Mi vecina del 5º II (su cumple años)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por thorpe1948.
Pues bien, el jueves pasado, estando en la oficina resolviendo unos asuntos que eran urgentes y aunque yo estaba de vacaciones acudí para solucionarlo, recibí un WhatsApp de ella, que me llamo la atención porque no solía hacer eso, ella era más de llamar y hablar directamente; pero lo achaque a que sabía dónde estaba.
El mensaje me decía, “Que planes tienes para el fin de semana” yo en el acto le conteste, “De momento ninguno, ¿Qué necesitas? Ella tan dolo me dijo, “Necesito que me hagas un favor, que me acerques en el coche, y me dijo el pueblo donde quería ir, estaba a unos cien Kms, de distancia” acto seguido le conteste, “si no hay problema, cuenta con ello” y así quedo la cosa.
No volvimos a tener contacto hasta el viernes en la tarde noche, que esta vez sí me llamo y me dijo que si estaba preparado, que le gustaría salir en una hora, yo le dije que sin problema y así lo hicimos.
En lo acordado apareció en mi casa, dispuesta para la marcha; cuando la vi, la quede mirando como bobo, estaba realmente hermosa, con una falda unos 10 cms, por encima de su rodillas, ajustada lo que remarcaba sus curvas, y dejaba ver el inicio de unas piernas hermas, y una camisa semitransparente, que más que dejar ver insinuaba lo que debajo de ella se guardaba; la verdad mirándola detenidamente nadie diría que tenía 62 años ni mucho menos, aparentaba muchos menos.
Cogí su maleta y una bolsa de viaje para mí y nos fuimos al garaje, para emprender la marcha, así que arrancamos y comenzamos la marcha en dirección a su destino. Durante el camino a mí se me iban los ojos a sus piernas que al estar sentada con la fada tan ajustada y se le subía hasta más de media pierna dejando ver lo esplendidas que las tenia, yo como entre bombas le comente, hoy te has pesto especialmente bella, ella me contesto, bueno, es que hoy es mi cumpleaños y voy a celebrarlo con ganas; yo la mire y con cara de sorpresa le dije, pero bueno, y no me habías dicho nada, te habría hecho un regalito, eso no es justo, ni tan siquiera te he podido dar ni unas flores. Ella tan solo me miró, pero no dijo nada, solo contesto no pasa nada tu no lo sabias, no te preocupes no importa y puso su mano sobre la mía, que la tenía en la palanca del cambio, como dándome ánimos y tan solo añadió, además no te apenes, ya me estás haciendo un regalo prestándote a traerme para celebrarlo. No digas eso, sabes que no tengo problema y más viendo cómo te has puesto que alegras la vista, ella se rio y mirándome con cara picara se movió de forma coqueta mostrado aún más sus piernas hermosas lo que hizo que mi pene se pusiera en alerta máxima cosa que ella noto, pero no dijo nada.
En una hora más o menos llegamos a destino, era un pueblito pequeño, en un paraje idílico, mucha vegetación un rio cantarín y un aire puro que daba guato respirar. Ella me mandó parar en la plaza tan solo me comento, espérame vuelvo enseguida y se fue hasta un bar que había en la plaza, no tardó más de cinco minutos y al llegar me dijo vámonos, arranque de nuevo y ella me fue guiando hasta las afueras del pueblo justo al lado de un remanso del rio, donde había una especie de chalet pequeño pero bien cuidado. Al llegar a él me dijo es aquí ya hemos llegado.
Nos apeamos y ella abrió la puerta, yo baje su maleta y tan solo le comente, parce que no ha llegado nadie aun, ella tan solo me miro y contesto, tranquilo aún es temprano y entramos en la casa, se trataba de una casa rural que ella había alquilado para celebrar su cumpleaños todo el fin de semana.
Acomode la maleta en la alcoba y salí; ella estaba apoyada en la mesa del saloncito. Yo tan solo le dije bueno si no tardan en llegar tus invitados yo ya me voy, ella no dijo nada tan solo se me acerco y poniéndome los brazos alrededor del cuello, se prieto contra mí y me beso con gran pasión casi sin dejarme ni respirar, yo tan solo le devolví el beso y al separar nuestras bocas, le dije, Amalia cielo pueden llegar tus invitados y nos pillan en faena, ella tan solo me miro se apretó más contra mí y muy quedo al oído me dijo, los invitados ya han llegado, yo la mira con extrañeza y ella riendo tan solo me dijo, tu eres mi invitado y mi mejor regalo de cumpleaños, no va a venir nadie más y acto seguido me volvió a besar con ganas.
Era tanta su pasión, que la atmosfera se calentó en el acto abrazados como estábamos ella me fue guiando hasta la alcoba donde al mismo tiempo que me besaba me fue quitando la camisa, no decía nada tan solo se afanaba en desnudarme con prisa y desnudarse ella, no tardamos en rodar en la cama, la temperatura era máxima los dos cuerpos desnudos en plena refriega se fundían en un frenesí, de lujuria; nunca en las semanas que habíamos tenido sexo la había visto tan excitada y tan caliente, hasta el punto de que ella era la que llevaba la iniciativa de la acción. Me acariciaba por todas partes me besaba sin parar por todo el cuerpo se apretaba encima de mi sin piedad restregando su vagina contra mí, se incorporaba levemente para después volver a bajar arrastrando sus pechos sobre mi pecho, lo que hacía que yo me encendiera aún más, ella sola llevo la iniciativa de una seducción y un juego en el que desarrollo toda sus armas de mujer, y, por dios, ¡qué mujer! Se mostraba como toda una hembra en celo dispuesta a disfrutar de su macho hasta exprimirlo.
Después de esos primeros contactos ya la cosa estaba a punto, ella no hablaba tan solo actuaba si levanto de encima de mí y al yo intentar incorporarme, tan solo puso su mano en mi pecho y me empujo sobre la cama, obligándome a quedarme tendido. Ella se fue entre mis piernas y agarrando mi pene que ya estaba a reventar se lo metió en la boca directamente, dándome una gran mamada, mientras cada poco se subía a mi boca para besarme apasionadamente y volviendo a chuparme con ganas, sabía lo que hacía cada poco dejaba de mamarla para besarme y así evitar que me corriera.
Yo tan solo le decía, Amalia cielo me vuelves loco, me vas a matar de impaciencia, pero ella no hacía caso seguía a lo suyo, esta vez tan solo se incorporó montándose encima de mí me puso su cuquita encima de la cara apretándola contra mi boca, me lleno los labios y la boca entera de sus jugos, pues su cuquita chorreaba sin parar, ahí le di una buena mamada a ella metiéndole la lengua todo lo que podía golpeando su clítoris con ella lo que hacía que se retorciera, me encantaba `pasarle la lengua por entre sus labios vaginales y rematando en su clítoris lo que no tardó en hacer efecto y desembocó en un fuerte orgasmo que la hico temblar todo el cuerpo y le provocó grandes suspiros sonoros que ella no reprimía, gritaba como una loca, hasta que sin más se dio la vuelta se montó encima de mí y se acomodó mi pene en su vagina y se la clavo hasta que mis testículos quedaros aprisionados por sus nalgas contra mis piernas,
No saltaba encima de mi tan solo teniéndola así de profunda, hacia movimientos sinuosos de cadera apoyando sus manos en mi pecho dejando colgando sus tetas lo que yo aprovechaba para acariciarlas con ambas manos amasándolas con ganas apretando sus pezones entre mis dedos, ella seguía con su vaivén y no tardo de tener otro fuerte orgasmo, sus jugos escurrían entre mis piernas y tras eso encadeno una serie de orgasmos acompañados de gritos de placer mientras se aferraba con fuerza a mis tetillas llegando a hacerme daño de como apretaba cuando los orgasmos llegaban.
Tras el último orgasmo en el que su cuerpo se quedó rígido como si la hubiesen electrocutado yo me corrí como nunca dentro su cuevita caliente y mojada y ella se derrumbó encima de mi sin fuerzas como desmayada de gusto, aun con mi pene dentro de si no se movió lo ms mínimo sus tetas atrapadas ente ella y mi pecho y su boca en mi cuello, respirando con fuerza, así estuvo durante unos minutos interminables, hasta que ya reacciono y levantando la cabeza acerco sus labios a los míos me beso con fuerza pero con ternura y mirándome fijamente tan solo me dijo, gracias mi amor es el mejor cumple años que he tenido en mi vida y tu mi mejor regalo y……. esto no hizo más que empezar, cariño tenemos todo el fin de semana para nosotros solos y prepárate porque lo quiero todo entero sin tener que separarnos y pudiendo dar rienda suelta a nuestra pasión sin miedo a que nos escuchen y nos descubran.
Este es nuestro tiempo solos tu y yo y lo vamos a disfrutar de todas las maneras posibles hasta que no nos queden fuerzas para seguir, yo tan solo le conteste, si cariño lo pasaremos bien, seré todo tuyo sin interrupción y te daré todo lo que tú quieras mi leche te inundara hasta que te rebose y me dejes seco.
Y así nos levantamos y nos marchamos a cenar con cara de felicidad, miradas cómplices y caricias de todo tipo, mas parecíamos una pareja de recién casados en plena luna de miel que otra cosa.
Mientras cenábamos no dejo de meter sus piernas entre las mías. De meter su pie entre ellas y acariciar mi paquete, mientras me miraba sonriente y con cara de lujuria.
Terminamos de cenar tomamos café y unos chupitos y enfilamos rumbo a la casa donde nos hospedábamos. Durante el camino se había sentado medio de lado, lo que hacía que sus hermosas piernas desnudas quedasen al alcance de mi mano, lo que proveche, para acariciárselas de la rodilla a la ingle, era un placer acariciar aquella piel tan suave, mi pene se volvió a alterar y ella viéndolo se inclinó hacia mí y se puso a acariciarlo por encima del pantalón, menos mal que la casa no estaba lejos porque de lo contrario habríamos parado en mitad de trayecto.
Llegamos, aparque el coche delate de la puerta y entes de que yo me apeara, se me echo encima besadme con todas las ganas, mientras metía su mano por dentro de mi pantalón agarrando mi pene, ahí ya no la deje seguir, tan solo le saque la mano de mi entrepierna y nos apeamos entrando en la casa casi con prisas; se ve que no quería perder ni un solo minuto de tiempo. Nos dimos una ducha rápida los dos juntos entre besos y caricias el agua caliente invitaba a quedarse debajo de ella, así que abrazándola la apreté contra mí, mientras ella levantaba una pierna hasta la altura de mi cadera, lo que aproveche para sujetársela con la mano mientras sin muchos miramientos se la clave de nuevo, ella al sentirla entrar con fuerza, tan solo se apretó más a mí y se apodero de mi boca sin despegarse de ella mientras yo la envestía como un animal en celo lo que desemboco en un orgasmo por parte de ella bestial.
En todo el tiempo que llevábamos follado jamás la escuché gemir y chillar con esa noche, después me dijo que por eso había alquilado la casita, para poder disfrutar como lo estaba haciendo sin restricciones dando rienda suelta a toda la pasión que tenia acumulada sin miedo a que los vecinos la pudieran escuchar como chillaba, gemía y suspiraba. Salimos de la ducha y rápidamente nos dirigimos al dormitorio. Me dedique a comerle las tetas mordisqueando su pezones duros como piedras, baje besado por su vientre hasta sus piernas las recorrí con mi lengua lamiéndolas por la parte interna del muslo hasta llegar a su cuquita ya chorreando jugos le hice levantar las piernas bien abiertas lo que dejo su vagina y su culito expuestos a mí, así que, me dedique que darle una buena mamada tanto de su vagina como de su ano, lo que hacía que se retorciera de placer no tardo en agarrar mi cabeza con sus manos haciendo que me pusiera encima de ella besándonos disfrutando de como nuestras lenguas jugueteaban entre ellas y saboreándose mutuamente
Paso a besarme en el cuello y yo a ella y en eso se acercó a mi oído y entre lametones del lóbulo de la oreja me susurro, “Métemela ya por favor” “ no me hagas esperar más” “hazme feliz como tú sabes, dame lo que jamás antes nadie me ha dado” sin pensarlo más , metió la mano entre los dos y aferrando mi pene se lo puso en la entrada de su vagina levantando su culo para que le entrara toda, se la metió hasta el fondo; “vamos amor jódeme” “destrózame, lléname de leche” aprieta fuerte, todo ello cada vez me encendía más así que para no correrme opte por cambiar de postura, la hice ponerse de lado mientras yo ponía mi brazo debajo de su cuello, acariciando sus tetas con esa meno, mientras con la otra ponía mi pene en la entrada de su vagina, mintiéndosela de un golpe, lo que le hizo exhalar un suspiro de placer.
El sonido de mi pelvis contra sus nalgas, era nuestra música de fondo; Amalia estaba disfrutando esa noche de lo que no había disfrutado en 35 años de casada; pues su marido según me comento era de los que llegaba, la judía, y en cuanto el eyaculaba, se retiraba de ella dejándola a medias; por eso había estado frustrada toda la vida y ahora, estaba logrando vivir lo que antes le habían negado. Hola de nuevo amigos; siguiendo con el relato anterior con mi vecina del 5º, y después de ese primer contacto que los dos disfrutamos y que rompió el hielo, entre los dos dándonos muchos momentos de sumo placer, pues seguimos con encuentros esporádicos que no eran diarios pero casi, unas veces porque ella me reclamaba con cualquier excusa aunque los dos sabíamos para que era, y otras veces era yo el que la reclamaba para calmar mis calenturas y que ella nunca rechazaba.
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