No era lo planeado
esperar la oportunidad para luego tratar de que mi amiga me pare bolas y termino cogiendo con su madre..
Años atrás solía visitar muy a menudo la casa de una amiga la cual me gustaba, pero ni bolas me paraba. Sus familiares a veces bromeaban de quien era la que me gustaba si ella o su hermana menor, para ese entonces yo tenía 15 al igual que la que me gustaba en tanto su hermana tenía 13 en fin por mi falta de confianza nunca tome el valor para declararme por el hecho que estaba en la friend zone y a pesar que su hermana era bastante agradable nunca desarrolle ninguna clase de sentimientos hacia ella. Tenía años que los conocía, pero desde que me enamoré de Mariela fue que comencé a ir seguido a su casa por lo que mi presencia no era rara allí, una noche en la que andaba en su casa quería usar el baño, pero Yaritza que era la hermana menor se estaba bañando por lo que entré en el baño del cuarto de sus padres después al terminar tras haberme lavado en el momento que me levanté para subirme los pantalones su madre entra con paño en mano dejándome ver totalmente su cuerpo desnudo, su cuerpo me excitó enseguida. Sus tetas algo caídas si flácida barriga y una cintura bien conservada, todo eso hiso que mi verga se erectara al instante, pero por la sorpresa me tapé rápidamente mas no lo suficiente por la sonrisa que se le marcó en la cara y con el dedo en su boca diciendo que no alzara la voz.
—déjame ver—, susurra a la vez que con una mano aparta mi mano para ver mi verga, —¿te gusta el cuerpo de una vieja cómo yo? —.
—aún está bastante buena—, lo dije todo tartamudeado y desviando la mirada, quería subirme los pantalones para salir de una vez, pero ella lo evita cuando sostiene mi hombro y veo que se arrodilla.
—déjame darte un regalito por alegrarme el día—, con su mano toma mi verga y se lo lleva a la boca. Esa señora se estaba devorando mi joven verga, su caliente boca succionaba al mismo tiempo que paseaba su lengua alrededor, pero el momento que no pude soportar fue cuando me chupo las bolas, eso provocó que se me escapara un gemido bastante gracioso el cual fue inevitable que nos riéramos. La sensación de que te lamieran los testículos era mucho más estimulante al que simplemente te la chuparan, tras reírnos un poco ella continuo unos segundos más trato de apartarme diciéndole que me iba venir y ella más bien se puso más intensa, en el momento que me vine la estimulación fue mil veces mejor que cuando me la jalaba solo al final en el momento que se apartó me mostro su boca vacía haciéndome saber que se lo había tragado —que bueno es ser joven, mira como aun la tienes dura— al mismo tiempo que tenía la otra mano en su entrepierna y me enseña lo mojada que la tiene. —abre la boca—, y yo simplemente la abrí y ella metió sus babosos dedos e intuitivamente se los chupé, —¿te gusta? —, yo soy asentí con la cabeza, ella se apoya contra la pared y para su culo con las piernas medio abierta y veo como caen gotas de su coño dejando un hilo de baba colgando, —ven, métemela—, sin mucho preámbulo se la meto sintiendo lo caliente, jugoso y palpitante que estaba. —¡ay dios que rica está! —, después pasamos a la cama y se abre de piernas para que le diera de misionero y le dio tratando de aguantar mientras estaba recostado sobre ella chupando sus tetas y de repente “toc, toc toc”. —¿mamá estás ahí? —, era Mariela.
—sí que pasa hija—.
—has visto a David, se supone que iría al baño—.
—sí, aún está en el baño y yo estoy en paño esperando para bañarme—.
—¿y por eso aseguraste la puerta? —.
—no sabía que estaba en el baño cuando puse seguro—, en ese instante le estaba bombeando mi leche en la más profundo de su ser.
—ah ok, no importa—, y se fue.
—no tenías que venirte adentro—.
—no lo pude evitar, teniendo a Mariela cerca —, y continúo penetrándola.
—¿Qué aun te quedan energía?, ay ya que, no importa —, me tumba a un lado y me empieza a dar sentones. Poco después le avisé de que me vendría otra vez y ella apretó su interior y me dio unos sentones más fuertes.
—creí que no lo querrías dentro—.
—ya para que si te corriste sin avisarme y pues también me encanta lo calientica que se siente por dentro—.
Tras tomar un poco de aire ella me apura para que ya me vaya, —creo que esta ida al baño se prolongó mucho—, rápidamente me lavé, me acomodé y salí.
Mariela me preguntó porque me había demorado y bromeando le dije sobre la gran cagada que había echado, un mes después salimos de vacaciones y yo me fui de viaje.
Muy excitante