detras, seguimos aferrandonos a el en nuestro empeño de hacerlo realidad)
Pues asi conoci a mi sumisa Leylah, y desde que me mando aquella primera foto quede enganchado con su magia, la magia de un verbo facil y expresivo, a traves del cual me fue narrando su iniciacion como sumisa, con todo lujo de escabrosos y morbosos detalles.Aparecia Leylah en aquella foto con una deliciosa cola de caballo, con un sueter ajustado, faldita colegial de cuadritos y unas botas de tacon que realzaban su estilizada figura aun en ciernes, era mi imagen de sumisa ideal tierna, joven, y dispuesta a obedecer a un amo maduro como yo, que la someteria a traves de castigos a mi total dominio y control, a la vez que enseñandola tambien a sentir los mayores placeres que hubiera podido gozar en su vida, para lo cual deberia amarme y desearme de manera absoluta, con obediencia ciega pero impulsada por los sentimientos mas profundos.
Fuimos conociendonos a traves de numerosos encuentros durante los cuales permaneciamos un tiempo indefinido que siempre se nos quedaba corto, surgieron tambien los desencuentros, los malentendidos, y fui comprobando que Leylah no ere una sumisa facil, todo lo contrario Leylah era rebelde, dominante, necesitaba indudablemente un amo que la sometiera y conviritera esa rebeldia en la mas firme determinacion de entregarse a mi.Casi estuve a punto de perderla, dude de ella, llegue a pensar que todos sus relatos eran inventados, que su imaginacion la desbordaba.En su orgullo llego a descalificarme de manera inmisericorde, quizas queria provocarme o probarme, y en ese estado renego de mi, y me manifiesto su resuelta intencion de abandonarme definitvamente como amo, algo que yo empece a aceptar, aunque nunca llegue a perder la esperanza de recuperarla, un amo como yo no se rinde facilmente.
Asi que pasado un cierto tiempo, volvi a encontrar a Leylah en el chat en el que nos habiamos conocido, y decidi que habia llegado el momento de recuperarla para no dejarla escapar mas.Su espiritu indomable se habia calmado, y de esa manera empezo a entender que quizas se habia equivocado en su decision, y que para ella tambien era el momento de recuperar a su amo, algo en su fuero interno se lo decia, de esa forma, de una manera sutil y delicada se reanudo nuestra relacion amo-sumisa.Ya ninguno de los dos dudabamos que nuestro encuentro en real se debia producir lo antes posible, ella queria entregarse como mi sumisa, y yo queria recibirla ya como su unico amo y señor.Estando asi las cosas decidi que debia viajar desde su ciudad para ser definitivamente mia, tuvo que realizar un largo viaje para pasar un fin de semana en mi casa, seria tiempo suficiente para que la relacion quedara totalmente forjada, me conoceria como amo, los castigos que tendria que aceptar, y el placer que tendria que dar y recibir.
Por fin llego el dia esperado, fui a recoger a Lyelah a la estacion, fue un encuentro emocionante para los dos, la bese suavemente en la mejilla, subimos al coche y nos encaminamos hacia mi casa, que seria su templo de entrega durante ese inolvidable fin de semana.Leylah se habia puesto, ya que yo se lo pedi asi, aquel atuendo con el que la conoci, la misma coleta, la faldita de cuadros, y aquellas elegantes botas que ma cautivaron.Ya no era una niña, pero conservaba aun ese gesto ingenuo que yo buscaba.Mientras conducia los dos ibamos en silencio, como no queriendo romper esa atmosfera de emocion intensa, de permanente excitacion, asi que mi corazon latia a un ritmo por encima del habitual, mientras intuia que el suyo lo hacia aceleradamente.Subimos al ascensor, y sin mediar palabra le subi la faldita, baje sus delicadas braguitas, y acaricie con mis dedos su preciosa rajita, ella cerro los ojos y se estremecio, abandonandose a una oleada de placer momentaneo.
Una vez en la casa, pasamos al salon, yo me sente en el sillon, y le ordene que fuera al centro de la habitacion, queria contemplarla, debia pasearse de manera pausada mientras yo me recreaba en tan dulce pose, entonces con tono imperativo y firme le dije que se desnudara, debia quedar totalmente desnuda ante mi, solo con sus elegantes botas, Leylah me obedecio y en pocos segunodos estaba ante mi desnuda mostrando su cuerpo esplendido y joven, llevaba su vello pubico tal como y yo se lo habia pedido, con una fina tirilla que hacia elegante su desnudez, note como se sentia indefensa ante mi, y a la vez deseosa de sentri mi poder.Le dije entonces que se pusiera de cara a la pared con las piernas bien abiertas, apoyandose con las manos en ella, obedecio, se coloco en posicion, y pude ver muy excitado como su deliciosa vulva asomaba entre sus muslitos, me acerque a ella y le mostre los instrumentos con los que seria castigada, palmeta, latigo de tiras, y una fina varita de bambu, le pregunte que si estaba preparada, que habia llegado el momento de demostrarme si estaba dispuesta a ser mi sumisa, que era capaz de soportar dolor para conseguirlo, ella asintio con su cabeza y dijo si con un tono de voz firme y dulce a la vez, le dije tambien que debia contar el numero de azotes, empezariamos por treinta con el latigo, asi lo hizo, despues la vara, otros treinta, los azotes caian sobre su culito tremulo que se estremecia, y tambien sobre su espalda que se iba enrojeciendo lentamente, su delicioso trasero reflejaba ya las marcas cuando termino de recibir la segunda tanda de azotes con la vara.
Gimio y sollozo durante el castigo, pequeños gritos de dolor que me excitaban enormemente, pero aguanto con decision, una vez terminado me dijo “Amo, azotame mas, me lo merezco, lo necesito”, y le permiti que se diera la vuelta, la abraze y bese su boca apasionadamente y bebi las lagrimas que el dolor le habia hecho derramar por sus mejillas.La cogi de la mano y la lleve hasta el sillon, me sente y la coloque sobre mis rodillas, la azote ahora con mis manos, un numero infefinido de azotes, y entre azote y azote comence a introducir mis dedos entre los labios, su chochito estaba ya muy humedo, la sente ahora sobre mi, y segui estimulandola hasta que se corrio intensamente en mis brazos.
Yo aun permanecia vestido, la obligue entonces a ponerse en el centro del salon como una perrita, a cuatro patas, y le introduje el mango del latigo en su ano, lo que le provoco dolor y excitacion a la vez, se lo saque y meti varias veces, su ano estaba bien abierto y la postura me llevo a una gran ereccion que quise seguir controlando.
Despues le pedi que se incorporara, se sentara en el sillon, abriera sus piernas y comenzara a masturbarse mientras yo inclinado ante ella la obvservaba, cerro los ojos y comenzo a hacerlo, baje mi cabeza y la meti entre sus piernas y apartando sus manos meti mi lengua entre la deliciosa vulva, mordi su clitoris suavemente, la excitacion de Leylah fue en aumento, y a los pocos segundos tuvo otro orgasmo tan intenso como el anterior.Le pedi que se levantara y se echara sobre el sofa boca debajo de nuevo con su culo dispuesto a ser nuevamente azotado, en esa posicion volvi a azotarla, esta vez con mi correa, su culito volvio a arder, mientras ella gritaba “·Azotame mi amo, soy tuya, te ofrezco mi dolor”, la azote con fuerza, mi miembro viril estaba a punto de estallar dentro del pantalon, asi que no pude mas, me lo baje, saque el miembro y lo introduje en su vagina en la misma posicion en la que la azotaba, fue un momento glorioso, inacabable, de un placer infinito para ambos, despues de un largo rato de penetracion por fin eyacule, saque mi pene, y Leylah sin que yo se lo pidiera lo introdujo con suavidad en su boca haciendo que terminara de correrme.
Por ultimo nos fuimos a la cama y lo hicimos en dos ocasiones mas, abrazandonos y besandonos apasionadamente, Leylah me dijo entonces que queria ser mi sumisa para siempre mientras yo quisiera, y yo le conteste que habia encontrado la sumisa de mis sueños.
Autor: Anonimo
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