Mundos paralelos III: De tal palo tal astilla!
Lo que pasa en alguna otra realidad, con la mamá soltera y su hija pre-adolescente..
Esto sucede más o menos 5 años después de haber roto completamente relación con Belén (la protagonista de mi relato “con la secretaria”). Nos empezamos a mensajear nuevamente, nos pusimos al tanto de nuestras vidas, ella había tenido una relación, pero no prosperó, después de unos 3 años terminaron y regresó a la soltería. Las pláticas al inicio eran triviales, pero poco a poco fuimos retomando conversaciones sobre lo que pasó entre nosotros, hubo algunos reproches, reclamos, etc. Pero al final terminamos hablando de sexo, a decir que recordábamos tal o cual situación. Supe que ella tras volver a estar sola, decidió comprarse algunos juguetes para quitarse las ganas, ya que no tenía ganas de involucrarse sentimentalmente otra vez. A veces nos escribíamos cosas como “anoche me masturbe recordando nuestros momentos juntos” o cosas así. Un día le propuse irnos a coger para quitarnos esas ganas. Primero me dijo que no, que ya no quería pasar por lo mismo que antes, que le había hecho mucho daño, etc etc. El chiste es que así estuvimos un tiempo, solo con conversaciones en chat. Un día me dijo que después de mucho meditar había decidido aceptar que tuviéramos sexo de nuevo. Dijo que esta vez no se involucraría sentimentalmente, solo sería sexo y ya, y que, como dice el dicho “más vale viejo conocido…” pero que sería solo cuando y donde ella quisiera, y que ella me avisaría. Yo acepté, y quedé a la espera de cuando decidiría que lo hiciéramos.
No tardó tanto. Resulta que de sus dos hijas, la mayor se había ido a vivir con el papá por cercanía de la escuela, y la menor (Vane) que ya tenía sus 11 añitos, practicaba valet. Un día me escribió y me preguntó:
B. Oye, todavía viajas mucho?
Y. Sí, más o menos la mitad de mi tiempo estoy viajando
B. Y vas a todos lados del país? Quién decide a donde y cuándo vas? – Me preguntó
Y. Sí voy a casi todo el país, y yo manejo mi agenda, dependiendo las necesidades de los clientes, por qué tanta pregunta sobre eso? – le pregunté algo intrigado
B. Es que Vane tiene concurso en Guadalajara, estaremos allá 3 días, la escuela nos va a transportar, pero nosotros tenemos que hacernos cargo del hospedaje. Y la verdad es que no tengo mucho dinero ahorita para pagarlo (caritas apenadas). Entonces estaba pensando que podrías organizarte un viaje a esa ciudad y compartimos el hospedaje, no seremos muy molestas, lo prometo – me dijo
Y. Claro que podría hacer eso, sin ningún problema, sólo pásame bien las fechas y me organizo – le dije ya imaginando todo lo que podríamos hacer en ese viaje.
B. Solo hay un detalle, sé que ya estarás pensando en que vamos a coger en el viaje, y sí podemos aprovechar, pero tendríamos que ser muy cuidadosos para que Vane no nos vea, ya no es una niñita de 5 años, ya entiende muchas cosas y ya no podemos hacerlo como antes.
Y. Sí está bien, buscamos la manera, no te preocupes.
Quedamos en fechas y todo. Llegaríamos al lugar cada quién por su cuenta y nos veríamos ahí. yo decidí rentar un AirB&B con dos recámaras para mayor comodidad y poder tener nuestra privacidad, lo que le encantó a Belén, así ellas se quedarían en una recamara y yo en otra, y en la noche podríamos hacer de las nuestras más tranquilos, o al menos eso pensábamos..
Vane cuando me vio primero dudó un poco, pero después me dio una enorme sonrisa, aunque vagamente pero aún me recordaba, y los regalos que a veces le hacía, la verdad es que había tenido bonita relación ella. Esa noche que llegamos estuvo contándome muy alegre como le iba en sus competencias y en la escuela y me dijo que si quería ver un poco de su rutina que haría al día siguiente. Le dije que sí, ella fue corriendo a su cuarto, y regresó en un short muy corito, y empezó a hacer una demostración, ya empezaba a ser una mujercita, aunque muy flaquita, pero con piernas fuertes, nalguitas bien paraditas y unos botoncitos por tetas. A mi me empezó a gustar verla así, aunque nunca la había visto con esos ojos. Pero llegó su mamá avisando que ya estaba la cena, y nos tuvimos que ir a cenar.
Cenamos, platicamos un rato y nos fuimos a la cama, ellas tenían que levantarse muy temprano al día siguiente. Cada quién se fue a su cuarto, y al poco rato llego Belén a mi cuarto, en un camisón flojito pero que dibujaba muy bien la silueta de sus senos. Me dijo en voz baja que era el momento de corresponder que haya sido tan amable con ellas, pero que teníamos que ser rápidos y sin hacer ruido para que no nos fuer a oír Vane. Nos empezamos a besar, y metí mi mano por debajo del camisón, le empecé a acariciar las piernas y fui subiendo hasta su panocha que para mi sorpresa ya estaba completamente al descubierto, sentí esa mata de pelo abundante que tantas veces había disfrutado, empecé con un dedo a jugar con su clítoris y a meterlo poco a poco en su vagina. Ella mientras empezó a acariciar mi verga por encima del boxer, y luego metió la mano para tomarla al desnudo, la empezó a masajear y me dijo muy bajito que si quería que bajara, le dije que ya sabía la respuesta y solo se rio, me hizo una señal para que me acostara, lo hice y ella fue a mi verga para empezar a mamarla. La verdad es que no supe cuanto tiempo llevaba ahí, pero de repente volteé a la puerta y ahí estaba Vane viéndonos por una rendija. Disimulé no haberla visto y seguí disfrutando de la mamada que me daba su mamá, después la jalé hacia mi y ella fue directo a montarme, era su posición favorita. Yo le quise quitar el camisón, pero me dijo que no, por si le hablaba su hija poder ir rápido. Lo que no sabía es que ella estaba muy al pendiente de lo que hacíamos.
Belén me empezó a montar y se movía a un ritmo semilento, mientras yo le acariciaba las piernas y subía a las nalgas y la espalda, ella se ponía chinita y me decía que había extrañado mucho esas caricias, y seguía moviéndose cada vez más rápido. Yo a veces le metía un dedo en el culito, ella solo pujaba y apretaba más mi verga con su vagina. Voltee a ver la puerta y ahí seguía Vane, pero ya viendo sin ningún disimulo, vio que la vi, y se veía sorprendida, yo le hice un guiño a modo de complicidad, se quedó ahí y siguió viéndonos mientras yo ahora le levantaba el camisón por adelante e iba directo a lamerle las tetas, ella seguía en lo suyo, montándome ya a un ritmo más rápido. Yo volteaba a ver la puerta y ahí seguía la nena mientras se acariciaba la entrepierna, hasta que Belén me pregunta qué tanto veo en la puerta, y mientras lo decía voltea y ve a su hija ahí parada, viéndonos y con una mano en su entrepierna. Belén hizo amago de bajarse, pero no la dejé, la agarré de la cintura muy fuerte, Vane salió corriendo.
B. Vas a ver condenada chamaca – le dijo a la niña gritando
Y. Déjala, no seas mala con ella, tiene curiosidad – le dije tratando de calmarla.
B. Si claro, como no es tu hija, es una niña no debería estar viendo esto
Y. Ya se te olvidó como eras tú a su edad? Es más, recuerda que me contaste que tú desde los 6 años ya jugabas al papá y la mamá con una prima, es igual. Para bien o para mal, heredó lo caliente de ti.
B. Sí ya veo, y ahora? Que quieres hacer?
Y. Pues vamos a seguir, no? O ya se te fueron las ganas?
B. No la verdad aún quiero más pero no sé si me podré concentrar pensando en que quizá nos esté espiando.
Y. Pues déjala ver, mejor que aprenda aquí con nosotros, segura, a que ande de caliente y un wey vaya a abusar de ella. Le dije con pocas esperanzas que fuera a aceptar, pero para mi grata sorpresa gritó.
B. Vane, ven, anda no te voy a regañar, no hiciste nada malo – Le dijo y un instante después llegó la niña. Belén se bajó de mí un momento y fue por ella a la puerta, la abrazó y le dijo.
B. Ven, si quieres puedes ver, ponte a lado nuestro, quieres?
Y Vane asintió y se fue a sentar a lado mío, abría mucho los ojos al ver mi verga parada esperando a su mamá a seguir con lo suyo. Su mamá se subió en mi y siguió montándome, poco a poco volvió a agarrar el ritmo, yo, ahora con una mano le metía el dedo en el culo a Belen, y con la otra empecé a acariciarle las piernas a Vane, ella se dejaba y también se ponía muy chinitia y se reía mientras se notaba que se agitaba su respiración, luego metió su mano por debajo de su ropa y se notaba que se empezaba a masturbar.
B. A poco ya sabes cómo tocarte? – le preguntó con la respiración agitada por estarme montando ya a un ritmo más rápido.
V. Sí, te he visto muchas veces y hago lo mismo – dijo vane riéndose
B. Condenada huerca, así que eres una fisgona, le dijo y las dos rieron.
Yo empecé a sentir el climax cerca, le pedí a Belen que se pusiera de perrito, ella obedeció, antes de penetrarla, le mostré a Vane mi verga toda llena de los fluidos de mamá, y le hice una seña que viera, y ella vio atentamente como se la metía a su mamá y se fui dejando ir toda, Belén solo gimió y me dijo “así papito, métemela hasta dentro”. Y Vane se reía con una risa nerviosa. Luego empecé a embestirla mientras le pido a Vane que se acerque y la empiezo a besar en la boca y el cuello, mientras meto una de mis manos bajo su ropa y siento su panochita toda mojada, ella solo dijo “aahyy” y se quedó inmóvil recibiendo mis caricias y besos mientras se la sigo metiendo a su mamá, solo alcancé a escuchar algo como “qué le haces a la huerca?” pero yo ya estaba bien prendido, no hice casi y seguí hasta que no pude más, solté a Vane y regresé a su mamá para sacarle la verga y empezar a aventarle toda mi leche en las nalgas, mientras Vane veía ese espectáculo, no quitaba su vista de ahí y abría la boca como sorprendida. Cuando terminé de venirme, le dije que si quería sentir el semen, ella dijo que sí y acercó su mano y ambos empezamos a untar el semen en las nalgas de su mamá. Después solo dijo “bueno ya terminamos, vámonos a dormir, que mañana hay que madrugar”.
El día siguiente transcurrió con normalidad, cada quién se dedicó a sus asuntos y en la noche otra vez nos vimos para cenar, platicamos y después nos fuimos a dormir. Nadie mencionó nada de lo sucedido la noche anterior, ni dijo nada para esa noche. Ya en cama, estuve esperando por un largo rato la visita de Belén, y porque no, con la nena. Pero nadie llegó, después de un rato me quedé dormido y a media noche me desperté cuando sentí que alguien se metía en la cama, era Belén:
B. Perdón que venga tan tarde pero esa chamaca no se quería dormir
Y. La hubieras traído contigo, egoísta – le dije riendo
B. Mira nada más chistosito, sí ya vi que te la quieres coger, pero no, no seas avorazado, qué conmigo no tienes suficiente?
Y. Claro que si, pero yo digo por ella que está en la edad difícil, hay que ayudarle a quitarse las ganas.
B. Mira que ofrecido eres, pues no sé, pero ahorita no, ahorita quiero que me cojas a mi nada más, que nada más te distraiga.
Y cogimos como en los viejos tiempos, nos dimos gusto hasta terminar exhaustos y nos quedamos dormidos ambos en mi cama. No sé cuánto tiempo pasó después que de repente sentí que me destapaban, abrí los ojos y Vane estaba parada junto a mi, llevaba puesto una playerita y un calzoncito blanco, enseguida me excite, vi que veía directo a mi verga, le tomé la mano y la llevé para que me la agarrara, le enseñé como debía mover la mano y lo empezó a hacer, mientras yo le acariciaba su panochita. Se notaba que le encantaba, le bajé su calzoncito, ya tenía un poco de vello muy fino el rededor de su rajita, fui a meter mi dedo y otra vez estaba empapada, y la mayor sorpresa fue cuando deslicé mi dedo para ver si podía meterlo por su huequito y entró muy fácil, era obvio que ya no era virgen esa nena. La invité a acostarse, la puse de cucharita y poco a poco la empecé a penetrar, fue más fácil de lo que esperaba, ella gemía mientras sentía como entraba en ella, le quise tapar la boca pero fue muy tarde, su mamá despertó, nos vio y solo atinó a decir “condenada huerca caliente, que haces aquí? Y tu igual tarde se te hacía para metérsela, nada más no hagan ruido por favor ni se muevan mucho”. Y se volteó para seguir durmiendo. Yo seguí bombeando en esa cuevita, que aunque se notaba que no era virgen si estaba muy apretadita, tanto que me hizo terminar muy rápido, no quise arriesgarme, me salí y le llené su panochita y piernas de leche, ella solita se la empezó a untar y luego se fue a su cama y todos dormimos otra vez.
Al día siguiente Belén cerró habló conmigo:
B. Te pasaste anoche, desvirgaste a mi hija
Y. No me vas a creer, pero esa niña no era virgen, le entró demasiado fácil. Es más puedes ver, no hay restos de sangre ni nada – ella se quedó pensando unos momentos y luego le habló a su hija.
B. Oye chamaca, dime la verdad, ya habías hecho esas cosas con otro hombre?
V. No mamá, te lo juro.
B. Ves? Yo le creo a mi hija, no hay manera que no sea virgen, siempre la he cuidado mucho de no dejarla a solas con nadie – me dijo.
Y. Oye Vane, pero alguna vez te has metido objetos en tu cosita? – le pregunté y ella se puso roja roja, había dado en el clavo.
B. Qué te has metido eh huerca caliente? – le preguntó Belén ya más relajada, casi casi en una sonrisa
V. Pero no me regañas? – preguntó tímidamente y hasta que su mamá asintió, ella respondió
V. En tu cajón tienes cosas, como penes de juguete, y te he visto que te los metes, y yo a veces hago lo mismo cuando tengo mucho calor y que no estás.
Y. Ya ves lo que le enseñas tú a tu hija – le dije entre risas y ella me dijo que me callara, luego le dijo a su hija que se fuera a su cuarto y que luego hablaban.
Nos quedamos Belén y yo solos y me dijo que ese que era el último día que estaban ahí, tenía que ir por unas cosas que le había encargado una comadre, y quería comprar unos recuerditos, y que quería preguntarme si estaría en casa para que me quedara con Vane en lo que iba, pero que ahora con todo eso no sabía si sería buena idea dejarme a solas con ella, a lo que respondí.
Y. Pero pues ya nos vio cogiendo, ya me la cogí, que más le podría hacer?
B. Sí yo sé pero no le vayas a hacer algo que la lastime
Y. No para nada, no te preocupes, la voy a cuidar – le dije y se quedó pensando unos momentos.
B. Bueno, te la voy a dejar encargada un par de horas, no te pases con ella por favor, ah y aunque aún no le viene su periodo, no hagas mucha confianza, de preferencia no te vengas dentro de ella, es más, si puedes usar condón mejor.
Y. Sí, si estás más tranquila te haré caso, ahí traigo siempre unos condones por si se ofrecen.
Y se fue a hacer sus encargos, yo fui directo al cuarto de Vane y ahí estaba viendo la TV, con una faldita y un topcito, aún no se terminaba de vestir. Le dije que teníamos un rato a solas para nosotros, que si quería hacer cositas como la noche anterior y dijo que sí. Me acosté a lado de ella y la empecé a besar y acariciar completa, ella se dejaba y otra vez se ponía completamente chinita, le levanté la faldita y le quité sus calzoncitos, y fui directo a lamer esa panochita, sabía tan rico, estuve unos minutos así y ella solo gemía mientras estaba acostada con las piernas abiertas, después le pregunté si quería probar el sabor de mi pene y dijo que si, fue directo a el y lo empezó a mamar, aunque medio torpe sabía muy bien lo que hacía. Le pregunté si lo había hecho antes y me dijo que si, que había visto a su mamá chupárselo a su ex novio y también se metía a la boca sus penes de juguete, y ella hacía lo mismo. Vino a mi mente la vez que vio a su mamá mamandomela, cuando tenía como 5 años, pero no creo que lo haya recordado. En fin, después de una buena mamada, la acosté y le pedí que abriera las piernas como si hiciera un Split, y ella obedeció, y ahí tenía ternura a mi merced, me puse el condón y la penetré mientras acariciaba sus tetitas que empezaban a crecer, ella se agarraba las los pies con las manos para continuar lo más abierta posible. De repente me dijo “quítate eso, siento como uno de los de juguete de mamá”, y yo ya como estaba de caliente, me quité el condón y la seguí penetrando a pelo, y ella puso cara feliz cuando sintió mi piel con su piel. Después le pedí que se pusiera de perrito y le di por unos pocos minutos cuando sentí no podía más, me salí y corriendo fui a su cara y la llené de mi leche, ella la recibió sin mayor problema, luego la limpié, nos besamos, nos acostamos y ella quiso seguir jugando con mi verga, la estuvo masajeando y mamando y me la volvió a parar, y sin preguntarme, me montó tal como su madre lo hacía, no cabe duda que es igual a ella. Me estuvo montando por un buen rato mientras yo la acariciaba toda y de rato en rato le metía el dedo en su culito, ella pujaba y se reía, decía que sentía chistoso, pero se dejaba. Estuvo así un rato cuando de pronto, sin más, me empecé a vaciar otra vez, esta vez no pude salirme y la impregné toda con mi semen. Sé que su mamá me recomendó que no lo hiciera, pero esperaba que no pasara a mayores, como sea aún no empezaba a menstruar.
La tuve que detener, le dije que ya era hora de arreglarse sino mamá vendría y se iba a enojar si no estaba lista. Nos preparamos y cuando llegó su mamá, cada quién se fue por donde había llegado, ya no hubo promesa de volver a vernos para coger, pero yo esperaba que sí, y se podía con ambas, mucho mejor, aunque sabía que terminaría muy cansado, ya que la hija salió igual de caliente que la madre.
Hola que rico relato me encantan y más si son de niñas haciéndolo con mayores