Mi vecina del 5º
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por thorpe1948.
Hola como están: en esta ocasión, les traigo una experiencia que me sucedió el paso fin de semana.
Regresando de un viaje de trabajo, que había durado varios meses, llegue a casa el viernes por la tarde, acomode mi maleta y me dirijo hacia el centro comercial para abastecer mi refrigerador, que debido a mi larga ausencia, como es normal, se encontraba vacía, asique, ya en el centro comercial aparque el coche y me fui hacia la parte de alimentación, compre una serie de cosas normales que me hacían falta, pan de molde, jamón en fin lo clásico de alguien que vive solo, para salir del paso.
Mientras realizaba la compra me tope, con mi vecina del 5º, una señora de unos 63 años, viuda de un coronel del ejército, muy educada, bien parecida, que aun con sus años se conservaba muy bien, los años habían dejado su marca, pero ella tan elegante como siempre, lucia esplendida.
La salude cordialmente, me pregunto, por mi trabajo, me dijo que me habían echado de menos en el edificio y que se alegraba mucho de que estuviera de regreso.
Le pregunte si ya había terminado las compras, a lo que me dijo que sí que iba a pedir un taxi para regresar, yo le dije que si no tenía mucha prisa me esperara en la cafetería que yo terminaba en un segundo tomábamos un café y se podía venir conmigo, así yo le ayudaría a subir las compras que parecía que pesaban un poco y ella tiene algunos achaques de columna por lo que no le conviene cargar mucho peso, asique ella accedió, yo termine de comprar y me fui donde ella estaba tomamos ese café mientras charlábamos de cómo iban las cosas de mi trabajo de cómo se encontraba ella, en fin cosas normales entre gente conocida.
Terminamos y nos fuimos hasta la coche, metí las compras en el maletero de coche, le abrí la puerta se acomodó y puse el coche en marcha, dirección a casa.
Al llegar encerré el coche saque las cosas ella estaba cargando las suyas, a lo que al darme cuenta le comente que las dejara que yo se las subiría, que no me costaba trabajo, ella me lo agradeció aludiendo a su columna, y cogimos el ascensor, paramos en el piso tercero que es el mío y la pedí que aguantara la puerta un segundo que dejaba mi compra y al punto estaba con ella para subir la suya. Ella con una sonría en su agraciada cara me agradeció y me dijo que tranquilo que no había prisa. Salí al punto y enfilamos hacia el quinto, que es donde ella vive, por cierto que me dirigía a ella como Doña Amalia, como señal de respeto pues siempre fue una dama respetada en el lugar.
Salimos del ascensor cargue las bolsas y entramos en su apartamento, le pregunte donde se las dejaba y me dijo que por favor se las llevara a la cocina, donde tiene la despensa, así lo hice, al salir del office, dijo que me sentara que me invitaba a tomar algo, por mi ayuda, acepte y me senté,
Cuando regreso ya se había cambiado de ropa, se había puesto cómoda como es normal para estar en casa, se había puesto un vestido amplio de tirantes que la verdad no le sentaba nada mal.
Me pregunto que me aprecia, le conteste que no importaba lo que ella tuviera a mano, pregunto, ¿whisky? Si, está bien conteste; lo sirvió y se pues otro para ella y los llevo a la mesita del salón.
Me ofreció uno baso, le agradecí y se sentó cerca de donde estaba yo, comenzamos a hablar de todo un poco, y al preguntarle por ella, que como se encontraba estando sola.
Doña Amalia.- bueno me voy acostumbrando, que remedio.
Yo.- no ha pensado en rehacer su vida, aun es joven.
D. ª Amalia, mirándome fijamente me contestó, como crees, con mis años los hombres ya no se fijan en mí, las mujeres de mi edad nos
Volvemos invisibles, los hombres como tú os fijáis en la mas
Jovencitas y nosotras no contamos.
Yo.- No diga eso, Ud. No pasa desapercibida, para nadie aún está muy
Bien, seguro encontraría alguien si quiera.
D. ª. Amalia, si puede ser pero lo malo es que a mis años y no es fácil- y sino dime tú te fijarías en mí?
Yo.- pues porque no, si está muy bien conservada, aun puede hacer muchos favores no sea humilde.
Ella se sonrió y así continuamos por un momento, entre risas y picardías continuo la conversación. Ya habíamos terminado la copa a lo que ya sin decir nada sirvió otra y sin más me planto, dime la verdad tú te fijarías en mi de verdad. Yo le conteste que sí, que ella aún era joven y tenía mucho que dar, y dicho esto se levantó y se sentó a mi lado, A partir de ahí la conversación fue derivando hacia el temas más íntimos y durante la conversación ella me ponía la mano en sobre mi brazo, hacia lo mismo, fuimos ganando confianza hasta que en un momento le puse la mano encima de su pierna, por encima del vestido, ella tan solo me miro y sin decir nada, se giró hacia mí, yo creí que se había molestado, pero no fue así, tan solo se acercó a mi cara y me beso, un beso suave a pena un roce en los labios. Y levanto los ojos para mirarme.
Yo no le dije nada tan solo la mire y acercándome a su boca la bese, esta vez de una forma más apasionada, ya no hizo falta nada más, nos abrazamos no empezamos a besar con ganas, con fuerza y he de reconocer que besaba muy bien, muy sensual.
Comenzó a meter su paño entre mi camisa mi mano se fue debajo de su vestido y encontré una piel fina y suave que era una delicia, la mire y al dije, D. ª Amalia, sabe que estás muy buena, ella tan solo me contesto anda calla y sigamos que hace tiempo que estoy sola.
Fue el detonante de ya perder las formas, sus manos se deslizaron por todo mi cuerpo, las mías recorrían sus piernas y sus pechos, que aunque un poco caídos aun eran apetecibles, le quite el vestido quedando sus tetas al aire sin sujetador, tan solo llevaba puesto una braguita de encaje que la hacía muy sexy, su caderas anchas, sus piernas bonitas y unas nalgas buena paraditas hacían un conjunto muy apetecible.
Ella no perdió el tiempo y me despojo también de mi camisa, el pantalón y el bóxer, dejando al aire me verga que ya estaba más que dura. Al verla, se quedó mirándola y comento, Hijo mío pero que es lo que tienes aquí? Madre mía lo que te cargas, y sin más se agacho y se lo metió en la boca dándome una mamada como las más experta entre las expertas, se la saque de la boca y no la deje seguir porque estaba a punto de correrme.
La hice que se recostar en el sofá le bese con ganas y me apodere de sus tetas, chupándolas amasándolas estrujándolas entre mis manos, le chupe los pezones con ganas se los mordisqueaba, lo que hacía que ella cerrara los ojos y tan solo suspirara, su pecho se agitaba a marchas forzadas, asi que descendí por su tripa hasta colarme entre sus piernas, que voluntariamente fue abriendo dejando a mi disposición un coñito muy húmedo y cuidado,, tenia la vulva muy abultada, era una placer meter mi boca en ella y pasar mi lengua por toda su raja, penetrándola con ella y rematando siempre en su clítoris abultado duro y enrojecido, dando temblores cada vez que se lo chupaba, llegando a tener un fuerte orgasmo que hizo que su coño babeara con ganas lubricando su vagina dejándola brillante.
En ese momento ella cogió mi cabeza entre sus manos y levantándome me llevo hasta su boca besándome en la boca y me susurro al oído, por el amor de dios métemela ya que ya hace mucho tiempo que no tengo una dentro y mucho menos tan grande como la tuya, y se abrió de piernas para que yo me acomodara entre ellas, en cuanto noto, que la cabeza de mi verga entraba ya en la entrada de su cueva, me echo las manos a las nalgas y agarrándomelas con fuerza apretó sobre ellas con fuerza lo que hizo que se la clavara hasta el fondo de un tirón, dios que coño más rico tenia la mujer se la trago entera haciendo que soltara unos roco quejidos de placer.
Ya así, subió las manos a mi espalda apretándome contra ella mientras acoplo su boca a la mía formado una ventosa con nuestros labios mientras nuestras lenguas penetraban cada una de nuestras bocas jugando entre ellas. Comencé a dar un bombeo duro y con fuerza a lo que ella respondía con quejidos cada vez más fuertes, sus uñas se clavaban en mi espalda terminando y gritos de placer al llegar a un orgasmo enorme que le hizo ponerse rígida con fuerte espasmos mientras se agarraba a mi nalgas apretando para que no se la sacara mientras gritaba no pares cabrán sigue métemela toda reviéntame el coño, lléname de leche hasta que rebose, lo que me puso aún más caliente y estalle en un fuerte orgasmo dentro de ella en lo más profundo de su coño que rezumaba jugos por todos los sitios. Me desplome encima de ella, y tan solo me abrazo me beso y me apretó con fuerza contra su cuerpo. No hablamos no dijimos nada tan solo disfrutamos del momento mientras nuestras bocas agradecían el placer con besos interminables.
Nos quedamos así juntos no me dejo que me levantara de encima de ella, solo me abrazaba y me besaba, Cuando todo se sereno, tan solo se acercó a mi oído y me dijo, gracias, mil gracias, creo que fue el mejor polvo que jamás me echaron incluido el coronel… y se rio, aquí entre nosotros, la verga del coronel no era ni la mitad de la tuya, madre mía que gusto sentir mi vagina llena con ese trozo de carne.
Ya nos recompusimos y entre arrumacos y caricias y ya con total confianza me despedí para irme a mi casa, al llagar a la puerta allá se puso delante y echándome los brazos al cuello, muy melosa me dijo, de verdad quieres marcharte? Y me volvió a besar,
Si es así tan solo te voy a decir algo, mientras estés aquí ya sabes dónde estoy no pases hambre tan solo llama a mi puerta que mi puerta y mis piernas siempre estarán abiertas para ti, a cualquier hora cualquier día y nos volvimos a besar. Tan solo le dije tengo que irme a organizar mis cosas, que lo tengo todo manga por hombro, bueno me dijo ella ya lo sabes no importa ni la hora ni el día. Yo tan solo le conteste, gracias y lo mismo le digo estoy a su servicio tampoco pase hambre.
Bien amigos esto ha sido todo por hoy, vuelve a ocurrir que creo que sí, se es que les gusto estaré encantado de seguir contándoles.
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