Mío, un fin de semana… 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por NenaJoven.
Despierto, todavía es temprano apenas salen los primeros rayos del sol, duermes tranquilamente a mi lado, típico tienes una erección mañanera monumental, descubro las sabanas mmm y pienso hacer una travesura.
Sigues en el mundo de los sueños, por mi mente pasan muchas cosas y no decido que hacer todavía, afuera hace frío se ven los copos de nieve producto de la fuerte oleada que ataca la región pero adentro estamos calentitos.
Aprovecho tu denudes para acercarme, mi boca piensa en cómo darte placer y mi lengua se asoma para tocar lentamente tu miembro.
Mmmm.
Cada vez te cuesta más distinguir entre los sueños y la realidad, pero es normal, cuando estamos viviendo nuestro sueño.
Tras la maravillosa tarde de ayer caíste fulminado a mi lado, y luego un maravilloso sueño en donde.
mmm es muy extraño.
¿Sigues dormido? Un delicioso sueño en donde mi pequeña boquita se aferra a tu verga, donde mi juguetona lengua recorre todo tu glande, donde el placer que te doy.
Un momento.
Esto es demasiado.
sensorial, para ser un sueño, piensas.
Con cuidado abres los ojos y ves mi figura, inclinada sobre ti con mi boca sobre tu verga, lamiéndola, saboreándola.
Alargas tu mano para acariciar mi espalda, provocando un respingo por mi parte y fijo en tus ojos, mi picarona mirada.
“Sin duda, eres mi diosa.
” Sigo lamiéndote muy despacio y observo sales del mundo de los sueños tus dedos recorren mi espalda mientras mi boca deseosa busca tu verga la lamo con deseo con ganas, con necesidad.
Con algo de dificultad trato de ingerir todo tu miembro “Buuuf Dios mío.
Ayer pensaba que era imposible sentir un mayor placer” pero estaba claro que te equivocabas.
Mi boquita recorriendo tu verga es una de las sensaciones más fantásticas que has sentido nunca.
Sientes, como de nuevo, "hulk" toma el poder y estas tentado de dejarle hacer.
Tentado de prolongar esta prodigiosa mamada hasta el final y llenar mi boca con tu esperma en un delirante acto que te vuelve loco, tentado de sujetar mi cabeza y guiarla para que no dejes escapar ni una gota.
pero, por otro lado, recuerdas la tarde anterior donde fuiste un poco rudo conmigo.
Con esa incertidumbre, atraes mi cuerpo hacia ti, dejando mi deliciosa y húmeda rajita al alcance de tu mano, y tus dedos comienzan a buscar mi delirante botoncito, a presionarlo y darle suaves pellizcos y un deseo incontrolable de devorarlo ataca tus sentidos.
Te miro de reojo noto tus intenciones y expectante observo tus movimientos dudo de tu actuar recordando lo de ayer, estas como yo, hambriento de deseo y creo que por eso no nos hacemos responsables de nuestros actos.
Mi lengua sigue en su labor al igual que mi boca lamértela así es un verdadero placer, puedo sentir lo dura y caliente que esta, con alguna que otra palpitación recorro desde la punta hasta tus huevos poniendo especial atención en ellos, los lamo y chupo cada uno y no puedo evitar dar un respingón al sentir tus dedos algo fríos por el ambiente de la mañana recorrer mi tibia intimidad.
Los movimientos de mi lengua son espectaculares.
Recorro tu anatomía de forma maravillosa, dejándote sin palabras.
Mi boquita, caliente y juguetona te obliga a cerrar los ojos de puro placer cada vez que meto tu verga dentro.
Las erecciones de potencia se suceden sin tregua.
Tus dedos continúan jugando con mi botoncito, y se cuelan de forma esporádica dentro de mi rajita, que empieza a estar empapada.
Tu locura se desata de nuevo cuando mi pierna pasa sobre tu cabeza, dejando al alcance de tu boca el más delicioso de los majares, mi completa intimidad.
Este inesperado regalo te descoloca, y no sabes por dónde empezar a comerme.
Mis dos agujeritos te gustan tanto que es difícil elegir, pero tu instinto decide por ti y clavas tu lengua en lo más profundo de mi almejita y la desplazas suavemente hacia mi culito en una maniobra oral que sabes me enloquece, hasta intentar penetrar mi rico agujerito con tu lengua.
Te encanta mi sabor, incluso recién levantada, y lo disfrutas una y otra vez, lamiendo mi almejita y mi culito de forma indiscriminada.
Dios el placer, como siempre tu boca logra distraerme no puedo seguir con mi maniobra oral porque se ve opacada por la intensidad de mis gemidos estoy especialmente caliente, jadeo tratando de recuperar el aliento pero no puedo tu lengua sigue imperante sucediéndome.
Tu lengua profana mi intimidad y deseosa me succiono tu miembro nuevamente tragándolo por completo sintiendo como palpita y el deseo de ambos a tan temprana hora Estas en la gloria.
Podrías pasarte horas comiendo mi almejita y mi culito.
Los adoras.
Además, mi boca, te está dando tanto placer que.
“¡¡¡Nooo!!! ¡¡¡No te la saques ahora!!!” La ausencia de mi boca se compensa con mis potentes gemidos, que llenan tus oídos te excitan sobre manera.
Tu boca continua devorando mi coñito, y recibe con agrado uno de mis potentes orgasmos que te sorprende por completo, empapando tu cara con mis flujos, llenado tus sentidos de mi olor y sabor.
No puedes dejar de comerme, lamerme, saborearme.
No puedes dejar de recoger cada gotita de mi esencia que he derramado sobre ti, y que aún sigue en mi interior y buscas con deleite.
Tu lengua busca dentro de mí, intentando no desperdiciar ni una sola gotita cuando para tu mayúscula sorpresa y deleite, te regalo un segundo orgasmo que de nuevo empapa tu cara y llena tu boca.
No puedes parar.
NO QUIERES PARAR.
Por nada del mundo quieres perderte ese delicioso néctar.
Pero la intensidad de mis orgasmos, su intenso sabor, su penetrante olor, disparan tu calentura y cuando mi boca, de nuevo ataca tu verga, tienes que recurrir a viejos trucos para prolongar el momento y no inundar estallar en mi boquita, algo que deseas con todas tus ganas.
Te deseo y me encanta tenerte en esa situación, no se ti te has percatado pero estas elevando tus caderas para sentir más mi boca, no me detengo para nada sigo succionando mientras busco la manera de recuperar el aliento.
Pero quiero más.
Te encanta como muevo mi boquita sobre tu verga, es demencial.
Además, estas disfrutando mucho también de mi rajita en esa postura.
Adoras los 69, y más como primera caricia de la mañana.
Pero cuando más estas disfrutando de mis deliciosos sabores, cuando tu lengua está ocupada buscando el tesoro oculto dentro de mi cueva, me levanto por sorpresa dejándote boqueando.
Un gritito de protesta sale de tu boca, pero mi picarona mirada lo aplaca.
El roce de mi empapada cueva con tu verga te eriza la piel y una descarga eléctrica atraviesa tu cuerpo.
Cuando yo solita me clavo en tu verga te aferras con fuerza a mis caderas en un vano intento por manejar la situación porque sin duda, el control esta mañana lo tengo yo.
“Eres una autentica diosa” Manejo la posición de la amazona a la perfección.
Intentas incorporarte para besar mis labios, pero mis manos te lo impiden, empujándote contra la cama, y dejándote muy claro que yo mando hoy.
de momento.
Aprovecho mi control, disfruto del instante.
Mis labios bajan a recorrer tu piel pero se alejan de tus labios busco tu cuello y lo ataco sin pasión, creo que eso dejara marca no es que me importe, es más me encanta cuando luces mis marcas en tu piel.
Cuando ataco tu cuello la excitación y las cosquillas te invaden.
"jajaja Auch " Ese último mordisquito ha dolido un poco y dejara marca.
Jadeo acercándome a tu oído mientras continuo mi movimiento sobre tus caderas.
A mi ritmo, entre rápido y despacio subo hasta casi sacarme tu miembro de mi interior y me doy sentones sobre ella, gimiendo descaradamente no te dejo hacer nada estas a la merced de mi rajita con esos movimientos circulares que tanto te enloquecen Te encantan mis marcas.
Luces los arañazos de tu espalda, de tu cuerpo y te hace gracia ver como se los quedan mirando en el vestuario, envidiosos.
Las marcas del cuello también te gustan, generan comentarios jocosos en la oficina.
Intentas acariciar mis pechos, pero un manotazo te indica que yo tengo el poder, y, de momento, me lo cedes.
Mis movimientos me encantan.
Te estoy cabalgando como nadie lo había hecho nunca, ni siquiera yo misma.
Es una sensación magistral, un espectáculo perfecto.
Ver cómo me levanto hasta el punto justo y como me clavo solita de nuevo, con energía.
Los movimientos circulares te vuelven loco y lo sé, y lo exploto a la perfección.
Tus manos buscan mi botoncito con la esperanza de que esta vez alcancen su objetivo.
Tomo tus manos cuando veo tu intención, las coloco a cada lado de tu cuerpo sujetándolas de las muñecas así impido que intentes hacer algún movimiento, el control lo tengo yo.
Te miro con picardía, mis movimientos los alterno de manera en que sientas un ritmo desesperado pero también suave pero intenso.
No puedo evitar esbozar una sonrisa pícara cuando aprieto voluntariamente los músculos de mi rajita causándote más presión sobre tu miembro, lo puedo evidenciar en tu rostro ese placer es indescriptible para ambos, subo y bajo con una velocidad moderada pero con la novedad de apretar mis músculos así sientes tanto como yo.
Tus ojos disfrutan tanto como tu verga, apretada por tu rajita que.
¡¡¡¡ woooooow!!!! Está claro que hoy mandas yo.
Es una situación especial para ti.
Estas acostumbrado a llevar el ritmo, a tomar la iniciativa, y te cuesta doblegarte.
pero reconoces que la situación te encanta.
Mis movimientos son demenciales y te catapultan al éxtasis.
Mi mirada picarona, mi cuerpo escultural, mis preciosos pechos moviéndose acompasados al resto de mi cuerpo.
Mi firme y suave pancita.
Sabias de mis habilidades, te había apretado antes la polla con mi rajita, pero no como hoy, no como ahora.
Cierras los ojos.
no aguantas.
los abres y ves mi preciosa y mojada cueva devorando tu polla y la situación empeora.
El placer es indescriptible, todos tus sentidos están en la gloria.
Mis sensuales movimientos te están derritiendo de placer, y la excitación va en aumento.
Cuanto mis ojos están en blanco presas del placer, me levanto por sorpresa e intento protestar, pero mis dedos silencian tu boca.
Me doy vuelta ofreciéndote en primer plano mi culito, tomo tu verga que está bastante lubricada con mis flujos, brilla por lo empapada que esta y la dirijo a mi apretado ano me dejo caer suavemente mientras me volteo para ver tu mirada, muerdo mi labio al sentirla toda en mi interior.
Coloco mis manos entre tus piernas lo cual me genera un mayor impulso y me muevo con soltura, aprovecho esa posición para que mis dedos se cuelen hasta tus huevos y los acaricio, también los presiono un poco Me acomodo sobre ella y poco a poco me estoy acoplando a la perfección.
Un gruñido de placer escapa de tu boca “Eres una autentica amazona.
” Tus manos se aferran a mis caderas y acarician mi espalda agradeciéndome mis demenciales movimientos.
Arañas muy suavemente mi espalda, provocándome un escalofrío.
Mis movimientos son perfectos.
Mis manos presionando tus huevos arrancan gemidos de placer.
Cierras los ojos para dejarte llevar por la locura.
Volteo hacia atrás tienes los ojos cerrados, mis dedos juegan con tus huevos los aprieto un poco, los sobo suavemente como si les diera un masaje.
Debo consentirlos estos son los que me dan mi tipo de leche favorita.
Aprieto los músculos así sientes lo apretado de mi esfínter ambos jadeamos el movimiento es lento pero profundo, mi anito disfruta de devorar cada milímetro de tu verga y lo hago con sumas ganas de volverte loco
No puedes articular palabra, no puedes a penas respirar de tanta excitación, de tanto placer.
Mi anito aprieta tu verga de una forma exquisita, excitante, mágica.
Mis manos masajeando tus huevos te están haciendo perder la cordura.
Abres tus ojos y se topan con los míos, y tienes que morder mis labios para contenerte.
La visión de mi culito abierto, tragándose tu polla es indescriptible.
Desearías tener una cámara a mano para grabarlo todo.
Intentas sujetar mis caderas para imprimir una mayor potencia a la penetración, pero cuando veo que intentas hacerme con el control, te doy un manotazo.
Está claro que esta mañana no te dejare participar activamente, y con el sumo placer que te estoy dando, sientes que te llenaras mi culito de leche muy pronto.
Te sonrió pícaramente, como solo yo sé hacerlo en esos instantes.
El control me pertenece, como tu.
Muevo mis caderas en círculos y aprieto un poco más tus huevos quiero ver perdido en el placer, tanto como lo que yo estoy sintiendo.
Aunque no puedes evitar incorporarte en el respaldo de la cama, tu pecho se pega a mi espalda, aparto mi cabello la señal perfecta, lo besas suavemente, tomo una de tus manos y la llevo a mi rajita, pero coloco la mía sobre la tuya dirigiendo tus movimientos, cuando intentas poner la otra sobre mi seno te doy un manotazo, no te he dado permiso de tocarlo y claro mi culito se sigue moviendo
Sorprendido, excitado, apasionado, VIVO.
Así es como te sientes.
Tras el manotazo te dejas hacer de nuevo esto es nuevo para ti.
Estas acostumbrado a que la gente te haga caso y en el sexo, siempre tomas la iniciativa de forma activa y yo.
Te sorprendes gratamente.
Dejas que mi ritmo te seduzca, que mi apretado culito y mis movimientos circulares fundan tu verga de placer y disfrutas de cada segundo de sumisión.
Sumisión.
Sigues incorporado, con tu pecho pegado a mí, inseparable.
Una mano bajo la mía masturbándome, jugando con mi botoncito a mi ritmo.
Tu boca besa mi cuello dándole suaves mordisquitos, arrancándome dulces gemidos.
Mi mano busca mis pechos de nuevo desafiante.
Mi mano se mueve rápida para darte otro manotazo, pero esta vez me esperabas y me atrapas.
Nuestras manos entrelazadas sobre tu pecho en un abrazo.
Tu boca besa mi nuca, mi cuello y mis orejitas.
Mordisqueas el lóbulo arrancándome una risita y un gemido.
En un susurro, tus labios sisean a mis oídos "como desssess, domina" Miro de reojo.
Adoras esa mirada felina.
Vuelves a pegarte a mis orejitas, "pero no te acosssstumbressss".
"Mmm ya verás" digo sensualmente, aparto tu mano y continuo dándome placer pero con mis dedos en vez de los tuyos.
Aprieto mi botoncito gimiendo de manera descarada, intentas de nuevo posar tus manos en donde estaban suspiro y aprieto mi culito, muevo mis caderas de una manera sensual, provocándote mucho placer quiero que sientas la máxima excitación.
Estas en la gloria, en las puertas del paraíso.
Con cada movimiento de mis caderas el placer que sientes es indescriptible.
Mi culito aprieta tu verga como nunca, mis movimientos circulares son demenciales, mi ritmo es demoledor.
No puedes estar más excitado, tu verga se contrae una y otra vez de potencia pura, y sientes que se acerca el final.
Lo estoy logrando, estoy transportándote al delirio, y justo en el instante donde crees que no puedes sentir más placer me levanto, elevo mis caderas y saco tu polla de mi culito, me volteo hacia ti y te saco la lengua de forma burlona.
Sin medio aviso, me levantas, deteniendo el ritmo y liberando tu polla, que pega unas cuantas sacudidas debido a la excitación.
Mi repentina parada, mi picara mirada y mi burlona lengua te hacen entrar en shock.
Sentimientos contradictorios te invaden, por un lado, dejar que la lujuria tome el control, incorporarte, voltearme y tomar de nuevo mi culito.
Por otro lado, curiosidad, por saber cuál será mi siguiente movimiento.
Por primera vez en mucho tiempo estas indeciso, sin saber muy bien que hacer, pero crees, que de momento espera raras a ver mis intenciones.
Te miro con malicia, me rio sutilmente también presa de la excitación, me escurro entre tus piernas acercándome a tu oído "esto es lo que pasa cuando no me obedeces" suelto una risa mis labios rozan los tuyos pero sin tocarlo me tumbo a tu lado y mis dedos en mi rajita continúan mi masturbación mostrándote con delirio mis ganas y deseos pero impidiéndote que me toques La batalla interna es épica.
Siempre has sido una persona de carácter, acostumbrada al liderazgo, y tu yo dominante pugna por tomar el control y tomarme sin contemplaciones pero por otro lado, eso mismo fue lo que hiciste ayer, y me prometiste resarcirte.
Mi delirante cuerpo acostado junto a ti, masturbándome.
Acariciando ese botoncito que tanto te gusta chupar, lamer, tocar.
Metiendo mis deditos en mi encharcada rajita, que tanto te gusta beber.
Acariciando mi apretado culito, que segundos atrás te estaba fundiendo de placer.
Te contienes.
Muerdes tus labios.
Me devoras con la mirada.
El olor a sexo en la habitación empeora la situación, y te siento como un león con una jugosa presa delante sin poder atacarla.
pero frenas tus impulsos.
de momento.
Te miro provocándote, pidiéndote lo sabes.
Pero también planeo castigarte pues es tu pena por haberme tratado de una manera tan ruda del día anterior.
Tu mente se está peleando para medir tu siguiente movimiento siento un gran regocijo por tenerte entre la espada y la pared
Te sientes maniatado “(nota a recordar liante, compra un largo pañuelo de seda)” tentado de dar el salto, pero expectante.
Mi provocativa mirada te invita a acercarte pero no quieres que me aleje más.
Indecisión, nervios, tentación, ganas desmesuradas.
Acercas tu cara a la mía con la intención de probar suerte con un inocente beso en la mejilla.
Aciertas.
Tus labios se desplazan hacia mis oídos muy despacito con mucho mimo y cariño y me susurran un suave "Soy tuyo, mi niña" al tiempo que aprietan con los labios mis delicados lóbulos de la orejitas.
Tus manos se deslizan por la cama sigilosas hacia mis piernas, pero mi mirada te hace para en seco y una sonrisa culpable aparece en tu cara.
"tuyo".
"Lo se liante", me incorporo y te empujo al respaldo de la cama, mis dedos dirigen tu verga a la entrada de mi culito, frente a frente un suave movimiento mis labios buscando los tuyos, bajando a tu cuello mordiéndole para dejar una notoria marca "eres mío" susurro en tu oído mientras muerdo tu lóbulo, Woow, la marca del cuello ha dolido un poquito, pero será mostrada con orgullo.
Continuo con un lento movimiento tratando de preservar el momento, coloco tus manos sobre mi culito para que así sientas aún más el movimiento circular de mis caderas
“Soy tuyo, lo sé, siempre lo he sido” y reconoces que soy una maestra aplicando venganzas.
Cuando sientes tu verga de nuevo dentro de mi culito no puedes evitar soltar un sonoro gemido de satisfacción multiplicado con creces cuando dirijo tus manos a mis caderas.
El movimiento circular es fantástico, maravilloso, no hay nada comparable.
Tu crecida excitación, tus locos deseos de llevar tus manos hasta mi botoncito son aplacadas por tu cada vez más menguada fuerza de voluntad, pero hoy, tu voluntad es mía.
Es un justo pago por tu descontrol de ayer.
Disfrutas de cada segundo de mis movimientos, y miras mis ojos, preguntándome con la mirada si puedo besar tus labios.
Mis labios buscando los tuyos con desesperación son la mejor respuesta.
Te deseo tanto que no te doy tregua te devoro a mi gusto, controlo el ritmo de nuestros besos, cortos, largos, intensos, más suaves, entrecortados por la excitación me aferro a ti, como tu verga lo hace a mi culito.
Adoras mis besos, eres totalmente adicto a ellos y te encantan todos y cada uno de los besos que te doy y sientes que a cada beso tu enamoramiento por mi crece un poquito más.
Mis sensuales movimientos te están llevando al delirio, tu verga se funde dentro de mí, de mi apretado culito.
Lo sé no puedes aguantar mucho más.
Llevo tus dedos a mi rajita que se encargan de acercarme a ese orgasmo.
Cuando no resisto más como siempre en sincronía perfecta tu leche sale disparada a mi interior, calentando mi culito y mis jugos te empapan por completo a ti también y a mí.
En ningún momento he dejado de besarte, mis manos aprisionan tu rostro y mi boca la tuya Las contracciones de mi vagina contagian a mi culito y eyaculas en mi interior de forma escandalosa en el mismo segundo que sientes el calor de mis jugos empapándote.
Nuestras bocas siguen pegadas, al igual que nuestros cuerpos.
Siento la potencia de los latidos de mi corazón, al igual que tientes los del mío.
Tras las potentes pulsaciones eyaculatorias tu verga continua erecta dentro de mi culito, pero sientes como poco a poco empieza a perder dureza.
No puedes resistirlo y asumirás tu castigo, pero me rodeo con tus brazos abrazándome con fuerza, abarcando con tus manos la amplitud de mi espalda, acariciándola con suavidad con la yema de tus dedos y apretándome contra mí.
Esta vez me susurras en el oído "no sabes cuantísimo te quiero".
"Sí que lo sé, no más de lo que yo te quiero" digo en una risita.
Tu miembro termina de abandonar mi agujerito, ambos todavía jadeantes, me doy la vuelta y me acomodo entre tus piernas.
Tu pecho contra mi espalda y tus brazos rodean mi cuerpo, como si me fuese a escapar.
Aparto mi cabello y volteo para besarte de una manera más calmada rozándonos sin ninguna otra intensión que la de sentirnos.
La explosividad de nuestra mañana se ve interrumpida por el sonido de nuestras panzas pidiendo comida.
Reímos y jugueteamos un rato en la cama, pero se delata el hambre.
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